El enojo de una vecina de Cristina Kirchner por el caos que genera la vigilia de militantes

“Déjenos trabajar y vivir; somos gente tranquila. Hay gente muy mayor, grandes como yo. Todo esto nos altera, los cantitos. Empezaron con el himno, después con la marcha peronista, pero después con palabrotas y groserías. No tenemos porqué aguantar esas cosas”, afirmó, con bronca, Aúrea, una señora de 84 años, que habita en el mismo edificio de la exvicepresidenta Cristina Kirchner, ubicado en San José al 1000, en el barrio de Constitución.

En un descargo ante el móvil de LN+ contra el escándalo que protagonizaron allí La Cámpora y seguidores tras la condena, celebró que la mayoría de los manifestantes abandonaron ya las inmediaciones de su departamento tras órdenes policiales.

Vecina CFK

“Estoy muy bien porque la ambulancia del Hospital Italiano pudo parar esta mañana en la puerta por el paciente que está arriba de la señora Cristina. Estamos contentos por ello”, expresó.

Y contó con cierto alivio: “Ayer vino un policía y les hizo apagar los braseros y parrillas a todos, y ordenó que dejaran todo limpio y en orden. La gente se fue y pudimos descansar por lo menos cinco horas esta noche. No hubo escándalo, quedaron solo nueve personas y nadie molestó. Pedimos que la señora cumpla la prisión domiciliaria en otro domicilio. No queremos esto acá. La pasamos muy mal en los últimos días”.

Vandalización

En los últimos días, varios vecinos del barrio denunciaron una supuesta vandalización por parte de los militantes kirchneristas. Contaron que colmaron paredes y puertas con afiches partidarios e imágenes de Néstor y Cristina Kirchner.

Áurea vivió en carne propia esta situación: “Nos pintaron la pared. Y yo los saqué. Les dije: ´se me van de acá. No me molesten porque les tiro desde el balcón agua hirviendo como en las invasiones inglesas´”, enfatizó.

En ese sentido, contó que los manifestantes montaron una feria improvisada en la que ofrecían desde hamburguesas hasta camisetas con símbolos del Partido justicialista.

“Acá había de todo. Vendían choripanes, gaseosa, chipa, hamburguesas. Tenían remeras con la imagen de ella. […] Y encima ponían los braseros arriba de una garrafa. Un peligro”.

Sobre el cierre del diálogo con el móvil, la vecina manifestó no sentir miedo de los “bravucones” de La Cámpora. “Ya me miraron mal, me dijeron vendida, un montón de cosas. No me importa, yo ya estoy pidiendo pista. Yo en cualquier momento me voy. Todos acá le tienen miedo, son muy vengativos. Yo no le tengo miedo, ni a ellos, ni a nadie”, cerró.

“Déjenos trabajar y vivir; somos gente tranquila. Hay gente muy mayor, grandes como yo. Todo esto nos altera, los cantitos. Empezaron con el himno, después con la marcha peronista, pero después con palabrotas y groserías. No tenemos porqué aguantar esas cosas”, afirmó, con bronca, Aúrea, una señora de 84 años, que habita en el mismo edificio de la exvicepresidenta Cristina Kirchner, ubicado en San José al 1000, en el barrio de Constitución.

En un descargo ante el móvil de LN+ contra el escándalo que protagonizaron allí La Cámpora y seguidores tras la condena, celebró que la mayoría de los manifestantes abandonaron ya las inmediaciones de su departamento tras órdenes policiales.

Vecina CFK

“Estoy muy bien porque la ambulancia del Hospital Italiano pudo parar esta mañana en la puerta por el paciente que está arriba de la señora Cristina. Estamos contentos por ello”, expresó.

Y contó con cierto alivio: “Ayer vino un policía y les hizo apagar los braseros y parrillas a todos, y ordenó que dejaran todo limpio y en orden. La gente se fue y pudimos descansar por lo menos cinco horas esta noche. No hubo escándalo, quedaron solo nueve personas y nadie molestó. Pedimos que la señora cumpla la prisión domiciliaria en otro domicilio. No queremos esto acá. La pasamos muy mal en los últimos días”.

Vandalización

En los últimos días, varios vecinos del barrio denunciaron una supuesta vandalización por parte de los militantes kirchneristas. Contaron que colmaron paredes y puertas con afiches partidarios e imágenes de Néstor y Cristina Kirchner.

Áurea vivió en carne propia esta situación: “Nos pintaron la pared. Y yo los saqué. Les dije: ´se me van de acá. No me molesten porque les tiro desde el balcón agua hirviendo como en las invasiones inglesas´”, enfatizó.

En ese sentido, contó que los manifestantes montaron una feria improvisada en la que ofrecían desde hamburguesas hasta camisetas con símbolos del Partido justicialista.

“Acá había de todo. Vendían choripanes, gaseosa, chipa, hamburguesas. Tenían remeras con la imagen de ella. […] Y encima ponían los braseros arriba de una garrafa. Un peligro”.

Sobre el cierre del diálogo con el móvil, la vecina manifestó no sentir miedo de los “bravucones” de La Cámpora. “Ya me miraron mal, me dijeron vendida, un montón de cosas. No me importa, yo ya estoy pidiendo pista. Yo en cualquier momento me voy. Todos acá le tienen miedo, son muy vengativos. Yo no le tengo miedo, ni a ellos, ni a nadie”, cerró.

 Una señora que vive en el edificio donde habita la expresidenta condenada compartió su frustración por el escándalo de La Cámpora en San José al 1000; “Déjennos trabajar y vivir”, reclamó en diálogo con LN+  Read More