Portugal, un campeón que mantiene a Cristiano Ronaldo como rey de Europa en la Nations League

Llora de rodillas con la cabeza hundida en el campo de juego. Llora de alegría. Llora de emoción. Llora porque puede ser la última consagración con su selección. Llora y se abraza con sus compañeros que fueron los héroes en la definición por penales, esa que lo tuvo como un espectador al costado de la cancha, juntos a los suplentes y el cuerpo técnico. Portugal derrotó 5-3 a España, tras empatar 2 a 2 en el tiempo regular, resultado que se sostuvo en la media hora del suplementario, y se coronó como primer bicampeón de la UEFA Nations League. Un festejo que no lo descubrió en su clásico rol de protagonista absoluto, como en sus años de máxima estrella europea, porque el presente muesa Cristiano Ronaldo ofreciendo chispazos de su gigantesco talento. Pero el brillo es suficiente para ser quien con su gol devolvió a Portugal a la batalla por una corona y a él como el rey del fútbol del Viejo Continente.

El partido, la final, era un duelo de época para determinar la hegemonía en Europa. El reto de la leyenda de 40 años y el niño de 17 abriles resultó un juego de opuestos que persiguió un mismo objetivo, pero que al final de la jornada en el Allianz Arena, de Múnich, tuvo un ganador y a un vencido. El rey sigue en el trono y Lamine Yamal, el joven que explotó en España y que llegaba a la cita para destronar a Cristiano Ronaldo en el planeta fútbol de la UEFA se quedó vacío.

Un cambio de era y una renovación que no se ejecuta, una prueba por la que se sucedieron un puñado de candidatos -Kylian Mbappé, Erling Haaland, Harry Kane, Robert Lewandowski…-, aunque la amenaza inicial se desdibujó y la figura del monarca siguió en pie. Todos tuvieron su pasaje de esplendor, amagaron con tomar el cetro, aunque la intimidación no perduró en el tiempo. El beso a la copa, la que levantó para desatar la celebración oficial, una señal de la vigencia de CR7, el hacedor de la identidad futbolística de una selección.

La rebeldía, mostrarle al calendario que no marca su pulso, es una marca registrada de Cristiano Ronaldo, que hizo de la disciplina física y el rigor un mantra para ser el comandante eterno de Portugal. Con las eliminatorias para el Mundial de 2026 todavía en espera, la UEFA Nations League se ofreció como un último baile para quien se alimentó durante 15 años de la pulseada con Lionel Messi; la batalla CR7-Leo resultó una pócima que derivó en el crecimiento de los dos, más allá de los títulos colectivos que cosechó el luso con Portugal y el rosarino con Argentina.

Un jugador que era todo terreno, con preponderancia en el área, ahora es un futbolista de estocadas. Una virtud entender que su presencia impone temor en el rival: la función se reconvirtió, el peligro siguió latente. Lo hizo saber en las semifinales, con Alemania, en el mismo estadio de la consagración y ratificó en el partido de la coronación, al desestabilizar legalmente a Marc Cucurella y golpear la pelota a la red. Ocho goles en nueve partidos en la actual UEFA Nations League, aunque la estadística con Portugal es de 138 festejos en 221 partidos: un futbolista inoxidable, que lideró el recambio de Figo, Deco, Rui Costa…

Rompió el hechizo en la Eurocopa 2016, levantó tres años más tarde el trofeo cuando se disputó por primera vez la UEFA Nations League y ahora selló el triplete –son todos los títulos que tiene Portugal- con un grupo que ofrece generales como Bruno Fernandes, Bernardo Silva, Rúben Dias y a una camada que apoya compuesta por Vitinha, Nuno Mendes, Pedro Neto, Francisco Conceicao…

El 13 de julio, Lamine Yamal cumplirá 18 años. Es la irrupción rutilante de una selección que también se dota con jóvenes talentos como Pedri, Nico Williams y Gavi… estrellas que no superan los 22 años y que hacen del juego de España, por pasajes, una sinfónica. La figurita que nació en Esplugues de Llobregat -comunidad de Cataluña-, y a quien en Barcelona comparan constantemente en cada movimiento, arranque, jugada y definición con Messi quedó atrapado en la telaraña lusa.

El resumen de la conquista de Portugal

Un par de remates con la intención de sorprender a Diogo Costa y la participación con alternancia en las ofensivas de España, los pequeños destellos del juvenil que en la previa del partido lanzó un mensaje desafiante en las redes sociales: “Nací para esto”, escribió, quien participó en los dos goles de la selección –lanzó el centro que finalizó en gol de Martín Zubimendi, tras un defectuoso despeje; cedió la pelota para la conducción de Pedri en la conquista de Mikel Oyarzabal-, aunque no marcó el pulso para sus compañeros ni encendió el fuego de los hinchas en las tribunas.

El cambio que direccionó el seleccionador Luis De la Fuente antes del inicio del segundo capítulo del tiempo suplementario, dejando en el banco de los suplentes a Yamalc–ingresó Yéremy Pino- descubrió al juvenil molestó, moviendo la cabeza en forma negativa, como si no entendiera qué dispuso el entrenador. La imagen de descontento era un contraste con el gesto casi de hermano mayor que tenía Cristiano Ronaldo con Diogo Jota, que era la última carta que echaba en la cancha Portugal para que la prórroga no desemboque en una definición por penales. Esa que Cristiano Ronaldo sintió en el cuerpo y el alma, la que lo mantiene en el trono.

Llora de rodillas con la cabeza hundida en el campo de juego. Llora de alegría. Llora de emoción. Llora porque puede ser la última consagración con su selección. Llora y se abraza con sus compañeros que fueron los héroes en la definición por penales, esa que lo tuvo como un espectador al costado de la cancha, juntos a los suplentes y el cuerpo técnico. Portugal derrotó 5-3 a España, tras empatar 2 a 2 en el tiempo regular, resultado que se sostuvo en la media hora del suplementario, y se coronó como primer bicampeón de la UEFA Nations League. Un festejo que no lo descubrió en su clásico rol de protagonista absoluto, como en sus años de máxima estrella europea, porque el presente muesa Cristiano Ronaldo ofreciendo chispazos de su gigantesco talento. Pero el brillo es suficiente para ser quien con su gol devolvió a Portugal a la batalla por una corona y a él como el rey del fútbol del Viejo Continente.

El partido, la final, era un duelo de época para determinar la hegemonía en Europa. El reto de la leyenda de 40 años y el niño de 17 abriles resultó un juego de opuestos que persiguió un mismo objetivo, pero que al final de la jornada en el Allianz Arena, de Múnich, tuvo un ganador y a un vencido. El rey sigue en el trono y Lamine Yamal, el joven que explotó en España y que llegaba a la cita para destronar a Cristiano Ronaldo en el planeta fútbol de la UEFA se quedó vacío.

Un cambio de era y una renovación que no se ejecuta, una prueba por la que se sucedieron un puñado de candidatos -Kylian Mbappé, Erling Haaland, Harry Kane, Robert Lewandowski…-, aunque la amenaza inicial se desdibujó y la figura del monarca siguió en pie. Todos tuvieron su pasaje de esplendor, amagaron con tomar el cetro, aunque la intimidación no perduró en el tiempo. El beso a la copa, la que levantó para desatar la celebración oficial, una señal de la vigencia de CR7, el hacedor de la identidad futbolística de una selección.

La rebeldía, mostrarle al calendario que no marca su pulso, es una marca registrada de Cristiano Ronaldo, que hizo de la disciplina física y el rigor un mantra para ser el comandante eterno de Portugal. Con las eliminatorias para el Mundial de 2026 todavía en espera, la UEFA Nations League se ofreció como un último baile para quien se alimentó durante 15 años de la pulseada con Lionel Messi; la batalla CR7-Leo resultó una pócima que derivó en el crecimiento de los dos, más allá de los títulos colectivos que cosechó el luso con Portugal y el rosarino con Argentina.

Un jugador que era todo terreno, con preponderancia en el área, ahora es un futbolista de estocadas. Una virtud entender que su presencia impone temor en el rival: la función se reconvirtió, el peligro siguió latente. Lo hizo saber en las semifinales, con Alemania, en el mismo estadio de la consagración y ratificó en el partido de la coronación, al desestabilizar legalmente a Marc Cucurella y golpear la pelota a la red. Ocho goles en nueve partidos en la actual UEFA Nations League, aunque la estadística con Portugal es de 138 festejos en 221 partidos: un futbolista inoxidable, que lideró el recambio de Figo, Deco, Rui Costa…

Rompió el hechizo en la Eurocopa 2016, levantó tres años más tarde el trofeo cuando se disputó por primera vez la UEFA Nations League y ahora selló el triplete –son todos los títulos que tiene Portugal- con un grupo que ofrece generales como Bruno Fernandes, Bernardo Silva, Rúben Dias y a una camada que apoya compuesta por Vitinha, Nuno Mendes, Pedro Neto, Francisco Conceicao…

El 13 de julio, Lamine Yamal cumplirá 18 años. Es la irrupción rutilante de una selección que también se dota con jóvenes talentos como Pedri, Nico Williams y Gavi… estrellas que no superan los 22 años y que hacen del juego de España, por pasajes, una sinfónica. La figurita que nació en Esplugues de Llobregat -comunidad de Cataluña-, y a quien en Barcelona comparan constantemente en cada movimiento, arranque, jugada y definición con Messi quedó atrapado en la telaraña lusa.

El resumen de la conquista de Portugal

Un par de remates con la intención de sorprender a Diogo Costa y la participación con alternancia en las ofensivas de España, los pequeños destellos del juvenil que en la previa del partido lanzó un mensaje desafiante en las redes sociales: “Nací para esto”, escribió, quien participó en los dos goles de la selección –lanzó el centro que finalizó en gol de Martín Zubimendi, tras un defectuoso despeje; cedió la pelota para la conducción de Pedri en la conquista de Mikel Oyarzabal-, aunque no marcó el pulso para sus compañeros ni encendió el fuego de los hinchas en las tribunas.

El cambio que direccionó el seleccionador Luis De la Fuente antes del inicio del segundo capítulo del tiempo suplementario, dejando en el banco de los suplentes a Yamalc–ingresó Yéremy Pino- descubrió al juvenil molestó, moviendo la cabeza en forma negativa, como si no entendiera qué dispuso el entrenador. La imagen de descontento era un contraste con el gesto casi de hermano mayor que tenía Cristiano Ronaldo con Diogo Jota, que era la última carta que echaba en la cancha Portugal para que la prórroga no desemboque en una definición por penales. Esa que Cristiano Ronaldo sintió en el cuerpo y el alma, la que lo mantiene en el trono.

 Venció 5-4 a España en la definición por penales, tras empatar 2-2, y se consagró bicampeón; CR7 anotó un gol y sumó su tercer título con la selección  Read More