Enzo Fernández, el jugador que revirtió la relación con el vestuario y ganó la Conference League

Con 121 millones de euros, la venta de Enzo Fernández de Benfica a Chelsea se convirtió en el pase más caro de la historia de un futbolista argentino. La Copa del Mundo que la selección ganó en Qatar, en 2022, revolucionó el mercado y el volante, que resultó una de las últimas apuestas del director técnico Lionel Scaloni, utilizó la conquista como una vidriera: la premiación colectiva tuvo también una medalla individual, al consagrarse el mejor jugador joven del campeonato.

Llegó a Stamford Bridge y en un parpadeo se erigió en líder, un capitán en la cancha y referente de un vestuario que recibió múltiples burlas, después de que se invirtieran más de 1000 millones y el equipo apenas lograra saltar del duodécimo puesto al sexto de la Premier League, entre la temporada 2022/23 y 2023/24.

Enzo nunca se detuvo en esas críticas, algunas despiadadas, porque el ADN competitivo le impide enfrascarse en esos ataques. En el Stadion Miejski, de Polonia, con una bandera argentina atada a la cintura y con el trofeo de la Conference League en sus manos agitó a sus compañeros a desatar la fiesta, tras aplastar por 4 a 1 a Betis, un resultado impensado cuando los equipos se marcharon al entretiempo a los vestuarios y los sevillanos estaban arriba en el marcador. La alegría, el festejo, nuevamente era propiedad de los Blues, el primer equipo en alzar las tres copas de la UEFA: Champions League, Europa League y Conference League.

No fue fácil el camino de Enzo Fernández, que se enredó en un video que desató una polémica y habilitó la apertura de un expediente por cánticos racistas, después de una celebración en el vestuario de la selección tras ganar la Copa América 2024.

El recuerdo del origen de algunos futbolistas franceses fue el eje de la discusión; el futbolista pidió disculpas, pero sus propios compañeros en Stamford Bridge no las aceptaron y hasta dejaron de seguirlo en redes sociales. De la justificación verbal pasó a la acción y donó dinero a una asociación contra el racismo, una actividad que empujó a Chelsea a desestimar un castigo; la FA, la Asociación Inglesa de Fútbol, archivó el sumario.

El líder debía reconquistar al resto y fue el entrenador quien ayudó a cumplir la tarea. Enzo Maresca respaldó al jugador ciñéndole la cinta de capitán, un apoyo y una señal para el grupo. El referente respondió, enseñó jerarquía futbolística y también que es guía en el vestuario, sin la pelota.

Empujó al plantel a ensayar una reacción en las últimas jornadas de la Premier League que permitió clasificarse a la próxima Champions League; con la mirada en el Mundial de Clubes, donde compartirá la zona con Flamengo (Brasil), Esperance de Tunis (Túnez) y el ganador del duelo entre América (México) y Los Ángeles FC, que se disputará el sábado.

La Conference League es la tercera competencia en relevancia de la UEFA, un torneo al que Chelsea fue midiendo su valor con el tiempo. Lejos de pulsear por el título de la Premier League, terminó a 15 unidades del campeón Liverpool, el entrenador italiano Maresca repartía los esfuerzos: eliminado por Brighton en la cuarta ronda de la FA Cup y por Newcastle en los cuartos de final de la Carabao Cup, sumar una estrella se convertía en un reto para un plantel que por jerarquía era favorito en cada duelo: Servette (Suiza), Gent (Bélgica), Panathinaikos (Grecia), Noah (Armenia), Heidenheim (Alemania), Astana (Kazajistán), Shamrock Rovers (Irlanda), Kobenhanv (Dinamarca), Legia Varsovia (Polonia) y Djurgardens (Suecia), los diez rivales que tuvo en el camino hasta la final con Betis. Enzo apenas jugó seis de la decena de juegos, porque el DT necesitaba a sus futbolistas para atrapar una de las cinco plazas para la próxima Champions League.

La conquista de Chelsea en Polonia

El pronóstico de duelo argentino entre Enzo y Giovani Lo Celso no tuvo espacio en la cancha –el rosarino ingresó a falta de 10 minutos, con el resultado 3-1 a favor de Chelsea-; a esa altura, el capitán de los Blues tenía en su cuenta personal un gol, el del empate –convirtió en la posición de N°9- y era junto a Cole Palmer el artífice de la remontada.

El cambio de actitud posibilitó pasar de un primer tiempo sin rumbo ni disposición, a un segundo capítulo arrollador: en menos de media hora, Chelsea pasó de dominado a dominador absoluto. “En la primera mitad estuvimos muy incómodos: no ganábamos los segundos balones. Ajustamos algunas tuercas y cuando necesitamos frescura los que entraron hicieron diferencia. Es un lujo trabajar con estos chicos”, apuntó Enzo, que entre los cambios que adoptó en los últimos tiempos incorporó fisiatra, personal trainer, nutricionista y cocinero.

Gen ganador, Enzo Fernández está en el radar de Atlético Madrid y Real Madrid, aunque Chelsea extendió el contrato del volante hasta 2031 y no lo dejará escapar por menos de lo que pagó tras el Mundial de Qatar. El tiempo justificó el precio.

Con 121 millones de euros, la venta de Enzo Fernández de Benfica a Chelsea se convirtió en el pase más caro de la historia de un futbolista argentino. La Copa del Mundo que la selección ganó en Qatar, en 2022, revolucionó el mercado y el volante, que resultó una de las últimas apuestas del director técnico Lionel Scaloni, utilizó la conquista como una vidriera: la premiación colectiva tuvo también una medalla individual, al consagrarse el mejor jugador joven del campeonato.

Llegó a Stamford Bridge y en un parpadeo se erigió en líder, un capitán en la cancha y referente de un vestuario que recibió múltiples burlas, después de que se invirtieran más de 1000 millones y el equipo apenas lograra saltar del duodécimo puesto al sexto de la Premier League, entre la temporada 2022/23 y 2023/24.

Enzo nunca se detuvo en esas críticas, algunas despiadadas, porque el ADN competitivo le impide enfrascarse en esos ataques. En el Stadion Miejski, de Polonia, con una bandera argentina atada a la cintura y con el trofeo de la Conference League en sus manos agitó a sus compañeros a desatar la fiesta, tras aplastar por 4 a 1 a Betis, un resultado impensado cuando los equipos se marcharon al entretiempo a los vestuarios y los sevillanos estaban arriba en el marcador. La alegría, el festejo, nuevamente era propiedad de los Blues, el primer equipo en alzar las tres copas de la UEFA: Champions League, Europa League y Conference League.

No fue fácil el camino de Enzo Fernández, que se enredó en un video que desató una polémica y habilitó la apertura de un expediente por cánticos racistas, después de una celebración en el vestuario de la selección tras ganar la Copa América 2024.

El recuerdo del origen de algunos futbolistas franceses fue el eje de la discusión; el futbolista pidió disculpas, pero sus propios compañeros en Stamford Bridge no las aceptaron y hasta dejaron de seguirlo en redes sociales. De la justificación verbal pasó a la acción y donó dinero a una asociación contra el racismo, una actividad que empujó a Chelsea a desestimar un castigo; la FA, la Asociación Inglesa de Fútbol, archivó el sumario.

El líder debía reconquistar al resto y fue el entrenador quien ayudó a cumplir la tarea. Enzo Maresca respaldó al jugador ciñéndole la cinta de capitán, un apoyo y una señal para el grupo. El referente respondió, enseñó jerarquía futbolística y también que es guía en el vestuario, sin la pelota.

Empujó al plantel a ensayar una reacción en las últimas jornadas de la Premier League que permitió clasificarse a la próxima Champions League; con la mirada en el Mundial de Clubes, donde compartirá la zona con Flamengo (Brasil), Esperance de Tunis (Túnez) y el ganador del duelo entre América (México) y Los Ángeles FC, que se disputará el sábado.

La Conference League es la tercera competencia en relevancia de la UEFA, un torneo al que Chelsea fue midiendo su valor con el tiempo. Lejos de pulsear por el título de la Premier League, terminó a 15 unidades del campeón Liverpool, el entrenador italiano Maresca repartía los esfuerzos: eliminado por Brighton en la cuarta ronda de la FA Cup y por Newcastle en los cuartos de final de la Carabao Cup, sumar una estrella se convertía en un reto para un plantel que por jerarquía era favorito en cada duelo: Servette (Suiza), Gent (Bélgica), Panathinaikos (Grecia), Noah (Armenia), Heidenheim (Alemania), Astana (Kazajistán), Shamrock Rovers (Irlanda), Kobenhanv (Dinamarca), Legia Varsovia (Polonia) y Djurgardens (Suecia), los diez rivales que tuvo en el camino hasta la final con Betis. Enzo apenas jugó seis de la decena de juegos, porque el DT necesitaba a sus futbolistas para atrapar una de las cinco plazas para la próxima Champions League.

La conquista de Chelsea en Polonia

El pronóstico de duelo argentino entre Enzo y Giovani Lo Celso no tuvo espacio en la cancha –el rosarino ingresó a falta de 10 minutos, con el resultado 3-1 a favor de Chelsea-; a esa altura, el capitán de los Blues tenía en su cuenta personal un gol, el del empate –convirtió en la posición de N°9- y era junto a Cole Palmer el artífice de la remontada.

El cambio de actitud posibilitó pasar de un primer tiempo sin rumbo ni disposición, a un segundo capítulo arrollador: en menos de media hora, Chelsea pasó de dominado a dominador absoluto. “En la primera mitad estuvimos muy incómodos: no ganábamos los segundos balones. Ajustamos algunas tuercas y cuando necesitamos frescura los que entraron hicieron diferencia. Es un lujo trabajar con estos chicos”, apuntó Enzo, que entre los cambios que adoptó en los últimos tiempos incorporó fisiatra, personal trainer, nutricionista y cocinero.

Gen ganador, Enzo Fernández está en el radar de Atlético Madrid y Real Madrid, aunque Chelsea extendió el contrato del volante hasta 2031 y no lo dejará escapar por menos de lo que pagó tras el Mundial de Qatar. El tiempo justificó el precio.

 Capitán y líder de Chelsea, fue figura con un gol y una asistencia en la conquista de los Blues sobre Betis en Polonia; de la polémica por un cántico racista a referente del plantel  Read More