Van Halen: un intento de suicidio impulsó su hit más grande, pero las diferencias serían irreconciliables

A mediados de los ochenta, Van Halen, la banda de hard rock y glam metal norteamericana, estaba a punto de lanzar 1984, el sexto álbum y el que sería el más exitoso de toda su carrera. Basta decir que trepó a la cima de los rankings musicales compitiendo cabeza a cabeza con Thriller, de Michael Jackson y logró vender más de 10 millones de copias solamente en Estados Unidos.

La banda integrada por David Lee Roth, los hermanos Eddie y Alex Van Halen junto a Michael Anthony grabó su flamante material discográfico en el estudio que Eddie Van Halen había construido en su propia casa. No imaginaban que el disco incluía algunos de los temas que los harían populares en todo el mundo, como “Panamá”, “I’ll Wait”, “Hot for Teacher” y…“Jump”, por lejos la canción más exitosa.

Hay que decirlo, la aparición de Van Halen había dado un nuevo impulso al hard rock y al heavy metal, en gran parte por la habilidad de Eddie Van Halen, considerado uno de los más influyentes guitarristas de su época. Con los años, la banda encontró un estilo y sonido propios, y fue un referente inevitable para decenas de grupos en los años posteriores. Hasta llegaron a bautizarlos como “los nuevos Led Zeppelin”, ya que tuvieron más hits en los rankings que ninguna otra banda de su tipo.

Para 1983, Van Halen ya era una de las bandas más populares en los Estados Unidos, encabezando festivales y realizando giras multitudinarias. “Jump” fue el primer tema en alcanzar el número 1 en las listas de popularidad, una canción que si bien los puso en la cima, a la larga sería motivo de ruptura para la misma banda.

Un hit y un adiós

La idea de la canción surgió un día en el que el vocalista David Lee Roth estaba viendo la tele, cuando escuchó una noticia que le llamó especialmente la atención: un hombre estaba a punto de saltar de la ventana de un edificio, en Los Ángeles.

Según declaró el propio Roth tiempo después para la revista Musician, al escuchar la noticia se le disparó una pregunta inquietante: ¿Qué pasaría si alguien de allí abajo le gritara “Adelante, ¡salta!”.

La idea no parecía en principio muy feliz para hacer una canción. Roth le hizo esta sugerencia al ayudante de la banda, Larry Hostler, quien le recomendó que en lugar de describir un potencial suicidio y crear una canción oscura, escribiera la letra cambiando por completo su significado, como una canción motivacional, una invitación a lanzarse a la acción. Así lo hizo, y para despejar cualquier duda, se la dedicó a su entrenador en artes marciales, Benny “The Jet” Urquidez. No es casual que posteriormente haya sido utilizada para musicalizar distintos eventos deportivos y publicidades en los medios masivos.

La historia es que Roth terminó de escribir la letra mientras recorría Los Ángeles en el asiento trasero de su auto. Convencido del potencial de la canción, enseguida se la mostró a su productor, Ted Templeman, quien le sugirió sumar a la canción una antigua melodía compuesta por Eddie para una intro que finalmente habían desechado, en la que, corriéndose del sonido característico de la banda, incorporaba unos sintetizadores.

Si bien ya habían utilizado esos instrumentos anteriormente en algunas de sus grabaciones, esta vez el sintetizador utilizado por Eddie ganaba un protagonismo inusitado. “El ingeniero Donn Landee y Eddie Van Halen grabaron la pista de teclado solos en medio de la noche. La recortamos una vez en una sola toma por razones de sonido. Dave escribió la letra esa tarde en el asiento trasero de su Mercury descapotable y terminamos todas las voces esa tarde y la mezclamos esa noche”, recordó años después el productor del disco.

Aunque en el video se muestra a Eddie tocando un OB-Xa, se cree que el sonido característico de “Jump” se obtuvo con un modelo anterior, el Oberheim OB-X, un sintetizador analógico muy popular en los años 80. El caso es que el sintetizador que tocaba Eddie, a Roth no le gustó nada, porque consideraba que perjudicaría la imagen de la banda. Años después, Mike Anthony, por entonces bajista de Van Halen, recordó aquella discusión: “David Lee Roth no quería grabarla. No quería que Eddie tocase los teclados. Solía decirle que él era un gran héroe de la guitarra y no un tecladista cualquiera”.

A pesar de la oposición de David, Eddie finalmente incorporó el sintetizador como instrumento principal, en lugar de la guitarra. Se grabó con los sintetizadores en primer plano y fue lanzado como sencillo en 1983 para luego ser incluida en el álbum publicado al año siguiente, 1984. Y más allá de la popularidad que les dio el tema, que prácticamente fue su puerta de entrada al mainstream, también pagaron su costo.

Para la década del 70 y principios de los 80, el mundillo del hard rock y el heavy metal se mantenía a un lado de la música comercial, y el nuevo sonido aportado por el sintetizador decididamente resultó un fraude para muchos de sus seguidores, al adoptar un sesgo más popular, como un claro ejemplo del pop-rock de los años 80, construido sobre una base clásica de batería y bajo repetitivos.

Inevitablemente, el lanzamiento del disco desgastó aún más la relación que tenían los músicos, a tal punto que fue el último disco en el que David Lee Roth tocó con Van Halen. En 1985, abandonó finalmente la banda, dejando atrás sin dudas la mejor etapa del grupo, para ser reemplazado meses después por el guitarrista Samuel Roy Hagar, más conocido como Sammy Hagar.

El vinilo de 1984 viene con la contratapa invertida y durante años muchos pensaron que se habían comprado un disco fallado. A pesar de ello, desde su edición, la tapa del sexto álbum de Van Halen fue elegida una y otra vez como una de las mejores de todos los tiempos. “Mientras Eddie, Alex Van Halen y David Lee Roth revisaban mi trabajo, se encontraron con una pintura que había hecho para un proyecto más personal de un ángel sosteniendo un cigarrillo. Para el grupo, fue como amor a primera vista y el resto resultó ser la historia de la portada del álbum”, reveló años después la artista Margo Nahas, autora de la portada.

Para el angelito fumador, Nahas primero fotografió al hijo de un amigo y luego lo ilustró de manera hiperrealista. “La imagen puede haber sido algo controvertida, porque parecía que el ángel en realidad estaba echando humo a espaldas de Dios, por así decirlo. En realidad, los cigarrillos eran de chocolate envueltos en papel para que parecieran auténticos, y Carter, mi pequeño modelo, se los había devorado todos al final de la sesión de fotos”, recordó la artista.

A mediados de los ochenta, Van Halen, la banda de hard rock y glam metal norteamericana, estaba a punto de lanzar 1984, el sexto álbum y el que sería el más exitoso de toda su carrera. Basta decir que trepó a la cima de los rankings musicales compitiendo cabeza a cabeza con Thriller, de Michael Jackson y logró vender más de 10 millones de copias solamente en Estados Unidos.

La banda integrada por David Lee Roth, los hermanos Eddie y Alex Van Halen junto a Michael Anthony grabó su flamante material discográfico en el estudio que Eddie Van Halen había construido en su propia casa. No imaginaban que el disco incluía algunos de los temas que los harían populares en todo el mundo, como “Panamá”, “I’ll Wait”, “Hot for Teacher” y…“Jump”, por lejos la canción más exitosa.

Hay que decirlo, la aparición de Van Halen había dado un nuevo impulso al hard rock y al heavy metal, en gran parte por la habilidad de Eddie Van Halen, considerado uno de los más influyentes guitarristas de su época. Con los años, la banda encontró un estilo y sonido propios, y fue un referente inevitable para decenas de grupos en los años posteriores. Hasta llegaron a bautizarlos como “los nuevos Led Zeppelin”, ya que tuvieron más hits en los rankings que ninguna otra banda de su tipo.

Para 1983, Van Halen ya era una de las bandas más populares en los Estados Unidos, encabezando festivales y realizando giras multitudinarias. “Jump” fue el primer tema en alcanzar el número 1 en las listas de popularidad, una canción que si bien los puso en la cima, a la larga sería motivo de ruptura para la misma banda.

Un hit y un adiós

La idea de la canción surgió un día en el que el vocalista David Lee Roth estaba viendo la tele, cuando escuchó una noticia que le llamó especialmente la atención: un hombre estaba a punto de saltar de la ventana de un edificio, en Los Ángeles.

Según declaró el propio Roth tiempo después para la revista Musician, al escuchar la noticia se le disparó una pregunta inquietante: ¿Qué pasaría si alguien de allí abajo le gritara “Adelante, ¡salta!”.

La idea no parecía en principio muy feliz para hacer una canción. Roth le hizo esta sugerencia al ayudante de la banda, Larry Hostler, quien le recomendó que en lugar de describir un potencial suicidio y crear una canción oscura, escribiera la letra cambiando por completo su significado, como una canción motivacional, una invitación a lanzarse a la acción. Así lo hizo, y para despejar cualquier duda, se la dedicó a su entrenador en artes marciales, Benny “The Jet” Urquidez. No es casual que posteriormente haya sido utilizada para musicalizar distintos eventos deportivos y publicidades en los medios masivos.

La historia es que Roth terminó de escribir la letra mientras recorría Los Ángeles en el asiento trasero de su auto. Convencido del potencial de la canción, enseguida se la mostró a su productor, Ted Templeman, quien le sugirió sumar a la canción una antigua melodía compuesta por Eddie para una intro que finalmente habían desechado, en la que, corriéndose del sonido característico de la banda, incorporaba unos sintetizadores.

Si bien ya habían utilizado esos instrumentos anteriormente en algunas de sus grabaciones, esta vez el sintetizador utilizado por Eddie ganaba un protagonismo inusitado. “El ingeniero Donn Landee y Eddie Van Halen grabaron la pista de teclado solos en medio de la noche. La recortamos una vez en una sola toma por razones de sonido. Dave escribió la letra esa tarde en el asiento trasero de su Mercury descapotable y terminamos todas las voces esa tarde y la mezclamos esa noche”, recordó años después el productor del disco.

Aunque en el video se muestra a Eddie tocando un OB-Xa, se cree que el sonido característico de “Jump” se obtuvo con un modelo anterior, el Oberheim OB-X, un sintetizador analógico muy popular en los años 80. El caso es que el sintetizador que tocaba Eddie, a Roth no le gustó nada, porque consideraba que perjudicaría la imagen de la banda. Años después, Mike Anthony, por entonces bajista de Van Halen, recordó aquella discusión: “David Lee Roth no quería grabarla. No quería que Eddie tocase los teclados. Solía decirle que él era un gran héroe de la guitarra y no un tecladista cualquiera”.

A pesar de la oposición de David, Eddie finalmente incorporó el sintetizador como instrumento principal, en lugar de la guitarra. Se grabó con los sintetizadores en primer plano y fue lanzado como sencillo en 1983 para luego ser incluida en el álbum publicado al año siguiente, 1984. Y más allá de la popularidad que les dio el tema, que prácticamente fue su puerta de entrada al mainstream, también pagaron su costo.

Para la década del 70 y principios de los 80, el mundillo del hard rock y el heavy metal se mantenía a un lado de la música comercial, y el nuevo sonido aportado por el sintetizador decididamente resultó un fraude para muchos de sus seguidores, al adoptar un sesgo más popular, como un claro ejemplo del pop-rock de los años 80, construido sobre una base clásica de batería y bajo repetitivos.

Inevitablemente, el lanzamiento del disco desgastó aún más la relación que tenían los músicos, a tal punto que fue el último disco en el que David Lee Roth tocó con Van Halen. En 1985, abandonó finalmente la banda, dejando atrás sin dudas la mejor etapa del grupo, para ser reemplazado meses después por el guitarrista Samuel Roy Hagar, más conocido como Sammy Hagar.

El vinilo de 1984 viene con la contratapa invertida y durante años muchos pensaron que se habían comprado un disco fallado. A pesar de ello, desde su edición, la tapa del sexto álbum de Van Halen fue elegida una y otra vez como una de las mejores de todos los tiempos. “Mientras Eddie, Alex Van Halen y David Lee Roth revisaban mi trabajo, se encontraron con una pintura que había hecho para un proyecto más personal de un ángel sosteniendo un cigarrillo. Para el grupo, fue como amor a primera vista y el resto resultó ser la historia de la portada del álbum”, reveló años después la artista Margo Nahas, autora de la portada.

Para el angelito fumador, Nahas primero fotografió al hijo de un amigo y luego lo ilustró de manera hiperrealista. “La imagen puede haber sido algo controvertida, porque parecía que el ángel en realidad estaba echando humo a espaldas de Dios, por así decirlo. En realidad, los cigarrillos eran de chocolate envueltos en papel para que parecieran auténticos, y Carter, mi pequeño modelo, se los había devorado todos al final de la sesión de fotos”, recordó la artista.

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