Boca se arma para el Mundial de Clubes: dos defensores al caer, el sueño de Paredes y la búsqueda de más delanteros

Los primeros días de Miguel Russo al frente de Boca transcurren entre charlas, planificación y un ojo puesto en los refuerzos. El entrenador volvió al club con un desafío mayúsculo por delante: preparar al equipo para el Mundial de Clubes, donde la exigencia será máxima desde el debut. El viaje a Estados Unidos, previsto para este domingo, será el puntapié inicial de un nuevo ciclo, con entrenamientos programados en Miami mientras se espera por el estreno oficial, el 16 de junio, ante Benfica. Serán jornadas de trabajo, de ajustes y también de incorporaciones, porque la idea de la dirigencia es clara: acelerar las negociaciones y lograr que las caras nuevas se suban al avión. Boca empieza a armarse. Y el reloj ya está corriendo.

Los primeros dos pasajeros ya tienen las valijas casi listas. Porque en estas horas, Boca cerró a su primer refuerzo y avanzó a fondo por el segundo. Aunque la prioridad de Miguel Russo estaba en sumar nombres en el medio y en el ataque, el equipo, finalmente, comenzará a construirse a la inversa: de atrás hacia adelante. Se trata de dos defensores: un zaguero y un lateral. Uno era seguido desde hace tiempo por la dirigencia -habría llegado más allá del entrenador de turno-, y el otro aparece como un pedido directo del DT, que lo incluyó al tope de su lista de deseos: Marco Pellegrino y Malcom Braida.

Al zaguero de 22 años, que jugó la final del Apertura con Huracán, se le vencía el préstamo con el Globo y desde el Milan, club dueño de su pase, no estaban dispuestos a renovarlo. Querían vender, y Boca decidió invertir: 4 millones de dólares y una plusvalía del 10% para el club italiano. Pellegrino, ex Platense, Salernitana e Independiente, que suma 60 partidos en Primera sin goles convertidos, será el primer refuerzo en esta nueva etapa.

Más allá de su llegada, Boca sigue atento a otro central: Ayrton Costa aún no tiene asegurada su participación en el Mundial de Clubes por problemas con su visa, y el contrato de Marcos Rojo vence a fin de año sin señales claras de renovación. En ese contexto, aparece la chance de Gastón Hernández, de San Lorenzo, pero su cláusula es alta: 10 millones a desembolsar en un pago. Boca ofertó cuatro y no planea estirarse mucho más. Otro nombre en carpeta es el de Ignacio Vázquez, campeón con Platense, aunque hoy está lejos en la consideración del Consejo de Fútbol xeneize.

El todoterreno al que Russo dirigió en San Lorenzo podría ser el siguiente. Su caso es singular y puede marcar un precedente para el mercado local. En su última renovación con San Lorenzo, el jugador pidió reducir considerablemente su cláusula de salida -la dejó en apenas 1,2 millones de dólares- para facilitar una eventual transferencia. Boca, respetando el pacto de caballeros entre clubes argentinos, intentó negociar por fuera de esa cláusula y llegó a ofrecer una cifra levemente superior, pero la propuesta fue rechazada. Ahora, el club intentará cerrar la operación sin llegar al extremo de tener que ejecutar la cláusula, aunque en caso de fuerza mayor, tampoco se descarta esa posibilidad. Si no hay acuerdo y todo sigue trabado, Braida podría activarla por su cuenta. Y si supera la revisión médica, convertirse en el segundo refuerzo.

Paredes, un sueño que empieza a tomar forma

El próximo gran objetivo se llama Leandro Paredes. El volante de la selección argentina, que no estará presente este jueves ante Chile por acumulación de amarillas, se entrena en Ezeiza mientras espera el partido del martes ante Colombia. Aprovechando su estadía en el país, Boca volvió a la carga. En marzo, el jugador incluyó una cláusula en su contrato con la Roma que le permite volver a Boca si el club argentino paga 3,5 millones de euros. Eso sí: luego debería acordar el contrato personal, y ahí estaría el punto de fricción. Como la Roma no participará del Mundial de Clubes, Paredes tendrá vacaciones hasta julio y el 24 de este mes -mismo día que Boca enfrentará al Auckland City en el cierre del Grupo C- jugará un partido a beneficio en Caseros.

La intención de Boca es que se sume a la delegación directamente en Estados Unidos. El reglamento de FIFA permite inscribir refuerzos entre el 1 y el 10 de junio, fecha límite para presentar la lista definitiva de entre 26 y 35 jugadores. Luego habrá otra ventana del 27 de junio al 3 de julio, entre la fase de grupos y los cuartos de final. Si no llega Paredes, los apuntados en su lugar son Aníbal Moreno (Palmeiras) y Fausto Vera (Corinthians), aunque el sueño sigue siendo el 5 de la Selección.

Boca busca desborde y gol por los costados

En ataque, Russo busca desborde. Quiere extremos rápidos, capaces de abastecer a los 9 de área. Exequiel Zeballos le gusta, Brian Aguirre es una incógnita que quiere evaluar, pero la idea es sumar más variantes. Como se espera que Boca libere cupos de extranjeros con la doble ciudadanía de Miguel Merentiel y Williams Alarcón, la mira está puesta en jugadores colombianos: Jáminton Campaz, campeón con Russo en Central en 2023, Marino Hinestroza (Atlético Nacional) y Jhon Córdoba (Millonarios) son algunos de los que aparecen en carpeta. También sonó Lucas Villalba, de Nacional de Montevideo. Sin embargo, el que está más cerca es Walter Mazzantti, que cuenta con el aval de la dirigencia y del cuerpo técnico de Russo. El exAtlanta tiene contrato con Huracán hasta diciembre de 2023 y su pase está tasado entre tres y cuatro millones de dólares, aunque Boca intentará bajarlo con dinero y posibles jugadores como parte de pago.

El plan ya está en marcha. Con Miguel Russo al mando, Boca empieza a perfilar su versión 2025 con la mirada fija en el gran objetivo del año. El Mundial de Clubes espera. Y Boca quiere llegar listo, con un plantel completo que le permita competir de igual a igual con los mejores del mundo.

Los primeros días de Miguel Russo al frente de Boca transcurren entre charlas, planificación y un ojo puesto en los refuerzos. El entrenador volvió al club con un desafío mayúsculo por delante: preparar al equipo para el Mundial de Clubes, donde la exigencia será máxima desde el debut. El viaje a Estados Unidos, previsto para este domingo, será el puntapié inicial de un nuevo ciclo, con entrenamientos programados en Miami mientras se espera por el estreno oficial, el 16 de junio, ante Benfica. Serán jornadas de trabajo, de ajustes y también de incorporaciones, porque la idea de la dirigencia es clara: acelerar las negociaciones y lograr que las caras nuevas se suban al avión. Boca empieza a armarse. Y el reloj ya está corriendo.

Los primeros dos pasajeros ya tienen las valijas casi listas. Porque en estas horas, Boca cerró a su primer refuerzo y avanzó a fondo por el segundo. Aunque la prioridad de Miguel Russo estaba en sumar nombres en el medio y en el ataque, el equipo, finalmente, comenzará a construirse a la inversa: de atrás hacia adelante. Se trata de dos defensores: un zaguero y un lateral. Uno era seguido desde hace tiempo por la dirigencia -habría llegado más allá del entrenador de turno-, y el otro aparece como un pedido directo del DT, que lo incluyó al tope de su lista de deseos: Marco Pellegrino y Malcom Braida.

Al zaguero de 22 años, que jugó la final del Apertura con Huracán, se le vencía el préstamo con el Globo y desde el Milan, club dueño de su pase, no estaban dispuestos a renovarlo. Querían vender, y Boca decidió invertir: 4 millones de dólares y una plusvalía del 10% para el club italiano. Pellegrino, ex Platense, Salernitana e Independiente, que suma 60 partidos en Primera sin goles convertidos, será el primer refuerzo en esta nueva etapa.

Más allá de su llegada, Boca sigue atento a otro central: Ayrton Costa aún no tiene asegurada su participación en el Mundial de Clubes por problemas con su visa, y el contrato de Marcos Rojo vence a fin de año sin señales claras de renovación. En ese contexto, aparece la chance de Gastón Hernández, de San Lorenzo, pero su cláusula es alta: 10 millones a desembolsar en un pago. Boca ofertó cuatro y no planea estirarse mucho más. Otro nombre en carpeta es el de Ignacio Vázquez, campeón con Platense, aunque hoy está lejos en la consideración del Consejo de Fútbol xeneize.

El todoterreno al que Russo dirigió en San Lorenzo podría ser el siguiente. Su caso es singular y puede marcar un precedente para el mercado local. En su última renovación con San Lorenzo, el jugador pidió reducir considerablemente su cláusula de salida -la dejó en apenas 1,2 millones de dólares- para facilitar una eventual transferencia. Boca, respetando el pacto de caballeros entre clubes argentinos, intentó negociar por fuera de esa cláusula y llegó a ofrecer una cifra levemente superior, pero la propuesta fue rechazada. Ahora, el club intentará cerrar la operación sin llegar al extremo de tener que ejecutar la cláusula, aunque en caso de fuerza mayor, tampoco se descarta esa posibilidad. Si no hay acuerdo y todo sigue trabado, Braida podría activarla por su cuenta. Y si supera la revisión médica, convertirse en el segundo refuerzo.

Paredes, un sueño que empieza a tomar forma

El próximo gran objetivo se llama Leandro Paredes. El volante de la selección argentina, que no estará presente este jueves ante Chile por acumulación de amarillas, se entrena en Ezeiza mientras espera el partido del martes ante Colombia. Aprovechando su estadía en el país, Boca volvió a la carga. En marzo, el jugador incluyó una cláusula en su contrato con la Roma que le permite volver a Boca si el club argentino paga 3,5 millones de euros. Eso sí: luego debería acordar el contrato personal, y ahí estaría el punto de fricción. Como la Roma no participará del Mundial de Clubes, Paredes tendrá vacaciones hasta julio y el 24 de este mes -mismo día que Boca enfrentará al Auckland City en el cierre del Grupo C- jugará un partido a beneficio en Caseros.

La intención de Boca es que se sume a la delegación directamente en Estados Unidos. El reglamento de FIFA permite inscribir refuerzos entre el 1 y el 10 de junio, fecha límite para presentar la lista definitiva de entre 26 y 35 jugadores. Luego habrá otra ventana del 27 de junio al 3 de julio, entre la fase de grupos y los cuartos de final. Si no llega Paredes, los apuntados en su lugar son Aníbal Moreno (Palmeiras) y Fausto Vera (Corinthians), aunque el sueño sigue siendo el 5 de la Selección.

Boca busca desborde y gol por los costados

En ataque, Russo busca desborde. Quiere extremos rápidos, capaces de abastecer a los 9 de área. Exequiel Zeballos le gusta, Brian Aguirre es una incógnita que quiere evaluar, pero la idea es sumar más variantes. Como se espera que Boca libere cupos de extranjeros con la doble ciudadanía de Miguel Merentiel y Williams Alarcón, la mira está puesta en jugadores colombianos: Jáminton Campaz, campeón con Russo en Central en 2023, Marino Hinestroza (Atlético Nacional) y Jhon Córdoba (Millonarios) son algunos de los que aparecen en carpeta. También sonó Lucas Villalba, de Nacional de Montevideo. Sin embargo, el que está más cerca es Walter Mazzantti, que cuenta con el aval de la dirigencia y del cuerpo técnico de Russo. El exAtlanta tiene contrato con Huracán hasta diciembre de 2023 y su pase está tasado entre tres y cuatro millones de dólares, aunque Boca intentará bajarlo con dinero y posibles jugadores como parte de pago.

El plan ya está en marcha. Con Miguel Russo al mando, Boca empieza a perfilar su versión 2025 con la mirada fija en el gran objetivo del año. El Mundial de Clubes espera. Y Boca quiere llegar listo, con un plantel completo que le permita competir de igual a igual con los mejores del mundo.

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