Murió Manolo el del Bombo, el hincha más famoso de España

La congoja en España es total. Manuel Cáceres Artesero, conocido popularmente como Manolo “el del Bombo”, falleció este jueves 1° de mayo a los 76 años.

Fue durante más de cuatro décadas una presencia constante en los partidos de la selección española de fútbol, a la que acompañó con su característico bombo desde las gradas de estadios de todo el mundo.

“Ha fallecido uno de nuestros seguidores más fieles, quien siempre nos acompañó en las buenas y en las malas. Sabemos que seguirás haciendo retumbar nuestros corazones. Descansa en paz, Manolo. Nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos”, publicaron en la cuenta oficial de la selección de España en la red social X.

🖤 Ha fallecido uno de nuestros seguidores más fieles, quien siempre nos acompañó en las buenas y en las malas.

🥁 Sabemos que seguirás haciendo retumbar nuestros corazones.

Descansa en paz, Manolo.

Nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos. pic.twitter.com/ApPOeQewlP

— Selección Española Masculina de Fútbol (@SEFutbol) May 1, 2025

Nacido el 15 de enero de 1949 en San Carlos del Valle, provincia de Ciudad Real, Manolo se convirtió en uno de los hinchas más reconocibles del fútbol español a partir de su primera participación internacional en un partido entre España y Chipre en 1979. Desde entonces, asistió a 10 Mundiales, 8 Eurocopas y numerosos encuentros amistosos y clasificatorios, consolidando su imagen como referente de la afición.

Cáceres Artesero residió a lo largo de su vida en distintas ciudades como Huesca, Zaragoza y Valencia, donde también desarrolló su actividad en el ámbito de la hostelería, regenteando varios bares y restaurantes ambientados con temática futbolística. En los últimos años vivía en Moncófar, un municipio de la provincia de Castellón.

El pasado 23 de marzo estuvo presente en el que sería su último partido de la selección: el amistoso entre España y Países Bajos disputado en el estadio de Mestalla, en Valencia. Allí, junto al colectivo Marea Roja Fans, animó al equipo que dirige Luis de la Fuente, que logró imponerse en la tanda de penales y clasificarse al Final Four de la Nations League.

Según trascendió en medios locales, Manolo había sido hospitalizado días atrás por problemas respiratorios. Su estado de salud se había deteriorado en los últimos meses, aunque continuaba vinculado a la actividad futbolística y mantuvo su presencia en el entorno de la selección hasta semanas antes de su fallecimiento.

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Muere Manolo ‘el del bombo’, el hincha más popular de ‘La Roja’https://t.co/YG2YEjFBeX pic.twitter.com/m5EoSSLFPX

— RTVE Noticias (@rtvenoticias) May 1, 2025

Con su muerte, el fútbol español pierde a una figura popular que trascendió el rol del hincha tradicional. Su presencia fue habitual no solo en las tribunas, sino también en campañas publicitarias, documentales y coberturas mediáticas. Su bombo, su camiseta de la selección y su boina lo convirtieron en una imagen asociada históricamente a La Roja.

Durante las épocas más permisivas en los estadios, Manolo recorría las tribunas con su bombo al hombro. Se mezclaba con los hinchas, alentaba desde diferentes sectores y animaba sin descanso. Era un espectáculo dentro del espectáculo. Su figura se volvió tan reconocible que fue convocado para campañas publicitarias y documentales. Su imagen trascendió las gradas: era un personaje querido incluso por quienes no compartían sus colores.

Bajo el sol, la lluvia o la nieve. En Asia, en África, en América o en Europa. En victorias inolvidables y derrotas que calaban hondo. Siempre estuvo. Camiseta de España, su infaltable boina en la cabeza, el rostro sonriente, la energía contagiosa. Y el bombo. Siempre el bombo. No era solo un instrumento: era su bandera, su escudo, su forma de alentar, su voz.

Se arruinó económicamente varias veces por seguir al equipo. Pero siempre se levantó. Jamás pidió nada. Solo quería estar. Ser parte. Sumar aliento. Llevar su bombo y animar. Así, sencillo, feliz. Como un niño que cumple su sueño una y otra vez. “Mi vida es la selección. Yo no me veo sin ella”, decía. Y no mentía.

La congoja en España es total. Manuel Cáceres Artesero, conocido popularmente como Manolo “el del Bombo”, falleció este jueves 1° de mayo a los 76 años.

Fue durante más de cuatro décadas una presencia constante en los partidos de la selección española de fútbol, a la que acompañó con su característico bombo desde las gradas de estadios de todo el mundo.

“Ha fallecido uno de nuestros seguidores más fieles, quien siempre nos acompañó en las buenas y en las malas. Sabemos que seguirás haciendo retumbar nuestros corazones. Descansa en paz, Manolo. Nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos”, publicaron en la cuenta oficial de la selección de España en la red social X.

🖤 Ha fallecido uno de nuestros seguidores más fieles, quien siempre nos acompañó en las buenas y en las malas.

🥁 Sabemos que seguirás haciendo retumbar nuestros corazones.

Descansa en paz, Manolo.

Nuestro más sentido pésame a sus familiares y amigos. pic.twitter.com/ApPOeQewlP

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Nacido el 15 de enero de 1949 en San Carlos del Valle, provincia de Ciudad Real, Manolo se convirtió en uno de los hinchas más reconocibles del fútbol español a partir de su primera participación internacional en un partido entre España y Chipre en 1979. Desde entonces, asistió a 10 Mundiales, 8 Eurocopas y numerosos encuentros amistosos y clasificatorios, consolidando su imagen como referente de la afición.

Cáceres Artesero residió a lo largo de su vida en distintas ciudades como Huesca, Zaragoza y Valencia, donde también desarrolló su actividad en el ámbito de la hostelería, regenteando varios bares y restaurantes ambientados con temática futbolística. En los últimos años vivía en Moncófar, un municipio de la provincia de Castellón.

El pasado 23 de marzo estuvo presente en el que sería su último partido de la selección: el amistoso entre España y Países Bajos disputado en el estadio de Mestalla, en Valencia. Allí, junto al colectivo Marea Roja Fans, animó al equipo que dirige Luis de la Fuente, que logró imponerse en la tanda de penales y clasificarse al Final Four de la Nations League.

Según trascendió en medios locales, Manolo había sido hospitalizado días atrás por problemas respiratorios. Su estado de salud se había deteriorado en los últimos meses, aunque continuaba vinculado a la actividad futbolística y mantuvo su presencia en el entorno de la selección hasta semanas antes de su fallecimiento.

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Con su muerte, el fútbol español pierde a una figura popular que trascendió el rol del hincha tradicional. Su presencia fue habitual no solo en las tribunas, sino también en campañas publicitarias, documentales y coberturas mediáticas. Su bombo, su camiseta de la selección y su boina lo convirtieron en una imagen asociada históricamente a La Roja.

Durante las épocas más permisivas en los estadios, Manolo recorría las tribunas con su bombo al hombro. Se mezclaba con los hinchas, alentaba desde diferentes sectores y animaba sin descanso. Era un espectáculo dentro del espectáculo. Su figura se volvió tan reconocible que fue convocado para campañas publicitarias y documentales. Su imagen trascendió las gradas: era un personaje querido incluso por quienes no compartían sus colores.

Bajo el sol, la lluvia o la nieve. En Asia, en África, en América o en Europa. En victorias inolvidables y derrotas que calaban hondo. Siempre estuvo. Camiseta de España, su infaltable boina en la cabeza, el rostro sonriente, la energía contagiosa. Y el bombo. Siempre el bombo. No era solo un instrumento: era su bandera, su escudo, su forma de alentar, su voz.

Se arruinó económicamente varias veces por seguir al equipo. Pero siempre se levantó. Jamás pidió nada. Solo quería estar. Ser parte. Sumar aliento. Llevar su bombo y animar. Así, sencillo, feliz. Como un niño que cumple su sueño una y otra vez. “Mi vida es la selección. Yo no me veo sin ella”, decía. Y no mentía.

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