Su pareja, Brandon Brites, desde su celda le escribía mensajes de WhatsApp para pedirle, a veces exigirle, que vaya a buscar dinero a un punto determinado. Se trataba de billetes de dólares que eran parte del botín de los golpes de la banda del Millón, una organización criminal juvenil que protagonizó violentos robos en casas de San Isidro.
En las últimas horas, Sofía Gómez, de 22 años, fue detenida por detectives de la policía bonaerense. Tenía una orden de captura desde mediados del mes pasado firmada por la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty.
La sospechosa se negó a declarar cuando fue indagada por Patricio Ferrari, fiscal general adjunto de San Isidro que conduce la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Martínez y que desde el año pasado tiene a su cargo la investigación que llevó tras las rejas a la mayoría de los integrantes de la organización criminal.
El último robo que se le adjudica a la banda del Millón ocurrió a principios del mes pasado en una propiedad de Acassuso. Las víctimas fueron el exjuez federal Guillermo Rivarola y su esposa. Los ladrones se hicieron de un botín de 19.000 dólares, dos pistolas, dos revólveres, cinco carabinas, municiones y un reloj de lujo.
Como informó LA NACION, la inteligencia previa al robo fue ejecutada por Brites desde un calabozo de la Unidad 57 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), situada en Campana.
En el dictamen donde solicitó una serie de allanamientos, entre ellos en la cárcel de Campana, y la detención de la “cobradora” y otros sospechosos, el fiscal Ferrari había explicado que los ladrones que irrumpieron en la casa del exjuez Rivarola “contaron con información sensible previamente aportada por Brites y Gómez, relativa al modo de ingreso y la avanzada edad de la víctima [86 años]. A su vez, aportaron información del damnificado obtenida de las plataformas Google Maps y Google”.
Pocas horas después del robo en la casa del exjuez Rivarola, detectives de la policía bonaerense de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I, conducida por el comisario mayor Lucas Borge, y personal de la Patrulla Municipal de San Isidro detuvieron a tres sospechosos del atraco. Eran tres adolescentes de ente 14 y 16 años.
En poder de los sospechosos, detenidos en el barrio de emergencia La Cava, en Beccar, la policía secuestró 3000 dólares, joyas, teléfonos celulares e indumentaria que habrían sido comprados pocas horas antes, probablemente con parte del botín. Ahora, los detectives policiales y judiciales intentan identificar a un cuarto ladrón que participó del robo.
Después, en otro allanamiento de urgencia se secuestraron municiones de fusil compatibles con las que fueron sustraídas de la casa de Rivarola. También se encontró la ropa que los ladrones utilizaron en el asalto.
Además, en redes sociales, los investigadores encontraron fotos de los sospechosos donde posaban con dólares, billetes que, posiblemente, sean los que le robaron al exjuez.
Filmaciones clave
Según pudieron reconstruir los investigadores a partir de las filmaciones de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de San Isidro, los delincuentes llegaron y escaparon en un Peugeot 408 gris. Esas imágenes fueron clave para identificar la patente del vehículo.
Pocas horas después del robo, el auto utilizado por los delincuentes fue localizado. Estaba estacionado en Marconi al 2600, cerca de La Cava, donde vive la mayoría de los delincuentes juveniles que integran la banda del Millón.
En el operativo que permitió el secuestro del vehículo fue detenido un sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Juan Manuel Moyano, de 31 años, quien trabaja para una app que conecta a choferes con pasajeros.
En su indagatoria, Moyano admitió que él conducía el auto en el que los delincuentes llegaron a la casa de Rivarola. Fue él quien aportó la información de que los ladrones habían ido la noche anterior a robar al mismo lugar, pero tuvieron que desistir por el ruido que hacía la herramienta usada para tratar de forzar las rejas.
Moyano también dio los nombres y apodos de los delincuentes. Afirmó que llegaron a la casa de la víctima a la 1.50 del miércoles. “Se bajaron todos. Yo me quedé a la vuelta, esperándolos como conductor. Volvieron al auto a las 4.50 y subieron con bolsos largos, tipo de armas. Cuando volvíamos escuché que decían que el que le había dado la data de la casa para que robaran era Brandon, que actualmente está preso en Campana”, dijo el chofer de la banda, según pudo reconstruir LA NACION de fuentes judiciales.
El nombre Brandon, aportado por Moyano, no pasó desapercibido para el fiscal Ferrari y su equipo de colaboradores.
En otra investigación que llevó tras las rejas a varios integrantes de la banda del Millón el fiscal Ferrari y los detectives de la policía bonaerense habían determinado que la inteligencia previa de los robos la hacía Brandon Brites, quien buscaba información en Google Maps y en perfiles de redes sociales como Facebook y LinkedIn, entre otros sitios.
Durante los primeros robos de la banda del Millón, Brites estaba alojado en un instituto de menores condenado por un homicidio ocurrido en La Cava. Después fue trasladado a la cárcel de Campana y ahora a una unidad del SPB situada en La Plata.
Cuando, por pedido del fiscal Ferrari, se allanó la celda donde estaba alojado Brites en la cárcel de Campana la policía bonaerense secuestró un teléfono celular marca Motorola modelo E20. El peritaje que se efectuó sobre el móvil fue clave para avanzar sobre el rol de Gómez, la pareja del recluso.
Según se desprende del expediente judicial, se pudieron recuperar numerosos chats de WhatsApp entre Brites y Gómez.
El recluso le pidió a su novia que fueran a buscar dólares. En principio eran 1500 dólares, pero la joven recibió 1400 porque el tío de Brites se quedó con 100.
“¿Quién te dio esa plata?“, le preguntó la joven a su pareja.
“Los wachos”, respondió el recluso. Entonces Gómez volvió a preguntar: “¿qué, trabajaron?“. ”Sí, anoche” fue la respuesta. Se referían al robo en la casa del exjuez Rivarola.
“¿Todos agarraron cara chica [por los billetes de dólares]?“, interrogó la joven. Entonces, Brites le explicó: ”Sí, todos eran cara chica”.
Para los detectives judiciales que trabajan en la investigación no hay dudas de que los dos sospechosos se referían a los dólares que le robaron a Rivarola en el violento atraco.
Su pareja, Brandon Brites, desde su celda le escribía mensajes de WhatsApp para pedirle, a veces exigirle, que vaya a buscar dinero a un punto determinado. Se trataba de billetes de dólares que eran parte del botín de los golpes de la banda del Millón, una organización criminal juvenil que protagonizó violentos robos en casas de San Isidro.
En las últimas horas, Sofía Gómez, de 22 años, fue detenida por detectives de la policía bonaerense. Tenía una orden de captura desde mediados del mes pasado firmada por la jueza de Garantías de San Isidro Andrea Rodríguez Mentasty.
La sospechosa se negó a declarar cuando fue indagada por Patricio Ferrari, fiscal general adjunto de San Isidro que conduce la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Martínez y que desde el año pasado tiene a su cargo la investigación que llevó tras las rejas a la mayoría de los integrantes de la organización criminal.
El último robo que se le adjudica a la banda del Millón ocurrió a principios del mes pasado en una propiedad de Acassuso. Las víctimas fueron el exjuez federal Guillermo Rivarola y su esposa. Los ladrones se hicieron de un botín de 19.000 dólares, dos pistolas, dos revólveres, cinco carabinas, municiones y un reloj de lujo.
Como informó LA NACION, la inteligencia previa al robo fue ejecutada por Brites desde un calabozo de la Unidad 57 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), situada en Campana.
En el dictamen donde solicitó una serie de allanamientos, entre ellos en la cárcel de Campana, y la detención de la “cobradora” y otros sospechosos, el fiscal Ferrari había explicado que los ladrones que irrumpieron en la casa del exjuez Rivarola “contaron con información sensible previamente aportada por Brites y Gómez, relativa al modo de ingreso y la avanzada edad de la víctima [86 años]. A su vez, aportaron información del damnificado obtenida de las plataformas Google Maps y Google”.
Pocas horas después del robo en la casa del exjuez Rivarola, detectives de la policía bonaerense de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I, conducida por el comisario mayor Lucas Borge, y personal de la Patrulla Municipal de San Isidro detuvieron a tres sospechosos del atraco. Eran tres adolescentes de ente 14 y 16 años.
En poder de los sospechosos, detenidos en el barrio de emergencia La Cava, en Beccar, la policía secuestró 3000 dólares, joyas, teléfonos celulares e indumentaria que habrían sido comprados pocas horas antes, probablemente con parte del botín. Ahora, los detectives policiales y judiciales intentan identificar a un cuarto ladrón que participó del robo.
Después, en otro allanamiento de urgencia se secuestraron municiones de fusil compatibles con las que fueron sustraídas de la casa de Rivarola. También se encontró la ropa que los ladrones utilizaron en el asalto.
Además, en redes sociales, los investigadores encontraron fotos de los sospechosos donde posaban con dólares, billetes que, posiblemente, sean los que le robaron al exjuez.
Filmaciones clave
Según pudieron reconstruir los investigadores a partir de las filmaciones de las cámaras de seguridad de la Municipalidad de San Isidro, los delincuentes llegaron y escaparon en un Peugeot 408 gris. Esas imágenes fueron clave para identificar la patente del vehículo.
Pocas horas después del robo, el auto utilizado por los delincuentes fue localizado. Estaba estacionado en Marconi al 2600, cerca de La Cava, donde vive la mayoría de los delincuentes juveniles que integran la banda del Millón.
En el operativo que permitió el secuestro del vehículo fue detenido un sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Juan Manuel Moyano, de 31 años, quien trabaja para una app que conecta a choferes con pasajeros.
En su indagatoria, Moyano admitió que él conducía el auto en el que los delincuentes llegaron a la casa de Rivarola. Fue él quien aportó la información de que los ladrones habían ido la noche anterior a robar al mismo lugar, pero tuvieron que desistir por el ruido que hacía la herramienta usada para tratar de forzar las rejas.
Moyano también dio los nombres y apodos de los delincuentes. Afirmó que llegaron a la casa de la víctima a la 1.50 del miércoles. “Se bajaron todos. Yo me quedé a la vuelta, esperándolos como conductor. Volvieron al auto a las 4.50 y subieron con bolsos largos, tipo de armas. Cuando volvíamos escuché que decían que el que le había dado la data de la casa para que robaran era Brandon, que actualmente está preso en Campana”, dijo el chofer de la banda, según pudo reconstruir LA NACION de fuentes judiciales.
El nombre Brandon, aportado por Moyano, no pasó desapercibido para el fiscal Ferrari y su equipo de colaboradores.
En otra investigación que llevó tras las rejas a varios integrantes de la banda del Millón el fiscal Ferrari y los detectives de la policía bonaerense habían determinado que la inteligencia previa de los robos la hacía Brandon Brites, quien buscaba información en Google Maps y en perfiles de redes sociales como Facebook y LinkedIn, entre otros sitios.
Durante los primeros robos de la banda del Millón, Brites estaba alojado en un instituto de menores condenado por un homicidio ocurrido en La Cava. Después fue trasladado a la cárcel de Campana y ahora a una unidad del SPB situada en La Plata.
Cuando, por pedido del fiscal Ferrari, se allanó la celda donde estaba alojado Brites en la cárcel de Campana la policía bonaerense secuestró un teléfono celular marca Motorola modelo E20. El peritaje que se efectuó sobre el móvil fue clave para avanzar sobre el rol de Gómez, la pareja del recluso.
Según se desprende del expediente judicial, se pudieron recuperar numerosos chats de WhatsApp entre Brites y Gómez.
El recluso le pidió a su novia que fueran a buscar dólares. En principio eran 1500 dólares, pero la joven recibió 1400 porque el tío de Brites se quedó con 100.
“¿Quién te dio esa plata?“, le preguntó la joven a su pareja.
“Los wachos”, respondió el recluso. Entonces Gómez volvió a preguntar: “¿qué, trabajaron?“. ”Sí, anoche” fue la respuesta. Se referían al robo en la casa del exjuez Rivarola.
“¿Todos agarraron cara chica [por los billetes de dólares]?“, interrogó la joven. Entonces, Brites le explicó: ”Sí, todos eran cara chica”.
Para los detectives judiciales que trabajan en la investigación no hay dudas de que los dos sospechosos se referían a los dólares que le robaron a Rivarola en el violento atraco.
Sofía Gómez, de 22 años, se negó a declarar cuando fue indagada por el fiscal Patricio Ferrari Read More