San Cayetano para el trabajo; San Valentín para el amor; San Agustín para buscar a Dios o Santo Tomás para los estudiantes. Desde los inicios del cristianismo, se acudió a las figuras de los santos patronos en busca de ayuda frente a diversas situaciones para que guíen, inspiren o intercedan. “Es la idea de alguien que nos cuida como comunidad, pueblo o ciudad”, explica Monseñor Mauricio Landra, Delegado para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Argentina.
“De algún modo protegen o acompañan a algún grupo de personas en particular”, explica el presbítero Gonzalo Huarte. Los santos se distinguen por sus virtudes heroicas durante la vida. Y que un santo sea patrono de algo en específico significa que fue elegido por los fieles para que interceda por ellos en esa causa en particular. En palabras de Huarte: “Su vida o su enseñanza tuvo algo que ver con esa temática”. Ejemplos sobran. Para muestra alcanza San Ivo, autor de uno de los primeros códigos éticos de la abogacía, quien es patrono de los abogados.
Sin embargo, en algunos casos el patronazgo tiene orígenes bastante particulares y desconocidos para muchos fieles. Desde la protección contra los volcanes, hasta el patrono de bebidas alcohólicas, existen santos a los que se puede acudir por motivos, en principio, inconcebibles.
San Arnulfo de Metz: patrono de la cerveza (18 de julio)
Arnulfo vivió en Mosela, actual Austria, entre los siglos VI y VII. Gracias a su origen noble, ingresó en la corte real, fue comandante militar y tuvo seis provincias bajo su responsabilidad. Sin embargo, a los 32 años renunció a todos sus cargos, dejó a su familia e ingresó a la vida religiosa. Fue ordenado sacerdote y luego obispo de Metz, Francia.
Su particular patronazgo tiene como origen la contaminación del agua de la época. “La gente utilizaba los ríos como basureros e incluso se desechaban cadáveres de personas y animales, por lo que tomar de allí podía ocasionar la muerte”, explica la Agencia Católica de Informaciones (ACI). Ante esto, el santo predicaba sobre los peligros de consumir esta agua y recomendaba en su lugar tomar cerveza. “La intuición de San Arnulfo y los cerveceros de su época pudo haber salvado muchas vidas”, destaca el santoral.
Beato Carlo Acutis: patrono de Internet y los programadores (12 de octubre)
Conocido como el “influencer de Dios”, se convertirá en el primer santo millennial el 27 de abril. A Carlo le encantaban los videojuegos y con solo 14 años programó una página web. Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Inglaterra, aunque pasó la mayor parte de su vida en Italia. A pesar de no haber nacido en una familia muy devota, desde pequeño estuvo interesado en conocer la fe. “A todos les llamaba la atención la naturalidad con la que el joven se acercaba a los enfermos, a los necesitados o a quien estuviese sufriendo”, detallan en el sitio Vatican News.
No solo vivió cristianamente, sino que usó las redes para crear una muestra virtual de los milagros de la Eucaristía en el mundo. “Carlo muestra que la santidad no es algo imposible, lejano a mi vida, es gente común, que vivió como nosotros”, explica Monseñor Mauricio Landra, quien se encarga de las causas de los santos en nuestro país.
Quién fue Carlo Acutis
Vivió una corta vida, ya que fue diagnosticado con leucemia. Murió el 12 de octubre de 2006, a los 15 años. Se lo conoce como el “apóstol del Internet”, por recopilar 163 milagros eucarísticos y difundirlos. Además, recientemente comenzaron las obras para construir su primera capilla en Mendoza.
San Lorenzo: patrono de los parrilleros (10 de agosto)
Nacido en lo que actualmente es España, alrededor del año 225, San Lorenzo vivió tiempos de persecución por parte del Imperio Romano. El emperador Valenciano había decretado la confiscación de todos los bienes de la Iglesia para financiar sus campañas militares, sin embargo, el diácono, que estaba a cargo de todas las riquezas, decidió venderlas a los más necesitados. En cambio, reunió a varios pobres de la ciudad y los presentó a Valenciano diciendo: “Estos son los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo”.
El gobernante consideró esta acción como una afrenta a su poder y lo condenó a muerte. Según relata Monseñor Mauricio Landra, “San Lorenzo muere mártir y la ejecución de su martirio fue ser quemado en una parrilla”. De acuerdo con la tradición, en ese momento, el santo le dijo a su verdugo: “Asado está, parece, gíralo y cómelo”. Debido a esta cruenta muerte es considerado el patrono de los parrilleros, y por su protección de los bienes de la Iglesia, también lo es de los tesoreros y archiveros.
Santa Bárbara: patrona de la pólvora y la protección contra el rayo (4 de diciembre)
Bárbara nació en Nicomedia, antigua provincia del Imperio romano, ubicada en la actual Turquía, entre los siglos III y IV. Su padre, llamado Dióscoro, era gobernador y la encerró en cautiverio con el propósito de apartarla de la influencia de los cristianos. Sin embargo, ella desobedeció la orden de casarse y se declaró públicamente cristiana, lo que el gobernador consideró imperdonable y ordenó matarla.
De acuerdo con la tradición, cuando Dióscoro dio el brutal golpe de sable que arrancó la cabeza de su hija, un relámpago le cayó encima y lo fulminó. La manera como murió su padre hizo que Bárbara fuese tomada por protectora ante los peligros de las tormentas eléctricas.
“Con el tiempo se comenzó a decir la ‘santabárbara’ al lugar donde van los explosivos y las municiones en un barco, y se le pedía la protección de este sector de la embarcación” explica el Monseñor Landra. Luego, por similitud, también se la empezó a asociar con los artilleros y los mineros.
Beato Pier Giorgio Frassati: patrono de los montañistas (4 de julio)
“Era conocido entre sus amigos como “Il Terrore” (“El Terror”) debido a su afición a las bromas pesadas”, repasan en Vatican News sobre este futuro santo. Nació en Turín, Italia, el 6 de abril de 1901. Creció en el seno de una familia adinerada, pero él rechazaba el tipo de vida y se sentía a disgusto con su clase social. Desde joven participó en diversos movimientos católicos italianos y constantemente destinaba su dinero a los más humildes. “Usaba su billete de autobús para obras de caridad y luego corría a casa para llegar a tiempo a las comidas y que sus padres no se enteraran”, explica el santoral.
Con solo 24 años, Frassati fue diagnosticado con poliomielitis fulminante, una enfermedad que acabó con su vida en solo una semana. Como era aficionado al esquí y al montañismo, e incluso llegó a escalar los Alpes y el Valle de Aosta, se lo nombró patrono de los montañistas. De acuerdo con ACI, “si algo caracterizó su espíritu, era el amor por la naturaleza y el deseo de estar en contacto con ella”.
Santa Dinfna: patrona de la ansiedad (30 de mayo)
Según una leyenda del siglo XIII, Dinfna era la hija de un rey pagano irlandés, que perdió a su esposa cristiana y quiso reemplazarla con ella. Para alejarse de su padre, la joven, ayudada por el sacerdote Gerberno, se refugió en el bosque de Geel, el territorio de la actual Bélgica. Allí construyeron un santuario para enfermos. Sin embargo, el rey los encontró y los decapitó a ambos.
De acuerdo con el santoral del Vaticano, numerosos milagros ocurrieron en el lugar de su muerte, incluyendo la curación de personas que padecían una enfermedad neurológica o nerviosa. Por esta razón se la considera patrona de las afecciones mentales, los endemoniados, los epilépticos y los sonámbulos.
San Cristóbal: patrono de los surfistas (25 de julio)
No tiene un origen histórico preciso, pero se estima que vivió durante el gobierno de Decio, tercer emperador romano, alrededor del año 250. Los santorales lo describen como un “popularísimo gigantón” que servía al Imperio. Según la tradición, el joven solía ayudar a las personas a cruzar un río gracias a su enorme altura. En una ocasión, llevó sobre sus hombros a un niño desconocido que era sorprendentemente pesado. Al llegar al otro lado, el niño le reveló que era Jesús y que “pesaba más que el mundo entero” porque Él era su creador.
Luego de ese suceso, Cristóbal decidió convertirse al cristianismo y comenzó a predicar por la región, hasta que fue apresado, torturado y asesinado. La conexión de San Cristóbal con el surf comenzó en California, la cuna de este deporte, en la década de 1960. Así como ayudó a los viajeros a cruzar un río peligroso, ofrecía una sensación de seguridad a los surfistas en el mar. “Este santo tiene mucha relación con el movimiento, el camino y la peregrinación, por eso muchas compañías de seguros de autos se llaman San Cristóbal”, aclara Monseñor Mauricio Landra.
San Antonio de Padua: patrono de las cosas perdidas (13 de junio)
“A veces los fieles van jugando con lo que se le transmite o se le apropia al santo”, comenta el delegado de las causas de los santos en Argentina. Esto parece que es lo que sucedió con San Antonio de Padua, un sacerdote portugués del siglo XII perteneciente a la orden de los franciscanos. De acuerdo a ACI Prensa, su trato atraía a multitudes que buscaban estar cerca de él y hasta le tuvieron que asignar un grupo de hermanos para protegerlo, porque la gente llegaba a arrancarle pedazos de su hábito.
Los devotos de este santo lo consideran “muy milagroso” y piden su intercesión en diversas ocasiones: cuando un objeto valioso se perdió, cuando se busca un novio o, incluso, si alguien padece de enfermedad celíaca. Este “santo comodín” también es considerado protector de las mujeres estériles, albañiles, panaderos y viajeros. Además, numerosas localidades llevan su nombre, tal es así, que el Papa León XII lo llamó “el santo de todo el mundo”.
Santa Gertrudis de Nivelle y San Roque: patrona de los gatos y patrono de los perros (16 de noviembre y 16 de agosto)
Si bien San Francisco de Asís es el patrono de todos los animales, hay algunas especies que tienen una protección especial. El cuidado de los perros se suele adjudicar a San Roque, un joven francés que se dedicó a la asistencia de los enfermos de peste en el siglo XV. Cuando él mismo contrajo la enfermedad, se resguardó en una caverna para no convertirse en una carga. Sin embargo, un perro lo alimentó milagrosamente y el dueño del animal lo encontró y salvó. Este episodio dio origen a la oración: “San Roque, San Roque, que este perro no me mire, ni me toque”, que se reza cuando uno se cruza con un can peligroso.
En cuanto a los gatos, se los asocia con Gertrudis de Nivelle, una santa alemana del siglo XIII. Se consagró a la Orden del Císter desde joven y tuvo numerosas visiones de Jesús durante su vida. Originalmente se le otorgó el patronato de las almas del purgatorio y se la empezó a retratar con ratones, que simbolizaban estas almas. Con el paso del tiempo, se la relacionó con la protección contra la peste, enfermedad transmitida por ratas, y luego con los gatos, principal instrumento de la época para deshacerse de la plaga.
Santa Rosa de Lima: patrona contra las erupciones volcánicas (30 de agosto)
La primera santa de América nació en Lima, Perú, en el año 1586. Luego de resistir por años el deseo de sus padres de casarla, ingresó a la Tercera Orden de Santo Domingo. En los santorales dan detalles de su vida al servicio de los demás: “En su casa creó un albergue para los necesitados, donde asistía a niños y ancianos abandonados, sobre todo a los indios y mestizos”. Dedicó toda su vida a la oración y la atención a los más desfavorecidos en los tiempos de la colonización española.
De acuerdo con una leyenda popular, Santa Rosa colocó una medalla sobre la boca de un volcán de agua para evitar que erupcione y destruya toda la ciudad de Lima. Por esta razón, se invoca a la joven santa para protegerse contra los volcanes, además de ser patrona del Perú, América y Filipinas. El papa Juan Pablo II la definió como “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer tiene en el anuncio del Evangelio”.
San Vito: patrono de los bailarines y actores (15 de junio)
Poco se sabe sobre la vida de este santo, “el único dato histórico es su martirio en Lucania, Italia, pero su culto está atestiguado desde el medioevo”, explican desde Vatican News. De acuerdo con la tradición, fue asesinado durante la persecución de Diocleciano, junto a otros dos cristianos, Modesto y Cresencia, por lo que a los tres se los celebra el mismo día.
Su veneración se extendió por Alemania y se empezó a pedir su intermediación contra la enfermedad de Huntington, también conocida como “mal de San Vito”, un trastorno genético hereditario que afecta los movimientos. Durante la Edad Media se produjeron varias epidemias debido a esta afección, lo que se conoció como la “peste del baile”, y, a causa de esto, el santo cobró notoriedad. Con el paso del tiempo, también se le adjudicó la protección de bailarines y actores.
Santa Clara de Asís: patrona de la televisión y las telecomunicaciones (11 de agosto)
Santa Clara nació el 16 de julio de 1194 en Asís, Italia, en el seno de una de las familias nobles de la ciudad. No obstante, decidió seguir los pasos de su amigo San Francisco de Asís y a los 18 años abandonó su vida de riqueza para formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Luego fundó la Orden de las Hermanas Menores, siendo la única mujer en la historia que redactó una regla de vida religiosa para mujeres.
Es patrona de la televisión debido a un episodio milagroso de su vida, así lo explica el santoral de ACI: “Estando gravemente enferma, fue transportada milagrosamente desde su cama a la iglesia de San Francisco, donde asistió a la Misa de medianoche; después, apareció de nuevo sobre su cama”. ¿Cómo se conecta esto con la TV? Las telecomunicaciones se caracterizan por transportar información de un lugar a otro “milagrosamente” rápido, al igual que esta santa se transportó de lugar prodigiosamente.
Santa Lucía: patrona de los oftalmólogos, la vista y las enfermedades oculares (13 de diciembre)
La joven santa nació en Siracusa, Italia, en tiempos de la persecución a los cristianos por parte del emperador romano Diocleciano (303-313 d.C.). Tras la muerte de su padre, decidió entregar su vida a Dios, pero su madre le había arreglado un matrimonio con un joven pagano. Ella rechazó el acuerdo, su pretendiente se enfureció y la denunció ante el procónsul Pascasio, acusándola de ser cristiana.
Luego de amenazarla sin éxito para que renunciara a su fe, las autoridades la torturaron, le arrancaron los ojos y la decapitaron. “Aún en ese estado, la santa parecía seguir viendo y, mientras se desvanecía, mostraba una fuerza inusitada para exhortar a los presentes a que se conviertan”, detallan en ACI. Fue debido a esta cruel muerte que se retrata a Santa Lucía con una bandeja con sus ojos y se la considera la patrona de la vista y todas las afecciones relacionadas.
San Bernardino de Siena: patrono de la publicidad y las relaciones públicas (20 de mayo)
“Las multitudes eran atraídas por este fraile frágil, capaz de explicar el Evangelio con el lenguaje de la gente”, relatan desde. Bernardino nació en Massa Marittima, Italia, en 1380 y quedó huérfano de pequeño. A los 22 años ingresó en la Orden de los Frailes Menores de San Francisco de Asís, en la que fue ordenado sacerdote.
Dedicó su vida a la predicación por toda Italia y llegó a fundar 200 monasterios. Según el santoral de Vatican News, en sus misiones “usaba expresiones e imágenes animadas, anécdotas, bromeaba con la gente otorgando apodos divertidos”. Su eficacia fue tal que, durante su vida, el número de frailes en la Orden de San Francisco pasó de 130 a 4000. Es debido a esta “buena publicidad” que hizo del Evangelio que se lo considera patrón de los anunciantes.
Santa Rita de Casia: patrona de lo imposible (22 de mayo)
La vida de Santa Rita no escatimó en dificultades. Nació como hija de campesinos sin recursos, fue una esposa maltratada, viuda, perdió a sus hijos, la rechazaron de un monasterio, pero logró ser religiosa y finalmente santa. Para complacer el deseo de sus padres, se casó con un hombre llamado Paolo di Mancino, quien “resultó ser un bebedor, mujeriego y abusador, pero ella devolvió su crueldad con oración y bondad”, explica el santoral. Logró convertirlo al cristianismo, pero luego fue asesinado por disputas familiares.
Tiempo después, Rita también perdería a sus gemelos, quienes enfermaron gravemente. Ante esto, pidió ser admitida al Convento Agustiniano en Casia, pero fue rechazada por temor a que los enemigos de su esposo comprometieran la seguridad del monasterio. Tras mucho rezar, logró que le permitieran ingresar y “sus virtudes se hicieron conocidas incluso fuera de los muros del convento”, reseña Vatican News. Luego de su muerte, su cuerpo permaneció incorrupto por mucho tiempo, por esta razón, y por su fe ante la adversidad, se le reza por todas aquellas causas que parecen imposibles.
San Cayetano para el trabajo; San Valentín para el amor; San Agustín para buscar a Dios o Santo Tomás para los estudiantes. Desde los inicios del cristianismo, se acudió a las figuras de los santos patronos en busca de ayuda frente a diversas situaciones para que guíen, inspiren o intercedan. “Es la idea de alguien que nos cuida como comunidad, pueblo o ciudad”, explica Monseñor Mauricio Landra, Delegado para las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal Argentina.
“De algún modo protegen o acompañan a algún grupo de personas en particular”, explica el presbítero Gonzalo Huarte. Los santos se distinguen por sus virtudes heroicas durante la vida. Y que un santo sea patrono de algo en específico significa que fue elegido por los fieles para que interceda por ellos en esa causa en particular. En palabras de Huarte: “Su vida o su enseñanza tuvo algo que ver con esa temática”. Ejemplos sobran. Para muestra alcanza San Ivo, autor de uno de los primeros códigos éticos de la abogacía, quien es patrono de los abogados.
Sin embargo, en algunos casos el patronazgo tiene orígenes bastante particulares y desconocidos para muchos fieles. Desde la protección contra los volcanes, hasta el patrono de bebidas alcohólicas, existen santos a los que se puede acudir por motivos, en principio, inconcebibles.
San Arnulfo de Metz: patrono de la cerveza (18 de julio)
Arnulfo vivió en Mosela, actual Austria, entre los siglos VI y VII. Gracias a su origen noble, ingresó en la corte real, fue comandante militar y tuvo seis provincias bajo su responsabilidad. Sin embargo, a los 32 años renunció a todos sus cargos, dejó a su familia e ingresó a la vida religiosa. Fue ordenado sacerdote y luego obispo de Metz, Francia.
Su particular patronazgo tiene como origen la contaminación del agua de la época. “La gente utilizaba los ríos como basureros e incluso se desechaban cadáveres de personas y animales, por lo que tomar de allí podía ocasionar la muerte”, explica la Agencia Católica de Informaciones (ACI). Ante esto, el santo predicaba sobre los peligros de consumir esta agua y recomendaba en su lugar tomar cerveza. “La intuición de San Arnulfo y los cerveceros de su época pudo haber salvado muchas vidas”, destaca el santoral.
Beato Carlo Acutis: patrono de Internet y los programadores (12 de octubre)
Conocido como el “influencer de Dios”, se convertirá en el primer santo millennial el 27 de abril. A Carlo le encantaban los videojuegos y con solo 14 años programó una página web. Nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, Inglaterra, aunque pasó la mayor parte de su vida en Italia. A pesar de no haber nacido en una familia muy devota, desde pequeño estuvo interesado en conocer la fe. “A todos les llamaba la atención la naturalidad con la que el joven se acercaba a los enfermos, a los necesitados o a quien estuviese sufriendo”, detallan en el sitio Vatican News.
No solo vivió cristianamente, sino que usó las redes para crear una muestra virtual de los milagros de la Eucaristía en el mundo. “Carlo muestra que la santidad no es algo imposible, lejano a mi vida, es gente común, que vivió como nosotros”, explica Monseñor Mauricio Landra, quien se encarga de las causas de los santos en nuestro país.
Quién fue Carlo Acutis
Vivió una corta vida, ya que fue diagnosticado con leucemia. Murió el 12 de octubre de 2006, a los 15 años. Se lo conoce como el “apóstol del Internet”, por recopilar 163 milagros eucarísticos y difundirlos. Además, recientemente comenzaron las obras para construir su primera capilla en Mendoza.
San Lorenzo: patrono de los parrilleros (10 de agosto)
Nacido en lo que actualmente es España, alrededor del año 225, San Lorenzo vivió tiempos de persecución por parte del Imperio Romano. El emperador Valenciano había decretado la confiscación de todos los bienes de la Iglesia para financiar sus campañas militares, sin embargo, el diácono, que estaba a cargo de todas las riquezas, decidió venderlas a los más necesitados. En cambio, reunió a varios pobres de la ciudad y los presentó a Valenciano diciendo: “Estos son los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo”.
El gobernante consideró esta acción como una afrenta a su poder y lo condenó a muerte. Según relata Monseñor Mauricio Landra, “San Lorenzo muere mártir y la ejecución de su martirio fue ser quemado en una parrilla”. De acuerdo con la tradición, en ese momento, el santo le dijo a su verdugo: “Asado está, parece, gíralo y cómelo”. Debido a esta cruenta muerte es considerado el patrono de los parrilleros, y por su protección de los bienes de la Iglesia, también lo es de los tesoreros y archiveros.
Santa Bárbara: patrona de la pólvora y la protección contra el rayo (4 de diciembre)
Bárbara nació en Nicomedia, antigua provincia del Imperio romano, ubicada en la actual Turquía, entre los siglos III y IV. Su padre, llamado Dióscoro, era gobernador y la encerró en cautiverio con el propósito de apartarla de la influencia de los cristianos. Sin embargo, ella desobedeció la orden de casarse y se declaró públicamente cristiana, lo que el gobernador consideró imperdonable y ordenó matarla.
De acuerdo con la tradición, cuando Dióscoro dio el brutal golpe de sable que arrancó la cabeza de su hija, un relámpago le cayó encima y lo fulminó. La manera como murió su padre hizo que Bárbara fuese tomada por protectora ante los peligros de las tormentas eléctricas.
“Con el tiempo se comenzó a decir la ‘santabárbara’ al lugar donde van los explosivos y las municiones en un barco, y se le pedía la protección de este sector de la embarcación” explica el Monseñor Landra. Luego, por similitud, también se la empezó a asociar con los artilleros y los mineros.
Beato Pier Giorgio Frassati: patrono de los montañistas (4 de julio)
“Era conocido entre sus amigos como “Il Terrore” (“El Terror”) debido a su afición a las bromas pesadas”, repasan en Vatican News sobre este futuro santo. Nació en Turín, Italia, el 6 de abril de 1901. Creció en el seno de una familia adinerada, pero él rechazaba el tipo de vida y se sentía a disgusto con su clase social. Desde joven participó en diversos movimientos católicos italianos y constantemente destinaba su dinero a los más humildes. “Usaba su billete de autobús para obras de caridad y luego corría a casa para llegar a tiempo a las comidas y que sus padres no se enteraran”, explica el santoral.
Con solo 24 años, Frassati fue diagnosticado con poliomielitis fulminante, una enfermedad que acabó con su vida en solo una semana. Como era aficionado al esquí y al montañismo, e incluso llegó a escalar los Alpes y el Valle de Aosta, se lo nombró patrono de los montañistas. De acuerdo con ACI, “si algo caracterizó su espíritu, era el amor por la naturaleza y el deseo de estar en contacto con ella”.
Santa Dinfna: patrona de la ansiedad (30 de mayo)
Según una leyenda del siglo XIII, Dinfna era la hija de un rey pagano irlandés, que perdió a su esposa cristiana y quiso reemplazarla con ella. Para alejarse de su padre, la joven, ayudada por el sacerdote Gerberno, se refugió en el bosque de Geel, el territorio de la actual Bélgica. Allí construyeron un santuario para enfermos. Sin embargo, el rey los encontró y los decapitó a ambos.
De acuerdo con el santoral del Vaticano, numerosos milagros ocurrieron en el lugar de su muerte, incluyendo la curación de personas que padecían una enfermedad neurológica o nerviosa. Por esta razón se la considera patrona de las afecciones mentales, los endemoniados, los epilépticos y los sonámbulos.
San Cristóbal: patrono de los surfistas (25 de julio)
No tiene un origen histórico preciso, pero se estima que vivió durante el gobierno de Decio, tercer emperador romano, alrededor del año 250. Los santorales lo describen como un “popularísimo gigantón” que servía al Imperio. Según la tradición, el joven solía ayudar a las personas a cruzar un río gracias a su enorme altura. En una ocasión, llevó sobre sus hombros a un niño desconocido que era sorprendentemente pesado. Al llegar al otro lado, el niño le reveló que era Jesús y que “pesaba más que el mundo entero” porque Él era su creador.
Luego de ese suceso, Cristóbal decidió convertirse al cristianismo y comenzó a predicar por la región, hasta que fue apresado, torturado y asesinado. La conexión de San Cristóbal con el surf comenzó en California, la cuna de este deporte, en la década de 1960. Así como ayudó a los viajeros a cruzar un río peligroso, ofrecía una sensación de seguridad a los surfistas en el mar. “Este santo tiene mucha relación con el movimiento, el camino y la peregrinación, por eso muchas compañías de seguros de autos se llaman San Cristóbal”, aclara Monseñor Mauricio Landra.
San Antonio de Padua: patrono de las cosas perdidas (13 de junio)
“A veces los fieles van jugando con lo que se le transmite o se le apropia al santo”, comenta el delegado de las causas de los santos en Argentina. Esto parece que es lo que sucedió con San Antonio de Padua, un sacerdote portugués del siglo XII perteneciente a la orden de los franciscanos. De acuerdo a ACI Prensa, su trato atraía a multitudes que buscaban estar cerca de él y hasta le tuvieron que asignar un grupo de hermanos para protegerlo, porque la gente llegaba a arrancarle pedazos de su hábito.
Los devotos de este santo lo consideran “muy milagroso” y piden su intercesión en diversas ocasiones: cuando un objeto valioso se perdió, cuando se busca un novio o, incluso, si alguien padece de enfermedad celíaca. Este “santo comodín” también es considerado protector de las mujeres estériles, albañiles, panaderos y viajeros. Además, numerosas localidades llevan su nombre, tal es así, que el Papa León XII lo llamó “el santo de todo el mundo”.
Santa Gertrudis de Nivelle y San Roque: patrona de los gatos y patrono de los perros (16 de noviembre y 16 de agosto)
Si bien San Francisco de Asís es el patrono de todos los animales, hay algunas especies que tienen una protección especial. El cuidado de los perros se suele adjudicar a San Roque, un joven francés que se dedicó a la asistencia de los enfermos de peste en el siglo XV. Cuando él mismo contrajo la enfermedad, se resguardó en una caverna para no convertirse en una carga. Sin embargo, un perro lo alimentó milagrosamente y el dueño del animal lo encontró y salvó. Este episodio dio origen a la oración: “San Roque, San Roque, que este perro no me mire, ni me toque”, que se reza cuando uno se cruza con un can peligroso.
En cuanto a los gatos, se los asocia con Gertrudis de Nivelle, una santa alemana del siglo XIII. Se consagró a la Orden del Císter desde joven y tuvo numerosas visiones de Jesús durante su vida. Originalmente se le otorgó el patronato de las almas del purgatorio y se la empezó a retratar con ratones, que simbolizaban estas almas. Con el paso del tiempo, se la relacionó con la protección contra la peste, enfermedad transmitida por ratas, y luego con los gatos, principal instrumento de la época para deshacerse de la plaga.
Santa Rosa de Lima: patrona contra las erupciones volcánicas (30 de agosto)
La primera santa de América nació en Lima, Perú, en el año 1586. Luego de resistir por años el deseo de sus padres de casarla, ingresó a la Tercera Orden de Santo Domingo. En los santorales dan detalles de su vida al servicio de los demás: “En su casa creó un albergue para los necesitados, donde asistía a niños y ancianos abandonados, sobre todo a los indios y mestizos”. Dedicó toda su vida a la oración y la atención a los más desfavorecidos en los tiempos de la colonización española.
De acuerdo con una leyenda popular, Santa Rosa colocó una medalla sobre la boca de un volcán de agua para evitar que erupcione y destruya toda la ciudad de Lima. Por esta razón, se invoca a la joven santa para protegerse contra los volcanes, además de ser patrona del Perú, América y Filipinas. El papa Juan Pablo II la definió como “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer tiene en el anuncio del Evangelio”.
San Vito: patrono de los bailarines y actores (15 de junio)
Poco se sabe sobre la vida de este santo, “el único dato histórico es su martirio en Lucania, Italia, pero su culto está atestiguado desde el medioevo”, explican desde Vatican News. De acuerdo con la tradición, fue asesinado durante la persecución de Diocleciano, junto a otros dos cristianos, Modesto y Cresencia, por lo que a los tres se los celebra el mismo día.
Su veneración se extendió por Alemania y se empezó a pedir su intermediación contra la enfermedad de Huntington, también conocida como “mal de San Vito”, un trastorno genético hereditario que afecta los movimientos. Durante la Edad Media se produjeron varias epidemias debido a esta afección, lo que se conoció como la “peste del baile”, y, a causa de esto, el santo cobró notoriedad. Con el paso del tiempo, también se le adjudicó la protección de bailarines y actores.
Santa Clara de Asís: patrona de la televisión y las telecomunicaciones (11 de agosto)
Santa Clara nació el 16 de julio de 1194 en Asís, Italia, en el seno de una de las familias nobles de la ciudad. No obstante, decidió seguir los pasos de su amigo San Francisco de Asís y a los 18 años abandonó su vida de riqueza para formar parte de la Orden de los Hermanos Menores. Luego fundó la Orden de las Hermanas Menores, siendo la única mujer en la historia que redactó una regla de vida religiosa para mujeres.
Es patrona de la televisión debido a un episodio milagroso de su vida, así lo explica el santoral de ACI: “Estando gravemente enferma, fue transportada milagrosamente desde su cama a la iglesia de San Francisco, donde asistió a la Misa de medianoche; después, apareció de nuevo sobre su cama”. ¿Cómo se conecta esto con la TV? Las telecomunicaciones se caracterizan por transportar información de un lugar a otro “milagrosamente” rápido, al igual que esta santa se transportó de lugar prodigiosamente.
Santa Lucía: patrona de los oftalmólogos, la vista y las enfermedades oculares (13 de diciembre)
La joven santa nació en Siracusa, Italia, en tiempos de la persecución a los cristianos por parte del emperador romano Diocleciano (303-313 d.C.). Tras la muerte de su padre, decidió entregar su vida a Dios, pero su madre le había arreglado un matrimonio con un joven pagano. Ella rechazó el acuerdo, su pretendiente se enfureció y la denunció ante el procónsul Pascasio, acusándola de ser cristiana.
Luego de amenazarla sin éxito para que renunciara a su fe, las autoridades la torturaron, le arrancaron los ojos y la decapitaron. “Aún en ese estado, la santa parecía seguir viendo y, mientras se desvanecía, mostraba una fuerza inusitada para exhortar a los presentes a que se conviertan”, detallan en ACI. Fue debido a esta cruel muerte que se retrata a Santa Lucía con una bandeja con sus ojos y se la considera la patrona de la vista y todas las afecciones relacionadas.
San Bernardino de Siena: patrono de la publicidad y las relaciones públicas (20 de mayo)
“Las multitudes eran atraídas por este fraile frágil, capaz de explicar el Evangelio con el lenguaje de la gente”, relatan desde. Bernardino nació en Massa Marittima, Italia, en 1380 y quedó huérfano de pequeño. A los 22 años ingresó en la Orden de los Frailes Menores de San Francisco de Asís, en la que fue ordenado sacerdote.
Dedicó su vida a la predicación por toda Italia y llegó a fundar 200 monasterios. Según el santoral de Vatican News, en sus misiones “usaba expresiones e imágenes animadas, anécdotas, bromeaba con la gente otorgando apodos divertidos”. Su eficacia fue tal que, durante su vida, el número de frailes en la Orden de San Francisco pasó de 130 a 4000. Es debido a esta “buena publicidad” que hizo del Evangelio que se lo considera patrón de los anunciantes.
Santa Rita de Casia: patrona de lo imposible (22 de mayo)
La vida de Santa Rita no escatimó en dificultades. Nació como hija de campesinos sin recursos, fue una esposa maltratada, viuda, perdió a sus hijos, la rechazaron de un monasterio, pero logró ser religiosa y finalmente santa. Para complacer el deseo de sus padres, se casó con un hombre llamado Paolo di Mancino, quien “resultó ser un bebedor, mujeriego y abusador, pero ella devolvió su crueldad con oración y bondad”, explica el santoral. Logró convertirlo al cristianismo, pero luego fue asesinado por disputas familiares.
Tiempo después, Rita también perdería a sus gemelos, quienes enfermaron gravemente. Ante esto, pidió ser admitida al Convento Agustiniano en Casia, pero fue rechazada por temor a que los enemigos de su esposo comprometieran la seguridad del monasterio. Tras mucho rezar, logró que le permitieran ingresar y “sus virtudes se hicieron conocidas incluso fuera de los muros del convento”, reseña Vatican News. Luego de su muerte, su cuerpo permaneció incorrupto por mucho tiempo, por esta razón, y por su fe ante la adversidad, se le reza por todas aquellas causas que parecen imposibles.
Desde el que ofrece protección contra los volcanes, hasta el de los parrilleros y el de las bebidas alcohólicas, existen santos a los que se puede acudir por motivos, en principio, inconcebibles Read More