Hay un entrenamiento bélico para civiles, a modo de juego educativo para adultos, que se practica -cuándo no- en EE.UU. No son militares ni policías: son abogados y ejecutivos que en nombre de la supervivencia visten su ropa de camuflaje, cargan su chaleco de municiones y pasan el fin de semana practicando tiro, juntos, bajo la supervisión de un militar retirado.
Estos ciudadanos “preparacionistas” se aprestan ante la llegada repentina de una epidemia, un gobierno tiránico, una invasión extranjera o un colapso meteorológico. Una decena de empresas aprovechan este marketing del miedo al futuro y también ofrecen formación en enfermería, uso de drones y huertas, por si acaso.
Mientyras tanto, Hollywood vende historias para esta gente. Los filmes son el inconsciente de una sociedad: dime qué hay en tu cartelera y te diré cuál es tu temor más grande. Y la cantidad de películas y series de supervivencia nos muestran que la fábrica de sueños se ha convertido en la expendedora de sus pesadillas.
Y además:
A series como “Fallout”, “Silo” y “Paradise” (historias de comunidades posapocalípticas militarizadas y encerradas en si mismas) se le suman otras historias distópicas como las recientes “The last of us” y “Guerra Civil”. Un combo de supervivencia para el espectador atribulado por un colapso global.
Hay un entrenamiento bélico para civiles, a modo de juego educativo para adultos, que se practica -cuándo no- en EE.UU. No son militares ni policías: son abogados y ejecutivos que en nombre de la supervivencia visten su ropa de camuflaje, cargan su chaleco de municiones y pasan el fin de semana practicando tiro, juntos, bajo la supervisión de un militar retirado.
Estos ciudadanos “preparacionistas” se aprestan ante la llegada repentina de una epidemia, un gobierno tiránico, una invasión extranjera o un colapso meteorológico. Una decena de empresas aprovechan este marketing del miedo al futuro y también ofrecen formación en enfermería, uso de drones y huertas, por si acaso.
Mientyras tanto, Hollywood vende historias para esta gente. Los filmes son el inconsciente de una sociedad: dime qué hay en tu cartelera y te diré cuál es tu temor más grande. Y la cantidad de películas y series de supervivencia nos muestran que la fábrica de sueños se ha convertido en la expendedora de sus pesadillas.
Y además:
A series como “Fallout”, “Silo” y “Paradise” (historias de comunidades posapocalípticas militarizadas y encerradas en si mismas) se le suman otras historias distópicas como las recientes “The last of us” y “Guerra Civil”. Un combo de supervivencia para el espectador atribulado por un colapso global.
Hay un entrenamiento bélico para civiles, a modo de juego educativo para adultos, que se practica -cuándo no- en EE.UU. No son militares ni policías: son abogados y ejecutivos que en nombre de la supervivencia visten su ropa de camuflaje, cargan su chaleco de municiones y pasan el fin de semana practicando tiro, juntos, bajo la supervisión de un militar retirado.Estos ciudadanos “preparacionistas” se aprestan ante la llegada repentina de una epidemia, un gobierno tiránico, una invasión extranjera o un colapso meteorológico. Una decena de empresas aprovechan este marketing del miedo al futuro y también ofrecen formación en enfermería, uso de drones y huertas, por si acaso.Mientyras tanto, Hollywood vende historias para esta gente. Los filmes son el inconsciente de una sociedad: dime qué hay en tu cartelera y te diré cuál es tu temor más grande. Y la cantidad de películas y series de supervivencia nos muestran que la fábrica de sueños se ha convertido en la expendedora de sus pesadillas.Y además:A series como “Fallout”, “Silo” y “Paradise” (historias de comunidades posapocalípticas militarizadas y encerradas en si mismas) se le suman otras historias distópicas como las recientes “The last of us” y “Guerra Civil”. Un combo de supervivencia para el espectador atribulado por un colapso global. Read More