Tras las fuertes críticas, el segundo del Papa “intercambió opiniones” con el vice de Trump

ROMA.- Con el telón de fondo de diferencias evidentes con la Casa Blanca en cuanto a la política de deportaciones masivas y el recorte de ayuda humanitaria a los países más pobres de la tierra, entre otros temas, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, fue recibido este sábado en audiencia por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede. Fue el primer encuentro con un alto representante de la nueva y disruptiva administración estadounidense, liderada por Donald Trump.

Católico integralista de 40 años que se convirtió en 2019, tras regresar de Irak, Vance tuvo un cara a cara con Parolin y con el “canciller” del Vaticano, el arzobispo británico, Paul Gallagher. Durante el “cordial” encuentro, “se expresó la satisfacción por las buenas relaciones bilaterales existentes entre la Santa Sede y los Estados Unidos de América y se renovó el compromiso común de proteger el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia”, indicó un escueto comunicado difundido por la Sala de Prensa del Vaticano después del mediodía. Vance estuvo al principio junto a su mujer y tres hijos, que luego visitaron el Palacio Apostólico.

“Hubo un intercambio de opiniones sobre la situación internacional, especialmente en países marcados por la guerra, tensiones políticas y situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados, prisioneros, y también se discutieron otros temas de interés común”, añadió el comunicado, que aludió, así, a las diferencias de visión que existen entre la Santa Sede y Estados Unidos. “Finalmente, se deseó una colaboración pacífica entre el Estado y la Iglesia católica en Estados Unidos, a la que se le reconoció su precioso servicio a las personas más vulnerables”, concluyó.

El principal antecedente de este “intercambio de opiniones” era la carta de Francisco a los obispos de Estados Unidos en la que criticó sin medias tintas las deportaciones masivas de migrantes puestas en marcha por Trump, el 12 de febrero, justo dos días antes de su internación en el hospital Gemelli por una bronquitis que degeneró en una neumonía casi mortal.

“La conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”, subrayó en esa misiva. “El acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión”, añadió.

Antes, el Papa había considerado “una desgracia” el plan de deportaciones masivas en Estados Unidos, algo que Vance refutó citando enseñanzas católicas de la era medieval para justificar la represión migratoria.

En una entrevista con el diario La Repubblica publicada el viernes, justo en víspera de su audiencia con Vance, el cardenal Parolin tampoco ocultó las diferencias. Ante una pregunta sobre la difícil promesa de Trump de lograr una paz entre Rusia e Ucrania, en efecto, el secretario de Estado vaticano resaltó que “como muchas veces recordó el papa Francisco, la paz no se impone, se construye pacientemente, día tras día, con diálogo y respeto recíproco”. Recordó, además, que la Santa Sede “sostiene con claridad la soberanía y la integridad territorial de Ucrania” y una “paz justa y duradera”.

Parolin tampoco ocultó su gran perplejidad ante la cuestión de la suba de aranceles, las ambiciones expansionistas sobre Groenlandia, los recortes a la agencia para el desarrollo internacional (Usaid) y los cimbronazos al multilateralismo provocados por el magnate y líder republicano. “Es claro que el enfoque de la actual administración estadounidense es muy distinto a lo que estamos acostumbrados”, dijo.

“La Santa Sede se esfuerza siempre para poner la persona humana al centro, y son muchas las personas vulnerables que sufren enormemente, por ejemplo, debido a los recortes a las ayudas humanitarias”, planteó, al recordar asimismo su pleno apoyo al multilateralismo y al derecho internacional.

Parolin tampoco ahorró críticas a lo que está ocurriendo en Gaza, de nuevo bajo bombardeos israelíes tras una breve tregua, con el respaldo de Estados Unidos, su principal aliado. “Los testimonios, imágenes y datos que vienen desde la Franja son humanamente horribles y moralmente inaceptables. Así como los israelíes y migrantes brutalmente masacrados y raptados por Hamas, también los más de dos millones de palestinos en Gaza no eligieron la guerra, pero pagan su precio más alto y no pueden ser degradados a víctimas colaterales. ¿Cómo podemos quedarnos indiferentes?”, se preguntó.

Destacó, además, que el conflicto no es solo en Gaza, sino también en Cisjordania, “donde las expansiones territoriales de los colonos en detrimento de la población civil palestina están acompañadas por violencias y abusos”.

Ante una pregunta de si se puede hablar de genocidio en Gaza, finalmente, Parolin recordó que se trata de un término jurídico del derecho internacional y que, “como afirmó el Santo Padre, para evaluar las operaciones militares israelíes, no cuenta la opinión personal, sino el estudio de los hechos y de las normas de parte de las instituciones acordes”.

“Para la Santa Sede -explicó- se mantienen claros los principios de la Doctrina Social de la Iglesia: es lícita la legítima defensa, pero nunca puede implicar el aniquilamiento total o parcial de otro pueblo o la negación a su derecho a vivir en su tierra”.

Misa de Pascuas

Más allá de las diferencias, hubo sonrisas en el encuentro, según las imágenes que fueron difundidas. Es más, nadie descarta que Vance pueda saludar brevemente a Francisco este domingo, cuando se espera que el vicepresidente y su familia asistan a la misa de Pascuas que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro. Tal como se informó, esta celebración no será presidida por el Papa, sino por el cardenal Angelo Comastri, vicario general emérito de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, de 81 años, delegado por él para esta ceremonia. Pero el Pontífice llegará probablemente al final de la misa -como ocurrió durante el Domingo de Ramos-, para impartir al final, como es tradición, la bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo, momento culminante de la Semana Santa.

Si hace una semanas había dudas de que el Papa, debilitado por los 38 días de hospitalización, pudiera levantar el brazo para cumplir en este momento clave, en los últimos días los observadores cambiaron de opinión porque, evidentemente, hubo una aceleración de la recuperación. No sólo se lo vio relativamente mejor al papa Francisco cuando recibió en audiencia al personal sanitario que lo cuidó durante las cinco semanas que estuvo en el hospital, el miércoles, sino también cuando el Jueves Santo hizo una sorpresiva visita a una cárcel, siempre sin cánulas para respirar.

Lo mismo pudo verse este sábado, cuando, otra vez, apareció sin que nadie se lo esperara en la Basílica de San Pedro, “para rezar y para estar cerca de los fieles” que se aprestaban a celebrar la Vigilia Pascual, según informó la Sala de Prensa del Vaticano.

Según las imágenes que trascendieron, el Papa estaba acompañado por su enfermero Massimiliano Strappetti, que empujaba la silla de ruedas y por su secretario personal, el sacerdote argentino Juan Cruz Villalón.

+++Nueva e inesperada salida de @Pontifex_es (sin cánulas) a la Basílica de San Pedro, donde saludó a un grupo de peregrinos de Pittsburgh, Estados Unidos 🇺🇸
Fotos y video del colega @RobertMoynihan que estaba con ellos pic.twitter.com/qlO9wSJQ0O

— Elisabetta Piqué (@bettapique) April 19, 2025

En la nueva salida, se lo vio mover los brazos con menos dificultades que cuando fue dado de alta (el 23 de marzo pasado) y se acercó a saludar a un grupo de peregrinos provenientes de Pittsburgh. Contento como siempre al estar junto a su grey, les regaló caramelos a unos niños y fue vivado.

@Pontifex_es fue a rezar a la Basílica de San Pedro antes de la Vigilia Pascual (que delegó a otro cardenal) y fue vivado por los fieles, sorprendidos por su aparición
Foto y video de la gran @fontanclara pic.twitter.com/cobdzPwXDb

— Elisabetta Piqué (@bettapique) April 19, 2025

Durante la posterior Vigilia Pascual, la liturgia más importante del año para los católicos, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, de 91 años, leyó la homilía preparada para la ocasión por Francisco, que explicó el significado de la Pascua de Resurrección.

“Cuando sentimos aún el peso de la muerte en nuestro corazón -escribió-, cuando vemos las sombras del mal seguir su ruidosa marcha sobre el mundo, cuando sentimos arder en nuestra carne y en nuestra sociedad las heridas del egoísmo o de la violencia, no nos desanimemos, volvamos al anuncio de esta noche: la luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas; la esperanza de una vida nueva y de un mundo finalmente liberado nos aguarda; un nuevo comienzo puede sorprendernos aunque a veces nos parezca imposible, porque Cristo ha vencido a la muerte”.

ROMA.- Con el telón de fondo de diferencias evidentes con la Casa Blanca en cuanto a la política de deportaciones masivas y el recorte de ayuda humanitaria a los países más pobres de la tierra, entre otros temas, el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, fue recibido este sábado en audiencia por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede. Fue el primer encuentro con un alto representante de la nueva y disruptiva administración estadounidense, liderada por Donald Trump.

Católico integralista de 40 años que se convirtió en 2019, tras regresar de Irak, Vance tuvo un cara a cara con Parolin y con el “canciller” del Vaticano, el arzobispo británico, Paul Gallagher. Durante el “cordial” encuentro, “se expresó la satisfacción por las buenas relaciones bilaterales existentes entre la Santa Sede y los Estados Unidos de América y se renovó el compromiso común de proteger el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia”, indicó un escueto comunicado difundido por la Sala de Prensa del Vaticano después del mediodía. Vance estuvo al principio junto a su mujer y tres hijos, que luego visitaron el Palacio Apostólico.

“Hubo un intercambio de opiniones sobre la situación internacional, especialmente en países marcados por la guerra, tensiones políticas y situaciones humanitarias difíciles, con especial atención a los migrantes, refugiados, prisioneros, y también se discutieron otros temas de interés común”, añadió el comunicado, que aludió, así, a las diferencias de visión que existen entre la Santa Sede y Estados Unidos. “Finalmente, se deseó una colaboración pacífica entre el Estado y la Iglesia católica en Estados Unidos, a la que se le reconoció su precioso servicio a las personas más vulnerables”, concluyó.

El principal antecedente de este “intercambio de opiniones” era la carta de Francisco a los obispos de Estados Unidos en la que criticó sin medias tintas las deportaciones masivas de migrantes puestas en marcha por Trump, el 12 de febrero, justo dos días antes de su internación en el hospital Gemelli por una bronquitis que degeneró en una neumonía casi mortal.

“La conciencia rectamente formada no puede dejar de realizar un juicio crítico y expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”, subrayó en esa misiva. “El acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión”, añadió.

Antes, el Papa había considerado “una desgracia” el plan de deportaciones masivas en Estados Unidos, algo que Vance refutó citando enseñanzas católicas de la era medieval para justificar la represión migratoria.

En una entrevista con el diario La Repubblica publicada el viernes, justo en víspera de su audiencia con Vance, el cardenal Parolin tampoco ocultó las diferencias. Ante una pregunta sobre la difícil promesa de Trump de lograr una paz entre Rusia e Ucrania, en efecto, el secretario de Estado vaticano resaltó que “como muchas veces recordó el papa Francisco, la paz no se impone, se construye pacientemente, día tras día, con diálogo y respeto recíproco”. Recordó, además, que la Santa Sede “sostiene con claridad la soberanía y la integridad territorial de Ucrania” y una “paz justa y duradera”.

Parolin tampoco ocultó su gran perplejidad ante la cuestión de la suba de aranceles, las ambiciones expansionistas sobre Groenlandia, los recortes a la agencia para el desarrollo internacional (Usaid) y los cimbronazos al multilateralismo provocados por el magnate y líder republicano. “Es claro que el enfoque de la actual administración estadounidense es muy distinto a lo que estamos acostumbrados”, dijo.

“La Santa Sede se esfuerza siempre para poner la persona humana al centro, y son muchas las personas vulnerables que sufren enormemente, por ejemplo, debido a los recortes a las ayudas humanitarias”, planteó, al recordar asimismo su pleno apoyo al multilateralismo y al derecho internacional.

Parolin tampoco ahorró críticas a lo que está ocurriendo en Gaza, de nuevo bajo bombardeos israelíes tras una breve tregua, con el respaldo de Estados Unidos, su principal aliado. “Los testimonios, imágenes y datos que vienen desde la Franja son humanamente horribles y moralmente inaceptables. Así como los israelíes y migrantes brutalmente masacrados y raptados por Hamas, también los más de dos millones de palestinos en Gaza no eligieron la guerra, pero pagan su precio más alto y no pueden ser degradados a víctimas colaterales. ¿Cómo podemos quedarnos indiferentes?”, se preguntó.

Destacó, además, que el conflicto no es solo en Gaza, sino también en Cisjordania, “donde las expansiones territoriales de los colonos en detrimento de la población civil palestina están acompañadas por violencias y abusos”.

Ante una pregunta de si se puede hablar de genocidio en Gaza, finalmente, Parolin recordó que se trata de un término jurídico del derecho internacional y que, “como afirmó el Santo Padre, para evaluar las operaciones militares israelíes, no cuenta la opinión personal, sino el estudio de los hechos y de las normas de parte de las instituciones acordes”.

“Para la Santa Sede -explicó- se mantienen claros los principios de la Doctrina Social de la Iglesia: es lícita la legítima defensa, pero nunca puede implicar el aniquilamiento total o parcial de otro pueblo o la negación a su derecho a vivir en su tierra”.

Misa de Pascuas

Más allá de las diferencias, hubo sonrisas en el encuentro, según las imágenes que fueron difundidas. Es más, nadie descarta que Vance pueda saludar brevemente a Francisco este domingo, cuando se espera que el vicepresidente y su familia asistan a la misa de Pascuas que tendrá lugar en la Plaza de San Pedro. Tal como se informó, esta celebración no será presidida por el Papa, sino por el cardenal Angelo Comastri, vicario general emérito de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, de 81 años, delegado por él para esta ceremonia. Pero el Pontífice llegará probablemente al final de la misa -como ocurrió durante el Domingo de Ramos-, para impartir al final, como es tradición, la bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo, momento culminante de la Semana Santa.

Si hace una semanas había dudas de que el Papa, debilitado por los 38 días de hospitalización, pudiera levantar el brazo para cumplir en este momento clave, en los últimos días los observadores cambiaron de opinión porque, evidentemente, hubo una aceleración de la recuperación. No sólo se lo vio relativamente mejor al papa Francisco cuando recibió en audiencia al personal sanitario que lo cuidó durante las cinco semanas que estuvo en el hospital, el miércoles, sino también cuando el Jueves Santo hizo una sorpresiva visita a una cárcel, siempre sin cánulas para respirar.

Lo mismo pudo verse este sábado, cuando, otra vez, apareció sin que nadie se lo esperara en la Basílica de San Pedro, “para rezar y para estar cerca de los fieles” que se aprestaban a celebrar la Vigilia Pascual, según informó la Sala de Prensa del Vaticano.

Según las imágenes que trascendieron, el Papa estaba acompañado por su enfermero Massimiliano Strappetti, que empujaba la silla de ruedas y por su secretario personal, el sacerdote argentino Juan Cruz Villalón.

+++Nueva e inesperada salida de @Pontifex_es (sin cánulas) a la Basílica de San Pedro, donde saludó a un grupo de peregrinos de Pittsburgh, Estados Unidos 🇺🇸
Fotos y video del colega @RobertMoynihan que estaba con ellos pic.twitter.com/qlO9wSJQ0O

— Elisabetta Piqué (@bettapique) April 19, 2025

En la nueva salida, se lo vio mover los brazos con menos dificultades que cuando fue dado de alta (el 23 de marzo pasado) y se acercó a saludar a un grupo de peregrinos provenientes de Pittsburgh. Contento como siempre al estar junto a su grey, les regaló caramelos a unos niños y fue vivado.

@Pontifex_es fue a rezar a la Basílica de San Pedro antes de la Vigilia Pascual (que delegó a otro cardenal) y fue vivado por los fieles, sorprendidos por su aparición
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— Elisabetta Piqué (@bettapique) April 19, 2025

Durante la posterior Vigilia Pascual, la liturgia más importante del año para los católicos, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, de 91 años, leyó la homilía preparada para la ocasión por Francisco, que explicó el significado de la Pascua de Resurrección.

“Cuando sentimos aún el peso de la muerte en nuestro corazón -escribió-, cuando vemos las sombras del mal seguir su ruidosa marcha sobre el mundo, cuando sentimos arder en nuestra carne y en nuestra sociedad las heridas del egoísmo o de la violencia, no nos desanimemos, volvamos al anuncio de esta noche: la luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas; la esperanza de una vida nueva y de un mundo finalmente liberado nos aguarda; un nuevo comienzo puede sorprendernos aunque a veces nos parezca imposible, porque Cristo ha vencido a la muerte”.

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