Roberto Colautti se define como una persona de “perfil bajo”. Existe poco material de archivo en Internet sobre él. Apenas un puñado de videos de goles en Boca, Maccabi Haifa y la selección de Israel aparecen del otro lado de la pantalla al teclear su apellido.
“¿Fotos de cuando jugaba al fútbol? De esas no tengo nada”, aclaró, desde Madrid, su ciudad de residencia, a LA NACION. El último registro futbolístico de Colautti data del AEK Larnaca, de Chipre, donde jugó en 2015 y se retiró profesionalmente a mitad de ese año. Por ese entonces, el oriundo de Lozada, un pueblo de la provincia de Córdoba, tenía 32 años, una edad, a priori, prematura para bajar la persiana.
Colautti surgió de Boca y participó de dos títulos: el Torneo Apertura 2003 y la Copa Intercontinental 2003, donde el Xeneize le ganó al Milan. Bajo la tutela de Carlos Bianchi, el delantero hizo sus primeras armas en el club de La Ribera.
“Crecí en Boca. Llevo a Boca en mi ADN. Uno al crecer en la pensión tiene entrenadores de primer nivel, con una carrera destacada, y tiene el sueño de debutar en la Primera. Tuve la suerte de haber jugado en diferentes estadios en mi carrera, pero no hay nada igual a La Bombonera”, destacó Colautti.
Sin los minutos necesarios para poder mostrarse, el exjugador precisó de un aventón necesario para tomar confianza y partió hacia el Lugano de Suiza.
“Era la primera vez que me iba del país. No fue la mejor experiencia porque el presidente del Lugano se suicidó en un lago y, a partir de ahí, investigaron al club, lo gerenciaron y decretaron su descenso a la segunda división, sumado a un recorte presupuestario”, exclamó sobre su breve estadía en Suiza.
Al retornar al país, Boca lo volvió a ceder, esta vez a Banfield, donde Colautti explicó que fue una experiencia “super enriquecedora” y lo ayudó a tener regularidad en la Primera División, lo que le permitió despegar y estar en el radar de otros equipos de todo el mundo.
Un destino inesperado: Israel, el lugar donde conoció a su esposa
Maccabi Haifa adquirió los servicios de Roberto Colautti en 2004. En Israel, un país que podría pensarse lejano a la rutina argentina, encontró su lugar en el mundo. El futbolista no solo relanzó su carrera, sino que también conoció a Alvit, quien hoy es su esposa.
El contacto con Alvit precisó de dos intermediarios: Patricio, un amigo de Colautti que tenía un bar en Israel, y un diccionario físico para poder comunicarse. A un mes de su llegada, el futbolista visitaba a su compatriota, quien le hacía de compañía para el almuerzo y la cena.
“Mi amigo era el dueño del café, atendía las mesas y hablaba perfecto hebreo. Yo iba a almorzar y cenar hasta que un día conocí a Alvit. El único problema era que no hablaba una palabra de hebreo ni de inglés, entonces le dije a Patricio que quería invitarla a comer. Ella aceptó y con un diccionario de por medio nos empezamos a comunicar”, recordó Roberto que hoy en día maneja, de manera fluida, el hebreo, inglés y alemán.
Durante los primeros tres años que permaneció en Israel, Colautti logró que el Maccabi Haifa compre su pase, se nacionalizó para jugar en la selección de ese país y…. huyó de una guerra.
“Estábamos entrenando con el Maccabi Haifa y el capitán del equipo nos juntó a todos para decirnos que había comenzado la Guerra con el Líbano y teníamos que irnos cada uno a nuestra casa en busca de un lugar seguro”, detalló sobre el conflicto bélico que tuvo lugar en 2006 y obligó a él, como a su esposa, a instalarse en Tel Aviv hasta nuevo aviso.
Su derrotero por Europa incluyó un debut –con gol- en la selección de Israel y pasos por el Borussia Mönchengladbach, Maccabi Tel Aviv y el Anorthosis de Chipre, hasta el adiós a los 32 años.
Su curiosidad por las finanzas que lo llevó a explorar un mundo distinto
Roberto Colautti es el responsable en Sudamérica de una plataforma Fintech llamada Bit2Lend con base en Madrid. Este volantazo, que se dio fruto de la curiosidad y luego de las constantes capacitaciones, lo convirtieron en un hombre especializado en finanzas. Como en el fútbol, el exjugador escaló peldaños al conocer distintas personas que lo ayudaron a adentrarse en un mundo ajeno al de la pelota.
“Es un click que uno tiene que hacer. Hay que pensar más allá del futbol. En mi caso soy curioso y logré juntarme con gente que conocía del tema. Si tenés la suerte de rodearte con gente con la que podés confiar y, encima, son profesionales, excelente, pero no siempre es el caso”, dijo Colautti que creó, junto a unos socios, una plataforma fintech para operar con criptomonedas. Según su testimonio, la intención es facilitar el flujo de dinero entre Argentina y Europa, además de ofrecer préstamos “colateralizados” con moneda digital.
Hoy en día, del otro lado del mostrador, Colautti indicó que, en algunos casos, el futbolista no tiene las herramientas necesarias para desarrollarse. “Hay que tener en cuenta que por la vorágine que vive el futbolista le cuesta prepararse académicamente. También, en mi caso, el mercado no es el mismo que hace 20 ó 40 años. Los futbolistas volcamos toda nuestra vida al deporte y después cuando termina preguntamos qué camino agarrar”, sostuvo.
Alojado en Madrid desde hace siete años, el exjugador vive con su esposa y sus cuatro hijas, de nacionalidad israelí. Su última visita al país fue en diciembre de 2024 donde se reencontró con sus familiares y hasta volvió a La Bombonera, el lugar donde toco comenzó. Con el celular únicamente para responder mensajes de WhatsApp y llamados, Colautti descartó rotundamente su intromisión en las redes sociales.
“No, no tengo nada”, afirmó el ex Boca y Banfield al ser consultado por su aparición en el mundo tecnológico, donde muchos de sus colegas recuerdan sus goles y pasos por los distintos equipos. A diez años de su retiro en suelo chipriota, Colautti es otro de los tantos futbolistas que vio luz al final del camino y reinventó su vida alejado del fervor del mundo de la pelota.
Roberto Colautti se define como una persona de “perfil bajo”. Existe poco material de archivo en Internet sobre él. Apenas un puñado de videos de goles en Boca, Maccabi Haifa y la selección de Israel aparecen del otro lado de la pantalla al teclear su apellido.
“¿Fotos de cuando jugaba al fútbol? De esas no tengo nada”, aclaró, desde Madrid, su ciudad de residencia, a LA NACION. El último registro futbolístico de Colautti data del AEK Larnaca, de Chipre, donde jugó en 2015 y se retiró profesionalmente a mitad de ese año. Por ese entonces, el oriundo de Lozada, un pueblo de la provincia de Córdoba, tenía 32 años, una edad, a priori, prematura para bajar la persiana.
Colautti surgió de Boca y participó de dos títulos: el Torneo Apertura 2003 y la Copa Intercontinental 2003, donde el Xeneize le ganó al Milan. Bajo la tutela de Carlos Bianchi, el delantero hizo sus primeras armas en el club de La Ribera.
“Crecí en Boca. Llevo a Boca en mi ADN. Uno al crecer en la pensión tiene entrenadores de primer nivel, con una carrera destacada, y tiene el sueño de debutar en la Primera. Tuve la suerte de haber jugado en diferentes estadios en mi carrera, pero no hay nada igual a La Bombonera”, destacó Colautti.
Sin los minutos necesarios para poder mostrarse, el exjugador precisó de un aventón necesario para tomar confianza y partió hacia el Lugano de Suiza.
“Era la primera vez que me iba del país. No fue la mejor experiencia porque el presidente del Lugano se suicidó en un lago y, a partir de ahí, investigaron al club, lo gerenciaron y decretaron su descenso a la segunda división, sumado a un recorte presupuestario”, exclamó sobre su breve estadía en Suiza.
Al retornar al país, Boca lo volvió a ceder, esta vez a Banfield, donde Colautti explicó que fue una experiencia “super enriquecedora” y lo ayudó a tener regularidad en la Primera División, lo que le permitió despegar y estar en el radar de otros equipos de todo el mundo.
Un destino inesperado: Israel, el lugar donde conoció a su esposa
Maccabi Haifa adquirió los servicios de Roberto Colautti en 2004. En Israel, un país que podría pensarse lejano a la rutina argentina, encontró su lugar en el mundo. El futbolista no solo relanzó su carrera, sino que también conoció a Alvit, quien hoy es su esposa.
El contacto con Alvit precisó de dos intermediarios: Patricio, un amigo de Colautti que tenía un bar en Israel, y un diccionario físico para poder comunicarse. A un mes de su llegada, el futbolista visitaba a su compatriota, quien le hacía de compañía para el almuerzo y la cena.
“Mi amigo era el dueño del café, atendía las mesas y hablaba perfecto hebreo. Yo iba a almorzar y cenar hasta que un día conocí a Alvit. El único problema era que no hablaba una palabra de hebreo ni de inglés, entonces le dije a Patricio que quería invitarla a comer. Ella aceptó y con un diccionario de por medio nos empezamos a comunicar”, recordó Roberto que hoy en día maneja, de manera fluida, el hebreo, inglés y alemán.
Durante los primeros tres años que permaneció en Israel, Colautti logró que el Maccabi Haifa compre su pase, se nacionalizó para jugar en la selección de ese país y…. huyó de una guerra.
“Estábamos entrenando con el Maccabi Haifa y el capitán del equipo nos juntó a todos para decirnos que había comenzado la Guerra con el Líbano y teníamos que irnos cada uno a nuestra casa en busca de un lugar seguro”, detalló sobre el conflicto bélico que tuvo lugar en 2006 y obligó a él, como a su esposa, a instalarse en Tel Aviv hasta nuevo aviso.
Su derrotero por Europa incluyó un debut –con gol- en la selección de Israel y pasos por el Borussia Mönchengladbach, Maccabi Tel Aviv y el Anorthosis de Chipre, hasta el adiós a los 32 años.
Su curiosidad por las finanzas que lo llevó a explorar un mundo distinto
Roberto Colautti es el responsable en Sudamérica de una plataforma Fintech llamada Bit2Lend con base en Madrid. Este volantazo, que se dio fruto de la curiosidad y luego de las constantes capacitaciones, lo convirtieron en un hombre especializado en finanzas. Como en el fútbol, el exjugador escaló peldaños al conocer distintas personas que lo ayudaron a adentrarse en un mundo ajeno al de la pelota.
“Es un click que uno tiene que hacer. Hay que pensar más allá del futbol. En mi caso soy curioso y logré juntarme con gente que conocía del tema. Si tenés la suerte de rodearte con gente con la que podés confiar y, encima, son profesionales, excelente, pero no siempre es el caso”, dijo Colautti que creó, junto a unos socios, una plataforma fintech para operar con criptomonedas. Según su testimonio, la intención es facilitar el flujo de dinero entre Argentina y Europa, además de ofrecer préstamos “colateralizados” con moneda digital.
Hoy en día, del otro lado del mostrador, Colautti indicó que, en algunos casos, el futbolista no tiene las herramientas necesarias para desarrollarse. “Hay que tener en cuenta que por la vorágine que vive el futbolista le cuesta prepararse académicamente. También, en mi caso, el mercado no es el mismo que hace 20 ó 40 años. Los futbolistas volcamos toda nuestra vida al deporte y después cuando termina preguntamos qué camino agarrar”, sostuvo.
Alojado en Madrid desde hace siete años, el exjugador vive con su esposa y sus cuatro hijas, de nacionalidad israelí. Su última visita al país fue en diciembre de 2024 donde se reencontró con sus familiares y hasta volvió a La Bombonera, el lugar donde toco comenzó. Con el celular únicamente para responder mensajes de WhatsApp y llamados, Colautti descartó rotundamente su intromisión en las redes sociales.
“No, no tengo nada”, afirmó el ex Boca y Banfield al ser consultado por su aparición en el mundo tecnológico, donde muchos de sus colegas recuerdan sus goles y pasos por los distintos equipos. A diez años de su retiro en suelo chipriota, Colautti es otro de los tantos futbolistas que vio luz al final del camino y reinventó su vida alejado del fervor del mundo de la pelota.
Surgió del Xeneize donde consiguió dos títulos bajo la tutela de Carlos Bianchi; conoció a su esposa en Israel, jugó en la selección de ese país y se retiró en Chipre; en la actualidad, vive su vida alejado de las redes sociales Read More