MÓNACO (de un enviado especial).- El tono de Franco Colapinto cuando recibió a los periodistas de la prensa no televisiva, tras quedar eliminado en la Q1 de la prueba de clasificación para el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, dejaba traslucir su desilusión. Había quedado 20ª, último por tiempo.
Disimulaba, pero trataba de ser sincero cuando daba su veredicto. “A mí, con la goma blanda, me costó mucho este fin de semana. Fue muy difícil manejarla; se sobrecalienta mucho. Siempre con la goma media me sentí muy cómodo. Hice una vuelta limpia con la goma media, un tiempo casi mejor que con la blanda. No está siendo el fin de semana que esperábamos… El auto, por ahora, no nos está dando la confianza para empujar. Después de la curva cinco patinamos, perdemos el balance del auto y comenzamos a tener mucho ‘oversteering’ (deslizamiento excesivo del eje trasero), perdemos el balance del auto y no traccionamos, no salimos de las curvas lentas. No pusimos el auto en la ventana correcta. El auto va bien, solo que aquí no encontramos el balance correcto y a mí en especial me cuesta sacar las vueltas”, monologaba, lejos de esas respuestas chispeantes que suelen ocurrírsele. No tenía motivos para estar contento, aquí y ahora.
Suspiró, miró para arriba y hacia un costado cuando le preguntaron si será difícil pasar autos en la carrera: “¿Va a ser difícil? ¡Imposible! Por eso la estrategia tendrá que ser buena y pegarle (acertar de lleno) en lo que hacemos”, respondió.
Colapinto mostró sobradas veces que la diferencia que puede tener con un piloto como Pierre Gasly es bastante menor que las 603 milésimas que le separaron este sábado de su compañero. Sabiendo que tanto él como el francés iban a quedar muy posiblemente eliminados en la Q3, lo que se hizo evidente tras la FP3 de la mañana, de poco hubiese servido acercarse un par de décimas más a su vara de medir porque, ante todo, había que sobrevivir en las tramposas curvas de Montecarlo. Lo consiguió. Otros, con distintas consecuencias, se vieron sorprendidos. No solo Lewis Hamilton en la FP3, sino también Andrea Kimi Antonelli, quien tuvo un encontronazo con las vallas este sábado, el frontal del McLaren que rompió Oscar Piastri el viernes.
Poco había para estar satisfechos dentro del equipo Alpine, con Pierre Gasly, 18º por tiempo, y con Franco, 20º según el cronómetro.
La carrera del glamour y James Bond
El prestigioso actor estadounidense Patrick Dempsey, que es además un experto piloto en carreras de resistencia, fue de los más fotografiados en el paddock del GP de Mónaco. Además de interpretar al recordado piloto Piero Taruffi en la reciente película sobre Enzo Ferrari y haber corrido en las 24 Horas de Le Mans, Patrick frecuenta varios grandes premios al año.
Contó que siempre le impresiona descender desde la autovía A8 francesa por la Moyenne Corniche hacia la ciudad de los millonarios (como él). Disfrutó una vez más del impresionante paisaje que tiene como fondo allá abajo el Mediterráneo, con destellos plateados a la mañana temprano.
Para los periodistas argentinos más veteranos, ese descenso trae memorias de la victoria de Carlos Reutemann en 1980. Y mientras se conduce con total tranquilidad y prudencia, daba tiempo también para pensar cómo le iba a ir a Colapinto. ¿Qué pasaría por su mente?
Ya en las dos sesiones del viernes fue evidente que el pilarense había recibido una orden expresa de su patrón, Flavio Briatore: “Vuelve con el auto intacto”. Cumplió a rajatabla dejando muchos márgenes con los guardrails y pasando por las dos asesinas chicanas del circuito 10 km/h más despacio de lo que podría.
Pero el sábado iba a quedar en claro que el A525 parece ineficaz en pistas lentas. Un ejemplo: el experimentado Gasly no había podido el viernes lucirse, quedando 17º, uno de los rendimientos más bajos del año. Franco fue uno de los primeros en salir a la pista el sábado. Sol tímido con pocas nubes en el horizonte y la temperatura oscilando en torno a los 21º. Casi todos los equipos hicieron uso extenso del calzado blando, y tanto Gasly como Colapinto se dedicaron a hacer tandas largas de referencia con esa goma.
Gasly no estaba a gusto con el agarre mecánico de su coche y, al promediar la sesión, entró para que hicieran cambios en las inclinaciones estáticas de las ruedas (combas). Cuando volvió a pista, iba a lograr su mejor tiempo, aunque nada entusiasmante: 1m12,184s.
Tanto él como Colapinto se encontraron varias veces con tráfico en sus tandas. Colapinto fue ajustando las trayectorias. Tenía que arrimarse a los muros, comprobar hasta dónde iban estos a aceptar la caricia de sus neumáticos. Llegó a rozar las paredes. Entró por prudencia a boxes, desmontaron las cubiertas y comprobaron que nada estuviera a punto de romperse, y volvió a salir.
Faltando en torno a 15 minutos para el final, lograba su mejor tiempo de la FP3: 1m12,851s, quedando a 1,898s del más rápido, Charles Leclerc, y a 0,657s de Gasly en la 14ª posición. Había que esperar la prueba de clasificación con esperanzas de conseguir alguna mejoría.
Una clasificación que no cambió los humores
También la esperaba, aunque con caras de circunstancia, Flavio Briatore, quien entre la FP3 y la prueba de clasificación se paseó por el pit lane junto a Luca De Meo. Este último, director general del grupo Renault, está vigilando de cerca lo que pasa entre bambalinas en el equipo sobre el que tiene el último control, no solo con los pilotos, sino también sobre las decisiones estratégicas.
Se situó Leclerc primero en la fila, con Gasly a continuación y Colapinto detrás. El pilarense estaba aliviado porque la investigación de la FIA por haber adelantado a Lance Stroll cuando se decretó una bandera roja por el accidente de Lewis Hamilton en la FP3 determinó que era inocente. La telemetría señaló que había levantado mucho el pie del acelerador y la cámara embarcada mostró que había pasado a Stroll para no chocarlo.
Justamente, por querer iniciar una maniobra de evasión de coches muy lentos, fue que Hamilton chocó contra la barrera exterior de la curva de Massenet, la que da al mítico Hôtel de Paris, situado a un lateral del Casino, allí donde siempre juega al bacará el fantasma de otro piloto talentoso en el celuloide: James Bond.
Ambos Alpine arrancaron la Q1 con neumáticos medios. Colapinto había declarado el viernes que los neumáticos medios le daban más confianza, aunque perdieran por una décima o décima y media contra los blandos. Los medios apuntaban mejor en los cambios de dirección, pero los blandos podían adherirse mejor una vez que el coche se apoyaba en el medio de la curva. Esa era la disyuntiva: ¿con cuál buscar el mejor tiempo? Si los blandos podían ser la respuesta correcta para los mejores autos—los McLaren, el Red Bull de Verstappen y la Ferrari de Charles Leclerc—cualquier inestabilidad en la respuesta afectaba más a un coche con escaso agarre mecánico como el Alpine que a los candidatos a la pole.
Que los A525 para nada estaban a gusto en los vericuetos de Montecarlo quedó claramente evidenciado: al final de la Q1, mientras Franco podía señalar un tiempo de 1m12,597s, que le valdría la 20ª posición, su compañero Gasly giraba en 1m11,994s para quedar 18º. Y ambos quedaban eliminados, junto con Oliver Bearman, Gabriele Bortoleto y Lance Stroll. Escaso consuelo: debido a las penalizaciones aplicadas a Bearman y Stroll, Gasly partirá desde la 17ª posición y Colapinto desde la 18ª.
Y como dijera Colapinto en la entrevista tras la clasificación, habrá que acertar muy bien en la estrategia para salir de Mónaco con, aunque sea, media sonrisa.
Colaboración: Orlando Ríos
MÓNACO (de un enviado especial).- El tono de Franco Colapinto cuando recibió a los periodistas de la prensa no televisiva, tras quedar eliminado en la Q1 de la prueba de clasificación para el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, dejaba traslucir su desilusión. Había quedado 20ª, último por tiempo.
Disimulaba, pero trataba de ser sincero cuando daba su veredicto. “A mí, con la goma blanda, me costó mucho este fin de semana. Fue muy difícil manejarla; se sobrecalienta mucho. Siempre con la goma media me sentí muy cómodo. Hice una vuelta limpia con la goma media, un tiempo casi mejor que con la blanda. No está siendo el fin de semana que esperábamos… El auto, por ahora, no nos está dando la confianza para empujar. Después de la curva cinco patinamos, perdemos el balance del auto y comenzamos a tener mucho ‘oversteering’ (deslizamiento excesivo del eje trasero), perdemos el balance del auto y no traccionamos, no salimos de las curvas lentas. No pusimos el auto en la ventana correcta. El auto va bien, solo que aquí no encontramos el balance correcto y a mí en especial me cuesta sacar las vueltas”, monologaba, lejos de esas respuestas chispeantes que suelen ocurrírsele. No tenía motivos para estar contento, aquí y ahora.
Suspiró, miró para arriba y hacia un costado cuando le preguntaron si será difícil pasar autos en la carrera: “¿Va a ser difícil? ¡Imposible! Por eso la estrategia tendrá que ser buena y pegarle (acertar de lleno) en lo que hacemos”, respondió.
Colapinto mostró sobradas veces que la diferencia que puede tener con un piloto como Pierre Gasly es bastante menor que las 603 milésimas que le separaron este sábado de su compañero. Sabiendo que tanto él como el francés iban a quedar muy posiblemente eliminados en la Q3, lo que se hizo evidente tras la FP3 de la mañana, de poco hubiese servido acercarse un par de décimas más a su vara de medir porque, ante todo, había que sobrevivir en las tramposas curvas de Montecarlo. Lo consiguió. Otros, con distintas consecuencias, se vieron sorprendidos. No solo Lewis Hamilton en la FP3, sino también Andrea Kimi Antonelli, quien tuvo un encontronazo con las vallas este sábado, el frontal del McLaren que rompió Oscar Piastri el viernes.
Poco había para estar satisfechos dentro del equipo Alpine, con Pierre Gasly, 18º por tiempo, y con Franco, 20º según el cronómetro.
La carrera del glamour y James Bond
El prestigioso actor estadounidense Patrick Dempsey, que es además un experto piloto en carreras de resistencia, fue de los más fotografiados en el paddock del GP de Mónaco. Además de interpretar al recordado piloto Piero Taruffi en la reciente película sobre Enzo Ferrari y haber corrido en las 24 Horas de Le Mans, Patrick frecuenta varios grandes premios al año.
Contó que siempre le impresiona descender desde la autovía A8 francesa por la Moyenne Corniche hacia la ciudad de los millonarios (como él). Disfrutó una vez más del impresionante paisaje que tiene como fondo allá abajo el Mediterráneo, con destellos plateados a la mañana temprano.
Para los periodistas argentinos más veteranos, ese descenso trae memorias de la victoria de Carlos Reutemann en 1980. Y mientras se conduce con total tranquilidad y prudencia, daba tiempo también para pensar cómo le iba a ir a Colapinto. ¿Qué pasaría por su mente?
Ya en las dos sesiones del viernes fue evidente que el pilarense había recibido una orden expresa de su patrón, Flavio Briatore: “Vuelve con el auto intacto”. Cumplió a rajatabla dejando muchos márgenes con los guardrails y pasando por las dos asesinas chicanas del circuito 10 km/h más despacio de lo que podría.
Pero el sábado iba a quedar en claro que el A525 parece ineficaz en pistas lentas. Un ejemplo: el experimentado Gasly no había podido el viernes lucirse, quedando 17º, uno de los rendimientos más bajos del año. Franco fue uno de los primeros en salir a la pista el sábado. Sol tímido con pocas nubes en el horizonte y la temperatura oscilando en torno a los 21º. Casi todos los equipos hicieron uso extenso del calzado blando, y tanto Gasly como Colapinto se dedicaron a hacer tandas largas de referencia con esa goma.
Gasly no estaba a gusto con el agarre mecánico de su coche y, al promediar la sesión, entró para que hicieran cambios en las inclinaciones estáticas de las ruedas (combas). Cuando volvió a pista, iba a lograr su mejor tiempo, aunque nada entusiasmante: 1m12,184s.
Tanto él como Colapinto se encontraron varias veces con tráfico en sus tandas. Colapinto fue ajustando las trayectorias. Tenía que arrimarse a los muros, comprobar hasta dónde iban estos a aceptar la caricia de sus neumáticos. Llegó a rozar las paredes. Entró por prudencia a boxes, desmontaron las cubiertas y comprobaron que nada estuviera a punto de romperse, y volvió a salir.
Faltando en torno a 15 minutos para el final, lograba su mejor tiempo de la FP3: 1m12,851s, quedando a 1,898s del más rápido, Charles Leclerc, y a 0,657s de Gasly en la 14ª posición. Había que esperar la prueba de clasificación con esperanzas de conseguir alguna mejoría.
Una clasificación que no cambió los humores
También la esperaba, aunque con caras de circunstancia, Flavio Briatore, quien entre la FP3 y la prueba de clasificación se paseó por el pit lane junto a Luca De Meo. Este último, director general del grupo Renault, está vigilando de cerca lo que pasa entre bambalinas en el equipo sobre el que tiene el último control, no solo con los pilotos, sino también sobre las decisiones estratégicas.
Se situó Leclerc primero en la fila, con Gasly a continuación y Colapinto detrás. El pilarense estaba aliviado porque la investigación de la FIA por haber adelantado a Lance Stroll cuando se decretó una bandera roja por el accidente de Lewis Hamilton en la FP3 determinó que era inocente. La telemetría señaló que había levantado mucho el pie del acelerador y la cámara embarcada mostró que había pasado a Stroll para no chocarlo.
Justamente, por querer iniciar una maniobra de evasión de coches muy lentos, fue que Hamilton chocó contra la barrera exterior de la curva de Massenet, la que da al mítico Hôtel de Paris, situado a un lateral del Casino, allí donde siempre juega al bacará el fantasma de otro piloto talentoso en el celuloide: James Bond.
Ambos Alpine arrancaron la Q1 con neumáticos medios. Colapinto había declarado el viernes que los neumáticos medios le daban más confianza, aunque perdieran por una décima o décima y media contra los blandos. Los medios apuntaban mejor en los cambios de dirección, pero los blandos podían adherirse mejor una vez que el coche se apoyaba en el medio de la curva. Esa era la disyuntiva: ¿con cuál buscar el mejor tiempo? Si los blandos podían ser la respuesta correcta para los mejores autos—los McLaren, el Red Bull de Verstappen y la Ferrari de Charles Leclerc—cualquier inestabilidad en la respuesta afectaba más a un coche con escaso agarre mecánico como el Alpine que a los candidatos a la pole.
Que los A525 para nada estaban a gusto en los vericuetos de Montecarlo quedó claramente evidenciado: al final de la Q1, mientras Franco podía señalar un tiempo de 1m12,597s, que le valdría la 20ª posición, su compañero Gasly giraba en 1m11,994s para quedar 18º. Y ambos quedaban eliminados, junto con Oliver Bearman, Gabriele Bortoleto y Lance Stroll. Escaso consuelo: debido a las penalizaciones aplicadas a Bearman y Stroll, Gasly partirá desde la 17ª posición y Colapinto desde la 18ª.
Y como dijera Colapinto en la entrevista tras la clasificación, habrá que acertar muy bien en la estrategia para salir de Mónaco con, aunque sea, media sonrisa.
Colaboración: Orlando Ríos
El piloto argentino hizo el peor tiempo en la clasificación, con evidentes problemas de la escudería para adaptar sus autos al trazado; por una doble sanción a otros pilotos, largará la carrera desde la posición 18 Read More