Esquina: la localidad correntina que hizo feliz a Maradona, tiene un río increíble y mucha fauna

Hubo una época en la que el río Paraná y el río Corriente (así, en singular) se miraban desde lejos. Fluían en dos sintonías diferentes, sin verse las caras, pero una pequeña conexión los unía. Desde el caudaloso Paraná llegaban las mercaderías que bajaban desde Asunción, en Paraguay, para ingresar a la localidad de Esquina, justo en el vértice de la provincia de Corrientes, poco antes de chocarse con Entre Ríos. Allí, entre las barcazas que descargaban los bultos de gran porte para llevarlos en naves propicias para un dragado menor, estaba don Diego Maradona, el papá del Diez. Durante años trabajó cargando los bultos, hasta que la conexión entre los dos ríos se amplió, se quedó sin trabajo y emigró a Villa Fiorito, en el conurbano bonaerense, para criar a sus siete hijos.

Mientras tanto, otra historia familiar se tejía en Esquina: la de la familia Röhner, que había llegado de Suiza cuatro generaciones atrás. “Mi bisabuelo emigró a Canals e Isla Verde en la provincia de Córdoba. Cuando uno de sus tíos de apellido Baumann, que no tenía herederos, compró un campo en Esquina, tomó a mi abuelo paterno como hijo propio y lo designó administrador”, relata Arnoldo Röhner, que para su mamá es Arnoldito y para sus hermanos es Arnold.

Relata que Arnoldo padre, hijo de aquel administrador de campo, creció económincamente las tierras de Esquina e invirtió en estaciones de servicio y una concesionaria, pero se fundió con la hiperinflación de los ´80 y tuvo que vender todo. Lo único que pudo salvar fue la casa familiar y se reinventó. “Mi padre era amigo de guías de pesca. Ellos le propusieron usar como alojamiento las habitaciones que los cuatro hermanos habíamos dejado libres al irnos a estudiar a la ciudad. Así empezaron a recibir gente”, rememora Arnold.

Recibido de contador, Arnold volvió a Esquina en 2003 y notó que tenían muy pocas habitaciones para el alto costo fijo de mantenerlo. Hipotecó lo que le quedaba y apostaron en grande: construyeron quince habitaciones que dieron vida a Hambaré, la posada que, en guaraní significa “paraje delicioso”. Con el tiempo harían quince más. Y, más tarde, levantarían la Posada del Rocío, justo al lado. Todo con la puesta del sol sobre el río Corriente, entre gran cantidad de aves, además de muy buenos servicios y restaurante con pescado de río.

Fiel a sus raíces y ya como futbolista consagrado, Diego Maradona visitaba Esquina todos los años para seguir unido a la tierra de sus padres, que había visto crecer a sus hermanos mayores. Su plan siempre era salir a pescar. La relación con los Röhner surgió cuando un vecino le pidió a Arnoldo –que tenía lancha– si podía sacar a dar una vuelta por el río al jugador. Allí nació un vínculo que se fortaleció con los años e incluyó picaditos de futbol en la casa de los Röhner, asados con amigos y más eventos deportivos que enorgullecieron durante años a los esquineneses.

Maradona y mucho más

Bautizada originalmente Santa Rita de la Esquina del Río Corriente, Esquina es una localidad pintoresca, con una costanera larga y pequeñas playas. Distante a 668 kilómetros de la Capital Federal, para visitarla conviene tomar la RN 9, desde allí la RN 12 y luego la RP 6, por la cual se transita hasta volver a retomar la RN 12. Se atraviesa en diagonal la provincia de Entre Ríos hacia el norte.

¿Sus atractivos? Su buen clima: por cómo corre el viento, en verano la temperatura no suele trepar mucho más allá de los 30 grados, a pesar de que es una provincia calurosa. Por otro lado, el río Corriente que no es peligroso y tiene 42 kilómetros de ancho de delta. Sólo hay que evitar bañarse luego de una tormenta porque el lecho arenoso queda revuelto y hay más peces que de costumbre. “Esta zona es un valle de inundación a donde los peces vienen a desovar para aprovechar las condiciones climáticas y la corriente. Aquí nacen y se crían, para migrar después de dos o tres años”, señala Arnold sobre las condiciones que hacen que Esquina sea un gran lugar para la pesca deportiva. “En tres días se pueden encontrar hasta ciento cincuenta dorados, que siempre se pescan con devolución”, completa. Y agrega que hay estancias que proponen una experiencia rural genuina, como La Pelada y Buena Vista. Reciben huéspedes para salir de cabalgata sobre médanos, comer muy buen asado y participar de arreos.

Datos útiles

Posada Hambaré. Con vista al río Corriente, tiene una pileta de buenas dimensiones y un jardín bien parquizado. Es propiedad de los Röhner, con Arnoldito a cargo, desde la década del 90. Hoy cuentan con treinta habitaciones, algunas estándar y otras suites. Proponen una tarifa para tomar el desayuno y otra completa, con vianda para el almuerzo y guía de pesca. RP 12, acceso norte s/n. T: +54 9 (3777) 622477 / (3777) 460270. IG: @posadahambareEstancia La Pelada. Junto al río, recibe visitantes en sus siete habitaciones con baño privado. Muy bien atendida por Augustito y Majo Röhner, propone paseos en lancha y cabalgatas entre lagunas e incluyen avistaje de yacarés, aves y carpinchos. Las empanadas, el asado, el chipá, la simpatía de los dueños y la amabilidad de peones y empleadas completan la grata experiencia. RP 30 s/n, Esquina, Corrientes. T: +44 9 (3777) 60-8460. IG: @estancialapeladaesquina. FB: EstanciaLaPeladaEstancia Buena Vista. Al frente de la estancia está Klaus Liebig (h) y su mujer Gloria Rosado. Ellos siguen la tradición de Klaus Liebig y Sara Röhner, sus padres, quienes abrieron las puertas de la propiedad al turismo hace tres décadas. El casco es de 1890 y el abuelo de Klaus la restauró en la década de 1920. Cuentan con ocho habitaciones muy cómodas, algunas en el casco principal y otras en la casa de huéspedes, todas con baño propio y pensión completa. Se trata de una propiedad auténtica, donde no hay shows para turistas, y es posible aproximarse a la rica cultura de los menchos, como se conoce a los gauchos correntinos. Paseos en bote, cabalgatas por las lagunas y entre las estancias, trabajos rurales, pesca embarcada, avistajes son algunas de las actividades para disfrutar. Paraje Los Laureles. T: + 54 9 (3777) 41-2888. IG: @estanciabuenavista

Hubo una época en la que el río Paraná y el río Corriente (así, en singular) se miraban desde lejos. Fluían en dos sintonías diferentes, sin verse las caras, pero una pequeña conexión los unía. Desde el caudaloso Paraná llegaban las mercaderías que bajaban desde Asunción, en Paraguay, para ingresar a la localidad de Esquina, justo en el vértice de la provincia de Corrientes, poco antes de chocarse con Entre Ríos. Allí, entre las barcazas que descargaban los bultos de gran porte para llevarlos en naves propicias para un dragado menor, estaba don Diego Maradona, el papá del Diez. Durante años trabajó cargando los bultos, hasta que la conexión entre los dos ríos se amplió, se quedó sin trabajo y emigró a Villa Fiorito, en el conurbano bonaerense, para criar a sus siete hijos.

Mientras tanto, otra historia familiar se tejía en Esquina: la de la familia Röhner, que había llegado de Suiza cuatro generaciones atrás. “Mi bisabuelo emigró a Canals e Isla Verde en la provincia de Córdoba. Cuando uno de sus tíos de apellido Baumann, que no tenía herederos, compró un campo en Esquina, tomó a mi abuelo paterno como hijo propio y lo designó administrador”, relata Arnoldo Röhner, que para su mamá es Arnoldito y para sus hermanos es Arnold.

Relata que Arnoldo padre, hijo de aquel administrador de campo, creció económincamente las tierras de Esquina e invirtió en estaciones de servicio y una concesionaria, pero se fundió con la hiperinflación de los ´80 y tuvo que vender todo. Lo único que pudo salvar fue la casa familiar y se reinventó. “Mi padre era amigo de guías de pesca. Ellos le propusieron usar como alojamiento las habitaciones que los cuatro hermanos habíamos dejado libres al irnos a estudiar a la ciudad. Así empezaron a recibir gente”, rememora Arnold.

Recibido de contador, Arnold volvió a Esquina en 2003 y notó que tenían muy pocas habitaciones para el alto costo fijo de mantenerlo. Hipotecó lo que le quedaba y apostaron en grande: construyeron quince habitaciones que dieron vida a Hambaré, la posada que, en guaraní significa “paraje delicioso”. Con el tiempo harían quince más. Y, más tarde, levantarían la Posada del Rocío, justo al lado. Todo con la puesta del sol sobre el río Corriente, entre gran cantidad de aves, además de muy buenos servicios y restaurante con pescado de río.

Fiel a sus raíces y ya como futbolista consagrado, Diego Maradona visitaba Esquina todos los años para seguir unido a la tierra de sus padres, que había visto crecer a sus hermanos mayores. Su plan siempre era salir a pescar. La relación con los Röhner surgió cuando un vecino le pidió a Arnoldo –que tenía lancha– si podía sacar a dar una vuelta por el río al jugador. Allí nació un vínculo que se fortaleció con los años e incluyó picaditos de futbol en la casa de los Röhner, asados con amigos y más eventos deportivos que enorgullecieron durante años a los esquineneses.

Maradona y mucho más

Bautizada originalmente Santa Rita de la Esquina del Río Corriente, Esquina es una localidad pintoresca, con una costanera larga y pequeñas playas. Distante a 668 kilómetros de la Capital Federal, para visitarla conviene tomar la RN 9, desde allí la RN 12 y luego la RP 6, por la cual se transita hasta volver a retomar la RN 12. Se atraviesa en diagonal la provincia de Entre Ríos hacia el norte.

¿Sus atractivos? Su buen clima: por cómo corre el viento, en verano la temperatura no suele trepar mucho más allá de los 30 grados, a pesar de que es una provincia calurosa. Por otro lado, el río Corriente que no es peligroso y tiene 42 kilómetros de ancho de delta. Sólo hay que evitar bañarse luego de una tormenta porque el lecho arenoso queda revuelto y hay más peces que de costumbre. “Esta zona es un valle de inundación a donde los peces vienen a desovar para aprovechar las condiciones climáticas y la corriente. Aquí nacen y se crían, para migrar después de dos o tres años”, señala Arnold sobre las condiciones que hacen que Esquina sea un gran lugar para la pesca deportiva. “En tres días se pueden encontrar hasta ciento cincuenta dorados, que siempre se pescan con devolución”, completa. Y agrega que hay estancias que proponen una experiencia rural genuina, como La Pelada y Buena Vista. Reciben huéspedes para salir de cabalgata sobre médanos, comer muy buen asado y participar de arreos.

Datos útiles

Posada Hambaré. Con vista al río Corriente, tiene una pileta de buenas dimensiones y un jardín bien parquizado. Es propiedad de los Röhner, con Arnoldito a cargo, desde la década del 90. Hoy cuentan con treinta habitaciones, algunas estándar y otras suites. Proponen una tarifa para tomar el desayuno y otra completa, con vianda para el almuerzo y guía de pesca. RP 12, acceso norte s/n. T: +54 9 (3777) 622477 / (3777) 460270. IG: @posadahambareEstancia La Pelada. Junto al río, recibe visitantes en sus siete habitaciones con baño privado. Muy bien atendida por Augustito y Majo Röhner, propone paseos en lancha y cabalgatas entre lagunas e incluyen avistaje de yacarés, aves y carpinchos. Las empanadas, el asado, el chipá, la simpatía de los dueños y la amabilidad de peones y empleadas completan la grata experiencia. RP 30 s/n, Esquina, Corrientes. T: +44 9 (3777) 60-8460. IG: @estancialapeladaesquina. FB: EstanciaLaPeladaEstancia Buena Vista. Al frente de la estancia está Klaus Liebig (h) y su mujer Gloria Rosado. Ellos siguen la tradición de Klaus Liebig y Sara Röhner, sus padres, quienes abrieron las puertas de la propiedad al turismo hace tres décadas. El casco es de 1890 y el abuelo de Klaus la restauró en la década de 1920. Cuentan con ocho habitaciones muy cómodas, algunas en el casco principal y otras en la casa de huéspedes, todas con baño propio y pensión completa. Se trata de una propiedad auténtica, donde no hay shows para turistas, y es posible aproximarse a la rica cultura de los menchos, como se conoce a los gauchos correntinos. Paseos en bote, cabalgatas por las lagunas y entre las estancias, trabajos rurales, pesca embarcada, avistajes son algunas de las actividades para disfrutar. Paraje Los Laureles. T: + 54 9 (3777) 41-2888. IG: @estanciabuenavista

 Al sur de Corrientes, la tierra de los padres del Diez y de una familia suiza que lleva cuatro generaciones, es ideal para pescar y visitar estancias.  Read More

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