Armando Cavalieri: “A Milei se le terminó la luna de miel, estamos ante un gobierno insensible”

El sindicalista que coleccionaba fotos con todos los presidentes decidió guardarlas en un cajón. Cuelga de una pared solamente un gran retrato de un abrazo afectuoso con el papa Francisco. “Saqué todo, saqué la de los presidentes. ¡Mirá que tenía con todos, eh! En unos días voy a poner el cuadro de León XIV, cuando lo vaya a ver”, dice Armando Cavalieri desde la cabecera de la sala de reuniones del piso 12 del Sindicato de Empleados de Comercio.

Cavalieri tiene 88 años y hace casi 40 que está al frente del gremio más numeroso del país. Negoció con los militares, cuando fue secretario de prensa de la CGT que lideraba Saúl Ubaldini, y supo tener diálogo y aceitada relación con todos los gobiernos democráticos, desde Raúl Alfonsín hasta Alberto Fernández. Con Javier Milei tuvo un estratégico acercamiento al inicio de la gestión, a través de la ministra Sandra Pettovello, pero la relación se rompió. Primero, por el intento oficial de avanzar sobre los aportes solidarios, una caja extra de los gremios, y después por el rechazo del Ministerio de Economía a homologar una paritaria con una suba salarial mayor a las proyecciones inflacionarias.

“[Luis] Caputo se levantó un día y dijo que más de un 1% [de aumento por mes] no resiste el plan económico y que es la manera de parar la inflación. La clase media está bastante desesperanzada porque no sabe cómo crecer. No se negocia en libertad. De repente el Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos, no hay más paritaria”, advierte el jefe mercantil mientras negocia la aprobación de una suba salarial de 5,4% por un trimestre.

Armando Cavalieri sobre el gobierno de Javier Milei

Los sindicalistas suelen tener un termómetro especial para detectar las crisis. A ese don, adquirido por la experiencia de estar en sillones de mando en los que el recambio no se produce con frecuencia, algunos dirigentes lo conservan para definir sus alineamientos políticos. Cavalieri, por ejemplo, fue uno de los pocos que se acercó a Milei en los inicios del libertario, pero es ahora una de las voces más críticas por su estilo de conducción. Traza una comparación con lo que sucedió en dictadura militar, cuestiona su enfrentamiento con la prensa y advierte que teme “un brote de violencia”.

“A Milei da la sensación que solo le interesan las leyes económicas. Parece que ignora la Constitución y la pasa por encima. A la gente le está pasando algo y no tiene el enamoramiento que tuvo de entrada. Se terminó la luna de miel. Hay un gobierno insensible”, lanza Cavalieri durante una entrevista con LA NACION.

-Usted es un dirigente que trató y negoció con gobiernos militares y democráticos. ¿Cómo ve hoy al gobierno de Milei?

-Cuando se van cerrando las puertas y hay que recurrir a la Justicia es una señal. Ahora, la CGT, por ejemplo, tiene que hacer eso por el intento de limitar el derecho a la huelga. Si la Justicia no pone orden y escucha a las partes como para hacer algo equidistante, y si hay violencia verbal, estamos a un paso de la otra violencia. Yo la viví. Yo estoy vivo de casualidad.

De repente el Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos, no hay más paritaria

Armando Cavalieri

-¿Usted está comparando la actualidad con los tiempos de violencia política?

-Sí. De repente el Poder Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos.

-Como pasó durante la dictadura militar…

-Así es. Y de ahí, hay un paso a la violencia. El gobierno de Milei no está dando respuesta ni cariño a la gente. No es lo mismo ser un buen economista que un buen político. Él se da cuenta de que esto de la casta o no la casta, pero al final terminó con [Carlos] Rovira arreglando la votación de ficha limpia. ¿Cómo puede ser? O el agravio al periodismo. Una democracia sin periodismo no se puede contemplar. Alguien tiene que oponerse, alguien tiene que decir la verdad. No se puede ocultar todo.

-El Gobierno no le homologó la paritaria porque no se ajusta a la pauta de suba del 1% mensual. ¿Las paritarias dejaron de ser libres?

-Fuimos siempre muy prudentes en entender que había que bajar la inflación. Solo Milei podía hacer un ajuste tan trágico. Los políticos no están acostumbrados a hacer todo por decreto y anda a cantarle a Gardel. Pero esto de la violencia no me deja dormir hace tres noches.

– ¿Qué teme?

-Temo un brote de violencia en la Argentina.

-¿Cree que puede empeorarse la situación, por ejemplo, si la Corte ratifica la condena a Cristina Kirchner y la expresidenta no pueda ser candidata?

-Sí, sí.

-¿Usted volvería a apoyar una candidatura de Cristina Kirchner?

-No. Es el pasado del peronismo. Es parte del tren fantasma. Con Alberto uno ya veía que todo se descomponía.

-Pero usted fue aliado, tanto de Cristina como de Fernández…

-¿De quién? La CGT. Tuve diálogo, pero inconducente. Alberto no definía nada de nada. Tuve cada agarrada.

-¿Y con este Gobierno tiene diálogo?

-Poco, muy poco. Con el sector no tiene diálogo con nadie. Iniciamos una vez un intento de diálogo con [Guillermo] Francos, con [Julio] Cordero, pero de repente se cortó y no hablamos más.

-¿Por qué se cortó?

-No lo sé. Tal vez porque Milei quería otra cosa. También porque la dirigencia sindical tiene que replantearse una modernización. No es cuestión de que Milei las hace. Las hace porque algún consenso tiene. En el campo laboral hay cuestiones que por lo menos hay que revisar. Los juicios laborales, por ejemplo. De repente el pago de una indemnización destruye a una pequeña y mediana empresa.

-El convenio colectivo de Comercio es de 1975…

-Sí, pero le hicimos muchas correcciones. Ahora estamos revisando del sistema indemnizatorio en el gremio. Ir hacia un sistema de fondo de cese laboral, amparando al jubilado.

-Usted fue uno de los pocos sindicalistas que se reunió con la ministra Pettovello y que se acercó al Gobierno…

-Sí, fue inmediatamente cuando nos quisieron sacar el aporte solidario. Como si el aporte fuera una cuestión de que el empresario perdía plata. El empresario no pierde un peso. Hay animosidad del Gobierno contra los sindicatos.

-¿Por qué?

-Porque el sindicalismo todavía no se aggiorno o porque no supo cómo tener diálogo con el Gobierno. Hay algunos funcionarios que son dialoguistas, pero otros no, como [Federico] Sturzenegger.

-¿Qué pasa si no se homologa la paritaria?

-Es el liberalismo que practica Milei. Él no es un puro liberal. Es de esencia liberal, pero cuando tiene que corregir lo que él quiere lo hace por decreto. La paritaria es un acuerdo entre privados.

-¿Cuánto lleva de pérdida salarial su sector?

-Un 35 por ciento en los últimos cinco, seis años [Nota de la respuesta: desde 2019 a la actualidad, el salario promedio del mercantil cayó 22%, según los registros del gremio].

Cuando Milei dice sobre Ushuaia que le importa un carajo, me pregunto qué hacemos con los 7000 tipos que trabajan ahí. ¿Los tiramos al estrecho de Magallanes? Es un gobierno insensible.

Armando Cavalieri

-¿El Gobierno los presiona para firmar la paritaria a la baja?

-Qué te parece…Caputo se levantó un día y dijo que más de un 1% no resiste el plan económico y que es la manera de parar la inflación. La clase media está en una situación bastante difícil. Está bastante desesperanzada porque no saben cómo crecer. El pequeño y mediano comerciante viene acá, no al Ministerio de Trabajo. Me dicen que no venden nada. Toman a la gente en negro. Y yo sé. La toman por cuatro horas. En los supermercados también, y la tienen todo el día. ¿Qué voy a parar eso? Conseguimos un salario de 1.200.000 pesos. Yo no puedo dejar a la gente en banda. El Gobierno no puede dejar a la gente sin un convenio. ¿Para qué vamos a negociar si el aumento tiene que ser de 1%? Que lo pongan por decreto. Nunca discutimos un convenio en libertad. Siempre dispuso el ministro de Economía. Que no nos homologuen el acuerdo es una aberración.

-¿Le alcanza al Gobierno solo con controlar la inflación?

-Es lo que está en juego. No soy un gran economista, pero después de muchos años de discutir salarios algunas cosas me enseñaron. No se puede emitir más dinero. La maquinita no funciona más. De esto no tiene la culpa Milei. El peronismo tiene que aprender.

-¿Se siente hoy parte del peronismo?

-Sí, por eso estoy planteando algunas cosas. Acá en el gremio estoy planteando hace rato lo del fondo indemnizatorio porque es importante para las pymes. Hay multas innecesarias en los juicios.

-¿Qué otra cosa reformaría de la legislación laboral?

-Las indemnizaciones. No es que gane menos, sino evitar los sobrecostos de los juicios laborales. Hay que limpiarlo totalmente. Así no habrá excusas para contratar. También hay que arreglar el sistema jubilatorio. Para salir de todas estas contradicciones que tenemos con Milei habría que avanzar en una suerte de Pacto de la Moncloa para evitar la confrontación. Cuando Milei dice sobre Ushuaia que le importa un carajo, me pregunto qué hacemos con los 7000 tipos que trabajan ahí. ¿Los tiramos al estrecho de Magallanes? Hay que conversar, qué vamos a hacer con la fábrica, qué va a pasar con la gente. Es un gobierno insensible. Es una lástima. Porque Milei es un tipo que sabe de economía. En vez de hacer docencia, incluso con nosotros. Siempre que tenemos un problema recurrimos al préstamo del Fondo Monetario Internacional. Hace más de 30 años que pasa.

-¿Qué autocrítica hace usted como referente del movimiento obrero en este tiempo?

-No tener un pensamiento independiente de nuestra identidad ideológica. Por apoyar al peronismo nunca hicimos lo que teníamos que hacer. Había que revisar la legislación laboral. Hay que dar un paso adelante. Pero esto no se puede hacer desde el gobierno por la fuerza, por decreto, ni mandando al carajo a la gente o enemistándose con el periodismo o con todos los que te critican. La democracia es otra forma de vida. A Milei da la sensación que solo le interesan las leyes económicas. Parece que ignora la Constitución y la pasa por encima. A la gente le está pasando algo y no tiene el enamoramiento que tuvo de entrada.

-¿Usted dice que Milei perdió apoyo?

-Ya la gente no está dispuesta a ir hasta el final con Milei, perdió el enamoramiento. Se acabó la luna de miel. Pero nosotros tampoco podemos volver con las cosas del pasado. Cuando dicen que a los dirigentes sindicales no nos quieren. Acá dentro nos quieren todos. Yo hago una asamblea y vienen 5000 personas que cobran 1.000.000 pesos por mes y que no están pendientes del blanqueo que hicieron ahora por el narco dólar. Es un blanqueo que cualquiera que vende falopa puede poner la plata. Son cosas que la gente está mirando. La gente está quieta porque no tiene alternativa política.

-¿Por qué endureció su postura con el Gobierno?

-No estoy más duro. Estoy más crítico porque me estoy dando cuenta que el Milei conocimos, el que acompañó la gente hace un año, no es el mismo Milei de ahora. El que castigaba a la casta, que decía que todos los políticos eran unos atorrantes. Lo de ficha limpia corrió un telón. Tuvo que recurrir a la casta para que le salven un problema y tener a la adversaria que él quiere. Hasta eligió la adversaria para las elecciones que viene: Cristina seguro que se va a presentar y que va a ser candidata. Milei va a negociar con toda la dirigencia política para que ella sea candidata. Le resulta más cómodo que enfrentar a otro dirigente político, que por ahora no lo hay.

-Es curioso escuchar a un sindicalista hablar de ficha limpia teniendo en cuenta el descrédito que tienen en la sociedad…

-Pero ficha limpia era como un bálsamo, como reconocer que los que llegan tienen que ser lo más puro posible.

-Traslado ficha limpia al mundo sindical: ¿usted estaría de acuerdo con que los dirigentes presenten declaración jurada de bienes?

-Por supuesto que sí. No se puede negar esa cosa. Uno tiene que dar el máximo de honestidad y tener procedimientos democráticos para manejarse. Yo veo en Milei eso, que se está degradando. Se está viniendo cada vez menos, no sé si diría menos democrático. Pero sí con más violencia verbal. Y eso provoca violencia. Lo digo por experiencia. Muchos amigos terminaron mal. Por ejemplo, Smith [Oscar, exdirigente de Luz y Fuerza desaparecido en 1977, en dictadura militar].

Me estoy dando cuenta que el Milei conocimos, el que acompañó la gente hace un año, no es el mismo Milei de ahora. Lo de ficha limpia corrió un telón. Tuvo que recurrir a la casta para que le salven un problema y tener a la adversaria que él quiere: Cristina Kirchner

-¿El sindicalismo dejó de ser un factor de poder?

-No tenemos el poder de antes. Perdió poder primero por el desempleo y por el tema salarial. La gente no quiere perder el presentismo. Un día de huelga en nuestro sector es un 8% menos de salario. Es mucha plata. El dirigente debe pensar cuándo es el mejor momento para utilizar la herramienta más importante del movimiento obrero, que es la huelga. La finalidad es defender el bienestar de la gente. Hay que tener mucho cuidado. Nosotros no vamos a parar.

-¿Qué autocrítica hace del crecimiento del empleo informal?

-El desempleo es producto de la falta de inversión y de la crisis económica. También de la falta de relaciones con el mundo. No se puede tener al Fondo Monetario Internacional como salvaguarda de su calidad económica. En las asambleas me preguntan si se va a terminar la salud pública. La gente de abajo viene con una cultura del Estado importante. Les interesa la asistencia pública.

-La obra social de Comercio no es ajena a la crisis del sector sanitario…

-Tenemos 1.500.000 de trabajadores. La salud en la Argentina está en discusión. Salimos todos a la calle cuando quisieron privatizar la universidad, en la salud puede pasar lo mismo. El Gobierno debe convocar a todos los actores que tenemos que ver con el sistema sanitario.

-Usted habló con todos los presidentes desde el regreso a la democracia y hasta tuvo diálogo con los militares…

-A los militares les decía: ´Ustedes están locos, vamos a terminar mal, enfrentados´. No me equivoqué.

-¿A quién se lo dijo?

-A gente del poder militar. Ministros y civiles que había en esa época. Evidentemente pasó lo que pasó por la falta de diálogo y la falta de consenso.

-¿Encuentra alguna similitud de esa época con la actualidad?

-Algunos procedimientos. Por ejemplo, el enojo con el periodismo. Si el periodismo no es crítico, no existe. Está para abrirles los ojos a la gente y generar el debate público, la discrepancia. Pensar que el periodismo es el enemigo es algo muy traumático. Depende de la mentalidad de quién dirige. No se puede tratar a la gente como se trata.

-¿Qué le diría a Milei en caso de darse la oportunidad de un encuentro?

– Que cambie los métodos. Ser presidente no es lo mismo que ser economista. En política hace falta humanidad, buen trato y saber que es el primer magistrado, que merece respeto. Si esto se va carcomiendo, estamos yendo a un desfiladero muy corto. Así empezó la violencia, así empezó la violencia. Lo digo a los 88 años.

El sindicalista que coleccionaba fotos con todos los presidentes decidió guardarlas en un cajón. Cuelga de una pared solamente un gran retrato de un abrazo afectuoso con el papa Francisco. “Saqué todo, saqué la de los presidentes. ¡Mirá que tenía con todos, eh! En unos días voy a poner el cuadro de León XIV, cuando lo vaya a ver”, dice Armando Cavalieri desde la cabecera de la sala de reuniones del piso 12 del Sindicato de Empleados de Comercio.

Cavalieri tiene 88 años y hace casi 40 que está al frente del gremio más numeroso del país. Negoció con los militares, cuando fue secretario de prensa de la CGT que lideraba Saúl Ubaldini, y supo tener diálogo y aceitada relación con todos los gobiernos democráticos, desde Raúl Alfonsín hasta Alberto Fernández. Con Javier Milei tuvo un estratégico acercamiento al inicio de la gestión, a través de la ministra Sandra Pettovello, pero la relación se rompió. Primero, por el intento oficial de avanzar sobre los aportes solidarios, una caja extra de los gremios, y después por el rechazo del Ministerio de Economía a homologar una paritaria con una suba salarial mayor a las proyecciones inflacionarias.

“[Luis] Caputo se levantó un día y dijo que más de un 1% [de aumento por mes] no resiste el plan económico y que es la manera de parar la inflación. La clase media está bastante desesperanzada porque no sabe cómo crecer. No se negocia en libertad. De repente el Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos, no hay más paritaria”, advierte el jefe mercantil mientras negocia la aprobación de una suba salarial de 5,4% por un trimestre.

Armando Cavalieri sobre el gobierno de Javier Milei

Los sindicalistas suelen tener un termómetro especial para detectar las crisis. A ese don, adquirido por la experiencia de estar en sillones de mando en los que el recambio no se produce con frecuencia, algunos dirigentes lo conservan para definir sus alineamientos políticos. Cavalieri, por ejemplo, fue uno de los pocos que se acercó a Milei en los inicios del libertario, pero es ahora una de las voces más críticas por su estilo de conducción. Traza una comparación con lo que sucedió en dictadura militar, cuestiona su enfrentamiento con la prensa y advierte que teme “un brote de violencia”.

“A Milei da la sensación que solo le interesan las leyes económicas. Parece que ignora la Constitución y la pasa por encima. A la gente le está pasando algo y no tiene el enamoramiento que tuvo de entrada. Se terminó la luna de miel. Hay un gobierno insensible”, lanza Cavalieri durante una entrevista con LA NACION.

-Usted es un dirigente que trató y negoció con gobiernos militares y democráticos. ¿Cómo ve hoy al gobierno de Milei?

-Cuando se van cerrando las puertas y hay que recurrir a la Justicia es una señal. Ahora, la CGT, por ejemplo, tiene que hacer eso por el intento de limitar el derecho a la huelga. Si la Justicia no pone orden y escucha a las partes como para hacer algo equidistante, y si hay violencia verbal, estamos a un paso de la otra violencia. Yo la viví. Yo estoy vivo de casualidad.

De repente el Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos, no hay más paritaria

Armando Cavalieri

-¿Usted está comparando la actualidad con los tiempos de violencia política?

-Sí. De repente el Poder Ejecutivo decreta que no hay más huelga en la Argentina. Mañana puede decir no hay más sindicatos.

-Como pasó durante la dictadura militar…

-Así es. Y de ahí, hay un paso a la violencia. El gobierno de Milei no está dando respuesta ni cariño a la gente. No es lo mismo ser un buen economista que un buen político. Él se da cuenta de que esto de la casta o no la casta, pero al final terminó con [Carlos] Rovira arreglando la votación de ficha limpia. ¿Cómo puede ser? O el agravio al periodismo. Una democracia sin periodismo no se puede contemplar. Alguien tiene que oponerse, alguien tiene que decir la verdad. No se puede ocultar todo.

-El Gobierno no le homologó la paritaria porque no se ajusta a la pauta de suba del 1% mensual. ¿Las paritarias dejaron de ser libres?

-Fuimos siempre muy prudentes en entender que había que bajar la inflación. Solo Milei podía hacer un ajuste tan trágico. Los políticos no están acostumbrados a hacer todo por decreto y anda a cantarle a Gardel. Pero esto de la violencia no me deja dormir hace tres noches.

– ¿Qué teme?

-Temo un brote de violencia en la Argentina.

-¿Cree que puede empeorarse la situación, por ejemplo, si la Corte ratifica la condena a Cristina Kirchner y la expresidenta no pueda ser candidata?

-Sí, sí.

-¿Usted volvería a apoyar una candidatura de Cristina Kirchner?

-No. Es el pasado del peronismo. Es parte del tren fantasma. Con Alberto uno ya veía que todo se descomponía.

-Pero usted fue aliado, tanto de Cristina como de Fernández…

-¿De quién? La CGT. Tuve diálogo, pero inconducente. Alberto no definía nada de nada. Tuve cada agarrada.

-¿Y con este Gobierno tiene diálogo?

-Poco, muy poco. Con el sector no tiene diálogo con nadie. Iniciamos una vez un intento de diálogo con [Guillermo] Francos, con [Julio] Cordero, pero de repente se cortó y no hablamos más.

-¿Por qué se cortó?

-No lo sé. Tal vez porque Milei quería otra cosa. También porque la dirigencia sindical tiene que replantearse una modernización. No es cuestión de que Milei las hace. Las hace porque algún consenso tiene. En el campo laboral hay cuestiones que por lo menos hay que revisar. Los juicios laborales, por ejemplo. De repente el pago de una indemnización destruye a una pequeña y mediana empresa.

-El convenio colectivo de Comercio es de 1975…

-Sí, pero le hicimos muchas correcciones. Ahora estamos revisando del sistema indemnizatorio en el gremio. Ir hacia un sistema de fondo de cese laboral, amparando al jubilado.

-Usted fue uno de los pocos sindicalistas que se reunió con la ministra Pettovello y que se acercó al Gobierno…

-Sí, fue inmediatamente cuando nos quisieron sacar el aporte solidario. Como si el aporte fuera una cuestión de que el empresario perdía plata. El empresario no pierde un peso. Hay animosidad del Gobierno contra los sindicatos.

-¿Por qué?

-Porque el sindicalismo todavía no se aggiorno o porque no supo cómo tener diálogo con el Gobierno. Hay algunos funcionarios que son dialoguistas, pero otros no, como [Federico] Sturzenegger.

-¿Qué pasa si no se homologa la paritaria?

-Es el liberalismo que practica Milei. Él no es un puro liberal. Es de esencia liberal, pero cuando tiene que corregir lo que él quiere lo hace por decreto. La paritaria es un acuerdo entre privados.

-¿Cuánto lleva de pérdida salarial su sector?

-Un 35 por ciento en los últimos cinco, seis años [Nota de la respuesta: desde 2019 a la actualidad, el salario promedio del mercantil cayó 22%, según los registros del gremio].

Cuando Milei dice sobre Ushuaia que le importa un carajo, me pregunto qué hacemos con los 7000 tipos que trabajan ahí. ¿Los tiramos al estrecho de Magallanes? Es un gobierno insensible.

Armando Cavalieri

-¿El Gobierno los presiona para firmar la paritaria a la baja?

-Qué te parece…Caputo se levantó un día y dijo que más de un 1% no resiste el plan económico y que es la manera de parar la inflación. La clase media está en una situación bastante difícil. Está bastante desesperanzada porque no saben cómo crecer. El pequeño y mediano comerciante viene acá, no al Ministerio de Trabajo. Me dicen que no venden nada. Toman a la gente en negro. Y yo sé. La toman por cuatro horas. En los supermercados también, y la tienen todo el día. ¿Qué voy a parar eso? Conseguimos un salario de 1.200.000 pesos. Yo no puedo dejar a la gente en banda. El Gobierno no puede dejar a la gente sin un convenio. ¿Para qué vamos a negociar si el aumento tiene que ser de 1%? Que lo pongan por decreto. Nunca discutimos un convenio en libertad. Siempre dispuso el ministro de Economía. Que no nos homologuen el acuerdo es una aberración.

-¿Le alcanza al Gobierno solo con controlar la inflación?

-Es lo que está en juego. No soy un gran economista, pero después de muchos años de discutir salarios algunas cosas me enseñaron. No se puede emitir más dinero. La maquinita no funciona más. De esto no tiene la culpa Milei. El peronismo tiene que aprender.

-¿Se siente hoy parte del peronismo?

-Sí, por eso estoy planteando algunas cosas. Acá en el gremio estoy planteando hace rato lo del fondo indemnizatorio porque es importante para las pymes. Hay multas innecesarias en los juicios.

-¿Qué otra cosa reformaría de la legislación laboral?

-Las indemnizaciones. No es que gane menos, sino evitar los sobrecostos de los juicios laborales. Hay que limpiarlo totalmente. Así no habrá excusas para contratar. También hay que arreglar el sistema jubilatorio. Para salir de todas estas contradicciones que tenemos con Milei habría que avanzar en una suerte de Pacto de la Moncloa para evitar la confrontación. Cuando Milei dice sobre Ushuaia que le importa un carajo, me pregunto qué hacemos con los 7000 tipos que trabajan ahí. ¿Los tiramos al estrecho de Magallanes? Hay que conversar, qué vamos a hacer con la fábrica, qué va a pasar con la gente. Es un gobierno insensible. Es una lástima. Porque Milei es un tipo que sabe de economía. En vez de hacer docencia, incluso con nosotros. Siempre que tenemos un problema recurrimos al préstamo del Fondo Monetario Internacional. Hace más de 30 años que pasa.

-¿Qué autocrítica hace usted como referente del movimiento obrero en este tiempo?

-No tener un pensamiento independiente de nuestra identidad ideológica. Por apoyar al peronismo nunca hicimos lo que teníamos que hacer. Había que revisar la legislación laboral. Hay que dar un paso adelante. Pero esto no se puede hacer desde el gobierno por la fuerza, por decreto, ni mandando al carajo a la gente o enemistándose con el periodismo o con todos los que te critican. La democracia es otra forma de vida. A Milei da la sensación que solo le interesan las leyes económicas. Parece que ignora la Constitución y la pasa por encima. A la gente le está pasando algo y no tiene el enamoramiento que tuvo de entrada.

-¿Usted dice que Milei perdió apoyo?

-Ya la gente no está dispuesta a ir hasta el final con Milei, perdió el enamoramiento. Se acabó la luna de miel. Pero nosotros tampoco podemos volver con las cosas del pasado. Cuando dicen que a los dirigentes sindicales no nos quieren. Acá dentro nos quieren todos. Yo hago una asamblea y vienen 5000 personas que cobran 1.000.000 pesos por mes y que no están pendientes del blanqueo que hicieron ahora por el narco dólar. Es un blanqueo que cualquiera que vende falopa puede poner la plata. Son cosas que la gente está mirando. La gente está quieta porque no tiene alternativa política.

-¿Por qué endureció su postura con el Gobierno?

-No estoy más duro. Estoy más crítico porque me estoy dando cuenta que el Milei conocimos, el que acompañó la gente hace un año, no es el mismo Milei de ahora. El que castigaba a la casta, que decía que todos los políticos eran unos atorrantes. Lo de ficha limpia corrió un telón. Tuvo que recurrir a la casta para que le salven un problema y tener a la adversaria que él quiere. Hasta eligió la adversaria para las elecciones que viene: Cristina seguro que se va a presentar y que va a ser candidata. Milei va a negociar con toda la dirigencia política para que ella sea candidata. Le resulta más cómodo que enfrentar a otro dirigente político, que por ahora no lo hay.

-Es curioso escuchar a un sindicalista hablar de ficha limpia teniendo en cuenta el descrédito que tienen en la sociedad…

-Pero ficha limpia era como un bálsamo, como reconocer que los que llegan tienen que ser lo más puro posible.

-Traslado ficha limpia al mundo sindical: ¿usted estaría de acuerdo con que los dirigentes presenten declaración jurada de bienes?

-Por supuesto que sí. No se puede negar esa cosa. Uno tiene que dar el máximo de honestidad y tener procedimientos democráticos para manejarse. Yo veo en Milei eso, que se está degradando. Se está viniendo cada vez menos, no sé si diría menos democrático. Pero sí con más violencia verbal. Y eso provoca violencia. Lo digo por experiencia. Muchos amigos terminaron mal. Por ejemplo, Smith [Oscar, exdirigente de Luz y Fuerza desaparecido en 1977, en dictadura militar].

Me estoy dando cuenta que el Milei conocimos, el que acompañó la gente hace un año, no es el mismo Milei de ahora. Lo de ficha limpia corrió un telón. Tuvo que recurrir a la casta para que le salven un problema y tener a la adversaria que él quiere: Cristina Kirchner

-¿El sindicalismo dejó de ser un factor de poder?

-No tenemos el poder de antes. Perdió poder primero por el desempleo y por el tema salarial. La gente no quiere perder el presentismo. Un día de huelga en nuestro sector es un 8% menos de salario. Es mucha plata. El dirigente debe pensar cuándo es el mejor momento para utilizar la herramienta más importante del movimiento obrero, que es la huelga. La finalidad es defender el bienestar de la gente. Hay que tener mucho cuidado. Nosotros no vamos a parar.

-¿Qué autocrítica hace del crecimiento del empleo informal?

-El desempleo es producto de la falta de inversión y de la crisis económica. También de la falta de relaciones con el mundo. No se puede tener al Fondo Monetario Internacional como salvaguarda de su calidad económica. En las asambleas me preguntan si se va a terminar la salud pública. La gente de abajo viene con una cultura del Estado importante. Les interesa la asistencia pública.

-La obra social de Comercio no es ajena a la crisis del sector sanitario…

-Tenemos 1.500.000 de trabajadores. La salud en la Argentina está en discusión. Salimos todos a la calle cuando quisieron privatizar la universidad, en la salud puede pasar lo mismo. El Gobierno debe convocar a todos los actores que tenemos que ver con el sistema sanitario.

-Usted habló con todos los presidentes desde el regreso a la democracia y hasta tuvo diálogo con los militares…

-A los militares les decía: ´Ustedes están locos, vamos a terminar mal, enfrentados´. No me equivoqué.

-¿A quién se lo dijo?

-A gente del poder militar. Ministros y civiles que había en esa época. Evidentemente pasó lo que pasó por la falta de diálogo y la falta de consenso.

-¿Encuentra alguna similitud de esa época con la actualidad?

-Algunos procedimientos. Por ejemplo, el enojo con el periodismo. Si el periodismo no es crítico, no existe. Está para abrirles los ojos a la gente y generar el debate público, la discrepancia. Pensar que el periodismo es el enemigo es algo muy traumático. Depende de la mentalidad de quién dirige. No se puede tratar a la gente como se trata.

-¿Qué le diría a Milei en caso de darse la oportunidad de un encuentro?

– Que cambie los métodos. Ser presidente no es lo mismo que ser economista. En política hace falta humanidad, buen trato y saber que es el primer magistrado, que merece respeto. Si esto se va carcomiendo, estamos yendo a un desfiladero muy corto. Así empezó la violencia, así empezó la violencia. Lo digo a los 88 años.

 El histórico jefe del Sindicato de Comercio cuestiona los métodos del Presidente y traza similitudes con la dictadura militar; dice que no hay libertad para negociar subas salariales  Read More