Las canastas con las que se miden pobreza e indigencia aumentaron menos que el IPC

Luego de haber registrado aumentos superiores a la inflación en febrero y marzo, tanto la Canasta Básica Alimentaria (CBA) como la Canasta Básica Total (CBT) se desaceleraron en abril y crecieron por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), mientras la inflación fue del 2,8% en abril, la CBA subió apenas 1,3% y la CBT apenas un 0,9%.

Este mismo comportamiento se observó en la comparación interanual: mientras que el IPC acumuló un alza del 47,3%, la CBA y la CBT registraron aumentos del 34,6% y 34%, respectivamente, también por debajo de la inflación.

En el análisis del primer cuatrimestre de 2025, solo la CBT se ubicó por debajo de la inflación acumulada: subió 8,4% frente a un IPC del 11,6%. En cambio, la CBA tuvo un incremento del 11,8% en ese período.

Dado que la CBA se utiliza para establecer la línea de indigencia y la CBT para determinar el umbral de pobreza, esta moderación en abril podría reflejarse positivamente en los indicadores sociales. De acuerdo con el último informe oficial, en el segundo semestre de 2024 la pobreza alcanzó al 38,1% de la población y la indigencia al 8,2%.

Para el economista Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), la suba de solo 0,9% en la CBT representa una corrección tras los fuertes aumentos de febrero y marzo. “El incremento de esos meses se debió principalmente al alza de los alimentos, que en abril no subieron tanto. Se trata de una especie de compensación. Habrá que esperar los datos de mayo y junio para evaluar la evolución semestral de esta canasta, que es la que se toma como referencia para medir la pobreza”, señaló.

Por su parte, Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), consideró positivo el dato de abril. “Teniendo en cuenta que las remuneraciones subieron un 3% y la inflación fue del 2,8%, los aumentos de 1,3% en la CBA y de 0,9% en la CBT implican una mejora en el poder adquisitivo”, explicó.

Sin embargo, Salvia advirtió que, al considerar el acumulado del cuatrimestre, el panorama es menos alentador. “La CBT subió 8,4% frente a un aumento de las remuneraciones del 10%, lo que indica una mejora limitada. En el caso de la CBA, incluso la comparación es negativa, lo que significa una pérdida de poder adquisitivo”, aclaró.

En tanto, Theo Ellmann, analista económico de la fundación Libertad y Progreso, comentó que la CBA deflactada registró en abril un retroceso real de −2,5 %, mientras que la CBT ajustada por el IPC cayó −3,0 %. “Esa brecha frente a las subas de marzo no es menor: habla de una corrección de expectativas que comenzó a operarse con la unificación cambiaria y la constatación de que aquel salto brusco del dólar que se temía no se consumó”, concluyó.

A pesar de que ambas canastas vienen aumentando por debajo de la inflación –salvo en febrero y marzo, como se indicó–, el acceso a ellas continúa siendo un desafío para muchas familias. Según el Indec, en marzo una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $1.110.063 para no caer en la pobreza y $502.291 para no ser considerada indigente.

En tanto, un hogar compuesto por tres integrantes necesitó $883.740 para no ser pobre y $399.882 para no caer en la indigencia. En términos individuales, un adulto necesitó en ese mismo mes $359.244 para no estar bajo la línea de pobreza y $162.554 para no ser catalogado como indigente.

Luego de haber registrado aumentos superiores a la inflación en febrero y marzo, tanto la Canasta Básica Alimentaria (CBA) como la Canasta Básica Total (CBT) se desaceleraron en abril y crecieron por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), mientras la inflación fue del 2,8% en abril, la CBA subió apenas 1,3% y la CBT apenas un 0,9%.

Este mismo comportamiento se observó en la comparación interanual: mientras que el IPC acumuló un alza del 47,3%, la CBA y la CBT registraron aumentos del 34,6% y 34%, respectivamente, también por debajo de la inflación.

En el análisis del primer cuatrimestre de 2025, solo la CBT se ubicó por debajo de la inflación acumulada: subió 8,4% frente a un IPC del 11,6%. En cambio, la CBA tuvo un incremento del 11,8% en ese período.

Dado que la CBA se utiliza para establecer la línea de indigencia y la CBT para determinar el umbral de pobreza, esta moderación en abril podría reflejarse positivamente en los indicadores sociales. De acuerdo con el último informe oficial, en el segundo semestre de 2024 la pobreza alcanzó al 38,1% de la población y la indigencia al 8,2%.

Para el economista Jorge Colina, director del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), la suba de solo 0,9% en la CBT representa una corrección tras los fuertes aumentos de febrero y marzo. “El incremento de esos meses se debió principalmente al alza de los alimentos, que en abril no subieron tanto. Se trata de una especie de compensación. Habrá que esperar los datos de mayo y junio para evaluar la evolución semestral de esta canasta, que es la que se toma como referencia para medir la pobreza”, señaló.

Por su parte, Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), consideró positivo el dato de abril. “Teniendo en cuenta que las remuneraciones subieron un 3% y la inflación fue del 2,8%, los aumentos de 1,3% en la CBA y de 0,9% en la CBT implican una mejora en el poder adquisitivo”, explicó.

Sin embargo, Salvia advirtió que, al considerar el acumulado del cuatrimestre, el panorama es menos alentador. “La CBT subió 8,4% frente a un aumento de las remuneraciones del 10%, lo que indica una mejora limitada. En el caso de la CBA, incluso la comparación es negativa, lo que significa una pérdida de poder adquisitivo”, aclaró.

En tanto, Theo Ellmann, analista económico de la fundación Libertad y Progreso, comentó que la CBA deflactada registró en abril un retroceso real de −2,5 %, mientras que la CBT ajustada por el IPC cayó −3,0 %. “Esa brecha frente a las subas de marzo no es menor: habla de una corrección de expectativas que comenzó a operarse con la unificación cambiaria y la constatación de que aquel salto brusco del dólar que se temía no se consumó”, concluyó.

A pesar de que ambas canastas vienen aumentando por debajo de la inflación –salvo en febrero y marzo, como se indicó–, el acceso a ellas continúa siendo un desafío para muchas familias. Según el Indec, en marzo una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $1.110.063 para no caer en la pobreza y $502.291 para no ser considerada indigente.

En tanto, un hogar compuesto por tres integrantes necesitó $883.740 para no ser pobre y $399.882 para no caer en la indigencia. En términos individuales, un adulto necesitó en ese mismo mes $359.244 para no estar bajo la línea de pobreza y $162.554 para no ser catalogado como indigente.

 La alimentaria tuvo un alza de 1,3% en abril, mientras que la total subió 0,9%; en el cotejo interanual también crecen por debajo de los precios  Read More