Cada día, después de su jornada laboral, Juan Manuel Vásquez mira algo de televisión argentina, no se pierde ningún partido de River y habla con algún amigo o familiar de su país de origen. En su rincón de Florida, Estados Unidos, Argentina está siempre presente, aunque su vida hoy se siente otra vida, como si en algún momento su cuerpo hubiera atravesado un portal hacia otra dimensión, donde lo que solía ser normal ahora se siente algo extraño.
Desde su llegada al gran país del norte en el 2022, regresó una sola vez a su suelo natal, un viaje anhelado pero complejo; sus emociones, atravesadas por el pasado y el presente, lo llevaron a experimentar sentimientos inesperados y, por momentos, contradictorios.
“Para ser sincero, volver a la Argentina no fue nada fácil, estuve cerca de un mes, y la primera semana me costó adaptarme al lugar donde viví durante 28 años, mi cuarto lo sentía extraño, como que no era mío. Pero después uno se va soltando y crea un poco esa rutina que tenía de antes de irse: volver a ciertos lugares, juntarse con cierta gente. Mi idea de ahora en más es no esperar tanto para la próxima vez que vuelva, así no se hace tan difícil la adaptación”, reflexiona, mientras repasa su historia.
`Expulsado´ del país
Juan Manuel fue uno de aquellos emigrados que se sintió expulsado del país, a pesar de amar a su tierra con fuerza. En 2021 le tocó atravesar un robo traumático en su hogar, su mente cayó en un estado de intranquilidad constante y alcanzó el punto en el que simplemente ya no se sintió seguro y optó por dejar el país.
Con la ciudadanía española en mano, el camino obvio parecía ser Europa, pero sus amigos en España le dijeron que lo pensara: `Acá no está tan fácil como se ve en las redes´, le advirtieron. Entonces pensó en Miami, una opción que dudó mucho, pero que terminó siendo la ganadora por su clima cálido y por una oportunidad laboral. Los planetas se habían alineado, pero el adiós fue duro.
“Todos mis familiares y amigos sabían lo que estaba haciendo por poder ir y cumplir este sueño, no fue fácil ni para ellos ni para mí. Muchos amigos se casaron, tuvieron hijos, y es muy duro para ambas partes perderse esos momentos. La parte familiar también fue algo difícil, sobre todo para mis padres, soy hijo único, y aunque no soy padre sé muy bien lo que ellos me extrañan y lo que sufrieron en su momento, con el tiempo creo que la adaptación fue más fácil, sobre todo para ellos, pero hacen un esfuerzo muy grande para poder venir a visitarme aunque sea una vez al año”, dice.
Una llegada sencilla a Miami: “No sentí una gran diferencia con lo que podía llegar a hacer en Argentina”
La elección había sido correcta, la llegada a Miami fue suave. Tal vez, el hecho de haber llegado con empleo fue lo que allanó el camino. Para Juan Manuel, adaptarse a su nueva ciudad fue fácil y rápido. En poco tiempo se sintió a gusto con el clima, la ciudad, la playa y su gente. Sus dudas dieron paso a una afirmación: `quiero estar acá´.
En un comienzo, su jefe le dio alojamiento hasta que pudiera alquilar por su cuenta. Consiguió una vivienda en Edgewater, un barrio muy tranquilo al lado de Wynwood y cerca del Downtown de Miami.
“Creo que mi adaptación se hizo muy rápida porque no sentí una gran diferencia con lo que podía llegar a hacer en Argentina, acá se consigue yerba, dulce de leche, facturas y asado (con achuras y todo), uno se arma la rutina y trata de cumplirla, levantarse, hacer ejercicio, ir a trabajar… lo que amaba es que si un día tenía tiempo libre, ir a la playa eran 15 minutos nada más”, cuenta Juan Manuel, a quien años más tarde le tocaría volver a empezar en un nuevo destino.
“Me hice amigos argentinos, colombianos, italianos, y todos están en la misma situación que uno, emigraron de sus países en busca de nuevas oportunidades, y creo que eso genera una hospitalidad enorme”.
Dejar el lugar ideal para volver a empezar en Orlando: “Parece que todos están de vacaciones”
Juan Manuel llegó con herramientas, un factor que sin dudas también influenció en su buena adaptación. En sus años en Argentina ya había forjado una sólida carrera en el mundo de la coctelería.
Sus capacidades lo llevaron a, poco a poco, dejar su huella en Miami, donde trabajó en Piegari y llegó a ser jefe de barra en el National Hotel. Asimismo, participó en la creación de menús de bebidas para establecimientos como Wayku, Kan Sushi y Gen Korean BBQ.
Dentro de sus colaboraciones, hubo una que volvió a torcer su rumbo. Corazón by Baires (de la cadena Baires Grill), en Orlando, contó con sus servicios y, finalmente, le ofrecieron la gerencia general del local, lo que implicó tomar una decisión casi tan compleja como dejar Argentina: vivir en Orlando. Para entonces, Juan Manuel, no solo tenía un buen pasar profesional en Miami, sino que se había casado.
“Venirme a Orlando no fue fácil, en Miami estaba muy a gusto. Aún me cuesta adaptarme a Orlando, no porque sea feo, pero no es lo mismo, es un ritmo de vida muy tranquilo, parece que todos están de vacaciones, en Miami era todo más acelerado”, asegura con una sonrisa.
“De todas maneras, es una ciudad más barata con muchísimas oportunidades laborales de todo tipo, sobre todo porque tiene los parques de diversiones más grandes del mundo, ¿quién no sueña con venir a Disneyworld? En cuanto a la calidad de la gente, siento que las personas con las que uno conecta son más hospitalarias: recuerdo que cuando me mudé, todo el staff del restaurante se ofreció a ayudarme con la mudanza, esas son cosas que en Miami suceden, pero hay que saber encontrar a esas personas”.
“Ser argentino se puso de moda”
El cuarto donde durmió casi toda su vida tal vez se sienta extraño, pero para Juan Manuel, Argentina está siempre cerca, en especial de Miami, el primer lugar que le abrió las puertas en Estados Unidos. Volver a empezar puede ser un golpe duro si los cambios culturales son radicales, por ello, ingresar por aquella entrada fue una decisión sabia para una adaptación escalonada hacia otros destinos, como Orlando.
Para el joven argentino, vivir primero en Miami fue la mejor manera de conciliar sus dos mundos: el de la Argentina amada y alejada de los malos recuerdos, y el de los sueños y emprendimientos presentes y futuros en Estados Unidos. Y el camino se suavizó más aún en 2023, con la llegada de Messi a su nuevo lugar en el mundo: “Ser argentino se puso de moda”, asegura Juan Manuel. “Saber que Messi está acá me hace sentir más cerca de casa”.
“La verdad es que en estos años que llevo aquí, aprendí y crecí muchísimo”, agrega. “Acá las oportunidades sobran, en Argentina en un punto sentí que mi ciclo estaba cumplido, y en cambio aquí no hay techo, está en cada uno cómo afrontar las oportunidades que se van presentando. Yo acá aprendí a distinguir quién es honesto, quién intenta llenarte el oído con promesas, y siento que de a poco con mi trabajo pude crear reconocimiento, aún queda mucho por delante, mi idea fue siempre abrir mi propio bar y aún lo es”.
“Todo este esfuerzo que hice y sigo haciendo esta rindiendo sus frutos, y es al día de hoy que les sigo agradeciendo a mis padres por haberme criado con humildad y mucho de ese esfuerzo que menciono, ya que hoy, con 31 años, valoro eso, que me pudieron mandar a una escuela bilingüe que me facilitó el idioma y me dieron la oportunidad de poder viajar y encontrar un destino como este”.
*
Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
Cada día, después de su jornada laboral, Juan Manuel Vásquez mira algo de televisión argentina, no se pierde ningún partido de River y habla con algún amigo o familiar de su país de origen. En su rincón de Florida, Estados Unidos, Argentina está siempre presente, aunque su vida hoy se siente otra vida, como si en algún momento su cuerpo hubiera atravesado un portal hacia otra dimensión, donde lo que solía ser normal ahora se siente algo extraño.
Desde su llegada al gran país del norte en el 2022, regresó una sola vez a su suelo natal, un viaje anhelado pero complejo; sus emociones, atravesadas por el pasado y el presente, lo llevaron a experimentar sentimientos inesperados y, por momentos, contradictorios.
“Para ser sincero, volver a la Argentina no fue nada fácil, estuve cerca de un mes, y la primera semana me costó adaptarme al lugar donde viví durante 28 años, mi cuarto lo sentía extraño, como que no era mío. Pero después uno se va soltando y crea un poco esa rutina que tenía de antes de irse: volver a ciertos lugares, juntarse con cierta gente. Mi idea de ahora en más es no esperar tanto para la próxima vez que vuelva, así no se hace tan difícil la adaptación”, reflexiona, mientras repasa su historia.
`Expulsado´ del país
Juan Manuel fue uno de aquellos emigrados que se sintió expulsado del país, a pesar de amar a su tierra con fuerza. En 2021 le tocó atravesar un robo traumático en su hogar, su mente cayó en un estado de intranquilidad constante y alcanzó el punto en el que simplemente ya no se sintió seguro y optó por dejar el país.
Con la ciudadanía española en mano, el camino obvio parecía ser Europa, pero sus amigos en España le dijeron que lo pensara: `Acá no está tan fácil como se ve en las redes´, le advirtieron. Entonces pensó en Miami, una opción que dudó mucho, pero que terminó siendo la ganadora por su clima cálido y por una oportunidad laboral. Los planetas se habían alineado, pero el adiós fue duro.
“Todos mis familiares y amigos sabían lo que estaba haciendo por poder ir y cumplir este sueño, no fue fácil ni para ellos ni para mí. Muchos amigos se casaron, tuvieron hijos, y es muy duro para ambas partes perderse esos momentos. La parte familiar también fue algo difícil, sobre todo para mis padres, soy hijo único, y aunque no soy padre sé muy bien lo que ellos me extrañan y lo que sufrieron en su momento, con el tiempo creo que la adaptación fue más fácil, sobre todo para ellos, pero hacen un esfuerzo muy grande para poder venir a visitarme aunque sea una vez al año”, dice.
Una llegada sencilla a Miami: “No sentí una gran diferencia con lo que podía llegar a hacer en Argentina”
La elección había sido correcta, la llegada a Miami fue suave. Tal vez, el hecho de haber llegado con empleo fue lo que allanó el camino. Para Juan Manuel, adaptarse a su nueva ciudad fue fácil y rápido. En poco tiempo se sintió a gusto con el clima, la ciudad, la playa y su gente. Sus dudas dieron paso a una afirmación: `quiero estar acá´.
En un comienzo, su jefe le dio alojamiento hasta que pudiera alquilar por su cuenta. Consiguió una vivienda en Edgewater, un barrio muy tranquilo al lado de Wynwood y cerca del Downtown de Miami.
“Creo que mi adaptación se hizo muy rápida porque no sentí una gran diferencia con lo que podía llegar a hacer en Argentina, acá se consigue yerba, dulce de leche, facturas y asado (con achuras y todo), uno se arma la rutina y trata de cumplirla, levantarse, hacer ejercicio, ir a trabajar… lo que amaba es que si un día tenía tiempo libre, ir a la playa eran 15 minutos nada más”, cuenta Juan Manuel, a quien años más tarde le tocaría volver a empezar en un nuevo destino.
“Me hice amigos argentinos, colombianos, italianos, y todos están en la misma situación que uno, emigraron de sus países en busca de nuevas oportunidades, y creo que eso genera una hospitalidad enorme”.
Dejar el lugar ideal para volver a empezar en Orlando: “Parece que todos están de vacaciones”
Juan Manuel llegó con herramientas, un factor que sin dudas también influenció en su buena adaptación. En sus años en Argentina ya había forjado una sólida carrera en el mundo de la coctelería.
Sus capacidades lo llevaron a, poco a poco, dejar su huella en Miami, donde trabajó en Piegari y llegó a ser jefe de barra en el National Hotel. Asimismo, participó en la creación de menús de bebidas para establecimientos como Wayku, Kan Sushi y Gen Korean BBQ.
Dentro de sus colaboraciones, hubo una que volvió a torcer su rumbo. Corazón by Baires (de la cadena Baires Grill), en Orlando, contó con sus servicios y, finalmente, le ofrecieron la gerencia general del local, lo que implicó tomar una decisión casi tan compleja como dejar Argentina: vivir en Orlando. Para entonces, Juan Manuel, no solo tenía un buen pasar profesional en Miami, sino que se había casado.
“Venirme a Orlando no fue fácil, en Miami estaba muy a gusto. Aún me cuesta adaptarme a Orlando, no porque sea feo, pero no es lo mismo, es un ritmo de vida muy tranquilo, parece que todos están de vacaciones, en Miami era todo más acelerado”, asegura con una sonrisa.
“De todas maneras, es una ciudad más barata con muchísimas oportunidades laborales de todo tipo, sobre todo porque tiene los parques de diversiones más grandes del mundo, ¿quién no sueña con venir a Disneyworld? En cuanto a la calidad de la gente, siento que las personas con las que uno conecta son más hospitalarias: recuerdo que cuando me mudé, todo el staff del restaurante se ofreció a ayudarme con la mudanza, esas son cosas que en Miami suceden, pero hay que saber encontrar a esas personas”.
“Ser argentino se puso de moda”
El cuarto donde durmió casi toda su vida tal vez se sienta extraño, pero para Juan Manuel, Argentina está siempre cerca, en especial de Miami, el primer lugar que le abrió las puertas en Estados Unidos. Volver a empezar puede ser un golpe duro si los cambios culturales son radicales, por ello, ingresar por aquella entrada fue una decisión sabia para una adaptación escalonada hacia otros destinos, como Orlando.
Para el joven argentino, vivir primero en Miami fue la mejor manera de conciliar sus dos mundos: el de la Argentina amada y alejada de los malos recuerdos, y el de los sueños y emprendimientos presentes y futuros en Estados Unidos. Y el camino se suavizó más aún en 2023, con la llegada de Messi a su nuevo lugar en el mundo: “Ser argentino se puso de moda”, asegura Juan Manuel. “Saber que Messi está acá me hace sentir más cerca de casa”.
“La verdad es que en estos años que llevo aquí, aprendí y crecí muchísimo”, agrega. “Acá las oportunidades sobran, en Argentina en un punto sentí que mi ciclo estaba cumplido, y en cambio aquí no hay techo, está en cada uno cómo afrontar las oportunidades que se van presentando. Yo acá aprendí a distinguir quién es honesto, quién intenta llenarte el oído con promesas, y siento que de a poco con mi trabajo pude crear reconocimiento, aún queda mucho por delante, mi idea fue siempre abrir mi propio bar y aún lo es”.
“Todo este esfuerzo que hice y sigo haciendo esta rindiendo sus frutos, y es al día de hoy que les sigo agradeciendo a mis padres por haberme criado con humildad y mucho de ese esfuerzo que menciono, ya que hoy, con 31 años, valoro eso, que me pudieron mandar a una escuela bilingüe que me facilitó el idioma y me dieron la oportunidad de poder viajar y encontrar un destino como este”.
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Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
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