Dicen que debe su nombre al ferrocarril. Al parecer, era el sitio más alto de aquel ramal que atravesó el Valle de Punilla, inaugurado a fines del siglo XIX. La Cumbre es un sitio singular, muy diferente al resto de las localidades serranas. Su origen señorial, relacionado con la inmigración británica y el hecho de haber sido destino de veraneo de las familias que hicieron su fortuna en la pampa húmeda de la “Argentina, el granero del mundo”, aún se conserva en pie. Las calles arboladas, las mansiones serranas, el golf, la herencia del arquitecto León Dourge y la impronta que dejó el escritor Manuel Mujica Lainez, quien vivió aquí sus últimos años, le otorgan un espíritu especial.
La Baguala
A solo tres kilómetros del centro urbano, el paisaje queda libre de casas y calles, todo es sierras y campo cordobés. Precisamente allí, se encuentra una vieja casona que debe andar por los cien años. La sólida construcción de piedra con ventanas de vidrio repartido y techos de tejas coloniales, que alguna vez albergó los fines de semana familiares, quedó abandonada por un tiempo.
Fueron cuatro amigos –Mayu Pilsel, Nacho Dematteis, Juan Camps y Franco Giandana– quienes decidieron alquilarla y luego de un arduo trabajo convertirla en una posada con restó.
Hoy La Baguala ofrece cuatro cuartos, solo disponibles para un público mayor de 16 años. Todos los espacios fueron restaurados conservando los materiales originales y ambientados con las comodidades modernas.
Alrededor hay tres hectáreas de un bello parque. En un lateral está la gran huerta que provee al restaurante y más allá el oratorio que, se cree, es más antiguo que la casa. Cuentan con piscina, para las jornadas en que la temperatura sube.
La cocina a cargo de Juan Camps es una experiencia imperdible. La carta fue diseñada con un esquema que induce al tapeo más que al ritual del plato principal (aunque también los hay). Gran parte de los ingredientes tienen su origen en pequeños productores y recolectores locales. La carta varía cada temporada y tiene platos poco habituales como ceviche de níspero, mousse de porotos con crema de maíz y para los más atrevidos: pincho de paloma o rabo de vaca.
A un lado de la casa está tienda-taller, donde se venden lindas artesanías de la zona, tejidos, cerámicas, jabones, infusiones.
El restó abre de jueves a sábados para almuerzo, merienda y cena. Los domingos solo almuerzo y sun wine, degustación de vino al atardecer.
En la posada no hay TV, tampoco aire acondicionado y wifi solo en el comedor.
Ruta E66 Km 3,5. T: (3548) 46-7420. IG: @labaguala.lc
La Fonda de Cruz Chica
La posada fue una de las seis casas diseñadas por el arquitecto francés León Dourge a principios del siglo XX. En aquellos tiempos, La Cumbre era el destino de verano de las familias adineradas de la Argentina.
Son varias las viviendas-mansiones que este arquitecto diseñó aquí, algunas más lujosas que otras, pero en todas con una arquitectura noble, muy fiel a su singular estilo.
La Fonda (antes conocida como casa Naso Prado) se destaca por el diseño pintoresquista, las tejas musleras, las ventanas en arco, entre otros detalles de época. Por dentro, mantiene las características arquitectónicas originales. El contraste se observa en la ambientación de los espacios que crean climas modernos y frescos.
Cuentan con cinco cuartos y dos departamentos para las estadías familiares. Recientemente sumaron La Crisálida, una sala para meditación, armonizaciones sonoras, yoga y danza.
Bartolomé Jaime 805. T: (3541) 62-5492. IG: @lafondadecruzchica
Redil del Paraíso
La propiedad fue parte de El Paraíso, la casa del escritor Manuel Mujica Lainez. De hecho, son linderas. Originalmente había aquí una gran laguna –que servía de reservorio de agua– con un diseño de jardines aterrazados alrededor.
Parte de aquella construcción se utilizó para armar las tres habitaciones ambientadas con el espíritu de los pintores que le dan su nombre: Frida Kahlo, Picasso y Van Gogh. Luego están las cuatro suites de construcción reciente y tono contemporáneo que llevan nombre de escritores. Hace poco se añadió un apart con tres cuartos, cocina, living y piscina privada.
El sitio, propiedad de Robertino Villamil, cuenta con una increíble biblioteca. Fue ambientado por su madre Marisel, artista plástica, quien además pintó los muchos cuadros que pueblan el hotel.
Alrededor de la piscina grande está el spa con sala de masajes, sauna seco y gym.
Los Rivadera 251. T: (3548) 56-3876. www.redildelparaiso.com IG: @redildelparaiso
Dicen que debe su nombre al ferrocarril. Al parecer, era el sitio más alto de aquel ramal que atravesó el Valle de Punilla, inaugurado a fines del siglo XIX. La Cumbre es un sitio singular, muy diferente al resto de las localidades serranas. Su origen señorial, relacionado con la inmigración británica y el hecho de haber sido destino de veraneo de las familias que hicieron su fortuna en la pampa húmeda de la “Argentina, el granero del mundo”, aún se conserva en pie. Las calles arboladas, las mansiones serranas, el golf, la herencia del arquitecto León Dourge y la impronta que dejó el escritor Manuel Mujica Lainez, quien vivió aquí sus últimos años, le otorgan un espíritu especial.
La Baguala
A solo tres kilómetros del centro urbano, el paisaje queda libre de casas y calles, todo es sierras y campo cordobés. Precisamente allí, se encuentra una vieja casona que debe andar por los cien años. La sólida construcción de piedra con ventanas de vidrio repartido y techos de tejas coloniales, que alguna vez albergó los fines de semana familiares, quedó abandonada por un tiempo.
Fueron cuatro amigos –Mayu Pilsel, Nacho Dematteis, Juan Camps y Franco Giandana– quienes decidieron alquilarla y luego de un arduo trabajo convertirla en una posada con restó.
Hoy La Baguala ofrece cuatro cuartos, solo disponibles para un público mayor de 16 años. Todos los espacios fueron restaurados conservando los materiales originales y ambientados con las comodidades modernas.
Alrededor hay tres hectáreas de un bello parque. En un lateral está la gran huerta que provee al restaurante y más allá el oratorio que, se cree, es más antiguo que la casa. Cuentan con piscina, para las jornadas en que la temperatura sube.
La cocina a cargo de Juan Camps es una experiencia imperdible. La carta fue diseñada con un esquema que induce al tapeo más que al ritual del plato principal (aunque también los hay). Gran parte de los ingredientes tienen su origen en pequeños productores y recolectores locales. La carta varía cada temporada y tiene platos poco habituales como ceviche de níspero, mousse de porotos con crema de maíz y para los más atrevidos: pincho de paloma o rabo de vaca.
A un lado de la casa está tienda-taller, donde se venden lindas artesanías de la zona, tejidos, cerámicas, jabones, infusiones.
El restó abre de jueves a sábados para almuerzo, merienda y cena. Los domingos solo almuerzo y sun wine, degustación de vino al atardecer.
En la posada no hay TV, tampoco aire acondicionado y wifi solo en el comedor.
Ruta E66 Km 3,5. T: (3548) 46-7420. IG: @labaguala.lc
La Fonda de Cruz Chica
La posada fue una de las seis casas diseñadas por el arquitecto francés León Dourge a principios del siglo XX. En aquellos tiempos, La Cumbre era el destino de verano de las familias adineradas de la Argentina.
Son varias las viviendas-mansiones que este arquitecto diseñó aquí, algunas más lujosas que otras, pero en todas con una arquitectura noble, muy fiel a su singular estilo.
La Fonda (antes conocida como casa Naso Prado) se destaca por el diseño pintoresquista, las tejas musleras, las ventanas en arco, entre otros detalles de época. Por dentro, mantiene las características arquitectónicas originales. El contraste se observa en la ambientación de los espacios que crean climas modernos y frescos.
Cuentan con cinco cuartos y dos departamentos para las estadías familiares. Recientemente sumaron La Crisálida, una sala para meditación, armonizaciones sonoras, yoga y danza.
Bartolomé Jaime 805. T: (3541) 62-5492. IG: @lafondadecruzchica
Redil del Paraíso
La propiedad fue parte de El Paraíso, la casa del escritor Manuel Mujica Lainez. De hecho, son linderas. Originalmente había aquí una gran laguna –que servía de reservorio de agua– con un diseño de jardines aterrazados alrededor.
Parte de aquella construcción se utilizó para armar las tres habitaciones ambientadas con el espíritu de los pintores que le dan su nombre: Frida Kahlo, Picasso y Van Gogh. Luego están las cuatro suites de construcción reciente y tono contemporáneo que llevan nombre de escritores. Hace poco se añadió un apart con tres cuartos, cocina, living y piscina privada.
El sitio, propiedad de Robertino Villamil, cuenta con una increíble biblioteca. Fue ambientado por su madre Marisel, artista plástica, quien además pintó los muchos cuadros que pueblan el hotel.
Alrededor de la piscina grande está el spa con sala de masajes, sauna seco y gym.
Los Rivadera 251. T: (3548) 56-3876. www.redildelparaiso.com IG: @redildelparaiso
Cálidas y atendidas por sus anfitriones, son buenas bases para descubrir un paraíso serrano que reúne paisajes encantadores, buena gastronomía y una nutrida vida cultural. Read More