La memoria anticipada de la serie de producción argentina más esperada de los últimos tiempos se guarda en la vasta extensión de los Estudios Ronda, en la localidad bonaerense de Martínez. Allí están preparados y dispuestos algunos de los detalles más relevantes del arte y el diseño de la primera adaptación audiovisual de El eternauta, que llegará a Netflix el 30 de abril próximo.
Trajes diseñados en tamaño real y a escala humana, maquetas, bocetos y toda clase de elementos en los que se mezclan objetos de la vida real e imaginativos recursos propios de la ciencia ficción se revelan por primera vez allí. Son las muestras del arduo trabajo de producción que se llevó adelante para cumplir con un proyecto del que se viene hablando desde hace al menos dos décadas y nunca pudo concretarse hasta ahora: poner en movimiento, con imagen, sonido y personajes de carne y hueso, la gran historieta que imaginaron Héctor Germán Oesterheld (texto) y Francisco Solano López (dibujos), y que se publicó por primera vez en 1957.
“Adaptar El eternauta fue siempre un sueño de nuestra comunidad artística y cinematográfica”, dice ante un puñado de medios especializados de nuestro país y América latina, entre ellos LA NACION, Matías Mosteirín, productor ejecutivo (junto a Leticia Cristi) de la serie desde K&S Films, que en 2005 había dado el primer paso para llevar la historieta a la pantalla a través de un acuerdo inicial con la familia Oesterheld. En ese primer momento, la intención fue hacer un largometraje.
La idea entró en un larguísimo limbo, que incluyó un sinnúmero de idas y venidas, mientras varios nombres muy destacados empezaban a mencionarse con posibilidades de hacerla realidad. El de Lucrecia Martel fue el más importante de todos durante esa larga y fallida etapa. Hasta que en 2018 Netflix entró en escena y después de un tiempo de tratativas y negociaciones el proyecto encontró luz verde, pero ahora en formato de serie. Creada y dirigida por Bruno Stagnaro (Pizza, birra, faso; Okupas), y protagonizada por Ricardo Darín, Carla Peterson, Andrea Pietra, César Troncoso, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto y Claudio Martínez Bel, entre otros, los 6 episodios de la primera temporada de El eternauta estarán disponibles en Netflix a partir del 30 de abril.
“Esta es una obra con una gran premisa y una consigna muy profunda y muy impactante, pero muy difícil de adaptar a una estructura de tres actos precisamente por su naturaleza episódica. De pronto, la posibilidad de volver a un formato de ese tipo ofrecía muchas respuestas que hasta ese momento no habíamos encontrado”, explica Mosteirín sobre la decisión de descartar la idea inicial de un largometraje y optar por una serie.
La exposición de objetos y herramientas nos lleva directamente al universo de una historieta leída y comentada desde múltiples perspectivas estéticas e ideológicas por varias generaciones de argentinos a lo largo de las últimas seis décadas y media. La trama, según la imaginaron Oesterheld y Solano López a través de los cuadritos, muestra a Juan Salvo y sus amigos luchando por sobrevivir después de haber sido testigos mudos y asombrados de la sorpresiva aparición de una nevada tóxica que acaba con la vida de la mayoría de la población y deja aislados e inertes a quienes lograron escapar de ella.
Poco después, como todo el que leyó la historieta sabe muy bien, quedó claro que ese fenómeno meteorológico resultó apenas un anticipo de la llegada a nuestro planeta de algo más poderoso: una fuerza extraterrestre desconocida, invasora y destructiva a la que Salvo y sus compañeros tendrán que enfrentar para evitar una muerte segura.
El eternauta se filmó íntegramente entre mayo y diciembre de 2023 en exteriores y locaciones de estudio de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Según informó la producción, el rodaje transcurrió en 35 escenarios reales y otros 25 de carácter virtual, especialmente creados para este proyecto. Más de 150 personas formaron parte del equipo técnico y artístico, supervisados por ocho productores.
El desarrollo previo de todo el trabajo artístico demandó otros siete meses. “Lo que hicimos fue trabajar a medida que íbamos rodando porque salimos con una cantidad de herramientas muy grande que teníamos que ir probando. Afianzamos aquello que funcionaba y descartamos lo que no resultaba tanto. Había que pensar de qué manera usar las cosas que mejor resultado ofrecían”, sintetiza Mosteirín.
Ante una pregunta de LA NACION, Stagnaro dejó bien en claro que la serie no sigue al pie de la letra el hilo argumental desarrollado en la historieta original. “Lo que hicimos fue tratar de capturar el espíritu, las atmósferas, la estética y los lugares del cómic, pero sin seguir necesariamente la cronología planteada allí”, dice el realizador.
También revela que la serie está ambientada en el presente: “Después de meditarlo varias veces, como todas las decisiones que fuimos tomando, finalmente llegamos a la idea de que cuando el autor publica la obra juega bastante con que fuera contemporánea al lector. Hay detalles en la historieta que dan cuenta de este mundo paralelo, de la sensación de estar en las calles de esa misma época. Ese nos parecía un aspecto importante para preservar: que la historia fuese emitida en la misma época en que sucedía y no retroceder en el tiempo. Ese para nosotros era el espíritu de la obra original”.
Los debates previos entre Stagnaro y los productores también tuvieron que ver con la elección del protagonista. “Cuando Matías me propuso que Darín fuese el protagonista a mí me pareció realmente un disparate, porque era una historieta muy física, en la que el personaje principal tenía treinta y pico de años. Descarté de plano en ese momento a Ricardo, pero Matías me dijo que lo pensara”, cuenta el director.
Tiempo después, Stagnaro llegó a la conclusión de que Darín era el intérprete ideal para personificar a Salvo más allá de la diferencia de edad con el personaje imaginado por Oesterheld. Todo se resolvió a partir de un factor casi inesperado: la necesidad de mostrar a un personaje familiarizado con el uso de las armas y que supiese disparar.
“En su momento –narra el director-, Oesterheld lo resolvió con la cuestión de que Salvo fuese reservista, algo que en la década del 50 era bastante habitual. Pero eso hoy tendría otra lectura. En la actualidad, que Darín tuviese más de 60 años paradójicamente nos trajo la solución: nos daba la posibilidad de que el personaje tuviese una conexión con el mundo de las armas en una vida pasada y casi olvidada para él. Cuando surge este evento extraordinario todo eso vuelve a cobrar vida y aparece como un músculo que él mismo ignoraba. Esa dimensión nos fue llevando a otros lugares”.
Allí está, según Stagnaro, la semilla de El eternauta: “Una historia extraordinaria vivida por tipos absolutamente comunes. Y algo que es imposible para un hombre solo, sino un proceso colectivo en el que intervienen factores que muchas veces uno ni siquiera controla”.
Una idea muy argentina
En coincidencia con Martín Oesterheld, nieto del autor de la historieta y consultor creativo de la adaptación, Stagnaro describe a El eternauta como una historia de supervivencia, amistad y solidaridad: “Representa también una especie de segunda oportunidad para ese grupo de tipos que se sienten casi vencidos por el sistema o a punto de ser descartados. La historia también representa esta idea muy argentina de enfrentarse a una dificultad enorme con los elementos que tenés a mano, y a partir de esa limitación ir encontrando la manera de salir adelante”.
Mosteirín destaca, además de sus cualidades de actor, el talento de Darín como gran narrador. “Es un tipo que sabe contar y en ese sentido armó un equipo increíble con Bruno. Estuvieron permanentemente pensando y repensando cada una de las escenas. Son artistas que no piensan en su propio lucimiento sino en el espectador a partir de la búsqueda del detalle, la seriedad, la lógica, la coherencia, la precisión, el no cometer errores. Ricardo es uno de esos actores que capturan la atención y el interés de cualquier espectador en cualquier lugar del mundo sin haberlo visto nunca jamás. Es un ejemplo trabajando. Fue el actor que más días de rodaje tiene en este proyecto”, describe.
Las figuras del elenco de El eternauta todavía no hablaron sobre un proyecto que, a juicio del vicepresidente de Contenidos de Netflix para América latina, Francisco Ramos, inaugura un modo de contar la ciencia ficción desde la Argentina muy distinto al conocido. “No existe una tradición de ciencia ficción en el audiovisual argentino y latinoamericano como ocurre en los países sajones o en Estados Unidos. Esta serie asume una mirada propia de la región y no una traslación de códigos ajenos. También va a empujar hacia adelante las capacidades instaladas de este país. Todos los técnicos y artistas que trabajaron en la serie van a tener carreras mucho más poderosas dentro y fuera de la Argentina”, señala.
María Battaglia, una de las directoras de arte, dijo que la estética de la serie responde a esa perspectiva. “Parte del mundo real en donde estamos todos parados y agrega todos estos elementos en formato de relato de ciencia ficción”, sintetiza sobre la creación de un mundo configurado por una nevada tóxica en pleno verano, cuyo factor clave es la ausencia de luz.
La búsqueda de fuentes y referencias para lograr ese propósito fue amplísima. Según Battaglia, se extendió desde la revisión de documentales sobre la vida en alta montaña “hasta la obra de todos los fotógrafos que pusieron su mirada sobre Buenos Aires”, pasando por la obra de algunos pintores noruegos que llevan al lienzo una luz y una atmósfera bien distintas a las de nuestra ciudad.
“La nieve y la luz fueron la columna vertebral. Buenos Aires ya tiene un clima y una luminosidad que reconocemos a través de las estaciones. No queríamos embellecerla, sino contarla tal como la transitamos. Pero esta serie requería una transformación, y ese era el mayor desafío. Muchas veces tuvimos que construir escenarios que ya venían con un ADN impreso”, agregó Julián Romera, el otro director de arte.
El otro denominador común, tal como reconocieron al brindar los primeros detalles sobre El eternauta todos los responsables detrás de las cámaras que hablaron con los medios en los Estudios Ronda, es la historieta original. “Cada vez que tuvimos algún tipo de contrapunto, la solución siempre estaba en el cómic –resume Battaglia-. Ahí encontrábamos todo: el espíritu, los encuadres, los estilos. Era una fuente de consulta permanente. Yo lo tenía en el teléfono y cuando llegábamos a algún lugar y surgía una duda siempre volvía al cómic. Ahí estaba la solución. La historieta fue nuestra Biblia”.
La memoria anticipada de la serie de producción argentina más esperada de los últimos tiempos se guarda en la vasta extensión de los Estudios Ronda, en la localidad bonaerense de Martínez. Allí están preparados y dispuestos algunos de los detalles más relevantes del arte y el diseño de la primera adaptación audiovisual de El eternauta, que llegará a Netflix el 30 de abril próximo.
Trajes diseñados en tamaño real y a escala humana, maquetas, bocetos y toda clase de elementos en los que se mezclan objetos de la vida real e imaginativos recursos propios de la ciencia ficción se revelan por primera vez allí. Son las muestras del arduo trabajo de producción que se llevó adelante para cumplir con un proyecto del que se viene hablando desde hace al menos dos décadas y nunca pudo concretarse hasta ahora: poner en movimiento, con imagen, sonido y personajes de carne y hueso, la gran historieta que imaginaron Héctor Germán Oesterheld (texto) y Francisco Solano López (dibujos), y que se publicó por primera vez en 1957.
“Adaptar El eternauta fue siempre un sueño de nuestra comunidad artística y cinematográfica”, dice ante un puñado de medios especializados de nuestro país y América latina, entre ellos LA NACION, Matías Mosteirín, productor ejecutivo (junto a Leticia Cristi) de la serie desde K&S Films, que en 2005 había dado el primer paso para llevar la historieta a la pantalla a través de un acuerdo inicial con la familia Oesterheld. En ese primer momento, la intención fue hacer un largometraje.
La idea entró en un larguísimo limbo, que incluyó un sinnúmero de idas y venidas, mientras varios nombres muy destacados empezaban a mencionarse con posibilidades de hacerla realidad. El de Lucrecia Martel fue el más importante de todos durante esa larga y fallida etapa. Hasta que en 2018 Netflix entró en escena y después de un tiempo de tratativas y negociaciones el proyecto encontró luz verde, pero ahora en formato de serie. Creada y dirigida por Bruno Stagnaro (Pizza, birra, faso; Okupas), y protagonizada por Ricardo Darín, Carla Peterson, Andrea Pietra, César Troncoso, Ariel Staltari, Marcelo Subiotto y Claudio Martínez Bel, entre otros, los 6 episodios de la primera temporada de El eternauta estarán disponibles en Netflix a partir del 30 de abril.
“Esta es una obra con una gran premisa y una consigna muy profunda y muy impactante, pero muy difícil de adaptar a una estructura de tres actos precisamente por su naturaleza episódica. De pronto, la posibilidad de volver a un formato de ese tipo ofrecía muchas respuestas que hasta ese momento no habíamos encontrado”, explica Mosteirín sobre la decisión de descartar la idea inicial de un largometraje y optar por una serie.
La exposición de objetos y herramientas nos lleva directamente al universo de una historieta leída y comentada desde múltiples perspectivas estéticas e ideológicas por varias generaciones de argentinos a lo largo de las últimas seis décadas y media. La trama, según la imaginaron Oesterheld y Solano López a través de los cuadritos, muestra a Juan Salvo y sus amigos luchando por sobrevivir después de haber sido testigos mudos y asombrados de la sorpresiva aparición de una nevada tóxica que acaba con la vida de la mayoría de la población y deja aislados e inertes a quienes lograron escapar de ella.
Poco después, como todo el que leyó la historieta sabe muy bien, quedó claro que ese fenómeno meteorológico resultó apenas un anticipo de la llegada a nuestro planeta de algo más poderoso: una fuerza extraterrestre desconocida, invasora y destructiva a la que Salvo y sus compañeros tendrán que enfrentar para evitar una muerte segura.
El eternauta se filmó íntegramente entre mayo y diciembre de 2023 en exteriores y locaciones de estudio de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. Según informó la producción, el rodaje transcurrió en 35 escenarios reales y otros 25 de carácter virtual, especialmente creados para este proyecto. Más de 150 personas formaron parte del equipo técnico y artístico, supervisados por ocho productores.
El desarrollo previo de todo el trabajo artístico demandó otros siete meses. “Lo que hicimos fue trabajar a medida que íbamos rodando porque salimos con una cantidad de herramientas muy grande que teníamos que ir probando. Afianzamos aquello que funcionaba y descartamos lo que no resultaba tanto. Había que pensar de qué manera usar las cosas que mejor resultado ofrecían”, sintetiza Mosteirín.
Ante una pregunta de LA NACION, Stagnaro dejó bien en claro que la serie no sigue al pie de la letra el hilo argumental desarrollado en la historieta original. “Lo que hicimos fue tratar de capturar el espíritu, las atmósferas, la estética y los lugares del cómic, pero sin seguir necesariamente la cronología planteada allí”, dice el realizador.
También revela que la serie está ambientada en el presente: “Después de meditarlo varias veces, como todas las decisiones que fuimos tomando, finalmente llegamos a la idea de que cuando el autor publica la obra juega bastante con que fuera contemporánea al lector. Hay detalles en la historieta que dan cuenta de este mundo paralelo, de la sensación de estar en las calles de esa misma época. Ese nos parecía un aspecto importante para preservar: que la historia fuese emitida en la misma época en que sucedía y no retroceder en el tiempo. Ese para nosotros era el espíritu de la obra original”.
Los debates previos entre Stagnaro y los productores también tuvieron que ver con la elección del protagonista. “Cuando Matías me propuso que Darín fuese el protagonista a mí me pareció realmente un disparate, porque era una historieta muy física, en la que el personaje principal tenía treinta y pico de años. Descarté de plano en ese momento a Ricardo, pero Matías me dijo que lo pensara”, cuenta el director.
Tiempo después, Stagnaro llegó a la conclusión de que Darín era el intérprete ideal para personificar a Salvo más allá de la diferencia de edad con el personaje imaginado por Oesterheld. Todo se resolvió a partir de un factor casi inesperado: la necesidad de mostrar a un personaje familiarizado con el uso de las armas y que supiese disparar.
“En su momento –narra el director-, Oesterheld lo resolvió con la cuestión de que Salvo fuese reservista, algo que en la década del 50 era bastante habitual. Pero eso hoy tendría otra lectura. En la actualidad, que Darín tuviese más de 60 años paradójicamente nos trajo la solución: nos daba la posibilidad de que el personaje tuviese una conexión con el mundo de las armas en una vida pasada y casi olvidada para él. Cuando surge este evento extraordinario todo eso vuelve a cobrar vida y aparece como un músculo que él mismo ignoraba. Esa dimensión nos fue llevando a otros lugares”.
Allí está, según Stagnaro, la semilla de El eternauta: “Una historia extraordinaria vivida por tipos absolutamente comunes. Y algo que es imposible para un hombre solo, sino un proceso colectivo en el que intervienen factores que muchas veces uno ni siquiera controla”.
Una idea muy argentina
En coincidencia con Martín Oesterheld, nieto del autor de la historieta y consultor creativo de la adaptación, Stagnaro describe a El eternauta como una historia de supervivencia, amistad y solidaridad: “Representa también una especie de segunda oportunidad para ese grupo de tipos que se sienten casi vencidos por el sistema o a punto de ser descartados. La historia también representa esta idea muy argentina de enfrentarse a una dificultad enorme con los elementos que tenés a mano, y a partir de esa limitación ir encontrando la manera de salir adelante”.
Mosteirín destaca, además de sus cualidades de actor, el talento de Darín como gran narrador. “Es un tipo que sabe contar y en ese sentido armó un equipo increíble con Bruno. Estuvieron permanentemente pensando y repensando cada una de las escenas. Son artistas que no piensan en su propio lucimiento sino en el espectador a partir de la búsqueda del detalle, la seriedad, la lógica, la coherencia, la precisión, el no cometer errores. Ricardo es uno de esos actores que capturan la atención y el interés de cualquier espectador en cualquier lugar del mundo sin haberlo visto nunca jamás. Es un ejemplo trabajando. Fue el actor que más días de rodaje tiene en este proyecto”, describe.
Las figuras del elenco de El eternauta todavía no hablaron sobre un proyecto que, a juicio del vicepresidente de Contenidos de Netflix para América latina, Francisco Ramos, inaugura un modo de contar la ciencia ficción desde la Argentina muy distinto al conocido. “No existe una tradición de ciencia ficción en el audiovisual argentino y latinoamericano como ocurre en los países sajones o en Estados Unidos. Esta serie asume una mirada propia de la región y no una traslación de códigos ajenos. También va a empujar hacia adelante las capacidades instaladas de este país. Todos los técnicos y artistas que trabajaron en la serie van a tener carreras mucho más poderosas dentro y fuera de la Argentina”, señala.
María Battaglia, una de las directoras de arte, dijo que la estética de la serie responde a esa perspectiva. “Parte del mundo real en donde estamos todos parados y agrega todos estos elementos en formato de relato de ciencia ficción”, sintetiza sobre la creación de un mundo configurado por una nevada tóxica en pleno verano, cuyo factor clave es la ausencia de luz.
La búsqueda de fuentes y referencias para lograr ese propósito fue amplísima. Según Battaglia, se extendió desde la revisión de documentales sobre la vida en alta montaña “hasta la obra de todos los fotógrafos que pusieron su mirada sobre Buenos Aires”, pasando por la obra de algunos pintores noruegos que llevan al lienzo una luz y una atmósfera bien distintas a las de nuestra ciudad.
“La nieve y la luz fueron la columna vertebral. Buenos Aires ya tiene un clima y una luminosidad que reconocemos a través de las estaciones. No queríamos embellecerla, sino contarla tal como la transitamos. Pero esta serie requería una transformación, y ese era el mayor desafío. Muchas veces tuvimos que construir escenarios que ya venían con un ADN impreso”, agregó Julián Romera, el otro director de arte.
El otro denominador común, tal como reconocieron al brindar los primeros detalles sobre El eternauta todos los responsables detrás de las cámaras que hablaron con los medios en los Estudios Ronda, es la historieta original. “Cada vez que tuvimos algún tipo de contrapunto, la solución siempre estaba en el cómic –resume Battaglia-. Ahí encontrábamos todo: el espíritu, los encuadres, los estilos. Era una fuente de consulta permanente. Yo lo tenía en el teléfono y cuando llegábamos a algún lugar y surgía una duda siempre volvía al cómic. Ahí estaba la solución. La historieta fue nuestra Biblia”.
Los máximos responsables detrás de las cámaras de la adaptación de la famosa historieta anticiparon lo más importante de la primera temporada de seis episodios, que llegará completa a Netflix el 30 de abril Read More