Crecer sin parar es el secreto para disfrutar vidas plenas y felices. “Pero, Bernardo, ¿cómo hago para crecer en medio de una crisis?”, preguntarás. Aquellos que avanzan en la vida se caracterizan por ser personas apasionadas que van detrás de sus sueños, pase lo que pase afuera, sin detenerse jamás.
Una manera efectiva de crecer es por medio del factor sorpresa. Si bien precisamos de nuestra rutina diaria para no perder el equilibrio emocional, al mismo tiempo, precisamos que la vida nos sorprenda. Si vos hacés todos los días lo mismo sin variación alguna, con el tiempo, empezarás a decrecer en lugar de crecer.
¿Cuándo solemos crecer más? Al principio de alguna actividad nueva, como un empleo, una carrera, una relación de pareja o de amistad. Es entonces que uno está lleno de entusiasmo y dispuesto a accionar. Porque tenemos una alta motivación interna. Un buen ejemplo de esto es cuando uno se enamora. En ese momento lo único que nos importa es tener contacto con la otra parte a cada instante.
A medida que transcurre el tiempo, y debido a una ley ineludible, alcanzamos una meseta y buscamos mantener lo obtenido por miedo a perderlo. Así, inconscientemente, caemos en una rutina y corremos el riesgo de sentirnos aburridos y con ganas de buscar lo nuevo. Es precisamente ahí donde se empieza a decrecer. ¿Te sucedió alguna vez? Nos sucede a todos en algún momento.
Jugar a retener lo que se tiene sin procurar avanzar, tarde o temprano, nos lleva a perderlo. Para crecer todo el tiempo, aun en épocas de crisis, necesitamos decidir jugar a ganar al igual que los deportistas. No hay equipos o deportistas que jueguen con la intención de perder. Esto consiste en convertirnos en personas “proactivas” que hacen sin que se lo pidan e independientemente de lo que ocurre a su alrededor.
No buscar lo nuevo nos conduce al estancamiento. Todos, en el camino de la vida, atravesamos épocas donde alcanzamos un punto de desarrollo máximo para luego decrecer hasta desaparecer. Es en ese punto llamado meseta es donde debemos, en todas las áreas de la vida, buscar nuevas ideas, implementar cambios, innovar y mejorar. Esta actitud nos brinda el impulso para continuar adelante.
Crecer en todo tiempo, en la bonanza y en la adversidad, es la única forma que tenemos de escapar de la rutina cotidiana que tanto nos abruma a veces. Innovar es fundamental en ese momento. Por ejemplo, una empresa que nunca evoluciona puede llegar a desaparecer siendo devorada por la competencia.
Si tu anhelo es crecer en la vida, te animo a activar tu deseo porque este es la fuerza que te empuja a buscar la sorpresa, el movimiento, el cambio. Esto te permitirá ir por más, aunque las circunstancias externas no sean las ideales. No viniste a este mundo a mantener, sino a crecer y avanzar.
Crecer sin parar es el secreto para disfrutar vidas plenas y felices. “Pero, Bernardo, ¿cómo hago para crecer en medio de una crisis?”, preguntarás. Aquellos que avanzan en la vida se caracterizan por ser personas apasionadas que van detrás de sus sueños, pase lo que pase afuera, sin detenerse jamás.
Una manera efectiva de crecer es por medio del factor sorpresa. Si bien precisamos de nuestra rutina diaria para no perder el equilibrio emocional, al mismo tiempo, precisamos que la vida nos sorprenda. Si vos hacés todos los días lo mismo sin variación alguna, con el tiempo, empezarás a decrecer en lugar de crecer.
¿Cuándo solemos crecer más? Al principio de alguna actividad nueva, como un empleo, una carrera, una relación de pareja o de amistad. Es entonces que uno está lleno de entusiasmo y dispuesto a accionar. Porque tenemos una alta motivación interna. Un buen ejemplo de esto es cuando uno se enamora. En ese momento lo único que nos importa es tener contacto con la otra parte a cada instante.
A medida que transcurre el tiempo, y debido a una ley ineludible, alcanzamos una meseta y buscamos mantener lo obtenido por miedo a perderlo. Así, inconscientemente, caemos en una rutina y corremos el riesgo de sentirnos aburridos y con ganas de buscar lo nuevo. Es precisamente ahí donde se empieza a decrecer. ¿Te sucedió alguna vez? Nos sucede a todos en algún momento.
Jugar a retener lo que se tiene sin procurar avanzar, tarde o temprano, nos lleva a perderlo. Para crecer todo el tiempo, aun en épocas de crisis, necesitamos decidir jugar a ganar al igual que los deportistas. No hay equipos o deportistas que jueguen con la intención de perder. Esto consiste en convertirnos en personas “proactivas” que hacen sin que se lo pidan e independientemente de lo que ocurre a su alrededor.
No buscar lo nuevo nos conduce al estancamiento. Todos, en el camino de la vida, atravesamos épocas donde alcanzamos un punto de desarrollo máximo para luego decrecer hasta desaparecer. Es en ese punto llamado meseta es donde debemos, en todas las áreas de la vida, buscar nuevas ideas, implementar cambios, innovar y mejorar. Esta actitud nos brinda el impulso para continuar adelante.
Crecer en todo tiempo, en la bonanza y en la adversidad, es la única forma que tenemos de escapar de la rutina cotidiana que tanto nos abruma a veces. Innovar es fundamental en ese momento. Por ejemplo, una empresa que nunca evoluciona puede llegar a desaparecer siendo devorada por la competencia.
Si tu anhelo es crecer en la vida, te animo a activar tu deseo porque este es la fuerza que te empuja a buscar la sorpresa, el movimiento, el cambio. Esto te permitirá ir por más, aunque las circunstancias externas no sean las ideales. No viniste a este mundo a mantener, sino a crecer y avanzar.
Para crecer todo el tiempo, aun en épocas de crisis, necesitamos decidir jugar a ganar al igual que los deportistas; las claves en esta nota Read More