Cinco alimentos que hay que evitar para disminuir el riesgo de cáncer

Una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, legumbres y diversos tipos de carnes forma la base de una alimentación saludable. Esta combinación proporciona los nutrientes esenciales y vitaminas que el cuerpo necesita para mantenerse saludable y lleno de energía. Teniendo esto en cuenta, hay algunos alimentos destacados a la hora de anticiparnos a algunas enfermedades. En este caso, te contamos los cinco que hay que evitar para prevenir el cáncer.

Fueron el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer quienes compartieron los cinco alimentos que si se eliminan de la dieta pueden ayudar a prevenir esta enfermedad:

1. Carne procesada

Según una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las carnes procesadas se consideran un carcinógeno del Grupo 1. Teniendo esto en cuenta, se recomienda sacarlas de la dieta o limitar su consumo tanto como sea posible. Es importante tener en cuenta que esta es la que “no se vende fresca, sino que fue curada, salada, ahumada o conservada de alguna otra manera”.

Estos alimentos están vinculados a enfermedades debido a la presencia de nitratos y nitritos, productos químicos añadidos durante su fabricación para prolongar su frescura. Estos compuestos pueden transformarse en N-nitroso (NOC), sustancias químicas que dañan las células del revestimiento intestinal, aumentando el riesgo de cáncer de intestino cuando son consumidos.

2. Panceta

Posiblemente, no sea una sorpresa que la panceta esté en esta lista, dado que es sabido desde hace tiempo que este alimento, frecuentemente consumido frito o en diversas preparaciones culinarias, contiene altos niveles de grasas saturadas, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, el proceso de curado utilizado en su producción implica que sea clasificado como carcinógeno. La OMS reveló que cocinar este tipo de alimento a altas temperaturas también “produce más de ciertos tipos de sustancias químicas cancerígenas”.

3. Salame y chorizo

Al igual que la panceta, los productos del cerdo como el salame y el chorizo también son embutidos curados, lo que quiere decir que el proceso de conservación (que tradicionalmente se lleva adelante para evitar su deterioro e intoxicaciones alimentarias) puede tener un impacto negativo en la salud.

Asimismo, el proceso de curación aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de intestino; la OMS dio a conocer que comer 50 gramos de carne procesada al día aumentará el riesgo de desarrollar cáncer de intestino del 6% al 7%.

4. Carne en conserva

Aunque la carne en conserva aporta nutrientes como hierro y vitamina B12, el proceso de salazón la incluye en la lista de compuestos químicos que aumentan el riesgo de cáncer, por lo que es crucial limitar su consumo. Por otro lado, la carne vacuna también se clasifica como carcinógeno del Grupo 2A, lo que indica que probablemente contribuye al desarrollo de esta enfermedad.

5. Jamón

Por su parte, el jamón, un alimento básico para la mayoría de las personas que puede usarse en preparaciones simples como en los sandwiches, está clasificado entre los alimentos procesados que se deben evitar debido al uso de sales que le dan su sabor característico. Además, al igual que la carne vacuna, la de cerdo también está catalogada como carcinógeno de clase 2A.

Si bien reducir las carnes procesadas no elimina por completo el riesgo de desarrollar cáncer, teniendo en cuenta que hay múltiples factores que pueden contribuir, cambiarlas o limitar su consumo es una opción sensata para cuidar la salud. Según el NHS, es aconsejable limitar el consumo de carnes rojas a 350-500 g por semana. Para esto, algunas alternativas como carnes blancas frescas, como el pollo y pescado, son ideales, ya que pueden ser opciones más saludables.

Una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, legumbres y diversos tipos de carnes forma la base de una alimentación saludable. Esta combinación proporciona los nutrientes esenciales y vitaminas que el cuerpo necesita para mantenerse saludable y lleno de energía. Teniendo esto en cuenta, hay algunos alimentos destacados a la hora de anticiparnos a algunas enfermedades. En este caso, te contamos los cinco que hay que evitar para prevenir el cáncer.

Fueron el Servicio Nacional de Salud (NHS por sus siglas en inglés) y el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer quienes compartieron los cinco alimentos que si se eliminan de la dieta pueden ayudar a prevenir esta enfermedad:

1. Carne procesada

Según una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las carnes procesadas se consideran un carcinógeno del Grupo 1. Teniendo esto en cuenta, se recomienda sacarlas de la dieta o limitar su consumo tanto como sea posible. Es importante tener en cuenta que esta es la que “no se vende fresca, sino que fue curada, salada, ahumada o conservada de alguna otra manera”.

Estos alimentos están vinculados a enfermedades debido a la presencia de nitratos y nitritos, productos químicos añadidos durante su fabricación para prolongar su frescura. Estos compuestos pueden transformarse en N-nitroso (NOC), sustancias químicas que dañan las células del revestimiento intestinal, aumentando el riesgo de cáncer de intestino cuando son consumidos.

2. Panceta

Posiblemente, no sea una sorpresa que la panceta esté en esta lista, dado que es sabido desde hace tiempo que este alimento, frecuentemente consumido frito o en diversas preparaciones culinarias, contiene altos niveles de grasas saturadas, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, el proceso de curado utilizado en su producción implica que sea clasificado como carcinógeno. La OMS reveló que cocinar este tipo de alimento a altas temperaturas también “produce más de ciertos tipos de sustancias químicas cancerígenas”.

3. Salame y chorizo

Al igual que la panceta, los productos del cerdo como el salame y el chorizo también son embutidos curados, lo que quiere decir que el proceso de conservación (que tradicionalmente se lleva adelante para evitar su deterioro e intoxicaciones alimentarias) puede tener un impacto negativo en la salud.

Asimismo, el proceso de curación aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de intestino; la OMS dio a conocer que comer 50 gramos de carne procesada al día aumentará el riesgo de desarrollar cáncer de intestino del 6% al 7%.

4. Carne en conserva

Aunque la carne en conserva aporta nutrientes como hierro y vitamina B12, el proceso de salazón la incluye en la lista de compuestos químicos que aumentan el riesgo de cáncer, por lo que es crucial limitar su consumo. Por otro lado, la carne vacuna también se clasifica como carcinógeno del Grupo 2A, lo que indica que probablemente contribuye al desarrollo de esta enfermedad.

5. Jamón

Por su parte, el jamón, un alimento básico para la mayoría de las personas que puede usarse en preparaciones simples como en los sandwiches, está clasificado entre los alimentos procesados que se deben evitar debido al uso de sales que le dan su sabor característico. Además, al igual que la carne vacuna, la de cerdo también está catalogada como carcinógeno de clase 2A.

Si bien reducir las carnes procesadas no elimina por completo el riesgo de desarrollar cáncer, teniendo en cuenta que hay múltiples factores que pueden contribuir, cambiarlas o limitar su consumo es una opción sensata para cuidar la salud. Según el NHS, es aconsejable limitar el consumo de carnes rojas a 350-500 g por semana. Para esto, algunas alternativas como carnes blancas frescas, como el pollo y pescado, son ideales, ya que pueden ser opciones más saludables.

 Según dieron a conocer la OMS y otras entidades, estos alimentos tienen una gran cantidad de carcinógenos, por lo que sacarlos de la dieta puede traer varios beneficios para la salud  Read More

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