Qué significa pedir perdón constantemente, según la psicología

Pedir perdón es importante al cometer un error u ofender a alguien. Sin embargo, disculparse de forma automática, incluso cuando no se hizo nada malo, parece una actitud insignificante, pero no lo es. De acuerdo con la psicología, puede haber algo preocupante tras este acto reflejo que muchas personas tienen.

La psicóloga española Olga Albaladejo, en una entrevista con la revista Cuerpo Mente, explica que significa pedir perdón: “Es un acto social importante. De hecho, suele demostrar que estamos ante una persona empática y humilde, que no teme reconocer sus propios errores”. Y lo relaciona con la empatía que implica reconocer cómo nuestras acciones afectan a los demás. “Pedir perdón cuando lastimamos a alguien o nos equivocamos es un acto de responsabilidad emocional”, asevera.

No obstante, no es lo mismo disculparse por cualquier mínima actitud que una persona tenga o cuando se convierte en una respuesta automática. “Puede estar hablando más de nuestra inseguridad que de nuestra cortesía”, declara la experta. Y lo justifica: “Porque entonces, lejos de ser un reflejo de humildad o empatía, puede convertirse en una señal de algo más profundo como miedo a molestar, necesidad de aprobación o incluso baja autoestima”.

Además de que las disculpas excesivas, pueden denotar inseguridad, miedo y baja autoestima. La especialista asegura que las personas “no lo hacen por pura empatía, sino que lo que se esconde tras su comportamiento suele ser una autoimagen frágil o una historia de relaciones en las que hubo que esforzarse por ‘no molestar’”.

En general, este tipo de personas se disculpan por hablar, por preguntar, por pedir ayuda o incluso por simplemente estar presentes. Albaladejo advierte que puede haber otras causas de este comportamiento: “Una baja autoestima, un ejercicio excesivo de educación o incluso una coletilla”.

Por otro lado, la psicóloga resalta que en muchos casos, este patrón viene aprendido desde la infancia o de entornos donde se valoraba “portarse bien”, no hacer ruido, seguir las reglas y no molestar a los demás. Este tipo de vivencias refuerzan, por un lado, la idea de que molestamos; y por otro, la creencia de que solo seremos queridos si evitamos molestar.

También, este tipo de conducta está asociada a vivencias de crítica frecuente, relaciones desiguales o dinámicas laborales en las que la persona siente que debe justificarse constantemente para ser aceptada. “En estos casos, el tiempo hace que la conducta se automatice“, recalca.

“Lo importante es abordarlo en terapia, para entender por qué lo hacemos, qué efecto produce en los demás, ya que no siempre es de aprecio”, sostiene.

¿Cómo hacer para cambiar la conducta de pedir perdón?

Lo bueno es que es un hábito que se puede cambiar con el tiempo. La psicóloga brinda los pasos para hacerlo:

Eliminar de la cabeza el pensamiento de que pedir perdón constantemente está bien.Pensar y cuestionarse si es necesario pedir disculpas antes de hacerlo o cuando llega el impulso. Sustituir el ‘perdón’ por otras expresiones más ajustadas, como ‘gracias por tu paciencia’ o ‘te agradezco tu tiempo’. Revisar en qué contextos y relaciones aparece el hábito de pedir perdón si no es necesario. Detectarlo es importante para poder cambiarlo.

“Muchas veces es una forma de protección emocional que aprendimos en algún momento, pero que ya no necesitamos”, concluye la especialista.

Pedir perdón es importante al cometer un error u ofender a alguien. Sin embargo, disculparse de forma automática, incluso cuando no se hizo nada malo, parece una actitud insignificante, pero no lo es. De acuerdo con la psicología, puede haber algo preocupante tras este acto reflejo que muchas personas tienen.

La psicóloga española Olga Albaladejo, en una entrevista con la revista Cuerpo Mente, explica que significa pedir perdón: “Es un acto social importante. De hecho, suele demostrar que estamos ante una persona empática y humilde, que no teme reconocer sus propios errores”. Y lo relaciona con la empatía que implica reconocer cómo nuestras acciones afectan a los demás. “Pedir perdón cuando lastimamos a alguien o nos equivocamos es un acto de responsabilidad emocional”, asevera.

No obstante, no es lo mismo disculparse por cualquier mínima actitud que una persona tenga o cuando se convierte en una respuesta automática. “Puede estar hablando más de nuestra inseguridad que de nuestra cortesía”, declara la experta. Y lo justifica: “Porque entonces, lejos de ser un reflejo de humildad o empatía, puede convertirse en una señal de algo más profundo como miedo a molestar, necesidad de aprobación o incluso baja autoestima”.

Además de que las disculpas excesivas, pueden denotar inseguridad, miedo y baja autoestima. La especialista asegura que las personas “no lo hacen por pura empatía, sino que lo que se esconde tras su comportamiento suele ser una autoimagen frágil o una historia de relaciones en las que hubo que esforzarse por ‘no molestar’”.

En general, este tipo de personas se disculpan por hablar, por preguntar, por pedir ayuda o incluso por simplemente estar presentes. Albaladejo advierte que puede haber otras causas de este comportamiento: “Una baja autoestima, un ejercicio excesivo de educación o incluso una coletilla”.

Por otro lado, la psicóloga resalta que en muchos casos, este patrón viene aprendido desde la infancia o de entornos donde se valoraba “portarse bien”, no hacer ruido, seguir las reglas y no molestar a los demás. Este tipo de vivencias refuerzan, por un lado, la idea de que molestamos; y por otro, la creencia de que solo seremos queridos si evitamos molestar.

También, este tipo de conducta está asociada a vivencias de crítica frecuente, relaciones desiguales o dinámicas laborales en las que la persona siente que debe justificarse constantemente para ser aceptada. “En estos casos, el tiempo hace que la conducta se automatice“, recalca.

“Lo importante es abordarlo en terapia, para entender por qué lo hacemos, qué efecto produce en los demás, ya que no siempre es de aprecio”, sostiene.

¿Cómo hacer para cambiar la conducta de pedir perdón?

Lo bueno es que es un hábito que se puede cambiar con el tiempo. La psicóloga brinda los pasos para hacerlo:

Eliminar de la cabeza el pensamiento de que pedir perdón constantemente está bien.Pensar y cuestionarse si es necesario pedir disculpas antes de hacerlo o cuando llega el impulso. Sustituir el ‘perdón’ por otras expresiones más ajustadas, como ‘gracias por tu paciencia’ o ‘te agradezco tu tiempo’. Revisar en qué contextos y relaciones aparece el hábito de pedir perdón si no es necesario. Detectarlo es importante para poder cambiarlo.

“Muchas veces es una forma de protección emocional que aprendimos en algún momento, pero que ya no necesitamos”, concluye la especialista.

 No se trata de educación; por el contrario, puede haber algo preocupante tras este acto reflejo; todo lo que tenés que saber al respecto  Read More