La decisión del Gobierno de mantener los actuales derechos de exportación (DEX) para el cultivo de trigo hasta marzo de 2026, pareciera ser acertada. Los casi 200 dólares por tonelada que actualmente cotiza el cereal para entrega diciembre/enero en el Matba/Rofex (posición de cosecha), en la gran mayoría de los casos muestra márgenes negativos. Razón por la cual, volver los DEX a fines de enero, esto es de los 9,5% actuales al 12%, llevaría los valores de paridad teórica de la exportación de los 200 dólares por tonelada comentados a cerca de 190. Sin lugar a dudas, valores de quebranto.
La pregunta clave que muchos que no pertenecen al sector agropecuario se hacen es: ¿y por qué entonces el área podría crecer hasta un 6%? La respuesta es sencilla. Clima mediante, el productor aprovecha las buenas condiciones de humedad del suelo que actualmente se registran en toda la zona productiva pensando que, eventualmente, la mayor productividad lograda desde el lado de los rindes pueda compensar los bajos niveles de precios.
Claro está, ese es un riesgo que -si bien el productor “sabe” correr- no deja de representar un daño potencial. Por tal motivo, los bajos niveles de rentabilidad en un contexto de tipo de cambio flotante, pero fijo en la realidad de hoy, precios bajos y mercados desregulados, ameritan estar atentos a las oportunidades que el mercado internacional nos puede llegar a dar. El período crítico de los cultivos en los EE.UU., durante los meses de julio y agosto, podría ser uno. Y si bien el impacto debiera generar más oportunidades para el maíz y la soja, por cuestiones de sustitución o complementariedad, el trigo también se vería impactado.
Otros granos
En todas las charlas que brindamos a lo largo y ancho del país, no hay preguntas por parte de los productores sobre el mercado internacional de granos, que sería lo más lógico en este contexto de mercados desregulados. La pregunta que más resuena en off o en on, resulta ser siempre la misma. ¿Por qué el Gobierno no hace lo que hizo en trigo con los DEX con el resto de los cultivos? La respuesta podría argumentarse desde muchos ángulos, pero si la macroeconomía continuara mostrando signos de recuperación con inflación a la baja y superávit fiscal, entonces ¿Podría el Presidente evaluarlo antes de llegar a fin de mes? Tampoco esta respuesta resulta sencilla de contestar. Lo que sí resulta un poco más evidente de analizar es que con los actuales niveles de precios internacionales de los principales granos, que se ubican en uno de los más bajos de la historia en términos reales, la rentabilidad del maíz y la soja tampoco son demasiado “sexys”. Y cuando digo esto, no lo estoy diciendo para nuestro país, sino para el resto de los países productores de granos de mundo (Brasil y EE.UU.), donde no existen los DEX.
Así las cosas, años como estos son tremendamente desafiantes, para nuestro sector y para otros sectores también. Mientras junio va transcurriendo y el hombre de campo aguarda una decisión del Gobierno que incline la balanza para el lado de la normalización del mercado de granos, no hay que dejar de seguir lo que ocurra en la plaza internacional. Para un país como el nuestro que tiene la característica de ser el más estructuralmente exportador de granos del mundo, lo que ocurra afuera resulta sumamente determinante. Manténgase en sintonía o, como dicen los estadounidenses, “stay tuned”.
El autor es socio de Nóvitas SA.
La decisión del Gobierno de mantener los actuales derechos de exportación (DEX) para el cultivo de trigo hasta marzo de 2026, pareciera ser acertada. Los casi 200 dólares por tonelada que actualmente cotiza el cereal para entrega diciembre/enero en el Matba/Rofex (posición de cosecha), en la gran mayoría de los casos muestra márgenes negativos. Razón por la cual, volver los DEX a fines de enero, esto es de los 9,5% actuales al 12%, llevaría los valores de paridad teórica de la exportación de los 200 dólares por tonelada comentados a cerca de 190. Sin lugar a dudas, valores de quebranto.
La pregunta clave que muchos que no pertenecen al sector agropecuario se hacen es: ¿y por qué entonces el área podría crecer hasta un 6%? La respuesta es sencilla. Clima mediante, el productor aprovecha las buenas condiciones de humedad del suelo que actualmente se registran en toda la zona productiva pensando que, eventualmente, la mayor productividad lograda desde el lado de los rindes pueda compensar los bajos niveles de precios.
Claro está, ese es un riesgo que -si bien el productor “sabe” correr- no deja de representar un daño potencial. Por tal motivo, los bajos niveles de rentabilidad en un contexto de tipo de cambio flotante, pero fijo en la realidad de hoy, precios bajos y mercados desregulados, ameritan estar atentos a las oportunidades que el mercado internacional nos puede llegar a dar. El período crítico de los cultivos en los EE.UU., durante los meses de julio y agosto, podría ser uno. Y si bien el impacto debiera generar más oportunidades para el maíz y la soja, por cuestiones de sustitución o complementariedad, el trigo también se vería impactado.
Otros granos
En todas las charlas que brindamos a lo largo y ancho del país, no hay preguntas por parte de los productores sobre el mercado internacional de granos, que sería lo más lógico en este contexto de mercados desregulados. La pregunta que más resuena en off o en on, resulta ser siempre la misma. ¿Por qué el Gobierno no hace lo que hizo en trigo con los DEX con el resto de los cultivos? La respuesta podría argumentarse desde muchos ángulos, pero si la macroeconomía continuara mostrando signos de recuperación con inflación a la baja y superávit fiscal, entonces ¿Podría el Presidente evaluarlo antes de llegar a fin de mes? Tampoco esta respuesta resulta sencilla de contestar. Lo que sí resulta un poco más evidente de analizar es que con los actuales niveles de precios internacionales de los principales granos, que se ubican en uno de los más bajos de la historia en términos reales, la rentabilidad del maíz y la soja tampoco son demasiado “sexys”. Y cuando digo esto, no lo estoy diciendo para nuestro país, sino para el resto de los países productores de granos de mundo (Brasil y EE.UU.), donde no existen los DEX.
Así las cosas, años como estos son tremendamente desafiantes, para nuestro sector y para otros sectores también. Mientras junio va transcurriendo y el hombre de campo aguarda una decisión del Gobierno que incline la balanza para el lado de la normalización del mercado de granos, no hay que dejar de seguir lo que ocurra en la plaza internacional. Para un país como el nuestro que tiene la característica de ser el más estructuralmente exportador de granos del mundo, lo que ocurra afuera resulta sumamente determinante. Manténgase en sintonía o, como dicen los estadounidenses, “stay tuned”.
El autor es socio de Nóvitas SA.
En un contexto de números difíciles, hay que estar atentos a las oportunidades que puede dar el contexto internacional Read More