Los salarios crecen, la inflación sostendría su desaceleración, el empleo no se resintió significativamente pese al ajuste del Gobierno, mientras la economía rebota en un contexto de estabilización que tuvo como última gran novedad la eliminación del cepo cambiario. Entonces, ¿por qué la plata parece no alcanzarles a los argentinos y el consumo masivo sigue aletargado?
La respuesta lleva a incluir en el debate nuevos conceptos que llegaron con el reacomodamiento de los precios relativos que impulsó el gobierno de Javier Milei. Uno de ellos, es el ingreso disponible del hogar. Se trata del dinero que queda para consumir libremente luego de pagar los gastos fijos. Este mejoró desde febrero del año pasado –su peor nivel– al mismo mes de 2025. Subió un 14%. Si se mira abril –punta a punta–, se estima que el avance fue menor, un 9%. ¿Cuál será la recomposición de este año? Se prevé que suba un 17%, o sea, será parcial frente a lo que se perdió.
Sin embargo, el ingreso disponible de los hogares sigue aún 11% por debajo de los niveles de noviembre de 2023, o sea, antes de que La Libertad Avanza se hiciera cargo de la gestión, según la consultora Empiria. Recién el año que viene, dicen en Ecolatina, el Gobierno lograría que lo que queda para consumir después de pagar los gastos se pareciera a lo que había a fines de 2023.
Hay un dato no menor a tener en cuenta: los ingresos de ocupados y asalariados llegaron al final del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner con un feroz deterioro acumulado de, por lo menos, seis años: con las corridas cambiarias en los últimos dos años de Mauricio Macri y, la pandemia –cuarentena extendida incluida– y la elevadísima inflación sufrida durante el cuarto kirchnerismo.
“Para el hogar promedio del AMBA, los gastos fijos crecieron 0,9% por encima de la inflación, mientras que los ingresos crecieron 0,7%. Como resultado, el ingreso disponible mejoró, aunque menos que los ingresos totales, dado que los gastos absorbieron parte de la mejora. En resumen, la mejora del ingreso disponible fue del 0,6% en febrero y quedó 11% por debajo de los niveles de noviembre de 2023”, afirmó el último informe de la consultora que conduce el exministro de Economía, Hernán Lacunza.
Según el informe elaborado por el economista Federico González Rouco, en febrero, el salario real de los trabajadores registrados privados cayó por primera vez en diez meses, 0,1% mensual. “El salario real privado se mantiene en los mismos niveles desde noviembre. Como contracara, luego de dos meses con caídas mayores al 1% mensual, el salario público registrado aumentó 2%, lo que permitió que el índice de salarios registrados creciera 0,6% a pesar de la caída del subgrupo privado. El resto de los ingresos tuvieron comportamientos mixtos: los ingresos laborales no registrados [los informales tienen un rezago de cinco meses en los datos del Indec] marcaron una mejora de 1,4% mensual real mientras que los no laborales cayeron 0,1% real. “Del lado de los gastos, lo relacionado a los servicios básicos mayoritariamente cayeron en términos reales (transporte -2,4%, agua -1,4%, y electricidad y gas +0,3%), mientras que los asociados al mantenimiento de la vivienda crecieron (expensas 1,2% y alquiler 4% real)”, estimó.
“La mejora del ingreso disponible viene sólida, más allá de algunas pausas. Pero la tendencia hasta febrero, y desde febrero 2024, es de clara mejora”, dijo González Rouco a LA NACION. “Posiblemente, entre marzo y abril veamos alguna pausa por la aceleración de la inflación y el amesetamiento del salario real. Sin embargo, como los aumentos fuertes en gastos fijos ya pasaron, especialmente en servicios públicos, somos optimistas. Por otro lado, la reducción del porcentaje de hogares usando ahorro muestra que, ya sea por mejora del crédito o de los ingresos, la dinámica de consumo empieza a ser más genuina y sustentable”, completó.
La mejora del ingreso disponible, estimaron en Empiria, no fue igual para todos, por lo menos, en febrero. Se calculó que fue mejor para los más pobres y peor para aquellos en los deciles más altos.
Se usan menos ahorros
“A la hora de considerar la capacidad de consumo de los hogares, la actitud frente a los ahorros es importante”, estimó el documento. “A nivel nacional, la proporción de hogares usando ahorros pasó de 38% a 36%, a partir de una caída de 41,5% a 38,9% en el AMBA y de 34,1% a 32,7% en el resto del país. Esto, en paralelo a la mejora del ingreso disponible en el último trimestre de 2024 del 1,8% con respecto al tercero de 2024, da cuenta de la mejora en la capacidad de consumo y de que, aun si no se traslada por completo al consumo propiamente dicho, ya el ingreso extra permite compensar la necesidad de usar ahorros”, se informó.
Gracias a la desaceleración de la inflación, la aparición del crédito en la Argentina fue clave para complementar los ingresos y empezar a empujar el consumo privado. “Los créditos personales, luego de una caída abrupta a fines de 2023, que agravó la registrada desde 2018 en adelante, comenzó un fuerte crecimiento que ayudó a compensar la merma en el ingreso disponible”, estimaron en Empiria. En agosto de 2024, el crédito había alcanzado los niveles de noviembre de 2023, y para abril de 2025 ya alcanzó niveles similares a los de mediados de 2019, más del doble que en noviembre de 2023. En el caso de los créditos con tarjeta, “la dinámica también es positiva, pero en menor escala”. A abril de 2025, nivel es 7% superior al de noviembre de 2023 y 58% mayor que el de junio de 2024, cuando se registró el piso.
“Para el año esperamos una recomposición del orden del 17% del ingreso disponible. Es una recomposición acelerada, pero parcial respecto a los 25 puntos que habíamos perdido en 2024. Recuperaríamos los niveles de 2023 a fines de 2026”, dijo Federico Moll, director de la consultora Ecolatina.
“Todo entendiendo que no habría quita de subsidios, porque todo lo que es el componente tarifario pesa mucho. Si no hay quita de subsidios en 2025, pero sí una quita parcial en 2026 es que ese escenario se materializaría. Y en lo que respecta al dólar, lo que vemos es un escenario en el cual el tipo de cambio se mantiene en el medio de la banda de flotación, entre el medio y el piso. Si ese escenario macro se materializa es que esperamos ese 17-18% de crecimiento [del ingreso disponible]”, cerró Moll.
Los salarios crecen, la inflación sostendría su desaceleración, el empleo no se resintió significativamente pese al ajuste del Gobierno, mientras la economía rebota en un contexto de estabilización que tuvo como última gran novedad la eliminación del cepo cambiario. Entonces, ¿por qué la plata parece no alcanzarles a los argentinos y el consumo masivo sigue aletargado?
La respuesta lleva a incluir en el debate nuevos conceptos que llegaron con el reacomodamiento de los precios relativos que impulsó el gobierno de Javier Milei. Uno de ellos, es el ingreso disponible del hogar. Se trata del dinero que queda para consumir libremente luego de pagar los gastos fijos. Este mejoró desde febrero del año pasado –su peor nivel– al mismo mes de 2025. Subió un 14%. Si se mira abril –punta a punta–, se estima que el avance fue menor, un 9%. ¿Cuál será la recomposición de este año? Se prevé que suba un 17%, o sea, será parcial frente a lo que se perdió.
Sin embargo, el ingreso disponible de los hogares sigue aún 11% por debajo de los niveles de noviembre de 2023, o sea, antes de que La Libertad Avanza se hiciera cargo de la gestión, según la consultora Empiria. Recién el año que viene, dicen en Ecolatina, el Gobierno lograría que lo que queda para consumir después de pagar los gastos se pareciera a lo que había a fines de 2023.
Hay un dato no menor a tener en cuenta: los ingresos de ocupados y asalariados llegaron al final del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner con un feroz deterioro acumulado de, por lo menos, seis años: con las corridas cambiarias en los últimos dos años de Mauricio Macri y, la pandemia –cuarentena extendida incluida– y la elevadísima inflación sufrida durante el cuarto kirchnerismo.
“Para el hogar promedio del AMBA, los gastos fijos crecieron 0,9% por encima de la inflación, mientras que los ingresos crecieron 0,7%. Como resultado, el ingreso disponible mejoró, aunque menos que los ingresos totales, dado que los gastos absorbieron parte de la mejora. En resumen, la mejora del ingreso disponible fue del 0,6% en febrero y quedó 11% por debajo de los niveles de noviembre de 2023”, afirmó el último informe de la consultora que conduce el exministro de Economía, Hernán Lacunza.
Según el informe elaborado por el economista Federico González Rouco, en febrero, el salario real de los trabajadores registrados privados cayó por primera vez en diez meses, 0,1% mensual. “El salario real privado se mantiene en los mismos niveles desde noviembre. Como contracara, luego de dos meses con caídas mayores al 1% mensual, el salario público registrado aumentó 2%, lo que permitió que el índice de salarios registrados creciera 0,6% a pesar de la caída del subgrupo privado. El resto de los ingresos tuvieron comportamientos mixtos: los ingresos laborales no registrados [los informales tienen un rezago de cinco meses en los datos del Indec] marcaron una mejora de 1,4% mensual real mientras que los no laborales cayeron 0,1% real. “Del lado de los gastos, lo relacionado a los servicios básicos mayoritariamente cayeron en términos reales (transporte -2,4%, agua -1,4%, y electricidad y gas +0,3%), mientras que los asociados al mantenimiento de la vivienda crecieron (expensas 1,2% y alquiler 4% real)”, estimó.
“La mejora del ingreso disponible viene sólida, más allá de algunas pausas. Pero la tendencia hasta febrero, y desde febrero 2024, es de clara mejora”, dijo González Rouco a LA NACION. “Posiblemente, entre marzo y abril veamos alguna pausa por la aceleración de la inflación y el amesetamiento del salario real. Sin embargo, como los aumentos fuertes en gastos fijos ya pasaron, especialmente en servicios públicos, somos optimistas. Por otro lado, la reducción del porcentaje de hogares usando ahorro muestra que, ya sea por mejora del crédito o de los ingresos, la dinámica de consumo empieza a ser más genuina y sustentable”, completó.
La mejora del ingreso disponible, estimaron en Empiria, no fue igual para todos, por lo menos, en febrero. Se calculó que fue mejor para los más pobres y peor para aquellos en los deciles más altos.
Se usan menos ahorros
“A la hora de considerar la capacidad de consumo de los hogares, la actitud frente a los ahorros es importante”, estimó el documento. “A nivel nacional, la proporción de hogares usando ahorros pasó de 38% a 36%, a partir de una caída de 41,5% a 38,9% en el AMBA y de 34,1% a 32,7% en el resto del país. Esto, en paralelo a la mejora del ingreso disponible en el último trimestre de 2024 del 1,8% con respecto al tercero de 2024, da cuenta de la mejora en la capacidad de consumo y de que, aun si no se traslada por completo al consumo propiamente dicho, ya el ingreso extra permite compensar la necesidad de usar ahorros”, se informó.
Gracias a la desaceleración de la inflación, la aparición del crédito en la Argentina fue clave para complementar los ingresos y empezar a empujar el consumo privado. “Los créditos personales, luego de una caída abrupta a fines de 2023, que agravó la registrada desde 2018 en adelante, comenzó un fuerte crecimiento que ayudó a compensar la merma en el ingreso disponible”, estimaron en Empiria. En agosto de 2024, el crédito había alcanzado los niveles de noviembre de 2023, y para abril de 2025 ya alcanzó niveles similares a los de mediados de 2019, más del doble que en noviembre de 2023. En el caso de los créditos con tarjeta, “la dinámica también es positiva, pero en menor escala”. A abril de 2025, nivel es 7% superior al de noviembre de 2023 y 58% mayor que el de junio de 2024, cuando se registró el piso.
“Para el año esperamos una recomposición del orden del 17% del ingreso disponible. Es una recomposición acelerada, pero parcial respecto a los 25 puntos que habíamos perdido en 2024. Recuperaríamos los niveles de 2023 a fines de 2026”, dijo Federico Moll, director de la consultora Ecolatina.
“Todo entendiendo que no habría quita de subsidios, porque todo lo que es el componente tarifario pesa mucho. Si no hay quita de subsidios en 2025, pero sí una quita parcial en 2026 es que ese escenario se materializaría. Y en lo que respecta al dólar, lo que vemos es un escenario en el cual el tipo de cambio se mantiene en el medio de la banda de flotación, entre el medio y el piso. Si ese escenario macro se materializa es que esperamos ese 17-18% de crecimiento [del ingreso disponible]”, cerró Moll.
Pese a que aumentaron los ingresos reales, también lo hicieron los gastos fijos de las familias; el ingreso disponible de los hogares y su relación con el consumo masivo Read More