La permanente renovación de temas de la agitada agenda local no debe permitir que olvidemos casos de enorme gravedad como el del puntero político Julio “Chocolate” Rigau, detenido en La Plata en septiembre de 2023 mientras extraía dinero, con 48 tarjetas distintas, de un cajero automático. En un valiente trabajo, habida cuenta de las peligrosas mafias que actúan en la política bonaerense, la fiscal Betina Lacki acaba de pedir la elevación a juicio para Rigau, junto con sus jefes, Facundo y Claudio Albini, cercanos a Sergio Massa, presos también desde noviembre de 2023. El pedido se extiende a 47 de los 48 titulares de las tarjetas involucradas.
El sistema de prestanombres desplegado con las tarjetas de débito de empleados ñoquis de la Legislatura bonaerense le generó un perjuicio varias veces millonario a la provincia. Será Federico Atencio, juez de La Plata, quien ahora decida.
El peritaje de los celulares permitió acceder a los mensajes de WhatsApp entre Rigau y sus jefes, de los que surgen los mecanismos de la maniobra de defraudación. El puntero cobraba 200.000 pesos mensuales por ocuparse de recaudar lo de 50 ñoquis, dejándoles parte del dinero a los titulares, y rendía cuentas a Claudio Albini, exsubdirector de personal de la Cámara de Diputados bonaerense. De las conversaciones se desprende que la operatoria había estado vigente por lo menos durante los tres últimos años. En algunos casos, las cuentas salariales en el Banco Provincia habían sido abiertas en 2012. La División de Lavado de Activos de la Policía Federal elaboró un informe que actualiza las cifras, estimando los montos de los desvíos a lo largo de los años y aportando numerosos indicios sobre la hipótesis de una asociación ilícita conformada por los empleados ñoquis, Rigau y los Albini, padre e hijo, las únicas caras hasta ahora visibles de esta oscura y putrefacta trama.
Es tiempo de investigar hasta las últimas consecuencias, para que la ciudadanía conozca las caras de todos aquellos que se enriquecen ilícitamente y a costa de la población
Está claro que la Legislatura en la mira no investigará ni cooperará con la Justicia para traer luz sobre este entramado de corrupción. Este año, seguramente con el fin de disimular el nivel de involucramiento de algunos de sus miembros, completó una “investigación preliminar” absolutamente inconsistente, que condujo a descartar cualquier irregularidad. No solo eso: llegaron incluso al colmo de elogiar el “buen desempeño” y el nivel de “compromiso laboral” de los “ñoquis”, al tiempo que desestimaron cualquier perjuicio económico para el Estado bonaerense. La secuencia permite confirmar el nivel de desfachatez reinante en el órgano legislativo provincial, un antro de corrupción pocas veces visto, en el que se da por sentado que los ciudadanos somos estúpidos.
Confiamos en que una Justicia valiente y comprometida permitirá desentrañar sin más demoras esta otra madeja de corrupción para que no sean solo los perejiles los que paguen. Es tiempo de investigar hasta las últimas consecuencias buscando quebrar los pactos de silencio para que la ciudadanía conozca las caras de todos aquellos que se enriquecen ilícitamente y a costa de la población. Ellos son los responsables de que nuestros impuestos no se destinen a escuelas, hospitales, seguridad o caminos. La impunidad no puede seguir siendo su recompensa.
La permanente renovación de temas de la agitada agenda local no debe permitir que olvidemos casos de enorme gravedad como el del puntero político Julio “Chocolate” Rigau, detenido en La Plata en septiembre de 2023 mientras extraía dinero, con 48 tarjetas distintas, de un cajero automático. En un valiente trabajo, habida cuenta de las peligrosas mafias que actúan en la política bonaerense, la fiscal Betina Lacki acaba de pedir la elevación a juicio para Rigau, junto con sus jefes, Facundo y Claudio Albini, cercanos a Sergio Massa, presos también desde noviembre de 2023. El pedido se extiende a 47 de los 48 titulares de las tarjetas involucradas.
El sistema de prestanombres desplegado con las tarjetas de débito de empleados ñoquis de la Legislatura bonaerense le generó un perjuicio varias veces millonario a la provincia. Será Federico Atencio, juez de La Plata, quien ahora decida.
El peritaje de los celulares permitió acceder a los mensajes de WhatsApp entre Rigau y sus jefes, de los que surgen los mecanismos de la maniobra de defraudación. El puntero cobraba 200.000 pesos mensuales por ocuparse de recaudar lo de 50 ñoquis, dejándoles parte del dinero a los titulares, y rendía cuentas a Claudio Albini, exsubdirector de personal de la Cámara de Diputados bonaerense. De las conversaciones se desprende que la operatoria había estado vigente por lo menos durante los tres últimos años. En algunos casos, las cuentas salariales en el Banco Provincia habían sido abiertas en 2012. La División de Lavado de Activos de la Policía Federal elaboró un informe que actualiza las cifras, estimando los montos de los desvíos a lo largo de los años y aportando numerosos indicios sobre la hipótesis de una asociación ilícita conformada por los empleados ñoquis, Rigau y los Albini, padre e hijo, las únicas caras hasta ahora visibles de esta oscura y putrefacta trama.
Es tiempo de investigar hasta las últimas consecuencias, para que la ciudadanía conozca las caras de todos aquellos que se enriquecen ilícitamente y a costa de la población
Está claro que la Legislatura en la mira no investigará ni cooperará con la Justicia para traer luz sobre este entramado de corrupción. Este año, seguramente con el fin de disimular el nivel de involucramiento de algunos de sus miembros, completó una “investigación preliminar” absolutamente inconsistente, que condujo a descartar cualquier irregularidad. No solo eso: llegaron incluso al colmo de elogiar el “buen desempeño” y el nivel de “compromiso laboral” de los “ñoquis”, al tiempo que desestimaron cualquier perjuicio económico para el Estado bonaerense. La secuencia permite confirmar el nivel de desfachatez reinante en el órgano legislativo provincial, un antro de corrupción pocas veces visto, en el que se da por sentado que los ciudadanos somos estúpidos.
Confiamos en que una Justicia valiente y comprometida permitirá desentrañar sin más demoras esta otra madeja de corrupción para que no sean solo los perejiles los que paguen. Es tiempo de investigar hasta las últimas consecuencias buscando quebrar los pactos de silencio para que la ciudadanía conozca las caras de todos aquellos que se enriquecen ilícitamente y a costa de la población. Ellos son los responsables de que nuestros impuestos no se destinen a escuelas, hospitales, seguridad o caminos. La impunidad no puede seguir siendo su recompensa.
Es imperioso que el Poder Judicial desentrañe la madeja de corrupción que destapó el escándalo de Chocolate Rigau y termine con los pactos de silencio Read More