Marcos Rojo se va de Boca: aceptó la propuesta de Riquelme y acordó rescindir el contrato

Marcos Rojo se va de Boca. La historia estaba escrita, aunque faltaba que entre las partes se pongan de acuerdo para ponerle fecha a la situación. El acuerdo se produjo este jueves por la tarde, luego que el defensor central le comunicara a Juan Román Riquelme, presidente xeneize, que aceptaba la oferta para rescindir ya el vínculo que finalizaba en diciembre próximo. De esta manera, el defensor cobrará hasta el último día que se entrenó en la institución y resignará los cinco meses que le restaban de contrato.

El final no se iba a modificar. Esta vez no. La última discusión de Rojo con Miguel Russo fue la gota que rebasó el vaso, motivo por el cual había sido apartado del plantel profesional de Boca: ya no se entrenaba con sus compañeros, no podía ingresar al vestuario y había quedado al margen de toda actividad grupal. El conflicto terminó de explotar el 30 de julio pasado, tras un nuevo cruce con el entrenador, y marcó el cierre de su ciclo en el club.

El comienzo del final

Después de la derrota con Huracán por 1-0 en Parque Patricios y de haber llegado a los 11 partidos sin ganar -la peor racha en la historia del club-, Russo organizó una práctica diferente. Les había dado el lunes libre a los jugadores para descomprimir, y en la jornada siguiente buscaba más que nada hablar con el plantel, acomodar ideas, limar asperezas con Miguel Merentiel y enfocarse en el partido con Racing. Pero nada salió como esperaba.

Cuando el técnico reunió al plantel para la charla grupal, Rojo y Marcelo Saracchi intentaron sumarse. Ninguno había estado en la lista del partido anterior, y Russo fue claro: solo participarían quienes habían jugado o estado convocados. Rojo no estaba entre ellos. El defensor reaccionó mal, discutió con los ayudantes del DT, lanzó insultos y se fue sin entrenarse. Hasta ahí, Rojo venía participando de los entrenamientos con el plantel, aunque no formaba parte de los dobles turnos que Russo ordenaba a mitad de semana para realizar trabajos tácticos por la tarde.

Al día siguiente de la discusión, Rojo llegó temprano al predio de Ezeiza. Raúl Cascini (todavía integrante del Consejo de Fútbol) y Marcelo Delgado ya le habían informado que debería entrenarse aparte. Pero fue un utilero el que lo anotició de que ya no podía ingresar al vestuario. Quedó apartado, se cambió en otro vestuario y trabajó con Saracchi y Cristian Lema, también marginados, bajo la supervisión de un preparador físico del club.

La relación con Russo había empezado a deteriorarse en el Mundial de Clubes. Rojo sabía que era suplente de Ayrton Costa, pero pensó que podría tener su oportunidad cuando Costa no pudo viajar por problemas en el visado. Sin embargo, el ex Independiente logró sumarse a último momento y Rojo volvió a quedar afuera. Luego, cuando Costa se lesionó y había que rearmar la defensa, Rojo se bajó solo del partido contra Auckland City: apareció entrenándose en el gimnasio sin avisar al cuerpo técnico. Russo le reclamó y se produjo un cortocircuito que terminó de tensar el vínculo.

El defensor llegó a principios de 2021, con Russo como DT, aunque fue una apuesta de la dirigencia. Su ciclo fue irregular: jugó menos de la mitad de los partidos del equipo, acumuló lesiones, y protagonizó varios episodios que molestaron puertas adentro. Las rojas innecesarias en partidos decisivos, el festejo con cigarrillo y cerveza en el césped, el picado bajo la lluvia en el cumpleaños de Almendra… Llegó como una estrella, pero sus actitudes le hicieron perder respaldo tanto de los hinchas como de la dirigencia.

Rojo sabía que en este semestre iba a quedar muy relegado, pero igual fue incluido en el viaje a Estados Unidos para disputar el Mundial de Clubes. Solo Lema y Esteban Rolón se quedaron en Buenos Aires. La presencia del excapitán, que apenas tenía chances de jugar, generó un clima extraño en el plantel. En retrospectiva, en Boca reconocen que fue un error haberlo llevado al torneo.

En el caso de Rojo se había intentado hasta último momento negociarlo, pero todo resultó a destiempo. Hasta llegó a generarse una comunicación entre Riquelme y Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, para ver si Boca podía negociar al defensor más 2.500.000 de dólares para intercambiar por el pase de Santiago Ascacibar. El Pincha no tenía intenciones de desprenderse de una de sus figuras y menos con la Copa Libertadores por delante.

Boca siempre pretendió una compensación económica, porque Rojo no jugaba y también un historial reciente lleno de cortocircuitos. Con el libro de pases cerrado, Rojo ahora solo podrá incorporarse a otro equipo si ese club logró un cupo extra tras vender jugadores al exterior, o tendrá que buscar oportunidades fuera de la Argentina.

Rojo disputó 118 partidos con la camiseta de Boca, anotó nueve goles, recibió cuatro expulsiones y ganó tres títulos: la Copa Argentina 2021, la Copa de la Liga 2022 y la Liga Profesional 2022. Fue capitán durante mucho tiempo, hasta la llegada de Fernando Gago, quien le cedió la cinta a Edinson Cavani. Su imagen fue perdiendo fuerza, y terminó saliendo del equipo por un incidente fuera de la cancha: en su mejor momento futbolístico y físico en mucho tiempo, se ausentó sin aviso a una práctica alegando un cuadro gripal. En Boca no le creyeron, y por pedido de la dirigencia, Mariano Herrón lo marginó del partido contra Independiente, en el que el equipo quedó eliminado del Apertura.

No llegó a ser dirigido por Russo en ninguno de los partidos, pero tuvo conflictos también con el actual DT. El final estaba escrito y solo faltaba ponerle fecha al desenlace.

Marcos Rojo se va de Boca. La historia estaba escrita, aunque faltaba que entre las partes se pongan de acuerdo para ponerle fecha a la situación. El acuerdo se produjo este jueves por la tarde, luego que el defensor central le comunicara a Juan Román Riquelme, presidente xeneize, que aceptaba la oferta para rescindir ya el vínculo que finalizaba en diciembre próximo. De esta manera, el defensor cobrará hasta el último día que se entrenó en la institución y resignará los cinco meses que le restaban de contrato.

El final no se iba a modificar. Esta vez no. La última discusión de Rojo con Miguel Russo fue la gota que rebasó el vaso, motivo por el cual había sido apartado del plantel profesional de Boca: ya no se entrenaba con sus compañeros, no podía ingresar al vestuario y había quedado al margen de toda actividad grupal. El conflicto terminó de explotar el 30 de julio pasado, tras un nuevo cruce con el entrenador, y marcó el cierre de su ciclo en el club.

El comienzo del final

Después de la derrota con Huracán por 1-0 en Parque Patricios y de haber llegado a los 11 partidos sin ganar -la peor racha en la historia del club-, Russo organizó una práctica diferente. Les había dado el lunes libre a los jugadores para descomprimir, y en la jornada siguiente buscaba más que nada hablar con el plantel, acomodar ideas, limar asperezas con Miguel Merentiel y enfocarse en el partido con Racing. Pero nada salió como esperaba.

Cuando el técnico reunió al plantel para la charla grupal, Rojo y Marcelo Saracchi intentaron sumarse. Ninguno había estado en la lista del partido anterior, y Russo fue claro: solo participarían quienes habían jugado o estado convocados. Rojo no estaba entre ellos. El defensor reaccionó mal, discutió con los ayudantes del DT, lanzó insultos y se fue sin entrenarse. Hasta ahí, Rojo venía participando de los entrenamientos con el plantel, aunque no formaba parte de los dobles turnos que Russo ordenaba a mitad de semana para realizar trabajos tácticos por la tarde.

Al día siguiente de la discusión, Rojo llegó temprano al predio de Ezeiza. Raúl Cascini (todavía integrante del Consejo de Fútbol) y Marcelo Delgado ya le habían informado que debería entrenarse aparte. Pero fue un utilero el que lo anotició de que ya no podía ingresar al vestuario. Quedó apartado, se cambió en otro vestuario y trabajó con Saracchi y Cristian Lema, también marginados, bajo la supervisión de un preparador físico del club.

La relación con Russo había empezado a deteriorarse en el Mundial de Clubes. Rojo sabía que era suplente de Ayrton Costa, pero pensó que podría tener su oportunidad cuando Costa no pudo viajar por problemas en el visado. Sin embargo, el ex Independiente logró sumarse a último momento y Rojo volvió a quedar afuera. Luego, cuando Costa se lesionó y había que rearmar la defensa, Rojo se bajó solo del partido contra Auckland City: apareció entrenándose en el gimnasio sin avisar al cuerpo técnico. Russo le reclamó y se produjo un cortocircuito que terminó de tensar el vínculo.

El defensor llegó a principios de 2021, con Russo como DT, aunque fue una apuesta de la dirigencia. Su ciclo fue irregular: jugó menos de la mitad de los partidos del equipo, acumuló lesiones, y protagonizó varios episodios que molestaron puertas adentro. Las rojas innecesarias en partidos decisivos, el festejo con cigarrillo y cerveza en el césped, el picado bajo la lluvia en el cumpleaños de Almendra… Llegó como una estrella, pero sus actitudes le hicieron perder respaldo tanto de los hinchas como de la dirigencia.

Rojo sabía que en este semestre iba a quedar muy relegado, pero igual fue incluido en el viaje a Estados Unidos para disputar el Mundial de Clubes. Solo Lema y Esteban Rolón se quedaron en Buenos Aires. La presencia del excapitán, que apenas tenía chances de jugar, generó un clima extraño en el plantel. En retrospectiva, en Boca reconocen que fue un error haberlo llevado al torneo.

En el caso de Rojo se había intentado hasta último momento negociarlo, pero todo resultó a destiempo. Hasta llegó a generarse una comunicación entre Riquelme y Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, para ver si Boca podía negociar al defensor más 2.500.000 de dólares para intercambiar por el pase de Santiago Ascacibar. El Pincha no tenía intenciones de desprenderse de una de sus figuras y menos con la Copa Libertadores por delante.

Boca siempre pretendió una compensación económica, porque Rojo no jugaba y también un historial reciente lleno de cortocircuitos. Con el libro de pases cerrado, Rojo ahora solo podrá incorporarse a otro equipo si ese club logró un cupo extra tras vender jugadores al exterior, o tendrá que buscar oportunidades fuera de la Argentina.

Rojo disputó 118 partidos con la camiseta de Boca, anotó nueve goles, recibió cuatro expulsiones y ganó tres títulos: la Copa Argentina 2021, la Copa de la Liga 2022 y la Liga Profesional 2022. Fue capitán durante mucho tiempo, hasta la llegada de Fernando Gago, quien le cedió la cinta a Edinson Cavani. Su imagen fue perdiendo fuerza, y terminó saliendo del equipo por un incidente fuera de la cancha: en su mejor momento futbolístico y físico en mucho tiempo, se ausentó sin aviso a una práctica alegando un cuadro gripal. En Boca no le creyeron, y por pedido de la dirigencia, Mariano Herrón lo marginó del partido contra Independiente, en el que el equipo quedó eliminado del Apertura.

No llegó a ser dirigido por Russo en ninguno de los partidos, pero tuvo conflictos también con el actual DT. El final estaba escrito y solo faltaba ponerle fecha al desenlace.

 El defensor, que tenía un vínculo firmado hasta fin de año, venía trabajando de manera excluida, con Saracchi y Lema  Read More