Por encima de las expectativas, la inflación se aceleró al 4,8% en marzo según los datos oficiales del INDEC. De esta manera, los aumentos de precios acumularon un 13% en el primer trimestre de 2021, lo cual complica aun más el cumplimiento de lo proyectado por el Gobierno en la Ley de Presupuesto.
En el marco del inicio de clases, el principal incremento de precios durante el tercer mes del año se verificó en el rubro educación, con un fuerte salto del 28,5%. Detrás le siguió prendas de vestir y calzado, con un alza del 10,8%.
“Si bien todos los rubros mostraron aumentos muy significativos, estos dos segmentos tienen estacionalidad elevada en marzo (por el cambio de temporada en ropas exteriores y por la alta demanda de útiles escolares y la actualización de las cuotas de escuelas”, explicó a Ámbito Joaquín Waldman, economista de la consultora Ecolatina. En efecto, los precios estacionales ascendieron 7,5% mientras que los regulados por el Gobierno treparon 4,5%.
Los precios también aumentaron por encima de la media en bebidas alcohólicas y tabaco (6,4%), debido al ascenso en los cigarrillos, y en recreación y cultura (5,3%), en medio de la apertura de cines en la mayoría de las regiones del país.
Por su parte, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas, la de mayor ponderación en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el INDEC, exhibió un incremento mensual del 4,6%. El mismo fue traccionado principalmente por las subas en algunas verduras y en lácteos; en el Gran Buenos Aires los alimentos que más subieron fueron el tomate redondo (36,8%), la lechuga (16,9%), el el queso cremoso (15,8%), el queso sardo (13,9%) y la leche entera en sachet (12%).
A pesar de los factores estacionales, la inflación núcleo (que no contempla ni la estacionalidad ni los precios regulados) fue del 4,5%, la más alta del año. Según un informe de la consultora LCG, esto responde “a la inercia alta que tienen el resto de los precios de la canasta de los consumidores”.
En términos generales, la inflación de marzo fue la más elevada desde septiembre de 2019. “Es un registro semejante a los del trimestre posterior a la devaluación post PASO en 2019 o al registrado en el segundo trimestre de 2016 cuando se inició el proceso actualización de las tarifas, pero sin que esta vez opere un traslado a precios por ajustes del tipo de cambio (que incluso se deprecia a un ritmo cada vez menor), ni haya comenzado el descongelamiento tarifario”, advirtieron desde LCG.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, ya había advertido que el dato iba a ser superior al de los meses previos. “Hay circunstancias coyunturales que han estado afectando a los precios, incluyendo la inflación en alimentos, que es un problema en el mundo y particularmente en esta pandemia”, explicó esta semana el funcionario.
Por su parte, las consultoras y entidades financieras que participaron del último REM del Banco Central habían estimado una inflación del 3,9% para el período en cuestión. De cara al futuro, el mercado espera una continua pero tenue desaceleración de los aumentos de precios.
Según el REM de marzo la inflación será del 46% en 2021 aunque quienes mejor estimaron esta variable en los últimos meses (calificados por el BCRA dentro del TOP 10) esperan un 44,7%. En ambos casos la cifra difiere considerablemente del 29% que proyectó el Gobierno en la Ley de Presupuesto.
“La pauta del Presupuesto nacional requeriría que la inflación de acá a fin de año se ubique por abajo de 1,5% mensual, en promedio, y no se va a cumplir. Esperamos que el aumento de precios en el año se ubique por arriba del 40%”, dijo Waldman.
Dentro del Gobierno se perciben diferentes estrategias para combatir los aumentos de precios. Por el momento, la desaceleración del ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial parecer ser la principal herramienta utilizada.
Guzmán dijo hace semanas que prevé que el dólar mayorista registre en 2021 un incremento en torno al 25%, en línea con la pauta inflacionaria oficial. No obstante, aclaró que esto debe estar acompañado de un diálogo intersectorial que permita coordinar expectativas. Además, afirmó que la inflación es un problema macroeconómico y que, por ende, debe atacarse bajo esa consideración.
Por otra parte, desde la Secretaría de Comercio Interior resaltan constantemente la importancia de los controles de precios y el monitoreo de los programas que buscan ponerle límites a las empresas. En ese sentido, la Jefatura de Gabinete decidió este martes enviar a inspectores de la AFIP a controlar el cumplimiento del programa de Precios Máximos.
Por disposición del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el Gobierno también va a controlar la aplicación de la ley de abastecimiento y analiza un aumento de las sanciones.