Messi eterno. Valdano, Latorre, Crespo, Pekerman y la pregunta del millón: ¿qué debe hacer para llegar al Mundial?

Hay una certeza: Lionel Messi quiere jugar el próximo Mundial y el planeta ya conoce la perseverancia del rosarino. La obstinación hace al genio. El plantel argentino espera y por ahora no lo invade, respeta sus tiempos. Pero en algún momento van a acelerar: “Si estuviste en todas las malas, ¿cómo te vas a perder este momento?”, le cuentan a LA NACION y filtran la estrategia desde el corazón de la selección. Saben que la manera de ayudarlo a tomar la decisión de participar del Mundial 2026 es ofrecerle un equipo capaz de romper una marca que suma más de seis décadas: ser el capitán del bicampeón mundial, un registro arrumbado en el doblete de Brasil 1958-62. “No debe ser el salvador, ya dio la cara por la selección, ahora tiene que disfrutar”, sueltan en la intimidad del predio de la AFA.

Pero no se trata de ir por ir, Messi no quiere homenajes. Necesita estar sano, convencido de su cuerpo mientras descuelga los meses del almanaque. Tiene que esperar. “Este es un año largo, no estará el corte de junio porque se jugará el Mundial de Clubes. Iré viendo. Obviamente que uno piensa, pero no quiero ponerme metas tampoco. Quiero vivir el día, ver cómo me siento en lo físico y ser sincero conmigo si estoy para estar o no”, explicó en el canal de Youtube del programa Simplemente Fútbol. Franco y realista, fue más lejos que nunca. Confesó su intención, pero asumió también que a su edad pueden acechar muchas sorpresas a 407 días del partido inaugural en el estadio Azteca.

La selección argentina aprendió a jugar (y a ganar) sin Messi. ¿Qué hacer con él? Suena a herejía, ¿verdad? El país que lo tuvo tantos años bajo sospecha, ahora, ¿ya no lo necesita en la próxima Copa del Mundo? Claro que lo precisa. El tema es cómo potenciarlo rumbo al Mundial 2026, atendiendo su edad y su hábitat de competencia, asumiendo que la MLS se encuentra varios escalones por debajo de la elite. Cuál puede ser el rol y las exigencias para con el capitán, ahora que se ha quitado muchas cargas: no necesita demostrar nada, ya lo ganó todo y el equipo de Lionel Scaloni responde sin él.

“Su rol no será muy distinto qué en Qatar, un caminante que explora en busca del instante mágico. Es verdad que el equipo maduró hasta el punto de deslumbrar sin él. Pero Messi es Messi”

Jorge Valdano

LA NACION se propuso escuchar a voces autorizadas. ¿El disparador? Messi 2026. “Este equipo se hizo y creció no solo con Messi, sino gracias a Messi. Por extensión, también Scaloni está en deuda. Nada más difícil para un entrenador que gestionar el adiós de un genio. No me imagino el próximo Mundial con el aporte de un Messi en todos los minutos de todos los partidos. Pero habrá momentos y habrá dificultades que solo él podrá resolver. Su rol no será muy distinto qué en Qatar, un caminante que explora en busca del instante mágico. Es verdad que el equipo maduró hasta el punto de deslumbrar sin él. Pero Messi es Messi”, grafica Jorge Valdano, con poética conceptualidad.

Un equipo que disimula ausencias

“El tema es fascinante porque la selección encontró un funcionamiento entre los jugadores de una manera natural, y cuando se llega a esos niveles cualquier equipo es capaz de disimular cualquier ausencia, aunque se trate de un gran talento. Que, por cierto, es de la única manera con la que se puede reemplazar a un jugador como Messi. De lo contrario, caeríamos en el absurdo de compararlo con otro jugador y esperar que éste pueda aportar lo mismo que Messi. El equipo llegó a un nivel de confort y excelencia, y ese rendimiento responde a jugadores que se relacionan muy bien entre sí, especialmente en el mediocampo. Ahí empieza el equipo, ni por delante ni por atrás. Y son volantes tan versátiles que juegan e interpretan muy bien las dos facetas más importantes del juego, la elaboración y la recuperación de la pelota. Construyeron un funcionamiento ideal, que hasta es capaz de encubrir la falta de Messi… pero Messi estará”, explica Diego Latorre y deja para más adelante cómo funcionará el capitán.

Las impresiones de José Pekerman, el hombre que dos décadas atrás, en Alemania 2006, lo llevó a un Messi de 18 años a su primer Mundial, no pueden faltar. “El Mundial 2026 será un momento para disfrutar, pero entendiendo un nuevo contexto: la Argentina no defendió con éxito sus dos títulos mundiales anteriores, y esto se presenta como un gran desafío. Leo querrá ganar de nuevo el Mundial, como siempre quiso ganar cada uno de los anteriores, pero sólo pudo conseguirlo en Qatar, y lo ganó por todo lo que había recogido y por la gente que lo ayudó. Los jugadores lo admiran, lo quieren, para muchos hasta es su ídolo, y esto fue fundamental para que Leo se soltara. Sintió que lograba estar fuera de cuestionamientos, incluso, hasta de sus propios compañeros. Ese deseo de ayudarlo fue clave. Leo sabe que ahora se tratará de otro reto, nuevo, y quizás más complicado, y él asumirá de una manera distinta todo el potencial que podrá ofrecer a mediados de 2026. Sólo ahí nos sacaremos las dudas de cómo va a estar para competir, pero Leo es muy inteligente”, avanza Pekerman y no disimula su entusiasmo.

“El tema es fascinante porque la selección encontró un funcionamiento entre los jugadores de una manera natural. Construyeron un funcionamiento ideal, que hasta es capaz de encubrir la falta de Messi… pero Messi estará”

Diego Latorre

Se suma Jorge Luis Burruchaga, el autor del último gol argentino en una final del mundo -Italia 90 y Brasil 2014 quedaron en cero- hasta las apariciones de Ángel Di María y precisamente Messi en Qatar. No titubea el símbolo de Independiente: “Messi va a llegar al Mundial, más allá de que está jugando en una liga inferior a la exigencia europea y dos por tres le aparezcan algunos dolorcitos o molestias, que son inevitables a su edad. Pero lo más importante es que a su alrededor tiene a un gran equipo: es la mejor selección del mundo, con y sin Messi, sin lugar a dudas. Se complementan para potenciarse: el equipo lo ayuda y él tiene muchos recursos para darle todavía”, anticipa.

Todos los consultados por LA NACION coincidieron: se convertirá en el primer futbolista de la historia en participar de seis Mundiales (quizás, junto con Cristiano Ronaldo). Sí, nadie duda que jugará el torneo. Pero, ¿hay pistas firmes más allá de los deseos del protagonista? El tema sobrevuela y comienzan a filtrarse voces, miradas, a medida que avanza la cuenta regresiva hacia junio de 2026. En una entrevista con el diario El País, de Uruguay, a Luis Suárez le consultaron si solía hablar acerca del retiro con Messi. “No, no… Sí en tono de broma muchas veces hablamos”, dijo en principio, para después revelar que “Leo tiene esas ganas de jugar el Mundial del año que viene también”. Tan amigos, la percepción del goleador lleva el aval de la cercanía.

“Leo sabe que ahora se tratará de otro reto, nuevo, y quizás más complicado, y él asumirá de una manera distinta todo el potencial que podrá ofrecer a mediados de 2026. Sólo ahí nos sacaremos las dudas de cómo va a estar para competir, pero Leo es muy inteligente”

José Pekerman

Conviene leer las señales que se filtran desde aquellos que lo tratan a diario. Como Jorge Mas, uno de los propietarios de Inter Miami, que en diálogo con el programa Fútbol de Primera, de Andrés Cantor, adelantó que en breve comenzarán las negociaciones para renovar un contrato que vencerá a finales de 2025: “En los próximos 60-90 días tendremos que saber su futuro, pero sabemos a lo que él aspira: quiere ganar todo con el club. Mi anticipación es que veremos al capitán y al 10 del equipo, Lionel Messi, en el nuevo estadio [la idea es que el Miami Freedom Park se inaugure en febrero de 2026, en la apertura de la temporada regular de la MLS]. Es una bestia, es muy lindo ver que el mejor jugador de todos los tiempos no pierde esas ganas y su deseo hoy es jugar y defender la Copa del Mundo en los Estados Unidos con Argentina, así que eso es muy importante para nosotros”. ¿Fue solo una expresión de deseo o se le escapó a Jorge Mas?

Javier Mascherano, hoy su entrenador, pero especialmente su amigo, ofreció certezas sobre el estado de Messi: “El físico y las piernas los tiene, la cabeza también, no tengo ninguna duda. Pero es una decisión de él si va a jugar el Mundial o no. Yo no estoy dentro de su cabeza”, señaló en una reciente conferencia de prensa. Y amplió: “Como argentino deseo que lo juegue. Y como amante de este deporte también, porque no hay ningún futbolista en el mundo que genere lo que genera él”.

Claudio Tapia tampoco escondió su deseo. “Ojalá juegue el Mundial. Depende de él, de cómo se sienta, de cómo esté. Todos queremos que lo juegue. A mí me gustaría mucho que siga rompiendo récords y que le dé la posibilidad a los argentinos, y sobre todo a la selección a y sus compañeros, de verlo en el próximo Mundial. Tenerlo ahí, es mucho, ya es ventaja. Es increíble lo que irradia para el contrario, para todos”, expresó el presidente de la AFA en el canal de streaming Somos Gelatina. En la AFA hasta comercialmente sienten que el Mundial 2026 será con Messi. El quiebre de marketing, sin él, está proyectado de agosto de 2026 en adelante. No antes.

“Lo más importante es que a su alrededor tiene a un gran equipo: es la mejor selección del mundo, con y sin Messi, sin lugar a dudas. Se complementan para potenciarse: el equipo lo ayuda y él tiene muchos recursos para darle todavía”

Jorge Luis Burruchaga

Suárez, Mas, Mascherano y Tapia no lo expondrían. Sus palabras podrían transmitir la sensación de contar con información calificada. Pero lo real es que Messi no ha resuelto nada aun, le confían a LA NACION desde su círculo más pequeño. Irá día a día, como él mismo repite. Escuchando y atendiendo los sonidos de su cuerpo, fundamentalmente. Por su magnitud global, la decisión que tome con respecto a su futura involucra a muchos actores, no solo deportivos, sino también comerciales, y nadie hasta hoy ha recibido una señal de cara a 2026.

Mayor exigencia

El genio estará siempre intacto, pero las instancias relevantes de una Copa de Mundo exigen mucho más que la MLS. ¿Messi podrá absorber físicamente una competencia intensa que, además, ahora con 48 selecciones tendrá una estación más -ocho partidos- camino al título? El primero que no se engaña es él, y la Copa América 2024 resultó una advertencia. Pero sí puede ser valioso si administra sus intervenciones.

Aquí coinciden los analistas Juan Pablo Varsky y Diego Latorre. “Pensemos juntos: ¿Messi es uno de los 26 mejores jugadores argentinos? La respuesta es sí, entonces, claro que debe ir al Mundial, siempre que él quiera, se sienta bien físicamente y lo considere un desafío. Creo que es un futbolista que todavía le puede aportar a la selección, quizás ya no bajo el mandato de ‘tiene que jugar los 90 minutos’. Para algunos partidos puede servir desde el comienzo y, tras cumplir con la tarea, ser reemplazado, y en otras ocasiones puede entrar a revolucionar un partido que está trabado para la selección. Es decir, de entrada o como un súper suplente. Además, hay un valor invisible con su presencia: la intimidación sobre los rivales, las soluciones que solamente él puede encontrar, la confianza para los propios y hasta un impacto global que no podemos dejar de lado”, detalla Varsky.

“Es una bestia, es muy lindo ver que el mejor jugador de todos los tiempos no pierde esas ganas y su deseo hoy es jugar y defender la Copa del Mundo en los Estados Unidos con Argentina, así que eso es muy importante para nosotros”

Jorge Mas

Y robustece la idea Latorre. “Messi todavía puede aportarle muchísimo al equipo, especialmente de tres cuartos de cancha hacia adelante. Si se encuentra con la pelota en esa zona, conserva una magia que no tiene nadie y puede resolver jugadas o partidos como estratega o él mismo llegando. Obviamente, debe dosificar sus energías porque la edad no perdona, y le va a costar jugar partidos con cierto rigor cada tres días, porque la exigencia de la MLS esta muy alejada de la competitividad de Europa. Pero Messi sigue siendo él, y se exige como tal. El sabrá cuando tendrá que apretar el acelerador para llegar en óptimas condiciones, o en las mejores condiciones que él pueda. Cuando alternar, cuando jugar los momentos oportunos”, subraya ante la consulta de LA NACION.

Solo Messi sabe si está dispuesto, en ocasiones, a comenzar desde el banco o no completar los partidos en caso de ser titular. En Inter Miami viene entregado muestras de que incorporó un nuevo escenario. Lo asumió, camino a los 38 años (y cumplirá 39 durante la Copa). “Si acepta ser importante de otra manera, llega al Mundial”, se entusiasma una muy confiable fuente de LA NACION.

Messi necesita estar sano. Que no sufra lesiones que interrumpan su continuidad futbolística y siembren desánimo y desconfianza en su mente. Esta temporada le ofreció una ventana de zozobra en la primera quince de marzo, cuando se perdió tres partidos entre el 2 y el 9 por una “lesión de bajo grado en el músculo aductor” y su posterior reinserción en Inter Miami también lo marginó de los clásicos de la selección contra Uruguay y Brasil. Pero desde finales de marzo recuperó el ritmo y con el encuentro por las semifinales de ida de la Concachampions ante Vancouver Whitecaps encadenó los 90 minutos en seis cotejos consecutivos entre el torneo continental y MLS. Le puso un freno a la seguidilla el domingo pasado: ante Dallas ni ocupó un lugar en el banco porque esta noche tendrá un cruce relevante con los canadienses.

“El físico y las piernas los tiene, la cabeza también, no tengo ninguna duda. Pero es una decisión de él si va a jugar el Mundial o no. Yo no estoy dentro de su cabeza”

Javier Mascherano

Hernán Crespo se suma a la invitación de este diario para imaginar el horizonte. “En principio, hay un técnico como Scaloni con una apertura mental y sabiduría para escuchar lo que Messi tenga para compartir, aprovechando también esa relación hermosa que tienen. Personalmente me tocó vivir una situación parecida entre Ancelotti y Paolo Maldini. En este caso es clave la humildad del entrenador y la grandeza de un jugador como Messi; ambos han demostrado que se conocen muy bien y han logrado llevar adelante durante muchos años una agenda deportiva brutal, con enormes compromisos. Pienso que esta comunicación constante y la experiencia de tantos años de trajín deportivo será fundamental para ir tomando decisiones durante este proceso de cara al Mundial”, anticipa el exgoleador, que participó en las Copas de Francia ’98, Corea-Japón 2002 y fue compañero de Messi en 2006.

Y Pekerman también cree en la comunión de ambos Lionel. En la química entre el capitán y el entrenador para construir el escenario más favorable para todos. “Para Leo, el próximo Mundial traerá un contexto bien diferente al de Qatar. Por entonces, él vivía una situación muy particular en las Copas del Mundo por el pasado que arrastraba, en cambio ahora se presentará un escenario para disfrutar. Ya consiguió ese objetivo que perseguía y que tanto necesitaba la Argentina, a partir de conceptos transmitidos por el cuerpo técnico, con Scaloni a la cabeza. Ahora deberán entender todos, incluido Leo, que todo salió bien por cómo los hizo funcionar el conductor. Su gran mérito fue encontrar el funcionamiento para que cada uno desempeñe su rol, con su mejor potencial, y en los momentos favorables y en los difíciles. Y esto, también lo incluye a Leo”, analiza el técnico más ganador en la historia de los Mundiales Sub 20.

“Ojalá juegue el Mundial. Depende de él, de cómo se sienta, de cómo esté. Todos queremos que lo juegue. Me gustaría mucho que siga rompiendo récords y que le dé la posibilidad a los argentinos, y sobre todo a la selección a y sus compañeros, de verlo en el próximo Mundial”

Claudio Tapia

El almanaque de 2025 ya despide a abril, pero queda mucho por delante. La agenda de Messi promete intensa acción, una particularidad a la que estará muy atento para sacar conclusiones hacia la próxima Navidad. Esta noche tendrá uno de esos retos que lo estimulan particularmente: llegar a la final de la Concachampions, prevista para el 1° de junio, una instancia desconocida para Inter Miami. Pero antes tendrá que revertir el 0-2 de la ida ante Vancouver Whitecaps.

A la par, la MLS va por la 10ma fecha y la etapa regular se prolongará hasta el 18 de octubre; luego será el momento de los playoffs, con la final prevista para el sábado 7 de diciembre. Encorsetado, del 15 de junio al 23 de julio llegará el Mundial de Clubes, donde Inter Miami compartirá el Grupo A junto con Porto, Palmeiras y Al-Ahly. Y casi sin descanso comenzará la Leagues Cup, con Inter Miami como el defensor del título, entre el 29 de julio y el 31 de agosto. ¿Y cómo se inserta la selección en este mapa? En la antesala del Mundial de Clubes, el 4 y el 9 de junio, están previstos los duelos por las eliminatorias con Chile, de visitante, y Colombia en el Monumental. El cierre de la ruta clasificatoria llegará en septiembre, contra Venezuela y Ecuador, y para octubre y noviembre la AFA está gestionado una serie de amistosos. Probablemente, algunos en los Estados Unidos.

“Para algunos partidos puede servir desde el comienzo y, tras cumplir con la tarea, ser reemplazado, y en otras ocasiones puede entrar a revolucionar un partido que está trabado para la selección. Además, hay un valor invisible con su presencia”

Juan Pablo Varsky

Burruchaga retoma su análisis y argumenta la importancia y vigencia del capitán. “Messi puede seguir ofreciendo sus pinceladas, con relación al cambio de ritmo y la aceleración, aunque si antes lo podía hacer 30 veces por partido, ahora lo repetirá menos veces. Pero todavía lo puede hacer. Y, además, hace tiempo que incorporó un perfil más de enganche, mas pasador, porque tiene mediocampistas que se sueltan y llegan al área, tiene delanteros que van al espacio y marcan descargas, y tiene laterales que van profundo… Esas características permiten que de Messi salga el ‘maradoneano’, el ‘bochinesco’, el abastecedor de juego para compañeros que lo interpretan y lo potencian. Quizás no podrá jugar siempre los 90 minutos, pero al menos en una hora estoy segurísimo de que puede desequilibrar”.

“En principio, hay un técnico como Scaloni con una apertura mental y sabiduría para escuchar lo que Messi tenga para compartir, aprovechando también esa relación hermosa que tienen”

Hernán Crespo

Y Latorre refuerza todas las miradas optimistas porque detecta el capital que hoy motoriza a Messi: la llama sigue encendida. “Para mí, el Mundial lo va a jugar porque todavía le veo la chispa, el arranque y, fundamentalmente el deseo, por cómo se enoja, cómo pelea en partidos que a esta altura de su carrera bien podrían ser irrelevantes, y sin embargo se los toma como se los toma un niño cuando tiene la pelota en los pies. Y sabemos que no hay nadie que juegue más en serio que un niño”.

Messi 2006-2026. Nadie lo hizo. El mundo aprendió hace tiempo que no conviene subestimarlo.

Hay una certeza: Lionel Messi quiere jugar el próximo Mundial y el planeta ya conoce la perseverancia del rosarino. La obstinación hace al genio. El plantel argentino espera y por ahora no lo invade, respeta sus tiempos. Pero en algún momento van a acelerar: “Si estuviste en todas las malas, ¿cómo te vas a perder este momento?”, le cuentan a LA NACION y filtran la estrategia desde el corazón de la selección. Saben que la manera de ayudarlo a tomar la decisión de participar del Mundial 2026 es ofrecerle un equipo capaz de romper una marca que suma más de seis décadas: ser el capitán del bicampeón mundial, un registro arrumbado en el doblete de Brasil 1958-62. “No debe ser el salvador, ya dio la cara por la selección, ahora tiene que disfrutar”, sueltan en la intimidad del predio de la AFA.

Pero no se trata de ir por ir, Messi no quiere homenajes. Necesita estar sano, convencido de su cuerpo mientras descuelga los meses del almanaque. Tiene que esperar. “Este es un año largo, no estará el corte de junio porque se jugará el Mundial de Clubes. Iré viendo. Obviamente que uno piensa, pero no quiero ponerme metas tampoco. Quiero vivir el día, ver cómo me siento en lo físico y ser sincero conmigo si estoy para estar o no”, explicó en el canal de Youtube del programa Simplemente Fútbol. Franco y realista, fue más lejos que nunca. Confesó su intención, pero asumió también que a su edad pueden acechar muchas sorpresas a 407 días del partido inaugural en el estadio Azteca.

La selección argentina aprendió a jugar (y a ganar) sin Messi. ¿Qué hacer con él? Suena a herejía, ¿verdad? El país que lo tuvo tantos años bajo sospecha, ahora, ¿ya no lo necesita en la próxima Copa del Mundo? Claro que lo precisa. El tema es cómo potenciarlo rumbo al Mundial 2026, atendiendo su edad y su hábitat de competencia, asumiendo que la MLS se encuentra varios escalones por debajo de la elite. Cuál puede ser el rol y las exigencias para con el capitán, ahora que se ha quitado muchas cargas: no necesita demostrar nada, ya lo ganó todo y el equipo de Lionel Scaloni responde sin él.

“Su rol no será muy distinto qué en Qatar, un caminante que explora en busca del instante mágico. Es verdad que el equipo maduró hasta el punto de deslumbrar sin él. Pero Messi es Messi”

Jorge Valdano

LA NACION se propuso escuchar a voces autorizadas. ¿El disparador? Messi 2026. “Este equipo se hizo y creció no solo con Messi, sino gracias a Messi. Por extensión, también Scaloni está en deuda. Nada más difícil para un entrenador que gestionar el adiós de un genio. No me imagino el próximo Mundial con el aporte de un Messi en todos los minutos de todos los partidos. Pero habrá momentos y habrá dificultades que solo él podrá resolver. Su rol no será muy distinto qué en Qatar, un caminante que explora en busca del instante mágico. Es verdad que el equipo maduró hasta el punto de deslumbrar sin él. Pero Messi es Messi”, grafica Jorge Valdano, con poética conceptualidad.

Un equipo que disimula ausencias

“El tema es fascinante porque la selección encontró un funcionamiento entre los jugadores de una manera natural, y cuando se llega a esos niveles cualquier equipo es capaz de disimular cualquier ausencia, aunque se trate de un gran talento. Que, por cierto, es de la única manera con la que se puede reemplazar a un jugador como Messi. De lo contrario, caeríamos en el absurdo de compararlo con otro jugador y esperar que éste pueda aportar lo mismo que Messi. El equipo llegó a un nivel de confort y excelencia, y ese rendimiento responde a jugadores que se relacionan muy bien entre sí, especialmente en el mediocampo. Ahí empieza el equipo, ni por delante ni por atrás. Y son volantes tan versátiles que juegan e interpretan muy bien las dos facetas más importantes del juego, la elaboración y la recuperación de la pelota. Construyeron un funcionamiento ideal, que hasta es capaz de encubrir la falta de Messi… pero Messi estará”, explica Diego Latorre y deja para más adelante cómo funcionará el capitán.

Las impresiones de José Pekerman, el hombre que dos décadas atrás, en Alemania 2006, lo llevó a un Messi de 18 años a su primer Mundial, no pueden faltar. “El Mundial 2026 será un momento para disfrutar, pero entendiendo un nuevo contexto: la Argentina no defendió con éxito sus dos títulos mundiales anteriores, y esto se presenta como un gran desafío. Leo querrá ganar de nuevo el Mundial, como siempre quiso ganar cada uno de los anteriores, pero sólo pudo conseguirlo en Qatar, y lo ganó por todo lo que había recogido y por la gente que lo ayudó. Los jugadores lo admiran, lo quieren, para muchos hasta es su ídolo, y esto fue fundamental para que Leo se soltara. Sintió que lograba estar fuera de cuestionamientos, incluso, hasta de sus propios compañeros. Ese deseo de ayudarlo fue clave. Leo sabe que ahora se tratará de otro reto, nuevo, y quizás más complicado, y él asumirá de una manera distinta todo el potencial que podrá ofrecer a mediados de 2026. Sólo ahí nos sacaremos las dudas de cómo va a estar para competir, pero Leo es muy inteligente”, avanza Pekerman y no disimula su entusiasmo.

“El tema es fascinante porque la selección encontró un funcionamiento entre los jugadores de una manera natural. Construyeron un funcionamiento ideal, que hasta es capaz de encubrir la falta de Messi… pero Messi estará”

Diego Latorre

Se suma Jorge Luis Burruchaga, el autor del último gol argentino en una final del mundo -Italia 90 y Brasil 2014 quedaron en cero- hasta las apariciones de Ángel Di María y precisamente Messi en Qatar. No titubea el símbolo de Independiente: “Messi va a llegar al Mundial, más allá de que está jugando en una liga inferior a la exigencia europea y dos por tres le aparezcan algunos dolorcitos o molestias, que son inevitables a su edad. Pero lo más importante es que a su alrededor tiene a un gran equipo: es la mejor selección del mundo, con y sin Messi, sin lugar a dudas. Se complementan para potenciarse: el equipo lo ayuda y él tiene muchos recursos para darle todavía”, anticipa.

Todos los consultados por LA NACION coincidieron: se convertirá en el primer futbolista de la historia en participar de seis Mundiales (quizás, junto con Cristiano Ronaldo). Sí, nadie duda que jugará el torneo. Pero, ¿hay pistas firmes más allá de los deseos del protagonista? El tema sobrevuela y comienzan a filtrarse voces, miradas, a medida que avanza la cuenta regresiva hacia junio de 2026. En una entrevista con el diario El País, de Uruguay, a Luis Suárez le consultaron si solía hablar acerca del retiro con Messi. “No, no… Sí en tono de broma muchas veces hablamos”, dijo en principio, para después revelar que “Leo tiene esas ganas de jugar el Mundial del año que viene también”. Tan amigos, la percepción del goleador lleva el aval de la cercanía.

“Leo sabe que ahora se tratará de otro reto, nuevo, y quizás más complicado, y él asumirá de una manera distinta todo el potencial que podrá ofrecer a mediados de 2026. Sólo ahí nos sacaremos las dudas de cómo va a estar para competir, pero Leo es muy inteligente”

José Pekerman

Conviene leer las señales que se filtran desde aquellos que lo tratan a diario. Como Jorge Mas, uno de los propietarios de Inter Miami, que en diálogo con el programa Fútbol de Primera, de Andrés Cantor, adelantó que en breve comenzarán las negociaciones para renovar un contrato que vencerá a finales de 2025: “En los próximos 60-90 días tendremos que saber su futuro, pero sabemos a lo que él aspira: quiere ganar todo con el club. Mi anticipación es que veremos al capitán y al 10 del equipo, Lionel Messi, en el nuevo estadio [la idea es que el Miami Freedom Park se inaugure en febrero de 2026, en la apertura de la temporada regular de la MLS]. Es una bestia, es muy lindo ver que el mejor jugador de todos los tiempos no pierde esas ganas y su deseo hoy es jugar y defender la Copa del Mundo en los Estados Unidos con Argentina, así que eso es muy importante para nosotros”. ¿Fue solo una expresión de deseo o se le escapó a Jorge Mas?

Javier Mascherano, hoy su entrenador, pero especialmente su amigo, ofreció certezas sobre el estado de Messi: “El físico y las piernas los tiene, la cabeza también, no tengo ninguna duda. Pero es una decisión de él si va a jugar el Mundial o no. Yo no estoy dentro de su cabeza”, señaló en una reciente conferencia de prensa. Y amplió: “Como argentino deseo que lo juegue. Y como amante de este deporte también, porque no hay ningún futbolista en el mundo que genere lo que genera él”.

Claudio Tapia tampoco escondió su deseo. “Ojalá juegue el Mundial. Depende de él, de cómo se sienta, de cómo esté. Todos queremos que lo juegue. A mí me gustaría mucho que siga rompiendo récords y que le dé la posibilidad a los argentinos, y sobre todo a la selección a y sus compañeros, de verlo en el próximo Mundial. Tenerlo ahí, es mucho, ya es ventaja. Es increíble lo que irradia para el contrario, para todos”, expresó el presidente de la AFA en el canal de streaming Somos Gelatina. En la AFA hasta comercialmente sienten que el Mundial 2026 será con Messi. El quiebre de marketing, sin él, está proyectado de agosto de 2026 en adelante. No antes.

“Lo más importante es que a su alrededor tiene a un gran equipo: es la mejor selección del mundo, con y sin Messi, sin lugar a dudas. Se complementan para potenciarse: el equipo lo ayuda y él tiene muchos recursos para darle todavía”

Jorge Luis Burruchaga

Suárez, Mas, Mascherano y Tapia no lo expondrían. Sus palabras podrían transmitir la sensación de contar con información calificada. Pero lo real es que Messi no ha resuelto nada aun, le confían a LA NACION desde su círculo más pequeño. Irá día a día, como él mismo repite. Escuchando y atendiendo los sonidos de su cuerpo, fundamentalmente. Por su magnitud global, la decisión que tome con respecto a su futura involucra a muchos actores, no solo deportivos, sino también comerciales, y nadie hasta hoy ha recibido una señal de cara a 2026.

Mayor exigencia

El genio estará siempre intacto, pero las instancias relevantes de una Copa de Mundo exigen mucho más que la MLS. ¿Messi podrá absorber físicamente una competencia intensa que, además, ahora con 48 selecciones tendrá una estación más -ocho partidos- camino al título? El primero que no se engaña es él, y la Copa América 2024 resultó una advertencia. Pero sí puede ser valioso si administra sus intervenciones.

Aquí coinciden los analistas Juan Pablo Varsky y Diego Latorre. “Pensemos juntos: ¿Messi es uno de los 26 mejores jugadores argentinos? La respuesta es sí, entonces, claro que debe ir al Mundial, siempre que él quiera, se sienta bien físicamente y lo considere un desafío. Creo que es un futbolista que todavía le puede aportar a la selección, quizás ya no bajo el mandato de ‘tiene que jugar los 90 minutos’. Para algunos partidos puede servir desde el comienzo y, tras cumplir con la tarea, ser reemplazado, y en otras ocasiones puede entrar a revolucionar un partido que está trabado para la selección. Es decir, de entrada o como un súper suplente. Además, hay un valor invisible con su presencia: la intimidación sobre los rivales, las soluciones que solamente él puede encontrar, la confianza para los propios y hasta un impacto global que no podemos dejar de lado”, detalla Varsky.

“Es una bestia, es muy lindo ver que el mejor jugador de todos los tiempos no pierde esas ganas y su deseo hoy es jugar y defender la Copa del Mundo en los Estados Unidos con Argentina, así que eso es muy importante para nosotros”

Jorge Mas

Y robustece la idea Latorre. “Messi todavía puede aportarle muchísimo al equipo, especialmente de tres cuartos de cancha hacia adelante. Si se encuentra con la pelota en esa zona, conserva una magia que no tiene nadie y puede resolver jugadas o partidos como estratega o él mismo llegando. Obviamente, debe dosificar sus energías porque la edad no perdona, y le va a costar jugar partidos con cierto rigor cada tres días, porque la exigencia de la MLS esta muy alejada de la competitividad de Europa. Pero Messi sigue siendo él, y se exige como tal. El sabrá cuando tendrá que apretar el acelerador para llegar en óptimas condiciones, o en las mejores condiciones que él pueda. Cuando alternar, cuando jugar los momentos oportunos”, subraya ante la consulta de LA NACION.

Solo Messi sabe si está dispuesto, en ocasiones, a comenzar desde el banco o no completar los partidos en caso de ser titular. En Inter Miami viene entregado muestras de que incorporó un nuevo escenario. Lo asumió, camino a los 38 años (y cumplirá 39 durante la Copa). “Si acepta ser importante de otra manera, llega al Mundial”, se entusiasma una muy confiable fuente de LA NACION.

Messi necesita estar sano. Que no sufra lesiones que interrumpan su continuidad futbolística y siembren desánimo y desconfianza en su mente. Esta temporada le ofreció una ventana de zozobra en la primera quince de marzo, cuando se perdió tres partidos entre el 2 y el 9 por una “lesión de bajo grado en el músculo aductor” y su posterior reinserción en Inter Miami también lo marginó de los clásicos de la selección contra Uruguay y Brasil. Pero desde finales de marzo recuperó el ritmo y con el encuentro por las semifinales de ida de la Concachampions ante Vancouver Whitecaps encadenó los 90 minutos en seis cotejos consecutivos entre el torneo continental y MLS. Le puso un freno a la seguidilla el domingo pasado: ante Dallas ni ocupó un lugar en el banco porque esta noche tendrá un cruce relevante con los canadienses.

“El físico y las piernas los tiene, la cabeza también, no tengo ninguna duda. Pero es una decisión de él si va a jugar el Mundial o no. Yo no estoy dentro de su cabeza”

Javier Mascherano

Hernán Crespo se suma a la invitación de este diario para imaginar el horizonte. “En principio, hay un técnico como Scaloni con una apertura mental y sabiduría para escuchar lo que Messi tenga para compartir, aprovechando también esa relación hermosa que tienen. Personalmente me tocó vivir una situación parecida entre Ancelotti y Paolo Maldini. En este caso es clave la humildad del entrenador y la grandeza de un jugador como Messi; ambos han demostrado que se conocen muy bien y han logrado llevar adelante durante muchos años una agenda deportiva brutal, con enormes compromisos. Pienso que esta comunicación constante y la experiencia de tantos años de trajín deportivo será fundamental para ir tomando decisiones durante este proceso de cara al Mundial”, anticipa el exgoleador, que participó en las Copas de Francia ’98, Corea-Japón 2002 y fue compañero de Messi en 2006.

Y Pekerman también cree en la comunión de ambos Lionel. En la química entre el capitán y el entrenador para construir el escenario más favorable para todos. “Para Leo, el próximo Mundial traerá un contexto bien diferente al de Qatar. Por entonces, él vivía una situación muy particular en las Copas del Mundo por el pasado que arrastraba, en cambio ahora se presentará un escenario para disfrutar. Ya consiguió ese objetivo que perseguía y que tanto necesitaba la Argentina, a partir de conceptos transmitidos por el cuerpo técnico, con Scaloni a la cabeza. Ahora deberán entender todos, incluido Leo, que todo salió bien por cómo los hizo funcionar el conductor. Su gran mérito fue encontrar el funcionamiento para que cada uno desempeñe su rol, con su mejor potencial, y en los momentos favorables y en los difíciles. Y esto, también lo incluye a Leo”, analiza el técnico más ganador en la historia de los Mundiales Sub 20.

“Ojalá juegue el Mundial. Depende de él, de cómo se sienta, de cómo esté. Todos queremos que lo juegue. Me gustaría mucho que siga rompiendo récords y que le dé la posibilidad a los argentinos, y sobre todo a la selección a y sus compañeros, de verlo en el próximo Mundial”

Claudio Tapia

El almanaque de 2025 ya despide a abril, pero queda mucho por delante. La agenda de Messi promete intensa acción, una particularidad a la que estará muy atento para sacar conclusiones hacia la próxima Navidad. Esta noche tendrá uno de esos retos que lo estimulan particularmente: llegar a la final de la Concachampions, prevista para el 1° de junio, una instancia desconocida para Inter Miami. Pero antes tendrá que revertir el 0-2 de la ida ante Vancouver Whitecaps.

A la par, la MLS va por la 10ma fecha y la etapa regular se prolongará hasta el 18 de octubre; luego será el momento de los playoffs, con la final prevista para el sábado 7 de diciembre. Encorsetado, del 15 de junio al 23 de julio llegará el Mundial de Clubes, donde Inter Miami compartirá el Grupo A junto con Porto, Palmeiras y Al-Ahly. Y casi sin descanso comenzará la Leagues Cup, con Inter Miami como el defensor del título, entre el 29 de julio y el 31 de agosto. ¿Y cómo se inserta la selección en este mapa? En la antesala del Mundial de Clubes, el 4 y el 9 de junio, están previstos los duelos por las eliminatorias con Chile, de visitante, y Colombia en el Monumental. El cierre de la ruta clasificatoria llegará en septiembre, contra Venezuela y Ecuador, y para octubre y noviembre la AFA está gestionado una serie de amistosos. Probablemente, algunos en los Estados Unidos.

“Para algunos partidos puede servir desde el comienzo y, tras cumplir con la tarea, ser reemplazado, y en otras ocasiones puede entrar a revolucionar un partido que está trabado para la selección. Además, hay un valor invisible con su presencia”

Juan Pablo Varsky

Burruchaga retoma su análisis y argumenta la importancia y vigencia del capitán. “Messi puede seguir ofreciendo sus pinceladas, con relación al cambio de ritmo y la aceleración, aunque si antes lo podía hacer 30 veces por partido, ahora lo repetirá menos veces. Pero todavía lo puede hacer. Y, además, hace tiempo que incorporó un perfil más de enganche, mas pasador, porque tiene mediocampistas que se sueltan y llegan al área, tiene delanteros que van al espacio y marcan descargas, y tiene laterales que van profundo… Esas características permiten que de Messi salga el ‘maradoneano’, el ‘bochinesco’, el abastecedor de juego para compañeros que lo interpretan y lo potencian. Quizás no podrá jugar siempre los 90 minutos, pero al menos en una hora estoy segurísimo de que puede desequilibrar”.

“En principio, hay un técnico como Scaloni con una apertura mental y sabiduría para escuchar lo que Messi tenga para compartir, aprovechando también esa relación hermosa que tienen”

Hernán Crespo

Y Latorre refuerza todas las miradas optimistas porque detecta el capital que hoy motoriza a Messi: la llama sigue encendida. “Para mí, el Mundial lo va a jugar porque todavía le veo la chispa, el arranque y, fundamentalmente el deseo, por cómo se enoja, cómo pelea en partidos que a esta altura de su carrera bien podrían ser irrelevantes, y sin embargo se los toma como se los toma un niño cuando tiene la pelota en los pies. Y sabemos que no hay nadie que juegue más en serio que un niño”.

Messi 2006-2026. Nadie lo hizo. El mundo aprendió hace tiempo que no conviene subestimarlo.

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