El Eternauta y los escenarios digitales que parecen reales: la asombrosa tecnología que vino de Hollywood

“Todavía sigo impactado. No salí del estupor”. El asombro expresado por Ricardo Darín en medio de la conversación con LA NACION que anticipó su aparición como Juan Salvo en la adaptación de El Eternauta, disponible (primera temporada completa de seis episodios) desde este miércoles 30 de abril en Netflix tiene que ver de manera específica con el modo en que los actores se instalaron en un entorno digital inédito para la producción audiovisual en la Argentina.

En palabras de una de las productoras de la serie, Leticia Cristi, esta realidad planteó desafíos nunca vistos hasta ahora en la realización de este tipo de contenidos y se puso en marcha “cuando el mundo real empieza a estar en contacto con el mundo digital, virtual”.

Cristi aportó junto a algunos responsables del equipo técnico reveladores detalles del trabajo de producción virtual de El Eternauta en los estudios Ronda, de Martínez, cuando todavía la serie atravesaba una de sus complicadas etapas de rodaje. Allí, frente a un puñado de medios especializados (entre ellos, LA NACION), quedó a la vista buena parte del enorme dispositivo técnico, artístico y humano puesto al servicio de la preparación, el rodaje y la posproducción de la serie.

La creación de escenarios digitales de portentoso realismo es uno de los mayores atractivos de ese gran mapa. Una de ellas, expuesta con todo detalle a los visitantes, tiene un visible protagonismo en los primeros episodios de la serie. Es lo que el equipo de El Eternauta identifica como “la muralla”, un impresionante pastiche de metales retorcidos, abollados, apilados y encastrados de una manera inverosímil en un lugar que no cuesta mucho reconocer. La imagen nos lleva hasta la inconfundible escenografía del Puente Saavedra, transformada por completo después de la nevada mortal que abre el relato como símbolo de una letal y todavía misteriosa invasión extraterrestre.

Eso es, según Cristi, lo que distingue a El Eternauta de otras producciones de su tipo. “En vez de estar necesariamente en un estudio, en una caja verde con croma y esas cosas, lo que hicimos fue trabajar previamente en la creación de escenarios digitales que luego, el día del rodaje, están ahí en el set”, explicó.

El procedimiento tradicional consiste en filmar a los actores delante de una pantalla verde y reemplazar más tarde, en posproducción, esos fondos por escenarios filmados o digitales elaborados en algún laboratorio virtual. El Eternauta recurre a una técnica nueva, acuñada en los últimos tiempos con mucho éxito en varias de las más ambiciosas producciones de cine fantástico hechas en Hollywood. “Ahora, tanto el director como todo el equipo técnico y creativo, y por supuesto los actores, en vez de trabajar en verde o en croma ven lo que está pasando durante la escena que filmamos y representamos. Y hasta se pueden hacer cambios en tiempo real”, revela Cristi.

Según cuenta la productora, el equipo técnico se vio muy favorecido en el largo proceso de elaboración de la serie por la fantasmagórica escenografía urbana que se generó durante la pandemia. Durante ese tiempo, una Buenos Aires completamente vacía y silenciosa se convirtió en el marco ideal para salir a buscar, con los cuadros de la historieta original de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López como guía, el escenario real más adecuado para cada escena.

En el caso específico de la escena de la muralla, los especialistas de producción virtual comenzaron con el escaneo de los fondos y de los vehículos. “Independientemente de eso, después trajimos 40, 50 autos o quizás más y los apilamos en forma física –agrega Cristi-. Y luego todo eso se traslada específicamente a Puente Saavedra. El resultado es la costura de un montón de técnicas para juntar los dos mundos: el digital y el real”. Ignacio Pol, uno de los responsables de la elaboración y la realización de los escenarios virtuales de El Eternauta desde la productora Control Studios, contó que ese relevamiento previo con la técnica del escaneo se extendió a lo largo de “muchísimos kilómetros” de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. La producción de El Eternauta llegó a disponer para la primera temporada de unos 30 escenarios virtuales armados a partir de este diseño.

“No creo que ninguna otra serie de la región y hasta diría del mundo entero haya elaborado tantos escenarios de este tipo para una sola temporada. Armamos una biblioteca con todo el mobiliario urbano de Buenos Aires y también de la zona norte. Hasta el registro de todos los tachos de basura tenemos. Un escenario virtual es, por ejemplo, la Panamericana, con 4 kilómetros de esa ruta. Otro es el ferroviario. Tenemos 8 kilómetros de trenes”, apuntó su colega Pablo Accame.

Una vez configurado en la computadora el modelo surgido de todo ese escaneo, el siguiente paso fue darle al escenario elegido el estilo que la narrativa de la serie requiere para un momento determinado con la ayuda de Unreal Engine, un software muy conocido en el mundo de los efectos visuales que nació como motor de videojuegos. “Con esa herramienta podemos observar la escena con una calidad casi final. Antes, para alcanzarla y poder ver un plano tenías que esperar muchas horas. Ahora todo corre en vivo, casi en tiempo real”, ilustró Pol.

Pol recordó que esta técnica se puso en marcha hace unos años con The Mandalorian y otras grandes producciones de ciencia ficción producidas por Lucasfilm y Marvel, y su impacto tuvo en la industria de Hollywood el carácter de una verdadera revolución. “Encerrar a los actores en un estudio similar a este con un montón de pantallas alrededor realmente ayuda mucho a todo el equipo, que ahora sí entiende dónde está parado y se siente parte del entorno. Ni hablar de lo que les pasa a los actores. Me imagino que debe ser muy interesante para ellos poder ver realmente un edificio de la Avenida Maipú en vez de un punto verde o una cruz”, apuntó.

El resultado es de un realismo que captura sobre todo las imperfecciones propias que tiene la geografía de cualquier gran ciudad, en este caso expuesta a una enigmática invasión. “Buenos Aires –agregó el especialista- es un monstruo por sí mismo. Como vamos transitando por un montón de lugares, la importancia narrativa pasa por que la gente sepa dónde están pasando las cosas que se ven en un momento determinado. Nuestro objetivo fue tratar de que al ver la serie la gente se de cuenta dónde están parados los personajes en cada momento”.

Otra de las ventajas de esta nueva herramienta digital pasa por el aprovechamiento integral de la jornada completa de filmación. Los expertos dijeron que ahora no hay que preocuparse por la disponibilidad de luz natural y que es posible filmar en lugares que antes se consideraban inalcanzables. La “hora dorada”, ese momento preciso del atardecer o del amanecer que ofrece una luz perfecta a los directores de fotografía, se puede obtener ahora en cualquier momento del día gracias al realismo proporcionado por esas pantallas digitales que funcionan como fondo para que la acción se proyecte en tres dimensiones.

“Hemos hecho intercambios con otros estudios que no voy a nombrar para no hacerlos quedar mal y nos dijeron: ‘hacer eso es imposible’ –concluyen Pol y Accame-. Varias veces nos encontramos frente a ese punto. Dejar todo preparado al llegar al set para que Bruno Stagnaro, el director de fotografía Gastón Girod y todos los demás puedan jugar a cambiar las cosas, correr la luz para un lado, mover un objeto, interactuar en vivo con la escena, agregar o sacar la nieve. Somos argentinos y este es el proyecto de Bruno. Hacemos que todo se toque en vivo, es nuestra ley. Hasta sacamos hojas de los árboles en vivo”.

“Todavía sigo impactado. No salí del estupor”. El asombro expresado por Ricardo Darín en medio de la conversación con LA NACION que anticipó su aparición como Juan Salvo en la adaptación de El Eternauta, disponible (primera temporada completa de seis episodios) desde este miércoles 30 de abril en Netflix tiene que ver de manera específica con el modo en que los actores se instalaron en un entorno digital inédito para la producción audiovisual en la Argentina.

En palabras de una de las productoras de la serie, Leticia Cristi, esta realidad planteó desafíos nunca vistos hasta ahora en la realización de este tipo de contenidos y se puso en marcha “cuando el mundo real empieza a estar en contacto con el mundo digital, virtual”.

Cristi aportó junto a algunos responsables del equipo técnico reveladores detalles del trabajo de producción virtual de El Eternauta en los estudios Ronda, de Martínez, cuando todavía la serie atravesaba una de sus complicadas etapas de rodaje. Allí, frente a un puñado de medios especializados (entre ellos, LA NACION), quedó a la vista buena parte del enorme dispositivo técnico, artístico y humano puesto al servicio de la preparación, el rodaje y la posproducción de la serie.

La creación de escenarios digitales de portentoso realismo es uno de los mayores atractivos de ese gran mapa. Una de ellas, expuesta con todo detalle a los visitantes, tiene un visible protagonismo en los primeros episodios de la serie. Es lo que el equipo de El Eternauta identifica como “la muralla”, un impresionante pastiche de metales retorcidos, abollados, apilados y encastrados de una manera inverosímil en un lugar que no cuesta mucho reconocer. La imagen nos lleva hasta la inconfundible escenografía del Puente Saavedra, transformada por completo después de la nevada mortal que abre el relato como símbolo de una letal y todavía misteriosa invasión extraterrestre.

Eso es, según Cristi, lo que distingue a El Eternauta de otras producciones de su tipo. “En vez de estar necesariamente en un estudio, en una caja verde con croma y esas cosas, lo que hicimos fue trabajar previamente en la creación de escenarios digitales que luego, el día del rodaje, están ahí en el set”, explicó.

El procedimiento tradicional consiste en filmar a los actores delante de una pantalla verde y reemplazar más tarde, en posproducción, esos fondos por escenarios filmados o digitales elaborados en algún laboratorio virtual. El Eternauta recurre a una técnica nueva, acuñada en los últimos tiempos con mucho éxito en varias de las más ambiciosas producciones de cine fantástico hechas en Hollywood. “Ahora, tanto el director como todo el equipo técnico y creativo, y por supuesto los actores, en vez de trabajar en verde o en croma ven lo que está pasando durante la escena que filmamos y representamos. Y hasta se pueden hacer cambios en tiempo real”, revela Cristi.

Según cuenta la productora, el equipo técnico se vio muy favorecido en el largo proceso de elaboración de la serie por la fantasmagórica escenografía urbana que se generó durante la pandemia. Durante ese tiempo, una Buenos Aires completamente vacía y silenciosa se convirtió en el marco ideal para salir a buscar, con los cuadros de la historieta original de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López como guía, el escenario real más adecuado para cada escena.

En el caso específico de la escena de la muralla, los especialistas de producción virtual comenzaron con el escaneo de los fondos y de los vehículos. “Independientemente de eso, después trajimos 40, 50 autos o quizás más y los apilamos en forma física –agrega Cristi-. Y luego todo eso se traslada específicamente a Puente Saavedra. El resultado es la costura de un montón de técnicas para juntar los dos mundos: el digital y el real”. Ignacio Pol, uno de los responsables de la elaboración y la realización de los escenarios virtuales de El Eternauta desde la productora Control Studios, contó que ese relevamiento previo con la técnica del escaneo se extendió a lo largo de “muchísimos kilómetros” de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores. La producción de El Eternauta llegó a disponer para la primera temporada de unos 30 escenarios virtuales armados a partir de este diseño.

“No creo que ninguna otra serie de la región y hasta diría del mundo entero haya elaborado tantos escenarios de este tipo para una sola temporada. Armamos una biblioteca con todo el mobiliario urbano de Buenos Aires y también de la zona norte. Hasta el registro de todos los tachos de basura tenemos. Un escenario virtual es, por ejemplo, la Panamericana, con 4 kilómetros de esa ruta. Otro es el ferroviario. Tenemos 8 kilómetros de trenes”, apuntó su colega Pablo Accame.

Una vez configurado en la computadora el modelo surgido de todo ese escaneo, el siguiente paso fue darle al escenario elegido el estilo que la narrativa de la serie requiere para un momento determinado con la ayuda de Unreal Engine, un software muy conocido en el mundo de los efectos visuales que nació como motor de videojuegos. “Con esa herramienta podemos observar la escena con una calidad casi final. Antes, para alcanzarla y poder ver un plano tenías que esperar muchas horas. Ahora todo corre en vivo, casi en tiempo real”, ilustró Pol.

Pol recordó que esta técnica se puso en marcha hace unos años con The Mandalorian y otras grandes producciones de ciencia ficción producidas por Lucasfilm y Marvel, y su impacto tuvo en la industria de Hollywood el carácter de una verdadera revolución. “Encerrar a los actores en un estudio similar a este con un montón de pantallas alrededor realmente ayuda mucho a todo el equipo, que ahora sí entiende dónde está parado y se siente parte del entorno. Ni hablar de lo que les pasa a los actores. Me imagino que debe ser muy interesante para ellos poder ver realmente un edificio de la Avenida Maipú en vez de un punto verde o una cruz”, apuntó.

El resultado es de un realismo que captura sobre todo las imperfecciones propias que tiene la geografía de cualquier gran ciudad, en este caso expuesta a una enigmática invasión. “Buenos Aires –agregó el especialista- es un monstruo por sí mismo. Como vamos transitando por un montón de lugares, la importancia narrativa pasa por que la gente sepa dónde están pasando las cosas que se ven en un momento determinado. Nuestro objetivo fue tratar de que al ver la serie la gente se de cuenta dónde están parados los personajes en cada momento”.

Otra de las ventajas de esta nueva herramienta digital pasa por el aprovechamiento integral de la jornada completa de filmación. Los expertos dijeron que ahora no hay que preocuparse por la disponibilidad de luz natural y que es posible filmar en lugares que antes se consideraban inalcanzables. La “hora dorada”, ese momento preciso del atardecer o del amanecer que ofrece una luz perfecta a los directores de fotografía, se puede obtener ahora en cualquier momento del día gracias al realismo proporcionado por esas pantallas digitales que funcionan como fondo para que la acción se proyecte en tres dimensiones.

“Hemos hecho intercambios con otros estudios que no voy a nombrar para no hacerlos quedar mal y nos dijeron: ‘hacer eso es imposible’ –concluyen Pol y Accame-. Varias veces nos encontramos frente a ese punto. Dejar todo preparado al llegar al set para que Bruno Stagnaro, el director de fotografía Gastón Girod y todos los demás puedan jugar a cambiar las cosas, correr la luz para un lado, mover un objeto, interactuar en vivo con la escena, agregar o sacar la nieve. Somos argentinos y este es el proyecto de Bruno. Hacemos que todo se toque en vivo, es nuestra ley. Hasta sacamos hojas de los árboles en vivo”.

 Cómo se elaboraron y usaron en la serie estos dispositivos que le dan más verosimilitud a la acción  Read More