Máxima expectativa frente al departamento de Cristina Kirchner, a la espera de la tobillera electrónica

La expectativa domina el clima frente al departamento de Cristina Kirchner en el barrio porteño de Constitución, en medio de señales de apoyo de la militancia y la espera por el dispositivo electrónico que deberá utilizar la expresidenta, como estableció el Tribunal Oral Federal N°2 en la resolución con la que le concedió la prisión domiciliaria.

Este martes, el tribunal integrado por Jorge Gorini, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu le comunicó a las dos veces presidenta que, por su edad −tiene 72 años− y por el ataque que padeció en 2022, autorizaba su prisión domiciliaria con el uso de un dispositivo electrónico −se presume, una tobillera−. De esta manera, Cristina Kirchner quedó relevada de presentarse este miércoles en Comodoro Py.

Por eso, la atención se trasladó desde los tribunales federales de Retiro, adonde el peronismo impulsaba para mañana una gran movilización (finalmente la dirigirá hacia la Plaza de Mayo), a la puerta del departamento de Constitución, protegida por efectivos afectados a la custodia de Cristina Kirchner y, de a momentos, por el jefe de ella, Diego Carbone.

Allí, la Justicia le llevará el dispositivo electrónico que Cristina Kirchner deberá usar en todo momento dentro de su departamento, del que solo podrá salir en casos de “fuerza mayor” y con autorización, según lo dispuesto hoy por los jueces que la condenaron a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por fraude al Estado en la causa Vialidad, sentencia que fue confirmada la semana pasada por la Corte Suprema.

La puerta del edificio, enmarcada por dos metros de afiches caseros, escritos a mano, y con mensajes y consignas de apoyo, concita también la atención de una hilera de cámaras y periodistas que de a ratos reciben alguna ráfaga de insultos por parte de algunos manifestantes.

El clima tampoco es de desánimo. Hay una extendida expectativa para que la expresidenta aparezca por el balcón ochavado de su piso a saludar, algo que, pasadas las 19, no había ocurrido. “Ella dice que se prendió una luz”, le dice una manifestante a otra, aludiendo a su hija, una chica de unos pocos años que mira para arriba y sonríe sin descanso.

“Borombombóm, Borombombóm, dale Cristina, salí al balcón”, es uno de los cánticos que se repite sobre San José 1111. “El pueblo con Cristina”, es la otra consigna que enciende palmas y tambores. No faltaron cantos contra el presidente Javier Milei y el líder de Pro, Mauricio Macri.

Por ahora, sin embargo, solo el centro de la cruz que se dibuja en la intersección de las calles San José y Humberto Primo permanece poblado. Para uno y otro lado, la muchedumbre pierde densidad y se puede circular libremente, entre gazebos, puestos de comida y otros que venden un amplio merchandising cristinista, como remeras, pañuelos y gorritos.

La expectativa domina el clima frente al departamento de Cristina Kirchner en el barrio porteño de Constitución, en medio de señales de apoyo de la militancia y la espera por el dispositivo electrónico que deberá utilizar la expresidenta, como estableció el Tribunal Oral Federal N°2 en la resolución con la que le concedió la prisión domiciliaria.

Este martes, el tribunal integrado por Jorge Gorini, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu le comunicó a las dos veces presidenta que, por su edad −tiene 72 años− y por el ataque que padeció en 2022, autorizaba su prisión domiciliaria con el uso de un dispositivo electrónico −se presume, una tobillera−. De esta manera, Cristina Kirchner quedó relevada de presentarse este miércoles en Comodoro Py.

Por eso, la atención se trasladó desde los tribunales federales de Retiro, adonde el peronismo impulsaba para mañana una gran movilización (finalmente la dirigirá hacia la Plaza de Mayo), a la puerta del departamento de Constitución, protegida por efectivos afectados a la custodia de Cristina Kirchner y, de a momentos, por el jefe de ella, Diego Carbone.

Allí, la Justicia le llevará el dispositivo electrónico que Cristina Kirchner deberá usar en todo momento dentro de su departamento, del que solo podrá salir en casos de “fuerza mayor” y con autorización, según lo dispuesto hoy por los jueces que la condenaron a seis años de prisión e inhabilitación perpetua por fraude al Estado en la causa Vialidad, sentencia que fue confirmada la semana pasada por la Corte Suprema.

La puerta del edificio, enmarcada por dos metros de afiches caseros, escritos a mano, y con mensajes y consignas de apoyo, concita también la atención de una hilera de cámaras y periodistas que de a ratos reciben alguna ráfaga de insultos por parte de algunos manifestantes.

El clima tampoco es de desánimo. Hay una extendida expectativa para que la expresidenta aparezca por el balcón ochavado de su piso a saludar, algo que, pasadas las 19, no había ocurrido. “Ella dice que se prendió una luz”, le dice una manifestante a otra, aludiendo a su hija, una chica de unos pocos años que mira para arriba y sonríe sin descanso.

“Borombombóm, Borombombóm, dale Cristina, salí al balcón”, es uno de los cánticos que se repite sobre San José 1111. “El pueblo con Cristina”, es la otra consigna que enciende palmas y tambores. No faltaron cantos contra el presidente Javier Milei y el líder de Pro, Mauricio Macri.

Por ahora, sin embargo, solo el centro de la cruz que se dibuja en la intersección de las calles San José y Humberto Primo permanece poblado. Para uno y otro lado, la muchedumbre pierde densidad y se puede circular libremente, entre gazebos, puestos de comida y otros que venden un amplio merchandising cristinista, como remeras, pañuelos y gorritos.

 La tensión se trasladó desde Comodoro Py a Constitución, luego de que el tribunal le concedió a la expresidenta la prisión domiciliaria  Read More