Fórmula 1: Oscar Piastri, el australiano de hielo que puede ser el enemigo íntimo de Lando Norris

Hace un tiempo, Oscar Piastri le propuso a su mamá dar un paseo en bicicleta. Ella aceptó y salieron, cerca de la playa. Gozaban del paseo cuando surgió de la nada un chiquito, se cruzó delante de ella y la situación terminó con la señora volando por sobre el manubrio y golpeada en la cabeza, sobre el asfalto. “¿Estás bien?“, le preguntó su hijo. ”Sí. Sigamos”, respondió la madre. Piastri, piloto de Fórmula 1, llevaba un sensor de latidos.

Vueltos a su casa, ambos miraron los datos del aparatito. Todo estable, excepto en el momento del accidente su progenitora. Ella es graciosa en las redes sociales y contó en un podcast la anécdota, que hizo reír a quienes la escuchaban cuando remató con lo que le dijo a su hijo: “Ah, así que tenés corazón”.

Hasta para su propia madre Oscar Piastri es descorazonado. Frío como lo era el finés Kimi Räikkönen, el hombre de hielo de la F. 1. Pero este muchacho de 23 años porta apellido italiano y además es oriundo de Australia, un país de sol y alegría. Pues eso no lo define. Gana, sonríe. Le va mal, la cara es más o menos la misma. Un robot. Muy a tono con la tecnológica Fórmula 1.

Cuando este domingo se impuso en el Gran Premio de China, se paró sobre su auto y levantó los brazos de frente a la tribuna principal. Como lo hacen todos. Pero sin saltos, sin gritos, sin euforia. Acababa de completar su “mejor fin de semana en la Fórmula 1″, pero el festejo era eso. Una sonrisa, una botella que expulsó champaña casi por compromiso y tradición más que por éxtasis. ¿Sabrá qué es el éxtasis?

Al menos, lo procura, porque se propone ser campeón del mundo. No es el piloto número 1 de McLaren, si es que hay un 1 en McLaren. Lando Norris parece tener cierta preeminencia, pero las papaya rules son laxas, en general permiten competir libremente a los compañeros. Y aunque el inglés, actual subcampeón mundial, da la impresión de tener alguna prioridad (en el GP de Australia hubo un amague de eso en una comunicación de radio), en China Piastri anunció sin anunciarlo que está como para discutir de copas entre los pesos pesados de este año.

¡EXCELENTE LARGADA DE LOS MCLAREN EN CHINA!

📺 #ChineseGP | Toda la temporada de #F1 por #DisneyPlus Premium pic.twitter.com/3cCFUMRIEc

— SportsCenter (@SC_ESPN) March 23, 2025

Fue segundo en la carrera sprint, el sábado, un rato antes de conseguir la pole position para la carrera principal. En la competencia central ganó casi de punta a punta –breve interinato de Alex Albon (Williams) en la ventana de cambios de gomas– y sin que alguien lo exigiera más allá de la largada, incluido Norris. Victoria sólida, hasta aburrida. Tanto, que la televisación lo enfocó en la primera vuelta, en el paso por el box, en alguna ventanita mientras otros ocupaban la mayoría de la pantalla, y en la llegada. Nada más en las 56 vueltas al Circuito Internacional de Shanghái.

“Si ése es el único problema, es un buen problema para tener”, sonrió Piastri cuando en la zona mixta se le apuntó ese detalle televisivo. Para su bajo perfil, está más que bien. Al perfil alto lo prefiere en los resultados, que empiezan a enriquecerse. Y lo harán más: el McLaren es el mejor modelo de los 10 del parque de la categoría reina. No arrasa, pero claramente gobierna. En Australia y en China nadie lo puso en aprietos, más allá de ese intersticio no del todo explicable de Lewis Hamilton en la sprint de Shanghái y su prueba de clasificación.

“Tuvimos que trabajar mucho para poner el auto en la ventana de rendimiento correcta. El coche no cambió fundamentalmente en los últimos tres años. Todavía tenemos quejas sobre el auto. Pienso que es el más rápido –pueden verlo–, pero si uno diseñara el coche de carreras perfecto, no se comportaría como éste en algunos casos“, sorprendió el australiano al analizar al MCL39. También Norris está algo disconforme con el vehículo.

En China el inglés resultó 2º, pero todo el fin de semana se lo vio frustrado, más allá de esa sonrisa jovial que oculta en público cierta insatisfacción. Lando venía declarando que este McLaren era difícil de conducir y había pedido a los técnicos modificar el auto para adaptarlo a su estilo de manejo: frenadas tardías, mucha velocidad en las entradas a las curvas. El equipo denegó la solicitud: la transferencia de peso brusca del eje posterior al anterior y el tránsito en viraje en esa condición desestabilizarían al coche. “Podríamos terminar con un auto más lento”, razonó el director técnico de ingeniería de la escuadra, Neil Houldey. Que confió en que Norris es lo suficientemente bueno como para cambiar él, y no el coche.

Suena como decirle al pseudo piloto número 1 que él hace lerdo al auto. Y tampoco resultó muy halagüeña una explicación de Andrea Stella, el director de McLaren: “Él [Norris] funciona mejor cuando está al 99% de su potencial. Cuando intenta extraer el 100%, en realidad las cosas se tropiezan un poco”, advirtió el jefe. Resulta un poco brusco al oído, pero no le falta razón: Lando es falible, más que lo esperable de un corredor de su alta reputación. Lo mostró varias veces, notablemente en 2024, cuando parecía poder alcanzar a Max Verstappen en el Mundial y tiró todo por la borda sobre el agua de San Pablo. Lo exhibió en China ahora, con pequeños errores (sprint, prueba de clasificación) que le impidieron liderar aunque fuera un rato de una carrera, de una sesión. Y ahora sabe que el joven que tiene al lado, en el mismo garaje, puede usufrucutar el coche cómo él lo hizo en Australia.

Piastri no es tan veloz (pese a la pole position en Shanghái, la única de su trayectoria), pero sí más estable. Más consistente psíquicamente, menos errático (pese al despiste bajo la lluvia en su natal Melbourne). Norris suele ganarle a una vuelta, y también en carrera, pero con un coche difícil de manejar, está más expuesto ante un compañero más cerebral, que no se frustra por las fallas tanto como él sí lo hace. En una escala mucho más pequeña, hay algo de Prost vs. Senna ahí: un calculador de largo aliento vs. un velocista arriesgado, y en McLaren. Con una diferencial fundamental, eso sí: estos chicos se llevan muy bien.

Por ahora, claro. Habrá que ver si la cordialidad se mantiene en caso de que el título de campeón termine siendo un premio en disputa entre dos. La temporada es larga: transcurrieron dos de las 24 fechas.

El festejo del equipo en Shanghái

35 seconds of pure chaos 🤣🍾#McLaren | #ChineseGP 🇨🇳 pic.twitter.com/qAw5ULAvaP

— McLaren (@McLarenF1) March 23, 2025

Por lo pronto, son un poco ficticios los 9,7 segundos en favor de Piastri en China. Norris sufrió por unos frenos maltrechos en el final de la competencia. Casi lo alcanzó George Russell, cuyo Mercedes resultó 3º a 1,3 segundos. “Fue difícil lidiar con eso. El pedal tenía un recorrido cada vez más largo y al final se iba al fondo. De hecho, yo estaba bastante asustado. Es mi peor pesadilla. Hay dos cosas que no quiero en un auto: uno, subvirancia, y dos, fallos de frenos. Fuimos afortunados de terminar la carrera. Si hubiera durado dos vueltas más, no sé si lo habría logrado”, aludió, siempre sonriente, a mantener el segundo puesto.

La clasificación del GP de China

The final points/placings from Shanghai after those three DSQs #F1 #ChineseGP pic.twitter.com/Yfin5Xx4DK

— Formula 1 (@F1) March 23, 2025

Y en medio del alivio, el lamento de un Lando muchas veces inconforme, para el que la felicidad rara vez es completa. “El auto es rápido en todos lados y creo que va a serlo en Suzuka. Es definitivamente distinto al del año pasado y debo adaptar mi forma de manejar. Lo interpretamos desde mi lado. Ayer [sprint y qualy] no estaba con el auto, para nada. Me encantaría reiniciar este fin de semana, pero es la vida”, sonrió otra vez, divorciados sus labios curvados de su lengua autocrítica.

Así quedan las posiciones en el Mundial de Constructores de la #F1. ¿Se viene otro año de alegría para McLaren? pic.twitter.com/XT1O8nzy2Y

— SportsCenter (@SC_ESPN) March 23, 2025

¿Y el resto? Russell está ahí, para aprovechar algún pozo de aire que pueda sacudir a los McLaren. Verstappen también, pero con un Red Bull inferior, que solamente su talento de crack puede llevar cerca de la delantera. Ferrari, insinuando más que concretando: tras el resultado gris en Australia, cosechó uno negro en China. Charles Leclerc llegó 5º, y Hamilton, 6º. Habían superado a Max, pero el campeón recobró ambas posiciones. Y luego de la meta se supo que los bólidos italianos estaban técnicamente fuera del reglamento, por peso (Leclerc; un kilo de menos) y dimensiones del piso antideslizante (Hamilton). Cero puntos en vez de 18. No puede pasar en ese nivel.

Tampoco a Alpine, que padeció en Pierre Gasly, originalmente 11º tras largar 16º, lo mismo que Leclerc. El francés, de correcta actuación, también fue declasificado por auto liviano. Ni hablar de Jack Doohan, a quien el sábado se le apagó el coche en plena acción. En cambio, lo del domingo fue todo del australiano: maniobras excesivas de defensa le hicieron recibir un recargo de 10 segundos y otros 2 puntos de descuento en la superlicencia (ya le habían deducido 2 el día anterior).

10 segundos de penalización para Doohan tras este bloqueo e incidente con Hadjar.

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— SportsCenter (@SC_ESPN) March 23, 2025

Franco Colapinto miró todo desde los boxes de Alpine; se siente cada vez más cerca la titularidad del argentino. Ni hablar de Liam Lawson, de quien ya se menciona que en la próxima fecha, el Gran Premio de Japón (4 al 6 de abril), cederá su asiento en Red Bull al nipón Yuki Tsunoda, de Racing Bulls.

En definitiva, entre los cuatro equipos de arriba hay dos parejas de pilotos que lucharán por la corona, McLaren y Ferrari, y dos escuderías que tendrán una sola espada fuerte: Russell es muy superior a Andrea Antonelli en Mercedes y Verstappen está a años de luz de Lawson en Red Bull. Hasta el año pasado, el “mejor del resto” era el 9º piloto en la clasificación; ahora es el 7º, cuando no uno mejor ubicado. Esta vez, por la penalidad a Ferrari lo fue Esteban Ocon, 5º con un Haas.

Compacto de la carrera del Gran Premio de China

Pero si no hay grandes cambios, a esta altura el campeonato parece ser cosa de dos. El rápido pero inconstante Lando Norris y el sólido pero menos brillante Oscar Piastri. “Estoy muy contento no solamente con lo de hoy, sino con lo de todo el fin de semana. Fue mi mejor fin de semana en la Fórmula 1 por ahora, y eso es casi tan satisfactorio como el resultado en sí mismo. Estoy muy complacido”, dijo el australiano. Además de sus latidos medidos por un aparatito, sus palabras confirman que sí, que tiene corazón.

El Mundial de Pilotos

Hace un tiempo, Oscar Piastri le propuso a su mamá dar un paseo en bicicleta. Ella aceptó y salieron, cerca de la playa. Gozaban del paseo cuando surgió de la nada un chiquito, se cruzó delante de ella y la situación terminó con la señora volando por sobre el manubrio y golpeada en la cabeza, sobre el asfalto. “¿Estás bien?“, le preguntó su hijo. ”Sí. Sigamos”, respondió la madre. Piastri, piloto de Fórmula 1, llevaba un sensor de latidos.

Vueltos a su casa, ambos miraron los datos del aparatito. Todo estable, excepto en el momento del accidente su progenitora. Ella es graciosa en las redes sociales y contó en un podcast la anécdota, que hizo reír a quienes la escuchaban cuando remató con lo que le dijo a su hijo: “Ah, así que tenés corazón”.

Hasta para su propia madre Oscar Piastri es descorazonado. Frío como lo era el finés Kimi Räikkönen, el hombre de hielo de la F. 1. Pero este muchacho de 23 años porta apellido italiano y además es oriundo de Australia, un país de sol y alegría. Pues eso no lo define. Gana, sonríe. Le va mal, la cara es más o menos la misma. Un robot. Muy a tono con la tecnológica Fórmula 1.

Cuando este domingo se impuso en el Gran Premio de China, se paró sobre su auto y levantó los brazos de frente a la tribuna principal. Como lo hacen todos. Pero sin saltos, sin gritos, sin euforia. Acababa de completar su “mejor fin de semana en la Fórmula 1″, pero el festejo era eso. Una sonrisa, una botella que expulsó champaña casi por compromiso y tradición más que por éxtasis. ¿Sabrá qué es el éxtasis?

Al menos, lo procura, porque se propone ser campeón del mundo. No es el piloto número 1 de McLaren, si es que hay un 1 en McLaren. Lando Norris parece tener cierta preeminencia, pero las papaya rules son laxas, en general permiten competir libremente a los compañeros. Y aunque el inglés, actual subcampeón mundial, da la impresión de tener alguna prioridad (en el GP de Australia hubo un amague de eso en una comunicación de radio), en China Piastri anunció sin anunciarlo que está como para discutir de copas entre los pesos pesados de este año.

¡EXCELENTE LARGADA DE LOS MCLAREN EN CHINA!

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Fue segundo en la carrera sprint, el sábado, un rato antes de conseguir la pole position para la carrera principal. En la competencia central ganó casi de punta a punta –breve interinato de Alex Albon (Williams) en la ventana de cambios de gomas– y sin que alguien lo exigiera más allá de la largada, incluido Norris. Victoria sólida, hasta aburrida. Tanto, que la televisación lo enfocó en la primera vuelta, en el paso por el box, en alguna ventanita mientras otros ocupaban la mayoría de la pantalla, y en la llegada. Nada más en las 56 vueltas al Circuito Internacional de Shanghái.

“Si ése es el único problema, es un buen problema para tener”, sonrió Piastri cuando en la zona mixta se le apuntó ese detalle televisivo. Para su bajo perfil, está más que bien. Al perfil alto lo prefiere en los resultados, que empiezan a enriquecerse. Y lo harán más: el McLaren es el mejor modelo de los 10 del parque de la categoría reina. No arrasa, pero claramente gobierna. En Australia y en China nadie lo puso en aprietos, más allá de ese intersticio no del todo explicable de Lewis Hamilton en la sprint de Shanghái y su prueba de clasificación.

“Tuvimos que trabajar mucho para poner el auto en la ventana de rendimiento correcta. El coche no cambió fundamentalmente en los últimos tres años. Todavía tenemos quejas sobre el auto. Pienso que es el más rápido –pueden verlo–, pero si uno diseñara el coche de carreras perfecto, no se comportaría como éste en algunos casos“, sorprendió el australiano al analizar al MCL39. También Norris está algo disconforme con el vehículo.

En China el inglés resultó 2º, pero todo el fin de semana se lo vio frustrado, más allá de esa sonrisa jovial que oculta en público cierta insatisfacción. Lando venía declarando que este McLaren era difícil de conducir y había pedido a los técnicos modificar el auto para adaptarlo a su estilo de manejo: frenadas tardías, mucha velocidad en las entradas a las curvas. El equipo denegó la solicitud: la transferencia de peso brusca del eje posterior al anterior y el tránsito en viraje en esa condición desestabilizarían al coche. “Podríamos terminar con un auto más lento”, razonó el director técnico de ingeniería de la escuadra, Neil Houldey. Que confió en que Norris es lo suficientemente bueno como para cambiar él, y no el coche.

Suena como decirle al pseudo piloto número 1 que él hace lerdo al auto. Y tampoco resultó muy halagüeña una explicación de Andrea Stella, el director de McLaren: “Él [Norris] funciona mejor cuando está al 99% de su potencial. Cuando intenta extraer el 100%, en realidad las cosas se tropiezan un poco”, advirtió el jefe. Resulta un poco brusco al oído, pero no le falta razón: Lando es falible, más que lo esperable de un corredor de su alta reputación. Lo mostró varias veces, notablemente en 2024, cuando parecía poder alcanzar a Max Verstappen en el Mundial y tiró todo por la borda sobre el agua de San Pablo. Lo exhibió en China ahora, con pequeños errores (sprint, prueba de clasificación) que le impidieron liderar aunque fuera un rato de una carrera, de una sesión. Y ahora sabe que el joven que tiene al lado, en el mismo garaje, puede usufrucutar el coche cómo él lo hizo en Australia.

Piastri no es tan veloz (pese a la pole position en Shanghái, la única de su trayectoria), pero sí más estable. Más consistente psíquicamente, menos errático (pese al despiste bajo la lluvia en su natal Melbourne). Norris suele ganarle a una vuelta, y también en carrera, pero con un coche difícil de manejar, está más expuesto ante un compañero más cerebral, que no se frustra por las fallas tanto como él sí lo hace. En una escala mucho más pequeña, hay algo de Prost vs. Senna ahí: un calculador de largo aliento vs. un velocista arriesgado, y en McLaren. Con una diferencial fundamental, eso sí: estos chicos se llevan muy bien.

Por ahora, claro. Habrá que ver si la cordialidad se mantiene en caso de que el título de campeón termine siendo un premio en disputa entre dos. La temporada es larga: transcurrieron dos de las 24 fechas.

El festejo del equipo en Shanghái

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Por lo pronto, son un poco ficticios los 9,7 segundos en favor de Piastri en China. Norris sufrió por unos frenos maltrechos en el final de la competencia. Casi lo alcanzó George Russell, cuyo Mercedes resultó 3º a 1,3 segundos. “Fue difícil lidiar con eso. El pedal tenía un recorrido cada vez más largo y al final se iba al fondo. De hecho, yo estaba bastante asustado. Es mi peor pesadilla. Hay dos cosas que no quiero en un auto: uno, subvirancia, y dos, fallos de frenos. Fuimos afortunados de terminar la carrera. Si hubiera durado dos vueltas más, no sé si lo habría logrado”, aludió, siempre sonriente, a mantener el segundo puesto.

La clasificación del GP de China

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Y en medio del alivio, el lamento de un Lando muchas veces inconforme, para el que la felicidad rara vez es completa. “El auto es rápido en todos lados y creo que va a serlo en Suzuka. Es definitivamente distinto al del año pasado y debo adaptar mi forma de manejar. Lo interpretamos desde mi lado. Ayer [sprint y qualy] no estaba con el auto, para nada. Me encantaría reiniciar este fin de semana, pero es la vida”, sonrió otra vez, divorciados sus labios curvados de su lengua autocrítica.

Así quedan las posiciones en el Mundial de Constructores de la #F1. ¿Se viene otro año de alegría para McLaren? pic.twitter.com/XT1O8nzy2Y

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¿Y el resto? Russell está ahí, para aprovechar algún pozo de aire que pueda sacudir a los McLaren. Verstappen también, pero con un Red Bull inferior, que solamente su talento de crack puede llevar cerca de la delantera. Ferrari, insinuando más que concretando: tras el resultado gris en Australia, cosechó uno negro en China. Charles Leclerc llegó 5º, y Hamilton, 6º. Habían superado a Max, pero el campeón recobró ambas posiciones. Y luego de la meta se supo que los bólidos italianos estaban técnicamente fuera del reglamento, por peso (Leclerc; un kilo de menos) y dimensiones del piso antideslizante (Hamilton). Cero puntos en vez de 18. No puede pasar en ese nivel.

Tampoco a Alpine, que padeció en Pierre Gasly, originalmente 11º tras largar 16º, lo mismo que Leclerc. El francés, de correcta actuación, también fue declasificado por auto liviano. Ni hablar de Jack Doohan, a quien el sábado se le apagó el coche en plena acción. En cambio, lo del domingo fue todo del australiano: maniobras excesivas de defensa le hicieron recibir un recargo de 10 segundos y otros 2 puntos de descuento en la superlicencia (ya le habían deducido 2 el día anterior).

10 segundos de penalización para Doohan tras este bloqueo e incidente con Hadjar.

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Franco Colapinto miró todo desde los boxes de Alpine; se siente cada vez más cerca la titularidad del argentino. Ni hablar de Liam Lawson, de quien ya se menciona que en la próxima fecha, el Gran Premio de Japón (4 al 6 de abril), cederá su asiento en Red Bull al nipón Yuki Tsunoda, de Racing Bulls.

En definitiva, entre los cuatro equipos de arriba hay dos parejas de pilotos que lucharán por la corona, McLaren y Ferrari, y dos escuderías que tendrán una sola espada fuerte: Russell es muy superior a Andrea Antonelli en Mercedes y Verstappen está a años de luz de Lawson en Red Bull. Hasta el año pasado, el “mejor del resto” era el 9º piloto en la clasificación; ahora es el 7º, cuando no uno mejor ubicado. Esta vez, por la penalidad a Ferrari lo fue Esteban Ocon, 5º con un Haas.

Compacto de la carrera del Gran Premio de China

Pero si no hay grandes cambios, a esta altura el campeonato parece ser cosa de dos. El rápido pero inconstante Lando Norris y el sólido pero menos brillante Oscar Piastri. “Estoy muy contento no solamente con lo de hoy, sino con lo de todo el fin de semana. Fue mi mejor fin de semana en la Fórmula 1 por ahora, y eso es casi tan satisfactorio como el resultado en sí mismo. Estoy muy complacido”, dijo el australiano. Además de sus latidos medidos por un aparatito, sus palabras confirman que sí, que tiene corazón.

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