“Dios es mi roca. Cuando entro a la cancha sé que me va a proteger”, dice Adrián “Maravilla” Martínez. El delantero nacido en Campana hace 32 años es una de las razones por las que Racing se coronó campeón de la Copa Sudamericana. Tal vez, la más importante. Sus diez tantos –uno en la final ante Cruzeiro– lo convirtieron en el goleador del torneo, con una conquista más que el brasileño Yuri Alberto, de Corinthians. Martínez agradece a Dios: “Esta semana me llovían los mensajes. Pastores, hermanos. Tengo la posibilidad de agarrar un micrófono y hablar de la fe. Agradecido con Dios y con la vida”, agrega en la conferencia de prensa. Es un hombre de fe.
Esa fe le ayudó a sobrellevar situaciones límite, como cuando fue detenido por error en 2014. Balearon a su hermano Braian y él fue arrestado: lo acusaron de haber quemado y robado la casa del agresor.”Estuve un día en la comisaría y después ya fui preso a la Unidad 21 de Campana durante siete meses”, contó en una entrevista con LA NACION. Y agregó: “De ahí adentro se cuentan muchas cosas, pero bueno, ahí tenía que estar a las expectativas de lo que iba a pasar porque era todo nuevo, pero yo puedo decir que tuve calle y pude zafar de muchas cosas que pasan ahí. Pero sí, ahí matan gente, se cagan de hambre, por lo menos donde yo estuve me cagué de hambre. Si mi familia no me llevaba para comer, no comía. Adentro tuve varios conflictos, tuve miedo adentro de la cárcel, porque siempre hay uno que es más loco que otro. Aparte, no les importa nada a los presos, porque se pelean y ya conoce las leyes. Dicen que si matan a alguien saben que son dos años más porque es por defensa propia, entonces si tienen 30 años, que sean 32 no les cambia en nada”.
¡¡¡MARAVILLA APARECIÓ LIBRE EN EL ÁREA Y MARCÓ EL 2-0 DE RACING ANTE CRUZEIRO!!!
📺 La final de la CONMEBOL #Sudamericana, por #DisneyPlus pic.twitter.com/JNWGeG5AXw
— SportsCenter (@SC_ESPN) November 23, 2024
Después –recién después– de aquella experiencia traumática llegó el fútbol. Siempre de 9; siempre como goleador. Defensores Unidos de Zárate, Atlanta, Sol de América, Libertad y Cerro Porteño (todos de Paraguay), Coritiba (Brasil) e Instituto de Córdoba. Hasta enero de 2024, cuando Racing pagó dos millones de dólares por su pase y le dio la responsabilidad de hacer los goles.
A mitad de temporada los hinchas se impacientaron. La cláusula de salida de ocho millones de euros netos para Racing parecía poco dinero para un futbolista que en julio llevaba ¡20 goles en 25 partidos! Hubo versiones: China llamaba a la puerta del delantero. Ajeno a todo el runrún, “Maravilla” se encomendó a Racing. Hubo un conflicto por su contrato, que vence en 2026, e incluso algún reclamo de los hinchas en el Cilindro de Avellaneda tras una mal rendimiento. Martínez eligió las redes sociales para decir que se quedaba: “Cualquier cosa se puede negociar en la vida. Menos la palabra, la gratitud y la honra. Falta poco para empezar una nueva ilusión. Siempre con compromiso”. Y se quedó.
Lo hizo para ser campeón de la Sudamericana y pelear el título en la Liga Profesional. Lo hizo, además, porque tenía el apoyo del entrenador, Gustavo Costas, y de sus compañeros. Ya con la medalla de campeón continental, tiene palabras elogiosas para el DT: “Me pongo contento por Costas. Es una excelente persona. Siempre se esfuerza. Quiere lo mejor para Racing. Te habla de Racing y se le caen las lágrimas”. Martínez no olvidará este 23 de noviembre de 2024: “Estoy contento por poder lograr esto en un club grande”, asegura. Y el goleador creyente de Racing; de la Copa Sudamericana, vuelve a su fe: “Dios nos respaldó”.
“Dios es mi roca. Cuando entro a la cancha sé que me va a proteger”, dice Adrián “Maravilla” Martínez. El delantero nacido en Campana hace 32 años es una de las razones por las que Racing se coronó campeón de la Copa Sudamericana. Tal vez, la más importante. Sus diez tantos –uno en la final ante Cruzeiro– lo convirtieron en el goleador del torneo, con una conquista más que el brasileño Yuri Alberto, de Corinthians. Martínez agradece a Dios: “Esta semana me llovían los mensajes. Pastores, hermanos. Tengo la posibilidad de agarrar un micrófono y hablar de la fe. Agradecido con Dios y con la vida”, agrega en la conferencia de prensa. Es un hombre de fe.
Esa fe le ayudó a sobrellevar situaciones límite, como cuando fue detenido por error en 2014. Balearon a su hermano Braian y él fue arrestado: lo acusaron de haber quemado y robado la casa del agresor.”Estuve un día en la comisaría y después ya fui preso a la Unidad 21 de Campana durante siete meses”, contó en una entrevista con LA NACION. Y agregó: “De ahí adentro se cuentan muchas cosas, pero bueno, ahí tenía que estar a las expectativas de lo que iba a pasar porque era todo nuevo, pero yo puedo decir que tuve calle y pude zafar de muchas cosas que pasan ahí. Pero sí, ahí matan gente, se cagan de hambre, por lo menos donde yo estuve me cagué de hambre. Si mi familia no me llevaba para comer, no comía. Adentro tuve varios conflictos, tuve miedo adentro de la cárcel, porque siempre hay uno que es más loco que otro. Aparte, no les importa nada a los presos, porque se pelean y ya conoce las leyes. Dicen que si matan a alguien saben que son dos años más porque es por defensa propia, entonces si tienen 30 años, que sean 32 no les cambia en nada”.
¡¡¡MARAVILLA APARECIÓ LIBRE EN EL ÁREA Y MARCÓ EL 2-0 DE RACING ANTE CRUZEIRO!!!
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— SportsCenter (@SC_ESPN) November 23, 2024
Después –recién después– de aquella experiencia traumática llegó el fútbol. Siempre de 9; siempre como goleador. Defensores Unidos de Zárate, Atlanta, Sol de América, Libertad y Cerro Porteño (todos de Paraguay), Coritiba (Brasil) e Instituto de Córdoba. Hasta enero de 2024, cuando Racing pagó dos millones de dólares por su pase y le dio la responsabilidad de hacer los goles.
A mitad de temporada los hinchas se impacientaron. La cláusula de salida de ocho millones de euros netos para Racing parecía poco dinero para un futbolista que en julio llevaba ¡20 goles en 25 partidos! Hubo versiones: China llamaba a la puerta del delantero. Ajeno a todo el runrún, “Maravilla” se encomendó a Racing. Hubo un conflicto por su contrato, que vence en 2026, e incluso algún reclamo de los hinchas en el Cilindro de Avellaneda tras una mal rendimiento. Martínez eligió las redes sociales para decir que se quedaba: “Cualquier cosa se puede negociar en la vida. Menos la palabra, la gratitud y la honra. Falta poco para empezar una nueva ilusión. Siempre con compromiso”. Y se quedó.
Lo hizo para ser campeón de la Sudamericana y pelear el título en la Liga Profesional. Lo hizo, además, porque tenía el apoyo del entrenador, Gustavo Costas, y de sus compañeros. Ya con la medalla de campeón continental, tiene palabras elogiosas para el DT: “Me pongo contento por Costas. Es una excelente persona. Siempre se esfuerza. Quiere lo mejor para Racing. Te habla de Racing y se le caen las lágrimas”. Martínez no olvidará este 23 de noviembre de 2024: “Estoy contento por poder lograr esto en un club grande”, asegura. Y el goleador creyente de Racing; de la Copa Sudamericana, vuelve a su fe: “Dios nos respaldó”.
Anotó un tanto ante Cruzeiro en la final y acumuló 10 en el torneo, uno más que el brasileño Yuri Alberto Read More