Las privatizaciones, el principal objetivo de un sector clave de la economía

“Nuevas oportunidades”. De esta manera, bautizó la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) a su segunda convención anual durante la gestión de Javier Milei. Su titular, Gustavo Weiss, admitió que el sector “aguantó” la caída de la obra pública y, hacia adelante, mira con optimismo el avance de privatizaciones y concesiones que demandarían miles de millones de dólares de inversión. Claro está, saben que en esos casos específicos, el Gobierno pondría la plata.

“El concepto es: la actividad privada tiene que ponerla a punto”, resumió Weiss sobre las obras viales necesarias en las rutas nacionales que el Gobierno otorgará a concesión. De hecho, dispondrá 9.000 kilómetros de los casi 40.000 que acumulan los corredores.

De hecho, el titular de la Camarco celebró la publicación del primer pliego de concesión de rutas nacionales. “Es la primera privatización que está en marcha”, describió. A su vez, indicó que cada corredor necesitará en promedio US$100 millones de inversión en obras de infraestructura para mantenimiento.

Weiss especificó que este modelo de concesiones sólo abarca un cuarto del total de las rutas nacionales. “No le cuesta nada al Gobierno y lo paga el usuario a través del peaje”, explicó. En consecuencia, manifestó que “alguien se tiene que hacer cargo” de las otras tres cuartas partes de los caminos nacionales.

El segundo proyecto de privatización que ilusiona a las grandes constructoras es AySA. Mejor dicho, el desarrollo de sus obras de tendido de redes de agua potable y cloacas en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

La empresa pública que brinda el servicio de agua potable presentó sus primeros números sin déficit. De ese modo, intenta seducir a un mercado comprador, aunque todavía no activó formalmente ninguna licitación de venta de sus acciones o incursión en la Bolsa, tal como informaron sus autoridades sobre las posibles vías de venta de la compañía.

La tercera privatización que el sector empresario sigue de cerca es la del transporte ferroviario de cargas. En ese sentido, el Gobierno habilitó el proceso de venta de Belgrano Cargas Logística. Según Weiss, “se van a vender locomotoras y vagones a operadores y se va a concesionar las vías”. En consecuencia, la ganancia estaría en el “cobro de peaje a trenes”. El referente de la construcción sostuvo que es imposible estimar cuánto dinero se necesita para poner a punto las vías del sistema ferroviario, pero aseguró que se trata de un gasto de “miles de millones de dólares”.

El capítulo de la obra pública cerró con la valoración de la ejecución que sostuvieron los gobiernos provinciales. Sin embargo, la contracara que deslizó el empresario, miembro del Grupo de los Seis, es que las jurisdicciones tienen “infinidad de gastos corrientes, capas geológicas (de empleados) que hacen incapaz la inversión en infraestructura”.

La otra parte de la construcción sale de la esfera pública y se mete de lleno en el sector privado. “La mitad de la obra privada tiene mucha actividad en petróleo y gas”, definió Weiss. De este modo, destacó la tracción que genera Vaca Muerta.

A su vez, la obra en viviendas atraviesa “un problema de costo”. Según el titular de Camarco, el metro cuadrado cuesta entre US$1300 y US$1400. Hace un año o más, esa cifra “estaba entre US$700 u US$800 el metro cuadrado”.

Pese al panorama “no tan optimista”, Weiss valoró el ordenamiento de la macroeconomía del Gobierno. “Sin esto seguiremos a los tropezones”, graficó. Sin embargo, marcó que todavía quedan cuestiones pendientes como una reforma laboral, impositiva y previsional.

“Nuevas oportunidades”. De esta manera, bautizó la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) a su segunda convención anual durante la gestión de Javier Milei. Su titular, Gustavo Weiss, admitió que el sector “aguantó” la caída de la obra pública y, hacia adelante, mira con optimismo el avance de privatizaciones y concesiones que demandarían miles de millones de dólares de inversión. Claro está, saben que en esos casos específicos, el Gobierno pondría la plata.

“El concepto es: la actividad privada tiene que ponerla a punto”, resumió Weiss sobre las obras viales necesarias en las rutas nacionales que el Gobierno otorgará a concesión. De hecho, dispondrá 9.000 kilómetros de los casi 40.000 que acumulan los corredores.

De hecho, el titular de la Camarco celebró la publicación del primer pliego de concesión de rutas nacionales. “Es la primera privatización que está en marcha”, describió. A su vez, indicó que cada corredor necesitará en promedio US$100 millones de inversión en obras de infraestructura para mantenimiento.

Weiss especificó que este modelo de concesiones sólo abarca un cuarto del total de las rutas nacionales. “No le cuesta nada al Gobierno y lo paga el usuario a través del peaje”, explicó. En consecuencia, manifestó que “alguien se tiene que hacer cargo” de las otras tres cuartas partes de los caminos nacionales.

El segundo proyecto de privatización que ilusiona a las grandes constructoras es AySA. Mejor dicho, el desarrollo de sus obras de tendido de redes de agua potable y cloacas en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

La empresa pública que brinda el servicio de agua potable presentó sus primeros números sin déficit. De ese modo, intenta seducir a un mercado comprador, aunque todavía no activó formalmente ninguna licitación de venta de sus acciones o incursión en la Bolsa, tal como informaron sus autoridades sobre las posibles vías de venta de la compañía.

La tercera privatización que el sector empresario sigue de cerca es la del transporte ferroviario de cargas. En ese sentido, el Gobierno habilitó el proceso de venta de Belgrano Cargas Logística. Según Weiss, “se van a vender locomotoras y vagones a operadores y se va a concesionar las vías”. En consecuencia, la ganancia estaría en el “cobro de peaje a trenes”. El referente de la construcción sostuvo que es imposible estimar cuánto dinero se necesita para poner a punto las vías del sistema ferroviario, pero aseguró que se trata de un gasto de “miles de millones de dólares”.

El capítulo de la obra pública cerró con la valoración de la ejecución que sostuvieron los gobiernos provinciales. Sin embargo, la contracara que deslizó el empresario, miembro del Grupo de los Seis, es que las jurisdicciones tienen “infinidad de gastos corrientes, capas geológicas (de empleados) que hacen incapaz la inversión en infraestructura”.

La otra parte de la construcción sale de la esfera pública y se mete de lleno en el sector privado. “La mitad de la obra privada tiene mucha actividad en petróleo y gas”, definió Weiss. De este modo, destacó la tracción que genera Vaca Muerta.

A su vez, la obra en viviendas atraviesa “un problema de costo”. Según el titular de Camarco, el metro cuadrado cuesta entre US$1300 y US$1400. Hace un año o más, esa cifra “estaba entre US$700 u US$800 el metro cuadrado”.

Pese al panorama “no tan optimista”, Weiss valoró el ordenamiento de la macroeconomía del Gobierno. “Sin esto seguiremos a los tropezones”, graficó. Sin embargo, marcó que todavía quedan cuestiones pendientes como una reforma laboral, impositiva y previsional.

 Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción, dijo que siguen de cerca las concesiones de rutas, la venta de AySA y del Belgrano Cargas; demandarán miles de millones en infraestructura  Read More