WASHINGTON.- En un nuevo avance en su cruzada contra la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo, el presidente norteamericano, Donald Trump, firmó este miércoles una nueva proclamación por la que suspende los visados a nuevos estudiantes internacionales y en la que se sugiere evaluar una posible revocación de aquellos que ya están cursando carreras la institución con sede en Cambridge, Massachusetts.
“He determinado que es necesario restringir la entrada de ciudadanos extranjeros que desean ingresar a Estados Unidos con el único o principal propósito de participar en un curso de estudios […] o en un programa de intercambio en la Universidad de Harvard”, dice el comunicado difundido por la Casa Blanca.
Harvard denunció que la suspensión de visados para nuevos alumnos extranjeros inscriptos en la universidad es una medida “ilegal” que “viola los derechos” de la casa de estudios y los alumnos. “Harvard seguirá protegiendo sus alumnos internacionales”, publicó en un comunicado.
El gobierno explicó que esta decisión responde a la necesidad de “salvaguardar la seguridad nacional” y aseguró que Harvard “demostró un historial de vínculos extranjeros preocupantes y radicalismo”.
“Hasta que la universidad comparta la información que el gobierno federal requiere para salvaguardar la seguridad nacional y al público estadounidense, redunda en interés nacional denegar a los extranjeros el acceso a Harvard bajo los auspicios del intercambio educativo”, dice la orden, con la naturaleza jurídica de proclamación.
De esta manera, el mandatario ha suspendido los visados F, M y J, empleados por ciudadanos extranjeros que quieran estudiar en la prestigiosa universidad de la Ivy League, mientras que dejó “a discreción del secretario de Estado [Marco Rubio] si se debe revocar el visado” a aquellos que actualmente asisten al mismo centro con esos permisos.
Las críticas y los cuestionamientos del mandatario giran en torno a la denuncia que indica que Harvard recibió “más de 1000 millones de dólares de fuentes extranjeras”, “más de 150 millones de dólares de gobiernos extranjeros en los últimos cinco años” y la misma cantidad en los últimos diez años “solo de China”.
La administración republicana ya había intentado prohibir a Harvard la admisión de estudiantes extranjeros, pero la restricción fue bloqueada y ratificada por una jueza federal el 29 de mayo pasado, día en que en el campus de la universidad se producía el acto central de la graduación de 2025.
“La decisión de la corte del 29 de mayo permite a la universidad seguir admitiendo a estudiantes y académicos internacionales mientras avanza el caso. Harvard seguirá tomando medidas para proteger los derechos de nuestros estudiantes y académicos internacionales, integrantes de nuestra comunidad que son vitales para la misión académica de la universidad y cuya presencia aquí beneficia a nuestro país de manera inconmensurablemente”, explicó Harvard en su comunicado.
Según el escrito de la Casa Blanca, la universidad, fundada en 1636, habría recibido esta financiación a cambio de recibir “a miembros de una organización paramilitar del Partido Comunista Chino” y de asociarse con personas radicadas en el gigante asiático “para llevar a cabo investigaciones que podrían contribuir a la modernización militar”.
En ese sentido, Trump acusó a Harvard de admitir a estudiantes de países “que buscan la destrucción de Estados Unidos y sus aliados, o el exterminio de pueblos enteros”, en lugar de “a estadounidenses que trabajan duro”, por lo que se mostró contrario a “reducir aún más las oportunidades de los estudiantes estadounidenses mediante la matriculación excesiva de estudiantes extranjeros”.
Entre sus denuncias, Trump sostiene que la prestigiosa universidad “vulnera los derechos civiles de sus estudiantes y profesores” y discrimina “contra las razas desfavorecidas […] negando la igualdad de oportunidades a los estadounidenses trabajadores”.
Si bien se trata de una medida que despertó revuelo en los extranjeros que buscan ingresar a Estados Unidos, la Casa Blanca aclaró que la medida “no se aplicará a ningún extranjero cuya entrada sea de interés nacional, según lo determinen el secretario de Estado, la secretaria de Seguridad Nacional o sus respectivos designados”, así como tampoco a aquellos que “entren en Estados Unidos para asistir a otras universidades”, tal y como indica el documento.
Este anuncio llega doce días después de que la jueza del tribunal federal de Massachusetts Allison Burroughs revocase una prohibición de la Casa Blanca contra la matriculación de alumnos extranjeros en la Universidad de Harvard, fallando en favor de la institución educativa.
El gobierno norteamericano -que también congeló subvenciones a la universidad- presentó sus acciones contra Harvard como una lucha por los derechos civiles, ya que ha acusado a la universidad de tener un sesgo woke, de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.
Harvard, por su parte, afirma que está sufriendo represalias injustas y asegura que no permitirá que el presidente le imponga condiciones de cómo operar la institución. Alan Garber, el presidente de la universidad, se convirtió en el símbolo de la resistencia frente a Trump.
WASHINGTON.- En un nuevo avance en su cruzada contra la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo, el presidente norteamericano, Donald Trump, firmó este miércoles una nueva proclamación por la que suspende los visados a nuevos estudiantes internacionales y en la que se sugiere evaluar una posible revocación de aquellos que ya están cursando carreras la institución con sede en Cambridge, Massachusetts.
“He determinado que es necesario restringir la entrada de ciudadanos extranjeros que desean ingresar a Estados Unidos con el único o principal propósito de participar en un curso de estudios […] o en un programa de intercambio en la Universidad de Harvard”, dice el comunicado difundido por la Casa Blanca.
Harvard denunció que la suspensión de visados para nuevos alumnos extranjeros inscriptos en la universidad es una medida “ilegal” que “viola los derechos” de la casa de estudios y los alumnos. “Harvard seguirá protegiendo sus alumnos internacionales”, publicó en un comunicado.
El gobierno explicó que esta decisión responde a la necesidad de “salvaguardar la seguridad nacional” y aseguró que Harvard “demostró un historial de vínculos extranjeros preocupantes y radicalismo”.
“Hasta que la universidad comparta la información que el gobierno federal requiere para salvaguardar la seguridad nacional y al público estadounidense, redunda en interés nacional denegar a los extranjeros el acceso a Harvard bajo los auspicios del intercambio educativo”, dice la orden, con la naturaleza jurídica de proclamación.
De esta manera, el mandatario ha suspendido los visados F, M y J, empleados por ciudadanos extranjeros que quieran estudiar en la prestigiosa universidad de la Ivy League, mientras que dejó “a discreción del secretario de Estado [Marco Rubio] si se debe revocar el visado” a aquellos que actualmente asisten al mismo centro con esos permisos.
Las críticas y los cuestionamientos del mandatario giran en torno a la denuncia que indica que Harvard recibió “más de 1000 millones de dólares de fuentes extranjeras”, “más de 150 millones de dólares de gobiernos extranjeros en los últimos cinco años” y la misma cantidad en los últimos diez años “solo de China”.
La administración republicana ya había intentado prohibir a Harvard la admisión de estudiantes extranjeros, pero la restricción fue bloqueada y ratificada por una jueza federal el 29 de mayo pasado, día en que en el campus de la universidad se producía el acto central de la graduación de 2025.
“La decisión de la corte del 29 de mayo permite a la universidad seguir admitiendo a estudiantes y académicos internacionales mientras avanza el caso. Harvard seguirá tomando medidas para proteger los derechos de nuestros estudiantes y académicos internacionales, integrantes de nuestra comunidad que son vitales para la misión académica de la universidad y cuya presencia aquí beneficia a nuestro país de manera inconmensurablemente”, explicó Harvard en su comunicado.
Según el escrito de la Casa Blanca, la universidad, fundada en 1636, habría recibido esta financiación a cambio de recibir “a miembros de una organización paramilitar del Partido Comunista Chino” y de asociarse con personas radicadas en el gigante asiático “para llevar a cabo investigaciones que podrían contribuir a la modernización militar”.
En ese sentido, Trump acusó a Harvard de admitir a estudiantes de países “que buscan la destrucción de Estados Unidos y sus aliados, o el exterminio de pueblos enteros”, en lugar de “a estadounidenses que trabajan duro”, por lo que se mostró contrario a “reducir aún más las oportunidades de los estudiantes estadounidenses mediante la matriculación excesiva de estudiantes extranjeros”.
Entre sus denuncias, Trump sostiene que la prestigiosa universidad “vulnera los derechos civiles de sus estudiantes y profesores” y discrimina “contra las razas desfavorecidas […] negando la igualdad de oportunidades a los estadounidenses trabajadores”.
Si bien se trata de una medida que despertó revuelo en los extranjeros que buscan ingresar a Estados Unidos, la Casa Blanca aclaró que la medida “no se aplicará a ningún extranjero cuya entrada sea de interés nacional, según lo determinen el secretario de Estado, la secretaria de Seguridad Nacional o sus respectivos designados”, así como tampoco a aquellos que “entren en Estados Unidos para asistir a otras universidades”, tal y como indica el documento.
Este anuncio llega doce días después de que la jueza del tribunal federal de Massachusetts Allison Burroughs revocase una prohibición de la Casa Blanca contra la matriculación de alumnos extranjeros en la Universidad de Harvard, fallando en favor de la institución educativa.
El gobierno norteamericano -que también congeló subvenciones a la universidad- presentó sus acciones contra Harvard como una lucha por los derechos civiles, ya que ha acusado a la universidad de tener un sesgo woke, de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.
Harvard, por su parte, afirma que está sufriendo represalias injustas y asegura que no permitirá que el presidente le imponga condiciones de cómo operar la institución. Alan Garber, el presidente de la universidad, se convirtió en el símbolo de la resistencia frente a Trump.
La medida fue confirmada por la Casa Blanca; el presidente norteamericano asegura que el centro de estudios recibió fondos chinos y que se anotaron personas que “buscan las destrucción de Estados Unidos” Read More