La cerealera Vicentin podría reactivar las dos plantas industriales que paralizó hace diez días luego de quedarse, en el marco de un escenario muy complejo, sin producción a fasón para terceros. Se trata de los establecimientos ubicados en Avellaneda, en el norte de Santa Fe, y en Ricardone, en el sur provincial.
Cuando frenó la actividad, la empresa, que aguarda que la Corte Suprema de Santa Fe pase su caso a la Corte nacional luego de rechazarle la homologación del concurso de acreedores, había señalado: “Ante la imposibilidad de obtener contratos de fasón en tiempo oportuno para cumplir regularmente con los compromisos de la sociedad, y en espera de poder revertir la situación una vez que la incertidumbre del proceso judicial sea resuelta, se ha decidido ayer proceder al cierre seguro de todas las plantas en operación (Ricardone y Avellaneda), en la convicción de que para la conservación de la empresa en este momento se impone la protección de los activos, lo que permitirá un rápido arranque cuando esto sea factible”, dijo en un comunicado.
Tras la conmoción que generó la decisión de la compañía, y la preocupación de unos 1300 empleados por el futuro de sus salarios, en la última semana hubo distintas reuniones y gestiones con firmas del sector para que, con el procesamiento de mercadería mediante, la empresa pueda proceder a la reapertura. Esto fue, precisamente, lo que dio a conocer la compañía con un cierto grado de probabilidad de ocurrencia. También informó que se podría pagar así el 50% del último sueldo de los operarios.
“Ante el público ofrecimiento de la Unión Agrícola Avellaneda y de Bioenergías SA en la audiencia del día de la fecha [por el viernes pasado] para continuar con los fasones de girasol y de etanol en las plantas de Ricardone y Avellaneda respectivamente, y habiendo recibido en forma verbal de ambas firmas la propuesta concreta de adelantar el 50% del precio de sus respectivos fasones, de ser ratificadas estas propuestas por las vías correspondientes Vicentin estaría en condiciones de poner en marcha nuevamente ambas plantas y abonar la semana que viene un adelanto del 25% de los salarios de todo el personal correspondiente al mes de marzo, y de regularizar además los compromisos comerciales más urgentes como transporte, energía consumida en este proceso, insumos de producción, aportes y contribuciones”, expresó en un comunicado.
Luego continuó: “Esto debería permitir el giro de la empresa durante lo que resta del mes de abril, comprometiendo además otro adelanto de aproximadamente 25% de los salarios a fin de este mes, en la comprensión de que los servicios de electricidad y gas no serán interrumpidos durante ese período”.
En este marco, precisó que de recibir la “confirmación formal de ambos clientes y la confirmación de la aceptación de estas condiciones por los sindicatos y el personal fuera de convenio, este principio de acuerdo entre empresa, trabajadores, clientes y sector público -todavía insuficiente para superar la grave situación actual- puede representar el principio de una salida racional hacia la estabilidad que toda la comunidad necesita, requiere y persigue”.
Juan Pablo II, el papa que rescató los valores del campo
Como se mencionó, la firma busca la homologación de su concurso de acreedores iniciado en febrero de 2020. Obtuvo la cantidad de acreedores y el capital necesario pero, luego de una ardua batalla judicial, la Corte de Santa Fe rechazó el proceso. Vicentin presentó un recurso extraordinario para que la causa pase a la Corte Suprema nacional. Su expectativa es obtener allí un fallo favorable.
La cerealera Vicentin podría reactivar las dos plantas industriales que paralizó hace diez días luego de quedarse, en el marco de un escenario muy complejo, sin producción a fasón para terceros. Se trata de los establecimientos ubicados en Avellaneda, en el norte de Santa Fe, y en Ricardone, en el sur provincial.
Cuando frenó la actividad, la empresa, que aguarda que la Corte Suprema de Santa Fe pase su caso a la Corte nacional luego de rechazarle la homologación del concurso de acreedores, había señalado: “Ante la imposibilidad de obtener contratos de fasón en tiempo oportuno para cumplir regularmente con los compromisos de la sociedad, y en espera de poder revertir la situación una vez que la incertidumbre del proceso judicial sea resuelta, se ha decidido ayer proceder al cierre seguro de todas las plantas en operación (Ricardone y Avellaneda), en la convicción de que para la conservación de la empresa en este momento se impone la protección de los activos, lo que permitirá un rápido arranque cuando esto sea factible”, dijo en un comunicado.
Tras la conmoción que generó la decisión de la compañía, y la preocupación de unos 1300 empleados por el futuro de sus salarios, en la última semana hubo distintas reuniones y gestiones con firmas del sector para que, con el procesamiento de mercadería mediante, la empresa pueda proceder a la reapertura. Esto fue, precisamente, lo que dio a conocer la compañía con un cierto grado de probabilidad de ocurrencia. También informó que se podría pagar así el 50% del último sueldo de los operarios.
“Ante el público ofrecimiento de la Unión Agrícola Avellaneda y de Bioenergías SA en la audiencia del día de la fecha [por el viernes pasado] para continuar con los fasones de girasol y de etanol en las plantas de Ricardone y Avellaneda respectivamente, y habiendo recibido en forma verbal de ambas firmas la propuesta concreta de adelantar el 50% del precio de sus respectivos fasones, de ser ratificadas estas propuestas por las vías correspondientes Vicentin estaría en condiciones de poner en marcha nuevamente ambas plantas y abonar la semana que viene un adelanto del 25% de los salarios de todo el personal correspondiente al mes de marzo, y de regularizar además los compromisos comerciales más urgentes como transporte, energía consumida en este proceso, insumos de producción, aportes y contribuciones”, expresó en un comunicado.
Luego continuó: “Esto debería permitir el giro de la empresa durante lo que resta del mes de abril, comprometiendo además otro adelanto de aproximadamente 25% de los salarios a fin de este mes, en la comprensión de que los servicios de electricidad y gas no serán interrumpidos durante ese período”.
En este marco, precisó que de recibir la “confirmación formal de ambos clientes y la confirmación de la aceptación de estas condiciones por los sindicatos y el personal fuera de convenio, este principio de acuerdo entre empresa, trabajadores, clientes y sector público -todavía insuficiente para superar la grave situación actual- puede representar el principio de una salida racional hacia la estabilidad que toda la comunidad necesita, requiere y persigue”.
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Como se mencionó, la firma busca la homologación de su concurso de acreedores iniciado en febrero de 2020. Obtuvo la cantidad de acreedores y el capital necesario pero, luego de una ardua batalla judicial, la Corte de Santa Fe rechazó el proceso. Vicentin presentó un recurso extraordinario para que la causa pase a la Corte Suprema nacional. Su expectativa es obtener allí un fallo favorable.
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