Greeicy: el recuerdo de su famoso exnovio argentino, su amistad con Tini y su debut en el Gran Rex

Sonríe, Greeicy Yeliana Rendón Ceballos -o Greeicy a secas, su nombre artístico-. La cantante y actriz de 32 años aterrizó hace poco días en la Argentina para presentarse como solista por primera vez en el teatro Gran Rex. Está agotada, pero el cansancio no opaca su actitud. La mueca ineludible de felicidad es fruto de su gira internacional Greeicy-Yeliana World Tour, que arrasó en Europa y en los Estados Unidos y que tendrá su cita este jueves en Buenos Aires.

Desde pequeña Greeicy sintió una inclinación natural por el mundo artístico y estudió canto, piano, guitarra y actuación. A los 14 años se presentó en el reality show Factor X y a partir de ese momento las puertas del mundo del espectáculo se le abrieron de par en par. El reconocimiento internacional apareció de la mano de la serie de televisión Chica vampiro. En 2019 la joven colombiana lanzó su primer álbum titulado Baila y decidió apostar por su faceta musical, colaborando con grandes figuras como Alejandro Sanz, Tini Stoessel, Juanes, Anitta, David Bisbal, Danny Ocean y Fonseca.

La catarata de shows, la crianza de su pequeño hijo de dos años Kai y la proyección de su carrera envuelven a Greeicy dentro de una agenda ardua. Nada de ese ajetreo parece pesarle, en la previa de su show en nuestro país la artista se dispone a conversar con LA NACIÓN sobre su trabajo y su vida personal con pasión. Su energía es arrolladora y su simpatía, genuina.

—Desde pequeña alcanzaste reconocimiento popular en tu país y eso traspasó fronteras. Hoy protagonizás una gira internacional exitosa que conlleva una agenda apretada. ¿Cómo hacés cuadrar todo eso?

—Siento que todo en la vida tiene su lado B. Puede parecer súper cliché, pero pasamos un gran porcentaje de la vida trabajando y a mi me encanta mi trabajo. Al final, la vida es una montaña rusa de emociones, de vivencias, de retos. A veces las cosas se ponen mal pero cuando hago lo que me apasiona nunca se sienten mal. Estoy cansada, pero estoy haciendo lo que me gusta, entonces al final no importa. Hago lo que algún día soñé. Estoy cumpliendo cosas que jamás me imaginé para mi vida. Por eso siempre pienso que es importante elegir a qué le vas a dedicar ese porcentaje de tu vida que va al trabajo.

—¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte al arte?

—Vengo de una familia muy humilde, muy trabajadora, de una ciudad pequeña de Colombia donde no tenía ni un solo contacto, ni dinero. Sabía que tenía un talento porque actuaba, bailaba, cantaba en el colegio todo el tiempo y desde mi lugar pequeño trataba de dedicarme al arte. Mi pensamiento y mi alma estaban ahí, pero sin obsesionarme ni ilusionarme con esas cosas. Creía que iba seguir cantando pero en algo pequeño. Creí que iba a ser veterinaria porque me encantan los animales. En la industria hay una frase que se usa mucho y que me gusta: “Que la suerte y la oportunidad te agarren trabajando”.

—¿Alguna vez te sentiste abrumada de pasar de ser una chica de una ciudad pequeña a llenar estadios y tener 23 millones de seguidores en las redes sociales?

—Mi percepción ha cambiado un montón. Creo que en las redes la gente se sigue por mil motivos, no sé si las 23 millones de personas que me siguen en Instagram escuchan mi música. No me dejo llevar por ese número. Sé que es un número importante y que mueve. Lo que sí me motiva es saber que lo que comparto de mi experiencia de vida tiene la posibilidad de expandirse, y que puedo dar un mensaje. Aunque sea bailando en un video: bailar es una cosa simple, pero maravillosa. Quiero inspirar a la gente así que soy cuidadosa con lo que comparto. En eso siento una responsabilidad.

—Sos amiga de Tini Stoessel. Este año ella comentó públicamente que atravesó momentos muy difíciles a causa de la exposición. ¿Hay muchas presiones en la industria?

—Creo que hay cosas que nos pasan como seres humanos que son inevitables. Todos somos iguales, porque todos tenemos miedos, incertidumbres, momentos de logros, de retos y de oscuridad. Obviamente la figura pública expone su vida, entonces lo que vive se expande y esa es una presión distinta. Una siente presión, no te voy a decir que no.

—¿La pudiste acompañar en su proceso de sanación?

—Sí. Siento que hay momentos donde quizás si estás viviendo algo muy complejo que está marcando tu integridad personal, tu alma y tu esencia alejarse es una súper opción. Un poquito fue lo que ella hizo. Ella dijo: “Esto no me está haciendo bien ¿qué es lo mejor que puedo hacer en este momento? Descansar un poco de lo que expande mi realidad”. Al final hay mil personas que están viviendo cosas similares a las que uno vive, pero el hecho de ser una figura pública lo expande.

—Protagonizaste la serie Chica Vampiro junto al actor argentino Santiago Talledo, con el que mantuviste un vínculo amoroso. Él comentó haberte mentido sobre su sexualidad…

—Nos conocimos cuando teníamos 18 años en una producción en Colombia y hubo química al instante. Tuvimos una especie de historia de cuento por dos o tres meses. Él estaba en un momento complejo de su vida; tenía miedo de no ser aceptado [por su orientación sexual]. Al ser una figura pública y trabajar en programas para niños y en Disney… no sé cómo es ahora, pero en esa época había una cosa tonta de “cuidar no sé que”. Él estaba en ese proceso de liberarse. Fue un momento muy lindo porque lo acompañé desde otro lugar. Un día lo miré a los ojos y le dije: “Dale, yo no te gusto. Ya sé lo que sos y te amo así” y nos matamos de risa. Lo acompañé un montón desde otro lugar, como amiga. Nunca me ofendí, entendí que él tenía miedo de expresar su realidad en ese momento y fue algo maravilloso. Él es una persona increíble y tiene un talento enorme.

—En tu último disco y a partir de la experiencia de tu propia maternidad destacaste la necesidad de hablarle a las madres solteras…

—Me encanta compartir cosas íntimas en las que mi vida no es color de rosa y así conectó con un montón de gente. Aunque tuve a mi hijo en pareja con Mike Bahía, la experiencia de la maternidad me conectó con un montón de seguidoras desde otro lugar. Muchas veces la gente ve a los artistas como inalcanzables y perfectos pero somos todos iguales. Así como muestro un logro me gusta mostrar otras cosas. Por ejemplo, si alguien ve mi maternidad como “qué hermosa ella con su pareja divina” también quiero mostrarle el detrás de eso. Los retos. Todas las veces que como mujer me he confrontado conmigo misma desde el miedo. Todas las veces que me miraba al espejo y pensaba: “No voy a ser capaz de volver a ser la misma de antes. No voy a ser capaz de ser la artista que soñaba ser”. Porque hoy no soy dueña de mi tiempo como lo era antes. Y ahí todas conectamos.

—¿En qué cosas te sentís distinta?

—No soy la misma de antes. No lo soy. Soy una mejor versión. Soy más capaz de lo que yo creía, o sea, yo juré que no iba a lograr esto. No pensé que iba a volver a hacer giras. No tenía ni tiempo para bañarme. ¿Cómo iba a hacer una gira internacional? ¡Y lo estoy haciendo! Tengo la fortuna de contar con una familia y una pareja que me permiten esta posibilidad de viajar a la Argentina y ellos quedarse cuidando a mi hijo. Él fue una inspiración y un motor que me mostró que era más capaz de lo que yo creía.

Sonríe, Greeicy Yeliana Rendón Ceballos -o Greeicy a secas, su nombre artístico-. La cantante y actriz de 32 años aterrizó hace poco días en la Argentina para presentarse como solista por primera vez en el teatro Gran Rex. Está agotada, pero el cansancio no opaca su actitud. La mueca ineludible de felicidad es fruto de su gira internacional Greeicy-Yeliana World Tour, que arrasó en Europa y en los Estados Unidos y que tendrá su cita este jueves en Buenos Aires.

Desde pequeña Greeicy sintió una inclinación natural por el mundo artístico y estudió canto, piano, guitarra y actuación. A los 14 años se presentó en el reality show Factor X y a partir de ese momento las puertas del mundo del espectáculo se le abrieron de par en par. El reconocimiento internacional apareció de la mano de la serie de televisión Chica vampiro. En 2019 la joven colombiana lanzó su primer álbum titulado Baila y decidió apostar por su faceta musical, colaborando con grandes figuras como Alejandro Sanz, Tini Stoessel, Juanes, Anitta, David Bisbal, Danny Ocean y Fonseca.

La catarata de shows, la crianza de su pequeño hijo de dos años Kai y la proyección de su carrera envuelven a Greeicy dentro de una agenda ardua. Nada de ese ajetreo parece pesarle, en la previa de su show en nuestro país la artista se dispone a conversar con LA NACIÓN sobre su trabajo y su vida personal con pasión. Su energía es arrolladora y su simpatía, genuina.

—Desde pequeña alcanzaste reconocimiento popular en tu país y eso traspasó fronteras. Hoy protagonizás una gira internacional exitosa que conlleva una agenda apretada. ¿Cómo hacés cuadrar todo eso?

—Siento que todo en la vida tiene su lado B. Puede parecer súper cliché, pero pasamos un gran porcentaje de la vida trabajando y a mi me encanta mi trabajo. Al final, la vida es una montaña rusa de emociones, de vivencias, de retos. A veces las cosas se ponen mal pero cuando hago lo que me apasiona nunca se sienten mal. Estoy cansada, pero estoy haciendo lo que me gusta, entonces al final no importa. Hago lo que algún día soñé. Estoy cumpliendo cosas que jamás me imaginé para mi vida. Por eso siempre pienso que es importante elegir a qué le vas a dedicar ese porcentaje de tu vida que va al trabajo.

—¿Siempre tuviste claro que querías dedicarte al arte?

—Vengo de una familia muy humilde, muy trabajadora, de una ciudad pequeña de Colombia donde no tenía ni un solo contacto, ni dinero. Sabía que tenía un talento porque actuaba, bailaba, cantaba en el colegio todo el tiempo y desde mi lugar pequeño trataba de dedicarme al arte. Mi pensamiento y mi alma estaban ahí, pero sin obsesionarme ni ilusionarme con esas cosas. Creía que iba seguir cantando pero en algo pequeño. Creí que iba a ser veterinaria porque me encantan los animales. En la industria hay una frase que se usa mucho y que me gusta: “Que la suerte y la oportunidad te agarren trabajando”.

—¿Alguna vez te sentiste abrumada de pasar de ser una chica de una ciudad pequeña a llenar estadios y tener 23 millones de seguidores en las redes sociales?

—Mi percepción ha cambiado un montón. Creo que en las redes la gente se sigue por mil motivos, no sé si las 23 millones de personas que me siguen en Instagram escuchan mi música. No me dejo llevar por ese número. Sé que es un número importante y que mueve. Lo que sí me motiva es saber que lo que comparto de mi experiencia de vida tiene la posibilidad de expandirse, y que puedo dar un mensaje. Aunque sea bailando en un video: bailar es una cosa simple, pero maravillosa. Quiero inspirar a la gente así que soy cuidadosa con lo que comparto. En eso siento una responsabilidad.

—Sos amiga de Tini Stoessel. Este año ella comentó públicamente que atravesó momentos muy difíciles a causa de la exposición. ¿Hay muchas presiones en la industria?

—Creo que hay cosas que nos pasan como seres humanos que son inevitables. Todos somos iguales, porque todos tenemos miedos, incertidumbres, momentos de logros, de retos y de oscuridad. Obviamente la figura pública expone su vida, entonces lo que vive se expande y esa es una presión distinta. Una siente presión, no te voy a decir que no.

—¿La pudiste acompañar en su proceso de sanación?

—Sí. Siento que hay momentos donde quizás si estás viviendo algo muy complejo que está marcando tu integridad personal, tu alma y tu esencia alejarse es una súper opción. Un poquito fue lo que ella hizo. Ella dijo: “Esto no me está haciendo bien ¿qué es lo mejor que puedo hacer en este momento? Descansar un poco de lo que expande mi realidad”. Al final hay mil personas que están viviendo cosas similares a las que uno vive, pero el hecho de ser una figura pública lo expande.

—Protagonizaste la serie Chica Vampiro junto al actor argentino Santiago Talledo, con el que mantuviste un vínculo amoroso. Él comentó haberte mentido sobre su sexualidad…

—Nos conocimos cuando teníamos 18 años en una producción en Colombia y hubo química al instante. Tuvimos una especie de historia de cuento por dos o tres meses. Él estaba en un momento complejo de su vida; tenía miedo de no ser aceptado [por su orientación sexual]. Al ser una figura pública y trabajar en programas para niños y en Disney… no sé cómo es ahora, pero en esa época había una cosa tonta de “cuidar no sé que”. Él estaba en ese proceso de liberarse. Fue un momento muy lindo porque lo acompañé desde otro lugar. Un día lo miré a los ojos y le dije: “Dale, yo no te gusto. Ya sé lo que sos y te amo así” y nos matamos de risa. Lo acompañé un montón desde otro lugar, como amiga. Nunca me ofendí, entendí que él tenía miedo de expresar su realidad en ese momento y fue algo maravilloso. Él es una persona increíble y tiene un talento enorme.

—En tu último disco y a partir de la experiencia de tu propia maternidad destacaste la necesidad de hablarle a las madres solteras…

—Me encanta compartir cosas íntimas en las que mi vida no es color de rosa y así conectó con un montón de gente. Aunque tuve a mi hijo en pareja con Mike Bahía, la experiencia de la maternidad me conectó con un montón de seguidoras desde otro lugar. Muchas veces la gente ve a los artistas como inalcanzables y perfectos pero somos todos iguales. Así como muestro un logro me gusta mostrar otras cosas. Por ejemplo, si alguien ve mi maternidad como “qué hermosa ella con su pareja divina” también quiero mostrarle el detrás de eso. Los retos. Todas las veces que como mujer me he confrontado conmigo misma desde el miedo. Todas las veces que me miraba al espejo y pensaba: “No voy a ser capaz de volver a ser la misma de antes. No voy a ser capaz de ser la artista que soñaba ser”. Porque hoy no soy dueña de mi tiempo como lo era antes. Y ahí todas conectamos.

—¿En qué cosas te sentís distinta?

—No soy la misma de antes. No lo soy. Soy una mejor versión. Soy más capaz de lo que yo creía, o sea, yo juré que no iba a lograr esto. No pensé que iba a volver a hacer giras. No tenía ni tiempo para bañarme. ¿Cómo iba a hacer una gira internacional? ¡Y lo estoy haciendo! Tengo la fortuna de contar con una familia y una pareja que me permiten esta posibilidad de viajar a la Argentina y ellos quedarse cuidando a mi hijo. Él fue una inspiración y un motor que me mostró que era más capaz de lo que yo creía.

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