En medio de la batalla cultural, el Instituto Nacional del Teatro debate su futuro

En sus 27 años de vida, el Instituto Nacional del Teatro (INT) -organismo de eminente carácter federal destinado a promover la escena independiente que fue creado por la Ley 24.800- ha transitado por diversas crisis internas, batallas ganadas, ampliación de sus líneas de subsidios, una pandemia que trastocó el sentido común, un intento fallido de modificar su funcionamiento interno durante la presidencia de Eduardo Duhalde y más. También ha publicado libros fundamentales para la actividad y cumplido con el rito anual de realizar un festival en el que convivieron artistas escénicos de todos el país en una misma ciudad o pueblo provincial.

En ese recorrido histórico, el decreto publicado el pasado jueves 22 de mayo por el gobierno de Javier Milei -y que había adelantado el miércoles el vocero presidencial Manuel Adorni– marca un antes y un después en este organismo clave para el entramado del teatro de la escena independiente.

En el marco del “cierre, la centralización y la fusión de organismos” dependientes de la Secretaría Cultura de la Nación, el Gobierno planea convertir al INT en una dependencia centralizada, lo cual haría que pierda su autonomía. El hecho generó el inmediato rechazo de entidades ligadas a la actividad teatral, como Artei o la Asociación Argentina de Actores o Argentores, entre tantas otras voces.

La publicación en el Boletín Oficial del decreto 345/2025 aporta nuevos datos (e incertidumbres) sobre el futuro del organismo. Para justificar el nuevo funcionamiento del INT, el decreto toma como base un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) de octubre de 2023. Éste llega a la conclusión de que los sistemas de control interno del INT “son débiles, en la medida en que presentan falencias que afectan a sus principales operaciones”, que requieren de medidas correctivas debido al “escaso volumen de rendiciones de subsidios recibidos y su limitado análisis por parte del área competente”.

Además se hace mención a los subsidios otorgados por el Plan Podestá en plena pandemia que estuvieron destinados tanto a salas como a grupos y que incluyeron incentivos para la vuelta a la actividad luego de la etapa más dura del Covid. En aquella oportunidad se destinaron 75 millones de pesos que fueron a parar a unos 1500 beneficiarios. Según la Sigen, en el informe que cita el decreto, solamente el 46% del total fueron rendidos correctamente.

Si se toma el último informe del organismo de control del Poder Ejecutivo, de mayo de este año, el porcentaje de las rendiciones completadas durante todo el registro de 2022, que incluye al Plan Podestá, llega al 92%. En ese mismo informe se detallan los montos de los subsidios que no se tramitaron por motivos ajenos al organismo: los beneficiarios que renunciaron, solicitaron prórroga o devolución y los que aún se encuentran en plazo para rendir como los inhabilitados. Lo cual marca un contrapunto muy notorio entre ambos informes.

“La autarquía funcional del INT no es un requisito indispensable para el cumplimiento de sus objetivos institucionales -asegura el decreto- y, además, se evidenció una gestión deficiente en la administración y el control de los recursos públicos que pudo haberse visto favorecida en virtud del mayor grado de autonomía derivado de la descentralización del organismo”.

Con base en los datos de la Sigen de aquel informe de 2023, el decreto especifica que “deviene necesario transformar el INT en una unidad organizativa de la Secretaría de Cultura de la Nación y, por ende, corresponde disolver su Consejo de Dirección”. Por ley, dicho consejo está conformado por representantes regionales y provinciales elegidos por concurso.

En función de este panorama trazado es que el Gobierno decide crear un “Consejo Asesor con carácter ad honorem que se integrará con un representante del quehacer teatral por cada una de las regiones, que asesorará con carácter no vinculante a la unidad organizativa a crearse en función de lo dispuesto en el considerando precedente”. Según adelantó Adorni, el INT será dirigido por Federico Brunetti, quien como actor y cantante fue parte de diversas producciones de la dupla conformada por Pepe Cibrián y Ángel Mahler, que contaron con producción del actual secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli.

En el artículo 16 del decreto antedicho se especifica que los órganos y organismos alcanzados por esta nueva normativa mantendrán a sus directivos hasta que se aprueben las próximas estructuras. El nuevo organigrama del Instituto Nacional del Teatro entraría en vigencia en unos 15 días hábiles cuando salga publicado un nuevo decreto con su estructura.

Desacuerdo

En medio de este tiempo entre la actual y la nueva estructura, como estaba previsto con anterioridad, se reunió el Consejo de Dirección del INT que expresó su total desacuerdo con las medidas anunciadas. Del encuentro también participó Mariano Stolkiner, el actual director ejecutivo del organismo.

“El Consejo de Dirección expresa su completo desacuerdo respecto de los términos del decreto 345/2025, el cual genera una reforma estructural integral del Instituto Nacional del Teatro, anulando en los hechos la vigencia de la Ley Nº 24.800. La medida elimina los aspectos troncales de la norma votada por unanimidad en el año 1997, cuya implementación significó a lo largo de 27 años un desarrollo cuantitativo y cualitativo innegable del teatro independiente en todo el territorio nacional”, señala el texto consensuado.

En paralelo, Rubens Correa, Raúl Brambilla, Guillermo Parodi, Marcelo Allasino y Gustavo Uano (todos exdirectores ejecutivos del INT durante diversos gobiernos nacionales) manifestaron su repudio al contenido del decreto. “Estas medidas no solo implican la desfinanciación del sector y la paralización de su actividad sino, también, una enorme pérdida de fuentes de trabajo en todo el país. Consideramos que se trata de un nuevo y grave ataque a la cultura nacional, a nuestra identidad y a los valores de inclusión, diversidad y acceso que el teatro independiente encarna”, sostienen quienes en otros momento estuvieron cargo del INT.

Otros tiempos

En abril de 1997 no se hablaba de batalla cultural. La capacidad de lucha y de organización de los creadores teatrales organizados fueron lo que posibilitaron la promulgación de la Ley 24.800 que, en uno de sus artículos, estipulaba la creación del Instituto Nacional del Teatro, hecho que se concretó al año siguiente. En aquel momento histórico, cuando se aprobó la norma, estuvieron en el Senado de la Nación varias figuras capitales del teatro argentino, como Alejandra Boero, María Rosa Gallo, Alberto Segado, Osvaldo Bonet, Pepe Soriano, Juan Carlos Gené y Lito Cruz, quien al que al poco tiempo fue designado como el primer director ejecutivo del INT.

En medio de una jornada de festejos, el recordado actor Pepe Soriano se refirió al desafío que se abría. “Durante estos 50 años de espera hemos protestado y luchado tanto […]. Ahora, poner la rueda en marcha va a ser muy duro. Los interrogantes se abrieron: hay una zona maligna en cada individuo. Hay que ver si esa zona maligna alcanza a perjudicar el funcionamiento de una Ley. Hablo de los intereses personales y mezquinos”, alertó el desaparecido actor.

Su amigo y compañero de tantas batallas, Juan Carlos Gené, agregó en aquella oportunidad: “Creo que tenemos que ser nosotros, la gente de teatro, los que tenemos que estar muy atentos y vigilantes para que [el INT] no se desvíe de los verdaderos y originales objetivos y preste un servicio al teatro del país”.

En el actual escenario, a casi 30 años de aquello, las entidades ligadas a la actividad teatral están en estado de asamblea definiendo un plan de lucha, como posibles acciones legales para frenar la iniciativa del Poder Ejecutivo.

En sus 27 años de vida, el Instituto Nacional del Teatro (INT) -organismo de eminente carácter federal destinado a promover la escena independiente que fue creado por la Ley 24.800- ha transitado por diversas crisis internas, batallas ganadas, ampliación de sus líneas de subsidios, una pandemia que trastocó el sentido común, un intento fallido de modificar su funcionamiento interno durante la presidencia de Eduardo Duhalde y más. También ha publicado libros fundamentales para la actividad y cumplido con el rito anual de realizar un festival en el que convivieron artistas escénicos de todos el país en una misma ciudad o pueblo provincial.

En ese recorrido histórico, el decreto publicado el pasado jueves 22 de mayo por el gobierno de Javier Milei -y que había adelantado el miércoles el vocero presidencial Manuel Adorni– marca un antes y un después en este organismo clave para el entramado del teatro de la escena independiente.

En el marco del “cierre, la centralización y la fusión de organismos” dependientes de la Secretaría Cultura de la Nación, el Gobierno planea convertir al INT en una dependencia centralizada, lo cual haría que pierda su autonomía. El hecho generó el inmediato rechazo de entidades ligadas a la actividad teatral, como Artei o la Asociación Argentina de Actores o Argentores, entre tantas otras voces.

La publicación en el Boletín Oficial del decreto 345/2025 aporta nuevos datos (e incertidumbres) sobre el futuro del organismo. Para justificar el nuevo funcionamiento del INT, el decreto toma como base un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) de octubre de 2023. Éste llega a la conclusión de que los sistemas de control interno del INT “son débiles, en la medida en que presentan falencias que afectan a sus principales operaciones”, que requieren de medidas correctivas debido al “escaso volumen de rendiciones de subsidios recibidos y su limitado análisis por parte del área competente”.

Además se hace mención a los subsidios otorgados por el Plan Podestá en plena pandemia que estuvieron destinados tanto a salas como a grupos y que incluyeron incentivos para la vuelta a la actividad luego de la etapa más dura del Covid. En aquella oportunidad se destinaron 75 millones de pesos que fueron a parar a unos 1500 beneficiarios. Según la Sigen, en el informe que cita el decreto, solamente el 46% del total fueron rendidos correctamente.

Si se toma el último informe del organismo de control del Poder Ejecutivo, de mayo de este año, el porcentaje de las rendiciones completadas durante todo el registro de 2022, que incluye al Plan Podestá, llega al 92%. En ese mismo informe se detallan los montos de los subsidios que no se tramitaron por motivos ajenos al organismo: los beneficiarios que renunciaron, solicitaron prórroga o devolución y los que aún se encuentran en plazo para rendir como los inhabilitados. Lo cual marca un contrapunto muy notorio entre ambos informes.

“La autarquía funcional del INT no es un requisito indispensable para el cumplimiento de sus objetivos institucionales -asegura el decreto- y, además, se evidenció una gestión deficiente en la administración y el control de los recursos públicos que pudo haberse visto favorecida en virtud del mayor grado de autonomía derivado de la descentralización del organismo”.

Con base en los datos de la Sigen de aquel informe de 2023, el decreto especifica que “deviene necesario transformar el INT en una unidad organizativa de la Secretaría de Cultura de la Nación y, por ende, corresponde disolver su Consejo de Dirección”. Por ley, dicho consejo está conformado por representantes regionales y provinciales elegidos por concurso.

En función de este panorama trazado es que el Gobierno decide crear un “Consejo Asesor con carácter ad honorem que se integrará con un representante del quehacer teatral por cada una de las regiones, que asesorará con carácter no vinculante a la unidad organizativa a crearse en función de lo dispuesto en el considerando precedente”. Según adelantó Adorni, el INT será dirigido por Federico Brunetti, quien como actor y cantante fue parte de diversas producciones de la dupla conformada por Pepe Cibrián y Ángel Mahler, que contaron con producción del actual secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli.

En el artículo 16 del decreto antedicho se especifica que los órganos y organismos alcanzados por esta nueva normativa mantendrán a sus directivos hasta que se aprueben las próximas estructuras. El nuevo organigrama del Instituto Nacional del Teatro entraría en vigencia en unos 15 días hábiles cuando salga publicado un nuevo decreto con su estructura.

Desacuerdo

En medio de este tiempo entre la actual y la nueva estructura, como estaba previsto con anterioridad, se reunió el Consejo de Dirección del INT que expresó su total desacuerdo con las medidas anunciadas. Del encuentro también participó Mariano Stolkiner, el actual director ejecutivo del organismo.

“El Consejo de Dirección expresa su completo desacuerdo respecto de los términos del decreto 345/2025, el cual genera una reforma estructural integral del Instituto Nacional del Teatro, anulando en los hechos la vigencia de la Ley Nº 24.800. La medida elimina los aspectos troncales de la norma votada por unanimidad en el año 1997, cuya implementación significó a lo largo de 27 años un desarrollo cuantitativo y cualitativo innegable del teatro independiente en todo el territorio nacional”, señala el texto consensuado.

En paralelo, Rubens Correa, Raúl Brambilla, Guillermo Parodi, Marcelo Allasino y Gustavo Uano (todos exdirectores ejecutivos del INT durante diversos gobiernos nacionales) manifestaron su repudio al contenido del decreto. “Estas medidas no solo implican la desfinanciación del sector y la paralización de su actividad sino, también, una enorme pérdida de fuentes de trabajo en todo el país. Consideramos que se trata de un nuevo y grave ataque a la cultura nacional, a nuestra identidad y a los valores de inclusión, diversidad y acceso que el teatro independiente encarna”, sostienen quienes en otros momento estuvieron cargo del INT.

Otros tiempos

En abril de 1997 no se hablaba de batalla cultural. La capacidad de lucha y de organización de los creadores teatrales organizados fueron lo que posibilitaron la promulgación de la Ley 24.800 que, en uno de sus artículos, estipulaba la creación del Instituto Nacional del Teatro, hecho que se concretó al año siguiente. En aquel momento histórico, cuando se aprobó la norma, estuvieron en el Senado de la Nación varias figuras capitales del teatro argentino, como Alejandra Boero, María Rosa Gallo, Alberto Segado, Osvaldo Bonet, Pepe Soriano, Juan Carlos Gené y Lito Cruz, quien al que al poco tiempo fue designado como el primer director ejecutivo del INT.

En medio de una jornada de festejos, el recordado actor Pepe Soriano se refirió al desafío que se abría. “Durante estos 50 años de espera hemos protestado y luchado tanto […]. Ahora, poner la rueda en marcha va a ser muy duro. Los interrogantes se abrieron: hay una zona maligna en cada individuo. Hay que ver si esa zona maligna alcanza a perjudicar el funcionamiento de una Ley. Hablo de los intereses personales y mezquinos”, alertó el desaparecido actor.

Su amigo y compañero de tantas batallas, Juan Carlos Gené, agregó en aquella oportunidad: “Creo que tenemos que ser nosotros, la gente de teatro, los que tenemos que estar muy atentos y vigilantes para que [el INT] no se desvíe de los verdaderos y originales objetivos y preste un servicio al teatro del país”.

En el actual escenario, a casi 30 años de aquello, las entidades ligadas a la actividad teatral están en estado de asamblea definiendo un plan de lucha, como posibles acciones legales para frenar la iniciativa del Poder Ejecutivo.

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