Recientemente fueron publicados datos sobre la cantidad de pasajeros durante diciembre de 2024 y enero de 2025, en los cuales se destaca un récord de personas transportadas, especialmente en el plano internacional.
Durante el año último, el Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Transportes y la recientemente creada Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, ha firmado acuerdos bilaterales con más de diez países, a razón de casi uno por mes como se jactó el secretario de Transporte en la firma de un reciente convenio suscripto con República Dominicana.
Dichos acuerdos bilaterales, mal llamados de cielos abiertos, autorizan a operadores extranjeros y, recíprocamente, a los argentinos, frecuencias sin limitación, mayores libertades e incluso a operar, bajo algunas condiciones, tramos domésticos como continuación de operaciones iniciadas en sus países de origen.
La quita de los límites de frecuencias por país, como en el caso de Perú, es una herramienta esencial para que se abran desde el interior del país nuevos pares de ciudades, sin por ello afectar las frecuencias con la ciudad de Buenos Aires, el mayor mercado.
Pero los convenios bilaterales son la herramienta más marketinera de la serie de medidas que se han tomado y de las muchas que faltan, que impactan más que nada sobre las rutas internacionales que también se ven beneficiadas por el contexto económico general del país.
La aviación regional, que conecta ciudades pequeñas y medianas con hubs, es una deuda pendiente
En el plano doméstico, los números de crecimiento no son tan espectaculares: menos del 10% de crecimiento en pasajeros contra más del 20% en el plano internacional. Tampoco han llegado nuevos operadores de relevancia, lo que debe tomarse como una señal de advertencia.
El Gobierno aún no ha definido el camino que va a tomar con Aerolíneas Argentinas, un jugador relevante tanto en la faz comercial como política, que no puede ser ignorado por aquellos que quieran invertir en el mercado doméstico y que esperan sus señales para avanzar en sus inversiones.
Por otra parte, en una acertada medida, se ha flexibilizado la afectación de aeronaves con matrícula extranjera a operadores nacionales, lo que ha permitido el aumento de flotas de las dos empresas privadas, pero las autoridades deben ser claras en que se trata de una situación excepcional y con limitaciones de tiempo y cantidad, ya que una buena decisión coyuntural podría afectar el desarrollo del mercado local en el mediano y largo plazo. Paises como Brasil, Australia y los Estados Unidos, entre otros, limitan, con el foco puesto en sus grandes mercados domésticos, la afectación de aeronaves extranjeras.
Si bien en estos días ha iniciado sus operaciones una pequeña línea aérea que piensa unir ciudades medianas de la zona pampeana, la aviación regional –aquella que conecta ciudades pequeñas y medianas con hubs– es una deuda pendiente de nuestro país, que permitiría no solo aumentar el número de turistas, sino sumar pasajeros desde ciudades que hoy no cuentan con vuelos o son atendidas con aeronaves de mayor tamaño con menos frecuencias.
El Gobierno ha iniciado un camino, que debe concretarse y orientarse para que sea efectivo en el mediano y largo plazo, y no para mostrar mejores números circunstanciales.
Recientemente fueron publicados datos sobre la cantidad de pasajeros durante diciembre de 2024 y enero de 2025, en los cuales se destaca un récord de personas transportadas, especialmente en el plano internacional.
Durante el año último, el Poder Ejecutivo, a través de la Secretaría de Transportes y la recientemente creada Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, ha firmado acuerdos bilaterales con más de diez países, a razón de casi uno por mes como se jactó el secretario de Transporte en la firma de un reciente convenio suscripto con República Dominicana.
Dichos acuerdos bilaterales, mal llamados de cielos abiertos, autorizan a operadores extranjeros y, recíprocamente, a los argentinos, frecuencias sin limitación, mayores libertades e incluso a operar, bajo algunas condiciones, tramos domésticos como continuación de operaciones iniciadas en sus países de origen.
La quita de los límites de frecuencias por país, como en el caso de Perú, es una herramienta esencial para que se abran desde el interior del país nuevos pares de ciudades, sin por ello afectar las frecuencias con la ciudad de Buenos Aires, el mayor mercado.
Pero los convenios bilaterales son la herramienta más marketinera de la serie de medidas que se han tomado y de las muchas que faltan, que impactan más que nada sobre las rutas internacionales que también se ven beneficiadas por el contexto económico general del país.
La aviación regional, que conecta ciudades pequeñas y medianas con hubs, es una deuda pendiente
En el plano doméstico, los números de crecimiento no son tan espectaculares: menos del 10% de crecimiento en pasajeros contra más del 20% en el plano internacional. Tampoco han llegado nuevos operadores de relevancia, lo que debe tomarse como una señal de advertencia.
El Gobierno aún no ha definido el camino que va a tomar con Aerolíneas Argentinas, un jugador relevante tanto en la faz comercial como política, que no puede ser ignorado por aquellos que quieran invertir en el mercado doméstico y que esperan sus señales para avanzar en sus inversiones.
Por otra parte, en una acertada medida, se ha flexibilizado la afectación de aeronaves con matrícula extranjera a operadores nacionales, lo que ha permitido el aumento de flotas de las dos empresas privadas, pero las autoridades deben ser claras en que se trata de una situación excepcional y con limitaciones de tiempo y cantidad, ya que una buena decisión coyuntural podría afectar el desarrollo del mercado local en el mediano y largo plazo. Paises como Brasil, Australia y los Estados Unidos, entre otros, limitan, con el foco puesto en sus grandes mercados domésticos, la afectación de aeronaves extranjeras.
Si bien en estos días ha iniciado sus operaciones una pequeña línea aérea que piensa unir ciudades medianas de la zona pampeana, la aviación regional –aquella que conecta ciudades pequeñas y medianas con hubs– es una deuda pendiente de nuestro país, que permitiría no solo aumentar el número de turistas, sino sumar pasajeros desde ciudades que hoy no cuentan con vuelos o son atendidas con aeronaves de mayor tamaño con menos frecuencias.
El Gobierno ha iniciado un camino, que debe concretarse y orientarse para que sea efectivo en el mediano y largo plazo, y no para mostrar mejores números circunstanciales.
Queda aún mucho por hacer en materia de aeronavegación, al margen de definir el futuro de un jugador relevante como Aerolíneas Argentinas Read More