Esta fascinante colección es el fruto de la colaboración entre dos personajes tan opuestos como legendarios. Protegida en un bello edificio histórico de estilo renacentista italiano, la biblioteca construida especialmente por Charles Follen McKim en 1906 y ampliada por el famoso arquitecto Renzo Piano cien años después es un lugar imponente y a la vez apacible, ideal para huir del ruido de las calles de Manhattan y recorrer a paso lento y disfrutar de un rico patrimonio histórico y cultural universal.
Aquí se guardan verdaderas joyas, como una tablilla de arcilla sumeria con la historia del diluvio (1966 a. C), la biblia de Gutenberg (1454-1455) o la partitura original del Bolero de Ravel. También se encuentran en sus archivos la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos impresa en 1776, el manuscrito de El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, un cuaderno de notas de bolsillo de Isaac Newton y el esquema del Ulises de James Joyce. Recorrer sus estantes y vitrinas permite trazar un hilo invisible que recorre el conocimiento y la memoria de la Humanidad a lo largo de los siglos.
Se trata de una de las más importantes colecciones del mundo de tablillas, manuscritos, libros antiguos, grabados y originales de partituras musicales y es el resultado del encuentro improbable entre el millonario J. P. Morgan y su mano derecha, la bibliotecaria afroamericana Belle Da Costa Greene.
La Biblioteca y Museo Morgan (The Morgan Library & Museum) comenzó como la biblioteca personal del banquero y financista John Pierpont Morgan. Nacido en 1837 en una familia acomodada, hijo de un importante empresario, J.P. Morgan amasó una gran fortuna gracias a su habilidad para hacer negocios en Wall Street. Se lo conoce también como “el banquero más grande de Estados Unidos”.
En 1901 llegó a ser uno de los hombres más ricos del mundo. Más allá de su capacidad para entender el mercado bursátil y hacer negocios, Morgan era un gran admirador de las civilizaciones antiguas. Patrocinó excavaciones y coleccionó objetos de las primeras civilizaciones de la Mesopotamia. Desde muy joven tuvo interés en los sellos y tablillas enterrados en las excavaciones de la antigua ciudad de Nínive. Entendió muy pronto que para dar una base sólida a su biblioteca necesitaba adquirir las tablas de escritura cuneiforme sumerias que son los primeros registros de la escritura humana.
También comenzó a reunir una colección de manuscritos iluminados medievales, literarios e históricos, libros impresos antiguos y dibujos y grabados de grandes pintores. Cuando la colección empezó a crecer y ya no entraba más en su casa, el banquero encargó otro edificio para albergar sus preciados objetos. “La biblioteca del Sr. Morgan”, como se la conocía en vida, se construyó entre 1902 y 1906 pegada a su residencia de Nueva York en Madison Avenue y 36th Street.
El banquero y la bibliotecaria
Belle Da Costa Greene era afroamericana, aunque se presentaba como blanca, debido a que la discriminación que se vivía en aquella época en Estados Unidos le impedía acceder a los círculos culturales y artísticos más importantes del país. Nació en 1879 en el seno de una familia afroamericana prominente de Washington, su padre fue el primer abogado negro graduado en Harvard y su madre, que también era de ascendencia africana decidió reinventarse cambiando su apellido a Da Costa luego de divorciarse, alegando antepasados portugueses para explicar el color oscuro de su piel. Quería que su hija Belle y el resto de su familia pudiera tener una vida exitosa y para lograrlo debían ocultar su verdadera identidad.
Belle y sus hermanos comenzaron a hacerse pasar por blancos en una Norteamérica racista y segregada. A lo largo de su vida, Greene enfrentó desafíos relacionados con su identidad racial, pero su talento y personalidad la llevaron a convertirse en una de las figuras más destacada en el mundo de las bibliotecas y las colecciones de arte. No solo logró conseguir y tener bajo su custodia algunos de los libros más preciados del mundo, sino que lo hizo en una época, a principios del siglo XX, en la que consiguió superar dos grandes dificultades: ser mujer y ser negra.
En 1905, Belle trabajaba en la biblioteca de la Universidad de Princeton adonde concurría habitualmente Junius Morgan, un ferviente bibliófilo sobrino de J. P. Morgan. Impresionado por la elegancia y refinamiento intelectual de esta joven de 26 años, se la presentó a su tío. El millonario quedó deslumbrado al conocerla y no dudó en contratarla como bibliotecaria personal convencido que con sus cualidades y su magnética personalidad podría enriquecer su colección. El edificio de la biblioteca que había encargado estaba casi terminado y Morgan decidió poner en manos de Belle su tesoro más preciado, rompiendo así con las convenciones de la época al contratar a una mujer negra.
Da Costa Greene gastó millones de dólares en la compraventa de manuscritos, libros y obras de arte, viajando para conseguirlos por todo el mundo. Compaginaba una vida bohemia con otra en la alta sociedad. Solía lucir modelos de diseñadores de moda y joyas en el trabajo. Fue la enorme tarea de esta bibliotecaria la que le permitió a Morgan completar y mejorar su colección. Dueña de un gusto refinado y una personalidad arrolladora Belle dirigió la biblioteca durante 43 años, inicialmente como bibliotecaria privada de J.P. Morgan y luego como directora de la Biblioteca cuando ésta se convirtió en una institución pública en 1924, tras la muerte del banquero. Nunca se casó, aunque tuvo varias relaciones amorosas, la más importante con el coleccionista de arte ruso Bernard Berenson. Es difícil reconstruir la vida de Belle con su propia voz ya que se encargó de quemar todos sus diarios y papeles antes de morir en 1950, probablemente intentando borrar su pasado racial.
Piezas y objetos exquisitos
Enumerar la amplísima variedad de originales es una tarea ardua, pero lo verdaderamente asombroso es la exquisitez de las piezas y objetos. Los manuscritos originales de obras de Lord Byron, Charles Dickens, Edgar Allan Poe, John Ruskin, Mark Twain, Herman Melville, y William Morris, los diarios de Henry Thoreau, la 35 Sinfonía en re mayor de Mozart, tablillas antiquísimas y sellos de los sumerios están repartidos en tres salas en la que se destaca la biblioteca propiamente dicha.
También conocida como la sala Este (East room) es la más grande, con paredes que alcanzan una altura de 9 metros, revestidas del piso al techo con tres niveles de estanterías de bronce y nogal. A los balcones superiores se accede a través de dos escaleras ocultas tras estanterías en las esquinas de la sala. Un par de ventanas con vitreaux proporcionan iluminación desde el norte. La repisa de la chimenea está tallada en mármol en estilo renacentista. Encima hay un tapiz, El triunfo de la avaricia, con una inscripción en latín que se traduce: “Como Tántalo siempre tiene sed en medio del agua, así el avaro siempre desea riquezas”.
El techo está adornado con dos tipos de pinturas que se alternan: las Musas y algunas figuras destacadas de la Historia: Dante Alighieri, Comedia, Sandro Botticelli, Pintura, Miguel Ángel Buonarotti, Arquitectura, Antonio da Sangallo, Poesía, Sócrates, Historia, William Caxton, Música, Heródoto, Ciencia, Galileo Galilei, Astronomía, Cristóbal Colón y Tragedia. En los hexágonos sobre los grandes hombres y las Musas están los signos del Zodíaco dispuestos de maneras que tenían significado para Morgan, por ejemplo, su fecha de nacimiento y la fecha de su segundo matrimonio, Aries y Geminis, sobre la puerta de entrada, aislados del resto, de manera que al entrar Morgan caminaría bajo sus dos estrellas de la suerte.
Los otros dos espacios que se pueden visitar son la oficina de la bibliotecaria Belle da Costa, conocida como la sala Norte (North room), que fue transformada para exhibir algunas de las primeras obras de la colección de Morgan, incluyendo objetos del antiguo Oriente Medio, Egipto, Roma y Grecia, así como objetos del período medieval temprano.
Y finalmente el imponente y suntuoso estudio privado donde J. P. Morgan se reunía con comerciantes de arte, académicos, colegas de negocios y amigos. Conocida como la sala Oeste (West room) es la más suntuosa y, a la vez, la que mejor refleja los gustos personales de su ocupante original. Presidida por un retrato de Morgan sobre la chimenea, los muebles y las paredes completamente rojos le dan un aire exótico y a la vez señorial. Allí se observa una enorme bóveda con paredes revestidas de acero sólido y una pesada puerta con una cerradura de combinación donde Morgan guardaba sus objetos más preciados; ni dólares, ni joyas: libros. Porque, como él mismo sabía, la verdadera riqueza es un bien intangible.
Datos útiles
225 Madison Ave. Horario: martes a domingo de 10.30 a 17. Una gran exposición, que se exhibe hasta 4 de mayo de 2025, ilumina la misteriosa vida y el legado de Belle Da Costa Greene.
Esta fascinante colección es el fruto de la colaboración entre dos personajes tan opuestos como legendarios. Protegida en un bello edificio histórico de estilo renacentista italiano, la biblioteca construida especialmente por Charles Follen McKim en 1906 y ampliada por el famoso arquitecto Renzo Piano cien años después es un lugar imponente y a la vez apacible, ideal para huir del ruido de las calles de Manhattan y recorrer a paso lento y disfrutar de un rico patrimonio histórico y cultural universal.
Aquí se guardan verdaderas joyas, como una tablilla de arcilla sumeria con la historia del diluvio (1966 a. C), la biblia de Gutenberg (1454-1455) o la partitura original del Bolero de Ravel. También se encuentran en sus archivos la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos impresa en 1776, el manuscrito de El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde, un cuaderno de notas de bolsillo de Isaac Newton y el esquema del Ulises de James Joyce. Recorrer sus estantes y vitrinas permite trazar un hilo invisible que recorre el conocimiento y la memoria de la Humanidad a lo largo de los siglos.
Se trata de una de las más importantes colecciones del mundo de tablillas, manuscritos, libros antiguos, grabados y originales de partituras musicales y es el resultado del encuentro improbable entre el millonario J. P. Morgan y su mano derecha, la bibliotecaria afroamericana Belle Da Costa Greene.
La Biblioteca y Museo Morgan (The Morgan Library & Museum) comenzó como la biblioteca personal del banquero y financista John Pierpont Morgan. Nacido en 1837 en una familia acomodada, hijo de un importante empresario, J.P. Morgan amasó una gran fortuna gracias a su habilidad para hacer negocios en Wall Street. Se lo conoce también como “el banquero más grande de Estados Unidos”.
En 1901 llegó a ser uno de los hombres más ricos del mundo. Más allá de su capacidad para entender el mercado bursátil y hacer negocios, Morgan era un gran admirador de las civilizaciones antiguas. Patrocinó excavaciones y coleccionó objetos de las primeras civilizaciones de la Mesopotamia. Desde muy joven tuvo interés en los sellos y tablillas enterrados en las excavaciones de la antigua ciudad de Nínive. Entendió muy pronto que para dar una base sólida a su biblioteca necesitaba adquirir las tablas de escritura cuneiforme sumerias que son los primeros registros de la escritura humana.
También comenzó a reunir una colección de manuscritos iluminados medievales, literarios e históricos, libros impresos antiguos y dibujos y grabados de grandes pintores. Cuando la colección empezó a crecer y ya no entraba más en su casa, el banquero encargó otro edificio para albergar sus preciados objetos. “La biblioteca del Sr. Morgan”, como se la conocía en vida, se construyó entre 1902 y 1906 pegada a su residencia de Nueva York en Madison Avenue y 36th Street.
El banquero y la bibliotecaria
Belle Da Costa Greene era afroamericana, aunque se presentaba como blanca, debido a que la discriminación que se vivía en aquella época en Estados Unidos le impedía acceder a los círculos culturales y artísticos más importantes del país. Nació en 1879 en el seno de una familia afroamericana prominente de Washington, su padre fue el primer abogado negro graduado en Harvard y su madre, que también era de ascendencia africana decidió reinventarse cambiando su apellido a Da Costa luego de divorciarse, alegando antepasados portugueses para explicar el color oscuro de su piel. Quería que su hija Belle y el resto de su familia pudiera tener una vida exitosa y para lograrlo debían ocultar su verdadera identidad.
Belle y sus hermanos comenzaron a hacerse pasar por blancos en una Norteamérica racista y segregada. A lo largo de su vida, Greene enfrentó desafíos relacionados con su identidad racial, pero su talento y personalidad la llevaron a convertirse en una de las figuras más destacada en el mundo de las bibliotecas y las colecciones de arte. No solo logró conseguir y tener bajo su custodia algunos de los libros más preciados del mundo, sino que lo hizo en una época, a principios del siglo XX, en la que consiguió superar dos grandes dificultades: ser mujer y ser negra.
En 1905, Belle trabajaba en la biblioteca de la Universidad de Princeton adonde concurría habitualmente Junius Morgan, un ferviente bibliófilo sobrino de J. P. Morgan. Impresionado por la elegancia y refinamiento intelectual de esta joven de 26 años, se la presentó a su tío. El millonario quedó deslumbrado al conocerla y no dudó en contratarla como bibliotecaria personal convencido que con sus cualidades y su magnética personalidad podría enriquecer su colección. El edificio de la biblioteca que había encargado estaba casi terminado y Morgan decidió poner en manos de Belle su tesoro más preciado, rompiendo así con las convenciones de la época al contratar a una mujer negra.
Da Costa Greene gastó millones de dólares en la compraventa de manuscritos, libros y obras de arte, viajando para conseguirlos por todo el mundo. Compaginaba una vida bohemia con otra en la alta sociedad. Solía lucir modelos de diseñadores de moda y joyas en el trabajo. Fue la enorme tarea de esta bibliotecaria la que le permitió a Morgan completar y mejorar su colección. Dueña de un gusto refinado y una personalidad arrolladora Belle dirigió la biblioteca durante 43 años, inicialmente como bibliotecaria privada de J.P. Morgan y luego como directora de la Biblioteca cuando ésta se convirtió en una institución pública en 1924, tras la muerte del banquero. Nunca se casó, aunque tuvo varias relaciones amorosas, la más importante con el coleccionista de arte ruso Bernard Berenson. Es difícil reconstruir la vida de Belle con su propia voz ya que se encargó de quemar todos sus diarios y papeles antes de morir en 1950, probablemente intentando borrar su pasado racial.
Piezas y objetos exquisitos
Enumerar la amplísima variedad de originales es una tarea ardua, pero lo verdaderamente asombroso es la exquisitez de las piezas y objetos. Los manuscritos originales de obras de Lord Byron, Charles Dickens, Edgar Allan Poe, John Ruskin, Mark Twain, Herman Melville, y William Morris, los diarios de Henry Thoreau, la 35 Sinfonía en re mayor de Mozart, tablillas antiquísimas y sellos de los sumerios están repartidos en tres salas en la que se destaca la biblioteca propiamente dicha.
También conocida como la sala Este (East room) es la más grande, con paredes que alcanzan una altura de 9 metros, revestidas del piso al techo con tres niveles de estanterías de bronce y nogal. A los balcones superiores se accede a través de dos escaleras ocultas tras estanterías en las esquinas de la sala. Un par de ventanas con vitreaux proporcionan iluminación desde el norte. La repisa de la chimenea está tallada en mármol en estilo renacentista. Encima hay un tapiz, El triunfo de la avaricia, con una inscripción en latín que se traduce: “Como Tántalo siempre tiene sed en medio del agua, así el avaro siempre desea riquezas”.
El techo está adornado con dos tipos de pinturas que se alternan: las Musas y algunas figuras destacadas de la Historia: Dante Alighieri, Comedia, Sandro Botticelli, Pintura, Miguel Ángel Buonarotti, Arquitectura, Antonio da Sangallo, Poesía, Sócrates, Historia, William Caxton, Música, Heródoto, Ciencia, Galileo Galilei, Astronomía, Cristóbal Colón y Tragedia. En los hexágonos sobre los grandes hombres y las Musas están los signos del Zodíaco dispuestos de maneras que tenían significado para Morgan, por ejemplo, su fecha de nacimiento y la fecha de su segundo matrimonio, Aries y Geminis, sobre la puerta de entrada, aislados del resto, de manera que al entrar Morgan caminaría bajo sus dos estrellas de la suerte.
Los otros dos espacios que se pueden visitar son la oficina de la bibliotecaria Belle da Costa, conocida como la sala Norte (North room), que fue transformada para exhibir algunas de las primeras obras de la colección de Morgan, incluyendo objetos del antiguo Oriente Medio, Egipto, Roma y Grecia, así como objetos del período medieval temprano.
Y finalmente el imponente y suntuoso estudio privado donde J. P. Morgan se reunía con comerciantes de arte, académicos, colegas de negocios y amigos. Conocida como la sala Oeste (West room) es la más suntuosa y, a la vez, la que mejor refleja los gustos personales de su ocupante original. Presidida por un retrato de Morgan sobre la chimenea, los muebles y las paredes completamente rojos le dan un aire exótico y a la vez señorial. Allí se observa una enorme bóveda con paredes revestidas de acero sólido y una pesada puerta con una cerradura de combinación donde Morgan guardaba sus objetos más preciados; ni dólares, ni joyas: libros. Porque, como él mismo sabía, la verdadera riqueza es un bien intangible.
Datos útiles
225 Madison Ave. Horario: martes a domingo de 10.30 a 17. Una gran exposición, que se exhibe hasta 4 de mayo de 2025, ilumina la misteriosa vida y el legado de Belle Da Costa Greene.
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