Caputo recuperó el arsenal cambiario que usó en 2018

“El mercado hoy cerró bien, pero los bonos cayeron. Toto [Luis Caputo] está preocupado, dice que mañana va a ser un día bravo. Estamos en la cornisa, dependemos mucho del crédito internacional y todos los que nos rodean están locos”.

Así describió el expresidente Mauricio Macri en su libro Primer Tiempo los primeros días de tensión financiera que marcó su gestión, en abril de 2018. El actual ministro de Economía era por entonces el titular de la cartera de Finanzas y había recomendado a Macri acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para pedir financiamiento, ya que el mercado internacional de crédito se había cerrado para la Argentina. Cuatro meses después, a fines de septiembre de 2018, Caputo salía del gobierno por diferencias con el propio organismo al que había sugerido pedirle ayuda.

Si bien desde entonces hubo dos cambios de presidentes, seis ministros de Economía y dos nuevos préstamos del FMI, la Argentina se encuentra seis años después debatiendo sobre los mismos temas económicos.

En 2018, para frenar la corrida cambiaria, Caputo sugirió al entonces presidente del Banco Central y actual ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, anunciar que la entidad estaba dispuesta a vender US$5000 millones de sus reservas para sostener el tipo de cambio en $25. La medida funcionó durante un tiempo porque no necesitó desprenderse de los dólares para que el tipo de cambio oficial se estabilice en el valor que habían fijado.

El fin de semana pasado, el ministro de Economía apostó por la misma estrategia. De viaje en Estados Unidos, el presidente Javier Milei y Caputo anunciaron que el BCRA intervendrá en el mercado del contado con liquidación (CCL) y en el MEP con la venta de dólares, luego de que la semana pasada se acelerara el aumento de la brecha cambiaria y llegara al 60%.

La explicación oficial consistió en decir que la medida tiene por objetivo reducir la emisión monetaria, ya que, con la venta de dólares, se retiran pesos de circulación, aunque hay otros instrumentos también para lograr ese fin.

Para reforzar el mensaje, ayer el Ministerio de Economía dijo que “la estimación del BCRA es que se deberán absorber unos $2,5 billones de adicionales a lo que se absorbe por superávit primario”. El equipo económico no explicitó cómo se llegó a esa estimación, ni con qué frecuencia será el mecanismo de aspiración de pesos.

Si el Gobierno avanza en retirar esa cantidad de dinero con la venta de dólares, como dijo el fin de semana, deberá desprenderse de al menos US$1900 millones, a la cotización actual del CCL ($1307). Si el tipo de cambio paralelo sigue bajando, necesitará vender más dólares.

Al igual que en 2018, Caputo intentará que no haga falta utilizar los dólares para reducir la brecha cambiaria, como ocurrió ayer, cuando con solo el anuncio, el valor del CCL cayó $122 (8,5%). A diferencia de 2018, Caputo cuenta con menos reservas netas esta vez, ya que todavía están en niveles negativos de más de US$2000 millones. Las reservas brutas cerraron ayer en US$28.172 millones. En 2018, eran casi el doble, US$51.000 millones, y las netas eran positivas en más de US$3000 millones.

“El gran tema acá es que, a diferencia de seis años atrás, faltan dólares; las reservas netas son negativas. La jugada se puede hacer en tanto que no genere alarma en los depositantes, que sea una amenaza, pero que no se terminen usando los dólares. Pero si el mercado los va a buscar y el Banco Central pierde reservas, no puede durar mucho. Están cantando falta envido con un 26. Tal vez sale bien, pero el riesgo es alto. Son tipos de jugadas que Caputo suele hacer”, dijo un banquero de la city porteña.

“La forma en que se anunció y en el contexto que se hizo parece un manotazo de ahogado. Se asustaron con la suba de la brecha e intentaron calmarla porque había tomado una dinámica fea”, agregó el economista.

La duda en el mercado financiero que el Gobierno todavía no terminó de despejar es si el FMI avalará la medida, ya que en 2018, la entonces gestión tuvo que quitar la oferta de US$5000 millones para sostener el tipo de cambio cuando se negoció la ampliación del crédito con el Fondo a US$57.1000 millones.

Actualmente, a diferencia del mensaje de apoyo que brindó la portavoz del organismo, Julie Kozack, minutos después de la conferencia de prensa en conjunto que dieron Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, hace unas semanas, esta vez el FMI todavía no emitió comentario.

Solo hubo un mensaje de la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, felicitando al país por ganar la Copa América. “Es genial ver a una nueva generación de jugadores brillando al más alto nivel”, dijo en X la economista nacida en Calcuta.

En general, el FMI no es proclive a aceptar que se vendan reservas para sostener el tipo de cambio, ya que son menos dólares disponibles para pagarle la deuda al propio organismo. Sobre todo, si la forma de intervención en el mercado no es un sistema transparente y previsible.

Lo contó también Macri en su libro Primer Tiempo, al describir las dificultades que generó esa prohibición en la gestión. También señaló las “opiniones diversas sobre el impacto que tendría el acuerdo [con el FMI] en el mercado de cambios” entre Caputo y Sturzenegger.

“Toto Caputo creía que las nuevas reglas para no intervenir solo nos iban a dar unos pocos días de paz. Así lo dijo, en su estilo apasionado y directo, en una tensa reunión que tuvimos en Olivos en la que también participó [Nicolás] Dujovne. ‘En dos o tres días te van a ir a buscar otra vez, Fede, saben que no tenés armas para contrarrestarlo’, dijo Toto”, según el relato del expresidente.

La relación entre Caputo y el Fondo, sin embargo, se terminó de desgastar cuando el entonces presidente del BCRA le recomendó a Macri anunciar en un mensaje grabado que ya tenían avanzado un nuevo acuerdo con el FMI, aunque eso era “parcialmente cierto”. Caputo dijo que era necesario “enviar una señal contundente antes de que abrieran los mercados, para frenar una corrida que él veía inevitable”, según contó Macri.

“Enseguida fue calificado como un error, porque no consiguió los efectos buscados. Por un lado, no logró evitar el salto del dólar (en un solo día pasó de 34 pesos a 39) y, por otro, no hubo comunicado del FMI de respaldo a mi mensaje. Admito que fue un error y que incumplió sus objetivos del día, pero sí cumplió otro: despertó al FMI de su siesta y les hizo ver que necesitábamos un nuevo acuerdo lo antes posible”, agregó el fundador del Pro.

A diferencia de ese entonces, la reciente medida de Caputo tuvo el efecto deseado porque bajó la brecha cambiaria, pero al igual que en 2018, no hubo todavía comunicado de respaldo del FMI.

“El mercado hoy cerró bien, pero los bonos cayeron. Toto [Luis Caputo] está preocupado, dice que mañana va a ser un día bravo. Estamos en la cornisa, dependemos mucho del crédito internacional y todos los que nos rodean están locos”.

Así describió el expresidente Mauricio Macri en su libro Primer Tiempo los primeros días de tensión financiera que marcó su gestión, en abril de 2018. El actual ministro de Economía era por entonces el titular de la cartera de Finanzas y había recomendado a Macri acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para pedir financiamiento, ya que el mercado internacional de crédito se había cerrado para la Argentina. Cuatro meses después, a fines de septiembre de 2018, Caputo salía del gobierno por diferencias con el propio organismo al que había sugerido pedirle ayuda.

Si bien desde entonces hubo dos cambios de presidentes, seis ministros de Economía y dos nuevos préstamos del FMI, la Argentina se encuentra seis años después debatiendo sobre los mismos temas económicos.

En 2018, para frenar la corrida cambiaria, Caputo sugirió al entonces presidente del Banco Central y actual ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, anunciar que la entidad estaba dispuesta a vender US$5000 millones de sus reservas para sostener el tipo de cambio en $25. La medida funcionó durante un tiempo porque no necesitó desprenderse de los dólares para que el tipo de cambio oficial se estabilice en el valor que habían fijado.

El fin de semana pasado, el ministro de Economía apostó por la misma estrategia. De viaje en Estados Unidos, el presidente Javier Milei y Caputo anunciaron que el BCRA intervendrá en el mercado del contado con liquidación (CCL) y en el MEP con la venta de dólares, luego de que la semana pasada se acelerara el aumento de la brecha cambiaria y llegara al 60%.

La explicación oficial consistió en decir que la medida tiene por objetivo reducir la emisión monetaria, ya que, con la venta de dólares, se retiran pesos de circulación, aunque hay otros instrumentos también para lograr ese fin.

Para reforzar el mensaje, ayer el Ministerio de Economía dijo que “la estimación del BCRA es que se deberán absorber unos $2,5 billones de adicionales a lo que se absorbe por superávit primario”. El equipo económico no explicitó cómo se llegó a esa estimación, ni con qué frecuencia será el mecanismo de aspiración de pesos.

Si el Gobierno avanza en retirar esa cantidad de dinero con la venta de dólares, como dijo el fin de semana, deberá desprenderse de al menos US$1900 millones, a la cotización actual del CCL ($1307). Si el tipo de cambio paralelo sigue bajando, necesitará vender más dólares.

Al igual que en 2018, Caputo intentará que no haga falta utilizar los dólares para reducir la brecha cambiaria, como ocurrió ayer, cuando con solo el anuncio, el valor del CCL cayó $122 (8,5%). A diferencia de 2018, Caputo cuenta con menos reservas netas esta vez, ya que todavía están en niveles negativos de más de US$2000 millones. Las reservas brutas cerraron ayer en US$28.172 millones. En 2018, eran casi el doble, US$51.000 millones, y las netas eran positivas en más de US$3000 millones.

“El gran tema acá es que, a diferencia de seis años atrás, faltan dólares; las reservas netas son negativas. La jugada se puede hacer en tanto que no genere alarma en los depositantes, que sea una amenaza, pero que no se terminen usando los dólares. Pero si el mercado los va a buscar y el Banco Central pierde reservas, no puede durar mucho. Están cantando falta envido con un 26. Tal vez sale bien, pero el riesgo es alto. Son tipos de jugadas que Caputo suele hacer”, dijo un banquero de la city porteña.

“La forma en que se anunció y en el contexto que se hizo parece un manotazo de ahogado. Se asustaron con la suba de la brecha e intentaron calmarla porque había tomado una dinámica fea”, agregó el economista.

La duda en el mercado financiero que el Gobierno todavía no terminó de despejar es si el FMI avalará la medida, ya que en 2018, la entonces gestión tuvo que quitar la oferta de US$5000 millones para sostener el tipo de cambio cuando se negoció la ampliación del crédito con el Fondo a US$57.1000 millones.

Actualmente, a diferencia del mensaje de apoyo que brindó la portavoz del organismo, Julie Kozack, minutos después de la conferencia de prensa en conjunto que dieron Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, hace unas semanas, esta vez el FMI todavía no emitió comentario.

Solo hubo un mensaje de la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, felicitando al país por ganar la Copa América. “Es genial ver a una nueva generación de jugadores brillando al más alto nivel”, dijo en X la economista nacida en Calcuta.

En general, el FMI no es proclive a aceptar que se vendan reservas para sostener el tipo de cambio, ya que son menos dólares disponibles para pagarle la deuda al propio organismo. Sobre todo, si la forma de intervención en el mercado no es un sistema transparente y previsible.

Lo contó también Macri en su libro Primer Tiempo, al describir las dificultades que generó esa prohibición en la gestión. También señaló las “opiniones diversas sobre el impacto que tendría el acuerdo [con el FMI] en el mercado de cambios” entre Caputo y Sturzenegger.

“Toto Caputo creía que las nuevas reglas para no intervenir solo nos iban a dar unos pocos días de paz. Así lo dijo, en su estilo apasionado y directo, en una tensa reunión que tuvimos en Olivos en la que también participó [Nicolás] Dujovne. ‘En dos o tres días te van a ir a buscar otra vez, Fede, saben que no tenés armas para contrarrestarlo’, dijo Toto”, según el relato del expresidente.

La relación entre Caputo y el Fondo, sin embargo, se terminó de desgastar cuando el entonces presidente del BCRA le recomendó a Macri anunciar en un mensaje grabado que ya tenían avanzado un nuevo acuerdo con el FMI, aunque eso era “parcialmente cierto”. Caputo dijo que era necesario “enviar una señal contundente antes de que abrieran los mercados, para frenar una corrida que él veía inevitable”, según contó Macri.

“Enseguida fue calificado como un error, porque no consiguió los efectos buscados. Por un lado, no logró evitar el salto del dólar (en un solo día pasó de 34 pesos a 39) y, por otro, no hubo comunicado del FMI de respaldo a mi mensaje. Admito que fue un error y que incumplió sus objetivos del día, pero sí cumplió otro: despertó al FMI de su siesta y les hizo ver que necesitábamos un nuevo acuerdo lo antes posible”, agregó el fundador del Pro.

A diferencia de ese entonces, la reciente medida de Caputo tuvo el efecto deseado porque bajó la brecha cambiaria, pero al igual que en 2018, no hubo todavía comunicado de respaldo del FMI.

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