El juicio contra la expareja de Julieta Prandi, Claudio Contardi, por abuso, sumó un nuevo capítulo esta semana. José Sebastián Waizer, amigo íntimo de la modelo y conductora, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de Zárate-Campana y reveló el profundo deterioro que observó en ella tras años de presunta violencia física, psicológica y económica.
Caso Prandi: cuarto intermedio por una fuga de gas
El testimonio de José Sebastián Waizer sobre el cambio de Julieta Prandi
José Sebastián Waizer, amigo cercano de Julieta Prandi, fue testigo directo del deterioro que sufrió la modelo. “En el primer encuentro sentí que no era la Julieta que yo conocía. Estaba apagada”, afirmó Waizer. Describió a una Julieta “bloqueada, aturdida, perturbada y amenazada”. Según su testimonio, “parecía que tenía una cucaracha en el oído y que le iban dictando qué decir”.
Waizer también relató el estado deplorable de la casa a la que Prandi regresó tras la separación: “La electricidad estaba destruida, la piscina, los baños, la plomería. Todo con humedad, inhabitable. Fue intencional, el deterioro fue a propósito”. Para Waizer, Julieta “no tenía opciones, ni a quién decirle nada”. “No tenía un peso, ni para medicamentos de ella ni de sus hijos. Era una mujer que tenía que resolver el minuto a minuto”, apuntó.
José Sebastián Waizer concluyó su declaración con una frase contundente: “La conozco muchísimo y no la creería jamás capaz de hacer una denuncia de este estilo si fuese mentira”.
Otros testimonios que respaldan el relato
El testimonio de Waizer se suma al de otras personas cercanas a Prandi. Mariano Peluffo, compañero de trabajo, recordó un episodio en Pinamar donde la vio llegar pálida y angustiada. También fue testigo de la violencia económica que sufría: “Julieta me contó que Claudio le decía que prefería que no maneje por su inseguridad en la autopista… el miedo con los chicos”. Peluffo también aseguró que Prandi “por cuatro años no recibió un peso de cuota alimentaria”.
El psiquiatra Rafael Herrera Milano, quien atiende a Prandi desde 2022, describió un cuadro clínico grave. “Para ella, dormir era como ir a combatir. Revivía. Tenía un loop permanente en el cual las imágenes pasadas se venían al presente y no se las podía sacar de la cabeza”, explicó. Según el psiquiatra, Prandi presentaba insomnio, pesadillas y síntomas de ansiedad y depresión severos. “Le agarraban arcadas y no podía decirme qué pasaba. Recién meses después me contó que eso le quedó de las violaciones que padeció, según su relato”, agregó.
Flavia Crupi, psicologa de Julieta Prandi
Natalia Laura Prandi, hermana de Julieta, relató cómo la relación con su familia se deterioró desde que comenzó el vínculo con su expareja. “Empezó a cambiar su manera de relacionarse con nosotros y con su entorno”, dijo. Recordó que él generaba conflictos entre ella y sus padres, y que durante años no pudo compartir momentos con su hermana ni con sus sobrinos. “Me contó todos los abusos que sufrió y seguramente hubo más. Cuando le sacó el Internet y le dejó el teléfono adentro del freezer, se iba a Uruguay y le sacó el documento”, relató.
El tratamiento que recibió Julieta Prandi
El psiquiatra Rafael Herrera Milano detalló que el tratamiento de Prandi incluyó ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos. Aclaró que “Julieta no tenía psicosis” y que la medicación era un “parche para que pueda seguir con su vida”. Explicó que Prandi presentaba insomnio de fragmentación, sueños vívidos y pesadillas que la hacían revivir los hechos como si fueran actuales. “Pasa mucho en la gente que transitó una guerra”, dijo.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
El juicio contra la expareja de Julieta Prandi, Claudio Contardi, por abuso, sumó un nuevo capítulo esta semana. José Sebastián Waizer, amigo íntimo de la modelo y conductora, declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de Zárate-Campana y reveló el profundo deterioro que observó en ella tras años de presunta violencia física, psicológica y económica.
Caso Prandi: cuarto intermedio por una fuga de gas
El testimonio de José Sebastián Waizer sobre el cambio de Julieta Prandi
José Sebastián Waizer, amigo cercano de Julieta Prandi, fue testigo directo del deterioro que sufrió la modelo. “En el primer encuentro sentí que no era la Julieta que yo conocía. Estaba apagada”, afirmó Waizer. Describió a una Julieta “bloqueada, aturdida, perturbada y amenazada”. Según su testimonio, “parecía que tenía una cucaracha en el oído y que le iban dictando qué decir”.
Waizer también relató el estado deplorable de la casa a la que Prandi regresó tras la separación: “La electricidad estaba destruida, la piscina, los baños, la plomería. Todo con humedad, inhabitable. Fue intencional, el deterioro fue a propósito”. Para Waizer, Julieta “no tenía opciones, ni a quién decirle nada”. “No tenía un peso, ni para medicamentos de ella ni de sus hijos. Era una mujer que tenía que resolver el minuto a minuto”, apuntó.
José Sebastián Waizer concluyó su declaración con una frase contundente: “La conozco muchísimo y no la creería jamás capaz de hacer una denuncia de este estilo si fuese mentira”.
Otros testimonios que respaldan el relato
El testimonio de Waizer se suma al de otras personas cercanas a Prandi. Mariano Peluffo, compañero de trabajo, recordó un episodio en Pinamar donde la vio llegar pálida y angustiada. También fue testigo de la violencia económica que sufría: “Julieta me contó que Claudio le decía que prefería que no maneje por su inseguridad en la autopista… el miedo con los chicos”. Peluffo también aseguró que Prandi “por cuatro años no recibió un peso de cuota alimentaria”.
El psiquiatra Rafael Herrera Milano, quien atiende a Prandi desde 2022, describió un cuadro clínico grave. “Para ella, dormir era como ir a combatir. Revivía. Tenía un loop permanente en el cual las imágenes pasadas se venían al presente y no se las podía sacar de la cabeza”, explicó. Según el psiquiatra, Prandi presentaba insomnio, pesadillas y síntomas de ansiedad y depresión severos. “Le agarraban arcadas y no podía decirme qué pasaba. Recién meses después me contó que eso le quedó de las violaciones que padeció, según su relato”, agregó.
Flavia Crupi, psicologa de Julieta Prandi
Natalia Laura Prandi, hermana de Julieta, relató cómo la relación con su familia se deterioró desde que comenzó el vínculo con su expareja. “Empezó a cambiar su manera de relacionarse con nosotros y con su entorno”, dijo. Recordó que él generaba conflictos entre ella y sus padres, y que durante años no pudo compartir momentos con su hermana ni con sus sobrinos. “Me contó todos los abusos que sufrió y seguramente hubo más. Cuando le sacó el Internet y le dejó el teléfono adentro del freezer, se iba a Uruguay y le sacó el documento”, relató.
El tratamiento que recibió Julieta Prandi
El psiquiatra Rafael Herrera Milano detalló que el tratamiento de Prandi incluyó ansiolíticos, antidepresivos y antipsicóticos. Aclaró que “Julieta no tenía psicosis” y que la medicación era un “parche para que pueda seguir con su vida”. Explicó que Prandi presentaba insomnio de fragmentación, sueños vívidos y pesadillas que la hacían revivir los hechos como si fueran actuales. “Pasa mucho en la gente que transitó una guerra”, dijo.
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Juicio a Contardi: Testimonios revelan el impactante cambio de Julieta Prandi tras el presunto abuso. Amigos y profesionales describen una mujer “rota” y sometida. Read More