Elecciones en Ecuador: Noboa y González llegan en empate técnico a un balotaje en estado de excepción

GUAYAQUIL.- Ecuador se juega su destino inmediato en medio de la polarización y la incertidumbre, frase hecha y tantas veces exagerada. Hasta hoy. El empate técnico, casi matemático, entre dos rivales tan antagónicos como el presidente y candidato Daniel Noboa y la correísta Luisa González, promete muchas horas de emociones fuertes después del cierre de las urnas.

La última encuesta a la que ha tenido acceso LA NACIÓN confirma un escenario que también se palpa en las calles: 50,1% para Noboa frente al 49,9% de González. En la campaña gubernamental las mediciones de última hora arrojan un 1% de ventaja para su candidato, mientras en el bando revolucionario lanzan en redes sociales predicciones que nadie cree, con hasta 20 puntos de ventaja para la elegida por el expresidente Rafael Correa gracias a su lealtad.

La primera vuelta ya constató lo dividido que está el país andino, con sólo 16.746 votos de ventaja para Noboa tras un proceso de recuento que se prolongó durante días en medio de esa misma incertidumbre. En este Ecuador cada papeleta cuenta, ninguna se puede despreciar. Ante lo imprevisible del resultado, Noboa decidió jugar fuerte en la víspera, aprovechando su poder institucional.

El primer mandatario decretó este sábado el estado de excepción por 60 días en el Distrito Metropolitano de Quito y en las provincias de Guayas (cuya capital es Guayaquil), Manabí, Santa Elena, Los Ríos, Orellana, Sucumbíos y El Oro. La medida incluye las cárceles del país. Noboa pretende con estas medidas no sólo aparecer como el líder fuerte con mano dura, capaz de luchar contra los narcos. También intenta dificultar el proselitismo político en zonas de mucha votación donde Revolución Ciudadana es muy fuerte. La medida de prohibir el uso de los celulares en las urnas busca impedir que votantes cobren un puñado de dólares por mostrar la fotografía con la papeleta a los distintos punteros políticos, práctica habitual en algunas zonas.

“Resistan, ya mañana comienza el fin de esta pesadilla”, contraatacó en redes sociales Correa, líder de la Revolución Ciudadana.

“El pueblo ecuatoriano tiene que escoger entre dos visiones radicalmente distintas, hasta opuestas, de la economía, la seguridad y las relaciones exteriores”, previno a LA NACIÓN John Polga-Hecimovich, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Academia Naval de Estados Unidos.

Dos visiones antagónicas que estarán representadas en la nueva Asamblea Nacional, a partir del 14 de mayo, con otro cuasi empate: 67 diputados revolucionarios frente a 66 de ADN.

En semejante escenario, el analista Matías Abad lo tiene muy claro: “Al menos uno de cada 10 electores decide su voto frente a la papeleta. En un escenario de empate técnico, estos ´late deciders´ no sólo importan, definen”.

A la postre, el apoyo a González del partido indígena Pachakutik y de su líder, Leónidas Iza, no ha resultado fundamental, tal y como pretendía el correísmo al firmar una alianza con quien conquistó en primera vuelta el 5% de los votos. Durante su década en el Palacio de Carondelet, Correa sembró vientos y tempestades en la comunidad indígena ecuatoriana, que pese a los acuerdos de sus líderes no olvida el pasado.

Ni siquiera está claro que los ocho parlamentarios de Pachakutik se sumen a los 67 correístas para desnivelar el empate en la Asamblea, donde los partidos independientes suman seis escaños y los socialcristianos, cuatro.

En un guiño a los sectores más conservadores, el correísmo también ha recibido con regocijo el aparente apoyo del excandidato socialcristiano Jan Topic, aquel que alardeaba en su currículum por haber luchado en las guerras de Ucrania y Siria. Con el respaldo del Bukele ecuatoriano, como le llaman, la Revolución Ciudadana pretender contrarrestar la estrategia de líder fuerte con mano de hierro, que Noboa ha mostrado hasta el último día, sabedor de que sus ciudadanos viven con horror el desafío de la delincuencia organizada contra el Estado.

La alianza de bandas locales como Los Lobos, Los Choneros, los Tiguerones y los ChoneKillers con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han transformado a Ecuador en el país más violento de la región.

“No permitiré que los buenos sea castigados por cumplir con su deber”, prometió el presidente en la noche del viernes, tras anunciar el indulto en favor del suboficial de la Policía Nacional que abatió a dos delincuentes durante el asalto a un autobús en Quito. “Si la justicia le da la espalda, su presidente no lo hará. Le otorgaré el indulto presidencial”, anunció Noboa tras conocerse que la Fiscalía preparaba cargos contra el suboficial Paco Nicolás Morales.

El miedo al error mortal, el mismo que petrifica a muchos futbolistas cuando se juegan los últimos minutos de una prórroga, convirtió la segunda vuelta electoral en un territorio de mensajes repetidos. En el debate entre candidatos, que en 2023 provocó que Noboa pasara sorpresivamente al balotaje, se vivieron los mismos temores, de ahí la igualdad final.

Mientras González apostaba por exhibir sus alianzas y desempeñar el papel de favorita tras la alianza con Pachakutik, también tuvo que ejercitarse como controladora de daños. Las amenazas de correligionarios despistados contra la dolarización, intocable para la mayoría de los ecuatorianos, y la irrupción de la figura oscura de los “gestores de paz”, tan parecidos a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba o los paramilitares chavistas, la pusieron a la defensiva, incluso contra las cuerdas. En su última decisión del sábado, el gobierno prohibió tajantemente el uso de recursos públicos para financiar “milicias urbanas”, en un intento de llevar la polémica hasta la misma jornada electoral.

Cualquier fallo relevante sumará, y mucho, en contra. Para Noboa su peor vía crucis llegó con la concesión, y posterior marcha atrás, del campo petrolero de Sacha a un consorcio chino y el derrame petrolero en Esmeraldas. El presidente apostó porque tanto él como sus ministros se acercaran a la gente, ante la evidencia de que los golpes exitosos en las redes sociales, como el famoso Noboa de cartón, habían tocado techo.

GUAYAQUIL.- Ecuador se juega su destino inmediato en medio de la polarización y la incertidumbre, frase hecha y tantas veces exagerada. Hasta hoy. El empate técnico, casi matemático, entre dos rivales tan antagónicos como el presidente y candidato Daniel Noboa y la correísta Luisa González, promete muchas horas de emociones fuertes después del cierre de las urnas.

La última encuesta a la que ha tenido acceso LA NACIÓN confirma un escenario que también se palpa en las calles: 50,1% para Noboa frente al 49,9% de González. En la campaña gubernamental las mediciones de última hora arrojan un 1% de ventaja para su candidato, mientras en el bando revolucionario lanzan en redes sociales predicciones que nadie cree, con hasta 20 puntos de ventaja para la elegida por el expresidente Rafael Correa gracias a su lealtad.

La primera vuelta ya constató lo dividido que está el país andino, con sólo 16.746 votos de ventaja para Noboa tras un proceso de recuento que se prolongó durante días en medio de esa misma incertidumbre. En este Ecuador cada papeleta cuenta, ninguna se puede despreciar. Ante lo imprevisible del resultado, Noboa decidió jugar fuerte en la víspera, aprovechando su poder institucional.

El primer mandatario decretó este sábado el estado de excepción por 60 días en el Distrito Metropolitano de Quito y en las provincias de Guayas (cuya capital es Guayaquil), Manabí, Santa Elena, Los Ríos, Orellana, Sucumbíos y El Oro. La medida incluye las cárceles del país. Noboa pretende con estas medidas no sólo aparecer como el líder fuerte con mano dura, capaz de luchar contra los narcos. También intenta dificultar el proselitismo político en zonas de mucha votación donde Revolución Ciudadana es muy fuerte. La medida de prohibir el uso de los celulares en las urnas busca impedir que votantes cobren un puñado de dólares por mostrar la fotografía con la papeleta a los distintos punteros políticos, práctica habitual en algunas zonas.

“Resistan, ya mañana comienza el fin de esta pesadilla”, contraatacó en redes sociales Correa, líder de la Revolución Ciudadana.

“El pueblo ecuatoriano tiene que escoger entre dos visiones radicalmente distintas, hasta opuestas, de la economía, la seguridad y las relaciones exteriores”, previno a LA NACIÓN John Polga-Hecimovich, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Academia Naval de Estados Unidos.

Dos visiones antagónicas que estarán representadas en la nueva Asamblea Nacional, a partir del 14 de mayo, con otro cuasi empate: 67 diputados revolucionarios frente a 66 de ADN.

En semejante escenario, el analista Matías Abad lo tiene muy claro: “Al menos uno de cada 10 electores decide su voto frente a la papeleta. En un escenario de empate técnico, estos ´late deciders´ no sólo importan, definen”.

A la postre, el apoyo a González del partido indígena Pachakutik y de su líder, Leónidas Iza, no ha resultado fundamental, tal y como pretendía el correísmo al firmar una alianza con quien conquistó en primera vuelta el 5% de los votos. Durante su década en el Palacio de Carondelet, Correa sembró vientos y tempestades en la comunidad indígena ecuatoriana, que pese a los acuerdos de sus líderes no olvida el pasado.

Ni siquiera está claro que los ocho parlamentarios de Pachakutik se sumen a los 67 correístas para desnivelar el empate en la Asamblea, donde los partidos independientes suman seis escaños y los socialcristianos, cuatro.

En un guiño a los sectores más conservadores, el correísmo también ha recibido con regocijo el aparente apoyo del excandidato socialcristiano Jan Topic, aquel que alardeaba en su currículum por haber luchado en las guerras de Ucrania y Siria. Con el respaldo del Bukele ecuatoriano, como le llaman, la Revolución Ciudadana pretender contrarrestar la estrategia de líder fuerte con mano de hierro, que Noboa ha mostrado hasta el último día, sabedor de que sus ciudadanos viven con horror el desafío de la delincuencia organizada contra el Estado.

La alianza de bandas locales como Los Lobos, Los Choneros, los Tiguerones y los ChoneKillers con los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación han transformado a Ecuador en el país más violento de la región.

“No permitiré que los buenos sea castigados por cumplir con su deber”, prometió el presidente en la noche del viernes, tras anunciar el indulto en favor del suboficial de la Policía Nacional que abatió a dos delincuentes durante el asalto a un autobús en Quito. “Si la justicia le da la espalda, su presidente no lo hará. Le otorgaré el indulto presidencial”, anunció Noboa tras conocerse que la Fiscalía preparaba cargos contra el suboficial Paco Nicolás Morales.

El miedo al error mortal, el mismo que petrifica a muchos futbolistas cuando se juegan los últimos minutos de una prórroga, convirtió la segunda vuelta electoral en un territorio de mensajes repetidos. En el debate entre candidatos, que en 2023 provocó que Noboa pasara sorpresivamente al balotaje, se vivieron los mismos temores, de ahí la igualdad final.

Mientras González apostaba por exhibir sus alianzas y desempeñar el papel de favorita tras la alianza con Pachakutik, también tuvo que ejercitarse como controladora de daños. Las amenazas de correligionarios despistados contra la dolarización, intocable para la mayoría de los ecuatorianos, y la irrupción de la figura oscura de los “gestores de paz”, tan parecidos a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba o los paramilitares chavistas, la pusieron a la defensiva, incluso contra las cuerdas. En su última decisión del sábado, el gobierno prohibió tajantemente el uso de recursos públicos para financiar “milicias urbanas”, en un intento de llevar la polémica hasta la misma jornada electoral.

Cualquier fallo relevante sumará, y mucho, en contra. Para Noboa su peor vía crucis llegó con la concesión, y posterior marcha atrás, del campo petrolero de Sacha a un consorcio chino y el derrame petrolero en Esmeraldas. El presidente apostó porque tanto él como sus ministros se acercaran a la gente, ante la evidencia de que los golpes exitosos en las redes sociales, como el famoso Noboa de cartón, habían tocado techo.

 Los sondeos previos dan un 50,1% para el presidente frente al 49,9% para la candidata correísta  Read More