El filipino Manny Pacquiao (66.340 kg) volvió a pelear a los 46 años, tras cuatro de inactividad. En la noche del sábado mantuvo casi el mismo peso con el que combatió en la última década en sus peleas populares con el estadounidense Floyd Mayweather, el chubutense Lucas Matthysse o el mexicano Juan Manuel Márquez, quien lo “fulminó” con un golpe artesanal en 2012. Sin embargo, su estructura atlética se esfumó por completo. Tal como se esperaba.
Se lo observó sin músculos marcados, escasa tonicidad y con un dibujo de piernas ajeno a sus mejores fotos. Pese a todo esto, mereció un “empujón” de los jurados, que dictaminaron un empate en su combate con el norteamericano Mario Barrios (66.570 kg) por el título mundial Welter (CMB), ante 13.107 espectadores que asistieron al mítico MGM Grand de Las Vegas.
.@Boxer_Barrios and @MannyPacquiao trade at the end of RD8, with Barrios shooting the Jab and Manny dancing around el Azteca.
📺 Order #PacquiaoBarrios now: https://t.co/f0TyAhZSE7 pic.twitter.com/klNdRIAskK
— Premier Boxing Champions (@premierboxing) July 20, 2025
Satisfecho, pero sin euforia, Pacquiao dijo: “Quiero dejar un mensaje a los jóvenes con esta vuelta al ring. Con la ayuda de Dios y con esfuerzo, todo es posible. Sin embargo, no pude darle a esta reaparición el tiempo que merecía. Mi actividad política me permitió prepararme sólo dos meses y eso me restó chances. Creo que gané, yo gané la pelea y estoy entusiasmado con una revancha con Barrios para cuando se pueda. Quiero dejar un legado en el boxeo para que la nueva generación lo recoja”.
En un match pobre y repetido, de escasa intensidad, Barrios, de 30 años y una ventaja de 17 centímetros en altura, se llevó todos los cargos y las culpas. Por su estrategia avara, casi sin lanzamientos de derecha, causantes de la iniciativa permanente de Pacquiao, que trató conectar sus impactos como pudo: saltando, tocando o sorprendiendo – aisladamente- con cierta puntería. Todo esto, con movimientos de una torpeza llamativa ajena a la figura del gran Manny Pacquiao.
Dos de los jurados señalaron igualdad en 114 –tal fue la tarjeta de LA NACION- y el restante indicó 115–113 para Barrios. Por actitud, Pacquiao mereció un premio mayor más allá de la frialdad de las matemáticas del fallo. Barrios, por su desdén y falta de entrega a las acciones, ameritó un castigo mayor: relegar la corona.
La clasificación de Pacquiao por parte del CMB encendió –otra vez- las polémicas. Si bien le “embarró” el ring a Barrios, dividió el veredicto y soportó 36 minutos de acción. Nos preguntamos entonces: ¿Está capacitado, a esta altura, para combatir en el primerísimo nivel con otro tipo de campeones? Creemos que no. Definitivamente.
Potenció su historial de seis coronas mundiales oficiales en pesos diferentes con 62 victorias, 8 reveses y 3 derrotas. Ganó mas de diez millones de dólares por este match y siguió abriendo acertijos: ¿Cuánto vale la imagen de una deportista? El prestigio y la reputación… ¿Se convirtieron en valores en extinción?
Pacquiao puso todo esto en juego en una riesgosa apuesta en una ruleta de Las Vegas. Evitó el ridículo, pero volvió a claudicar ante el ocaso. Ya expuesto ante Yordenis Ugas, en 2021. No le alcanzó para obtener una nueva corona. Y nadie hubiese protestado si a modo de último acto la hubiese logrado.
El filipino Manny Pacquiao (66.340 kg) volvió a pelear a los 46 años, tras cuatro de inactividad. En la noche del sábado mantuvo casi el mismo peso con el que combatió en la última década en sus peleas populares con el estadounidense Floyd Mayweather, el chubutense Lucas Matthysse o el mexicano Juan Manuel Márquez, quien lo “fulminó” con un golpe artesanal en 2012. Sin embargo, su estructura atlética se esfumó por completo. Tal como se esperaba.
Se lo observó sin músculos marcados, escasa tonicidad y con un dibujo de piernas ajeno a sus mejores fotos. Pese a todo esto, mereció un “empujón” de los jurados, que dictaminaron un empate en su combate con el norteamericano Mario Barrios (66.570 kg) por el título mundial Welter (CMB), ante 13.107 espectadores que asistieron al mítico MGM Grand de Las Vegas.
.@Boxer_Barrios and @MannyPacquiao trade at the end of RD8, with Barrios shooting the Jab and Manny dancing around el Azteca.
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— Premier Boxing Champions (@premierboxing) July 20, 2025
Satisfecho, pero sin euforia, Pacquiao dijo: “Quiero dejar un mensaje a los jóvenes con esta vuelta al ring. Con la ayuda de Dios y con esfuerzo, todo es posible. Sin embargo, no pude darle a esta reaparición el tiempo que merecía. Mi actividad política me permitió prepararme sólo dos meses y eso me restó chances. Creo que gané, yo gané la pelea y estoy entusiasmado con una revancha con Barrios para cuando se pueda. Quiero dejar un legado en el boxeo para que la nueva generación lo recoja”.
En un match pobre y repetido, de escasa intensidad, Barrios, de 30 años y una ventaja de 17 centímetros en altura, se llevó todos los cargos y las culpas. Por su estrategia avara, casi sin lanzamientos de derecha, causantes de la iniciativa permanente de Pacquiao, que trató conectar sus impactos como pudo: saltando, tocando o sorprendiendo – aisladamente- con cierta puntería. Todo esto, con movimientos de una torpeza llamativa ajena a la figura del gran Manny Pacquiao.
Dos de los jurados señalaron igualdad en 114 –tal fue la tarjeta de LA NACION- y el restante indicó 115–113 para Barrios. Por actitud, Pacquiao mereció un premio mayor más allá de la frialdad de las matemáticas del fallo. Barrios, por su desdén y falta de entrega a las acciones, ameritó un castigo mayor: relegar la corona.
La clasificación de Pacquiao por parte del CMB encendió –otra vez- las polémicas. Si bien le “embarró” el ring a Barrios, dividió el veredicto y soportó 36 minutos de acción. Nos preguntamos entonces: ¿Está capacitado, a esta altura, para combatir en el primerísimo nivel con otro tipo de campeones? Creemos que no. Definitivamente.
Potenció su historial de seis coronas mundiales oficiales en pesos diferentes con 62 victorias, 8 reveses y 3 derrotas. Ganó mas de diez millones de dólares por este match y siguió abriendo acertijos: ¿Cuánto vale la imagen de una deportista? El prestigio y la reputación… ¿Se convirtieron en valores en extinción?
Pacquiao puso todo esto en juego en una riesgosa apuesta en una ruleta de Las Vegas. Evitó el ridículo, pero volvió a claudicar ante el ocaso. Ya expuesto ante Yordenis Ugas, en 2021. No le alcanzó para obtener una nueva corona. Y nadie hubiese protestado si a modo de último acto la hubiese logrado.
En una pelea sin brillo empató con Mario Barrios, que conservó el título mundial welter (CMB) en Las Vegas Read More