Las miradas

Olvidemos por un instante dos datos cruciales: el lugar y el momento en que se hizo esta foto. Concentrémonos en su maravilla, las miradas. Están las que conectan entre sí, la que nos observa desde un dibujo hecho vaya a saberse por quién y cuándo; las que descubren al fotógrafo y, al hacerlo, nos interpelan. Dos niños se asoman a la izquierda de la ventana, sonríen y se encuentran con los ojos (sabemos que lo hacen, incluso aunque a ella la veamos de espaldas) de su maestra. Dicen que la infancia es un invento moderno, que durante la mayor parte de lahistoria apenas fue un tránsito breve y descuidado, del que no todos salían vivos. Quizás sostener la infancia sea, además, un rasgo civilizatorio. Justo lo que hace ahora esta mujer en un campo de refugiados de la Franja de Gaza, ese territorio donde, desde el 7 de octubre del año pasado, nada parece crecer salvo el espanto.

Olvidemos por un instante dos datos cruciales: el lugar y el momento en que se hizo esta foto. Concentrémonos en su maravilla, las miradas. Están las que conectan entre sí, la que nos observa desde un dibujo hecho vaya a saberse por quién y cuándo; las que descubren al fotógrafo y, al hacerlo, nos interpelan. Dos niños se asoman a la izquierda de la ventana, sonríen y se encuentran con los ojos (sabemos que lo hacen, incluso aunque a ella la veamos de espaldas) de su maestra. Dicen que la infancia es un invento moderno, que durante la mayor parte de lahistoria apenas fue un tránsito breve y descuidado, del que no todos salían vivos. Quizás sostener la infancia sea, además, un rasgo civilizatorio. Justo lo que hace ahora esta mujer en un campo de refugiados de la Franja de Gaza, ese territorio donde, desde el 7 de octubre del año pasado, nada parece crecer salvo el espanto.

 Olvidemos por un instante dos datos cruciales: el lugar y el momento en que se hizo esta foto. Concentrémonos en su maravilla, las miradas. Están las que conectan entre sí, la que nos observa desde un dibujo hecho vaya a saberse por quién y cuándo; las que descubren al fotógrafo y, al hacerlo, nos interpelan. Dos niños se asoman a la izquierda de la ventana, sonríen y se encuentran con los ojos (sabemos que lo hacen, incluso aunque a ella la veamos de espaldas) de su maestra. Dicen que la infancia es un invento moderno, que durante la mayor parte de lahistoria apenas fue un tránsito breve y descuidado, del que no todos salían vivos. Quizás sostener la infancia sea, además, un rasgo civilizatorio. Justo lo que hace ahora esta mujer en un campo de refugiados de la Franja de Gaza, ese territorio donde, desde el 7 de octubre del año pasado, nada parece crecer salvo el espanto.  Read More

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