La poeta iraní Parnia Abassi estaba a pocos días de cumplir 24 años cuando ella y su familia murieron mientras dormían, durante un ataque israelí contra el Complejo Residencial Orkideh en el oeste de Teherán, capital de Irán.
Junto a Parnia, murieron también su padre, Parviz (maestro jubilado); su madre, Masoumeh (empleada bancaria jubilada); y su hermano menor, Parham (estudiante universitario).
Esta ofensiva forma parte de la operación León Naciente, una campaña dirigida por Israel contra la infraestructura nuclear y militar de Irán, que mantiene en conflicto a ambos países desde hace una semana.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que uno de los principales objetivos de este ataque era Abdolhamid Minouchehr, director de la facultad de ingeniería nuclear de la Universidad Shahid Beheshti, quien también falleció.
No está claro si el edificio de Parnia fue atacado directamente o si sufrió daños por estar cerca del objetivo previsto.
Algunas fuentes compartieron imágenes que sugerían que la residencia destruida de Abbasi coincidía con la ubicación de Minouchehr, lo que implicaba posibles daños colaterales.
Lo cierto es que, hasta ahora, no hay pruebas que vinculen a Parnia ni a ningún miembro de su familia con las actividades militares o nucleares de Irán.
Las FDI se negaron a hacer comentarios sobre la muerte de Abbasi, pero confirmaron en un comunicado que el ejército “atacó y eliminó” a Minouchehr, a quien describieron como un experto en física de reactores, según informa el diario The Washington Post.
¿Quién fue Parnia Abbasi?
Parnia Abbasi fue una joven poeta iraní nacida en 2001. Desde la adolescencia, mostró una fuerte inclinación por la literatura y las artes.
Sus amigos y allegados la describieron como ingeniosa, amable, apasionada y enamorada de la poesía.
Disfrutaba leyendo y memorizando poemas; un amigo le comentó a Middle East Eye que siempre envidiaron su notable capacidad para memorizar versos.
Había escalado el monte Damavand, la cumbre más alta de Irán, y compartía con orgullo este logro, un reflejo de su espíritu aventurero.
Soñaba con convertirse en una poeta distinguida, con la esperanza de dejar una huella imborrable en la literatura persa.
Se licenció en traducción inglesa y, según sus amigos, había empezado a trabajar en un banco, lo que marcó un punto de inflexión en su vida profesional.
En paralelo, trabajaba a tiempo parcial como profesora de inglés. Aunque fue aceptada en un programa de posgrado en administración, decidió no continuar para conservar su trabajo.
En el mundo literario, Parnia escribía poesía desde su adolescencia. Su obra se publicó en Vazn-e Donya (“El peso del mundo”), una prestigiosa revista literaria iraní.
Sus poemas eran considerados tan significativos que, a los 21 años, fue invitada a participar en una mesa redonda publicada en el número 24 de la revista, titulada “Explorando el mundo poético de los poetas nacidos en los años 80”.
Su inclusión a tan temprana edad la marcó como una figura en ascenso entre su generación de escritores.
Parnia era un talento emergente en la literatura iraní contemporánea.
Si bien había alcanzado reconocimiento en los círculos literarios juveniles, fue asesinada antes de tener la oportunidad de alcanzar una mayor fama nacional o internacional.
Estrella extinguida
La mañana de su muerte, circuló en redes sociales una foto que mostraba el cabello de una joven atrapada bajo los escombros sobre una sábana rosa. Esto conmovió profundamente e indignó a muchos.
Al mediodía, los medios iraníes confirmaron que la joven de la foto era Parnia Abbasi. A medida que la gente buscaba su nombre, muchos comenzaron a reconocerla a ella y a su obra.
La comunidad literaria expresó su profundo pesar por la pérdida de un talento tan prometedor.
La página de Instagram de Vazn-e Donya publicó uno de sus poemas, titulado “Estrella extinguida”, que reflejaba la sensibilidad de Parnia hacia la guerra, el dolor y el sufrimiento humano.
Hoy, su último poema se lee como una profecía inquietante:
Tú y yo llegaremos a su fin
en algún lugar
el poema más hermoso del mundo
se aquieta
empiezas
en algún lugar
a llorar el
murmullo de la vida
pero yo terminaré
arderé
Seré esa estrella extinguida
en tu cielo
como humo.
La poeta iraní Parnia Abassi estaba a pocos días de cumplir 24 años cuando ella y su familia murieron mientras dormían, durante un ataque israelí contra el Complejo Residencial Orkideh en el oeste de Teherán, capital de Irán.
Junto a Parnia, murieron también su padre, Parviz (maestro jubilado); su madre, Masoumeh (empleada bancaria jubilada); y su hermano menor, Parham (estudiante universitario).
Esta ofensiva forma parte de la operación León Naciente, una campaña dirigida por Israel contra la infraestructura nuclear y militar de Irán, que mantiene en conflicto a ambos países desde hace una semana.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron que uno de los principales objetivos de este ataque era Abdolhamid Minouchehr, director de la facultad de ingeniería nuclear de la Universidad Shahid Beheshti, quien también falleció.
No está claro si el edificio de Parnia fue atacado directamente o si sufrió daños por estar cerca del objetivo previsto.
Algunas fuentes compartieron imágenes que sugerían que la residencia destruida de Abbasi coincidía con la ubicación de Minouchehr, lo que implicaba posibles daños colaterales.
Lo cierto es que, hasta ahora, no hay pruebas que vinculen a Parnia ni a ningún miembro de su familia con las actividades militares o nucleares de Irán.
Las FDI se negaron a hacer comentarios sobre la muerte de Abbasi, pero confirmaron en un comunicado que el ejército “atacó y eliminó” a Minouchehr, a quien describieron como un experto en física de reactores, según informa el diario The Washington Post.
¿Quién fue Parnia Abbasi?
Parnia Abbasi fue una joven poeta iraní nacida en 2001. Desde la adolescencia, mostró una fuerte inclinación por la literatura y las artes.
Sus amigos y allegados la describieron como ingeniosa, amable, apasionada y enamorada de la poesía.
Disfrutaba leyendo y memorizando poemas; un amigo le comentó a Middle East Eye que siempre envidiaron su notable capacidad para memorizar versos.
Había escalado el monte Damavand, la cumbre más alta de Irán, y compartía con orgullo este logro, un reflejo de su espíritu aventurero.
Soñaba con convertirse en una poeta distinguida, con la esperanza de dejar una huella imborrable en la literatura persa.
Se licenció en traducción inglesa y, según sus amigos, había empezado a trabajar en un banco, lo que marcó un punto de inflexión en su vida profesional.
En paralelo, trabajaba a tiempo parcial como profesora de inglés. Aunque fue aceptada en un programa de posgrado en administración, decidió no continuar para conservar su trabajo.
En el mundo literario, Parnia escribía poesía desde su adolescencia. Su obra se publicó en Vazn-e Donya (“El peso del mundo”), una prestigiosa revista literaria iraní.
Sus poemas eran considerados tan significativos que, a los 21 años, fue invitada a participar en una mesa redonda publicada en el número 24 de la revista, titulada “Explorando el mundo poético de los poetas nacidos en los años 80”.
Su inclusión a tan temprana edad la marcó como una figura en ascenso entre su generación de escritores.
Parnia era un talento emergente en la literatura iraní contemporánea.
Si bien había alcanzado reconocimiento en los círculos literarios juveniles, fue asesinada antes de tener la oportunidad de alcanzar una mayor fama nacional o internacional.
Estrella extinguida
La mañana de su muerte, circuló en redes sociales una foto que mostraba el cabello de una joven atrapada bajo los escombros sobre una sábana rosa. Esto conmovió profundamente e indignó a muchos.
Al mediodía, los medios iraníes confirmaron que la joven de la foto era Parnia Abbasi. A medida que la gente buscaba su nombre, muchos comenzaron a reconocerla a ella y a su obra.
La comunidad literaria expresó su profundo pesar por la pérdida de un talento tan prometedor.
La página de Instagram de Vazn-e Donya publicó uno de sus poemas, titulado “Estrella extinguida”, que reflejaba la sensibilidad de Parnia hacia la guerra, el dolor y el sufrimiento humano.
Hoy, su último poema se lee como una profecía inquietante:
Tú y yo llegaremos a su fin
en algún lugar
el poema más hermoso del mundo
se aquieta
empiezas
en algún lugar
a llorar el
murmullo de la vida
pero yo terminaré
arderé
Seré esa estrella extinguida
en tu cielo
como humo.
Su flor favorita era el girasol, estaba aprendiendo italiano y compartía todo el tiempo sus poemas con sus amigos y su familia Read More