La inviable apuesta a la violencia y el caos

La violenta toma de un edificio público y las amenazantes declaraciones formuladas por el cuestionado dirigente piquetero Juan Grabois horas antes de que la Corte Suprema de Justicia oficializara la condena a Cristina Kirchner son una muestra de la voluntad de un grupo de dirigentes kirchneristas de seguir atentando contra el orden institucional y de sembrar el caos en una sociedad que reclama justicia.

Ayer, Grabois defendió a la exmandataria, condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, al considerar que su detención constituiría “un estado de sitio encubierto y el inicio de una virtual dictadura”. Al mismo tiempo, convocó a “todas las fuerzas populares” a concentrarse “en defensa del sistema republicano y la identidad nacional-popular de nuestro pueblo”. Casi en forma simultánea a su convocatoria, formulada a través de redes sociales, se renovaron los mensajes de militantes kirchneristas llamando a “frenar en la calle” la sentencia contra Cristina Kirchner.

Grabois fue detenido el último fin de semana por haber encabezado la toma del edificio donde funcionaba el Instituto Juan Domingo Perón en protesta por su anunciado cierre, aunque horas después fue liberado. El 7 de mayo, el vocero presidencial, Manuel Adorni, había anunciado que el Gobierno cerraría ese instituto junto con la Comisión Nacional de Homenaje al Teniente General Juan Perón, con el objetivo de evitar “una carga presupuestaria injustificada”.

Al ser dejado en libertad, Grabois, fundador de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y del Frente Patria Grande, aprovechó para lanzar una hipotética candidatura presidencial pensando en 2027. De este modo, no solo cuestionó al gobierno de Milei tras su breve detención, sino que transformó su injustificable acción en una visible plataforma para proyectarse electoralmente.

Cabe recordar que el sábado último, alrededor de las 14, unas 50 personas ingresaron en la sede del Instituto Juan Domingo Perón, ubicado en Austria 2601, en el barrio de Recoleta. Se trató de una acción delictiva organizada por Grabois y otros dirigentes, entre los que se hallaban algunos diputados nacionales kirchneristas, para protestar por el cierre del edificio público anunciado por el Gobierno, que quedó en un estado lamentable tras la intrusión.

Grabois aprovechó su detención para lanzar su hipotética candidatura presidencial

Según fuentes policiales, los militantes ingresaron a través del local gastronómico Un Café con Perón, desde donde accedieron a una puerta interna que conectaría el bar con el centro de estudios. En el interior había al menos dos custodios de la Policía Federal (PFA), quienes habrían forcejado con aquellos antes de verse forzados a salir del edificio.

Sin embargo, cerca de las 17, agentes de infantería de la PFA avanzaron con el desalojo del instituto, mientras que un cuerpo de la Policía de la Ciudad estableció un perímetro en la zona. Durante el operativo, detuvieron a Grabois, quien tras permanecer varias horas detenido, fue liberado en la madrugada del domingo.

Al referirse al hecho, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró la intervención policial por haber actuado “con firmeza y eficacia”, y calificó el desalojo como un éxito. “Recuperamos un edificio tomado por militantes que se creían dueños del Estado. Se terminó el vale todo. Estamos haciendo lo que ningún gobierno hizo: detener al piquetero que promueve y ejecuta las usurpaciones”, reafirmó.

Al conocerse la protesta, el Ministerio de Capital Humano emitió un comunicado, en el que señaló que el organismo “contaba con 20 empleados y generaba un gasto anual de más de 400 millones de pesos”. Por esos motivos, se avanzó con la disolución, y “se tomaron las acciones pertinentes para resguardar el patrimonio histórico y cultural del instituto”. También desde el Gobierno se indicó que el inmueble donde funcionaba el Instituto Perón será destinado por el Ministerio de Capital Humano a una biblioteca para personas con discapacidad, mientras que el restaurante Un Café con Perón se convertirá en un emprendimiento destinado a jóvenes neurodivergentes.

Frente a esta decisión gubernamental, y en coincidencia con la justificada detención de la expresidenta Cristina Kirchner por corrupción, Grabois ha resuelto iniciar una campaña por la impunidad de su jefa política junto a un proyecto que debería terminar con su propia candidatura presidencial.

El sectario proyecto electoral de Grabois adquiere verosimilitud cuando, el posible candidato señala que “el 2027 empieza ahora”. Sin embargo, resulta incomprensible e inverosímil que un patotero y usurpador profesional mantenga aspiraciones, por cierto improbables, de llegar a ejercer la primera magistratura del país.

La violenta toma de un edificio público y las amenazantes declaraciones formuladas por el cuestionado dirigente piquetero Juan Grabois horas antes de que la Corte Suprema de Justicia oficializara la condena a Cristina Kirchner son una muestra de la voluntad de un grupo de dirigentes kirchneristas de seguir atentando contra el orden institucional y de sembrar el caos en una sociedad que reclama justicia.

Ayer, Grabois defendió a la exmandataria, condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, al considerar que su detención constituiría “un estado de sitio encubierto y el inicio de una virtual dictadura”. Al mismo tiempo, convocó a “todas las fuerzas populares” a concentrarse “en defensa del sistema republicano y la identidad nacional-popular de nuestro pueblo”. Casi en forma simultánea a su convocatoria, formulada a través de redes sociales, se renovaron los mensajes de militantes kirchneristas llamando a “frenar en la calle” la sentencia contra Cristina Kirchner.

Grabois fue detenido el último fin de semana por haber encabezado la toma del edificio donde funcionaba el Instituto Juan Domingo Perón en protesta por su anunciado cierre, aunque horas después fue liberado. El 7 de mayo, el vocero presidencial, Manuel Adorni, había anunciado que el Gobierno cerraría ese instituto junto con la Comisión Nacional de Homenaje al Teniente General Juan Perón, con el objetivo de evitar “una carga presupuestaria injustificada”.

Al ser dejado en libertad, Grabois, fundador de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular y del Frente Patria Grande, aprovechó para lanzar una hipotética candidatura presidencial pensando en 2027. De este modo, no solo cuestionó al gobierno de Milei tras su breve detención, sino que transformó su injustificable acción en una visible plataforma para proyectarse electoralmente.

Cabe recordar que el sábado último, alrededor de las 14, unas 50 personas ingresaron en la sede del Instituto Juan Domingo Perón, ubicado en Austria 2601, en el barrio de Recoleta. Se trató de una acción delictiva organizada por Grabois y otros dirigentes, entre los que se hallaban algunos diputados nacionales kirchneristas, para protestar por el cierre del edificio público anunciado por el Gobierno, que quedó en un estado lamentable tras la intrusión.

Grabois aprovechó su detención para lanzar su hipotética candidatura presidencial

Según fuentes policiales, los militantes ingresaron a través del local gastronómico Un Café con Perón, desde donde accedieron a una puerta interna que conectaría el bar con el centro de estudios. En el interior había al menos dos custodios de la Policía Federal (PFA), quienes habrían forcejado con aquellos antes de verse forzados a salir del edificio.

Sin embargo, cerca de las 17, agentes de infantería de la PFA avanzaron con el desalojo del instituto, mientras que un cuerpo de la Policía de la Ciudad estableció un perímetro en la zona. Durante el operativo, detuvieron a Grabois, quien tras permanecer varias horas detenido, fue liberado en la madrugada del domingo.

Al referirse al hecho, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, celebró la intervención policial por haber actuado “con firmeza y eficacia”, y calificó el desalojo como un éxito. “Recuperamos un edificio tomado por militantes que se creían dueños del Estado. Se terminó el vale todo. Estamos haciendo lo que ningún gobierno hizo: detener al piquetero que promueve y ejecuta las usurpaciones”, reafirmó.

Al conocerse la protesta, el Ministerio de Capital Humano emitió un comunicado, en el que señaló que el organismo “contaba con 20 empleados y generaba un gasto anual de más de 400 millones de pesos”. Por esos motivos, se avanzó con la disolución, y “se tomaron las acciones pertinentes para resguardar el patrimonio histórico y cultural del instituto”. También desde el Gobierno se indicó que el inmueble donde funcionaba el Instituto Perón será destinado por el Ministerio de Capital Humano a una biblioteca para personas con discapacidad, mientras que el restaurante Un Café con Perón se convertirá en un emprendimiento destinado a jóvenes neurodivergentes.

Frente a esta decisión gubernamental, y en coincidencia con la justificada detención de la expresidenta Cristina Kirchner por corrupción, Grabois ha resuelto iniciar una campaña por la impunidad de su jefa política junto a un proyecto que debería terminar con su propia candidatura presidencial.

El sectario proyecto electoral de Grabois adquiere verosimilitud cuando, el posible candidato señala que “el 2027 empieza ahora”. Sin embargo, resulta incomprensible e inverosímil que un patotero y usurpador profesional mantenga aspiraciones, por cierto improbables, de llegar a ejercer la primera magistratura del país.

 La reciente toma violenta del Instituto Perón por Juan Grabois y sus últimas declaraciones son una nueva amenaza contra el orden institucional  Read More