La Unión Europea (UE) lanzó hoy las bases de su transformación para combatir el cambio climático, con un conjunto de propuestas que contempla el fin de la comercialización de automóviles con motores de combustión para 2035.
El enorme plan se propone ayudar a alcanzar la meta de reducir para el año 2030 al menos el 55% de las emisiones de carbono con relación a 1990, para lograr la neutralidad en 2050.
Para ello, el bloque comunitario de 26 países introducirá gradualmente exigencias que promoverán la salida de escena de los automóviles que funcionen a nafta y diésel.
El plan fue presentado formalmente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el funcionario responsable por la política ambiental, Frans Timmermans, además de otros funcionarios.
“Europa es el primer continente en presentar una arquitectura verde integral: tenemos el objetivo y ahora presentamos una ‘hoja de ruta’ para lograrlo”, dijo Von der Leyen, informó la agencia de noticias AFP.
De acuerdo con la funcionaria alemana, el programa “combina la reducción de emisiones de carbono con medidas para preservar la naturaleza y situar el empleo y la igualdad social en el corazón de esta transformación verde”.
El plan incluye una propuesta para gravar gradualmente a partir de 2023 el combustible utilizado en vuelos dentro de la Unión Europea, con el objetivo de forzar una reducción en las emisiones en el sector.
El impuesto sería implementado gradualmente a lo largo de 10 años, mientras que se elevaría el objetivo mínimo para el uso de biocombustibles en aviones y desaparecerían los “permisos para contaminar” gratuitos de que disfruta ese sector.
Este ambicioso programa también propone la implementación de impuestos a importaciones contaminantes, que pasarían a ser gestionados mediante el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE (RCDE).
El enorme plan, que se traduce en numerosos proyectos de ley, ahora deberá ser objeto de negociaciones entre el Parlamento Europeo y los países del bloque.