Luego del plan de estabilización, bajó la espuma de la inflación. Desde entonces, quienes siguen de cerca qué pasa en cada clase social argentina, empezaron a hallar indicios de una renovada batalla con ganadores y perdedores claros entre los consumidores, que tiene como trasfondo el combo de un debate sobre si hay o no un dólar “barato”, la situación de los ingresos, un país caro y el acceso al crédito.
Es el escenario que reseña un completo informe de este mes sobre Social Mood de Moiguer Consultora de Estrategia, que dirige el economista y profesor en varias universidades Fernando Moiguer y que se tituló “La Argentina ‘pesificada’ versus la Argentina ‘dolarizada’”.
El documento además actualiza la posición que tienen los argentinos en la clásica pirámide social y define -con base en ingresos- quiénes son de clase alta, media (el aspiracional de la mayoría) y baja hoy en el país.
La estructura social de segundo trimestre define a la clase alta (el 6% de la población) como aquellos hogares que tienen ingresos promedio $20.500.000 (US$17.000). La clase media alta (todavía dentro del ABC1) ganan mensualmente $9.105.000 (US$7836).
La clase media (C2 y C3) son el 44% de los argentinos. La clase media típica (C2, el 18% de la población) vive en un hogar con un promedio de ingresos de $3.122.836 (o US$2687), según identificó el trabajo de la consultora Moiguer. La clase media baja (C3 o el 26%), en tanto, tiene una entrada mensual de $1.564.000 (US$1346).
Por último, el 50% de los argentinos pertenece a la clase baja. Allí está la clase media vulnerable (el 31%; el D1), cuyos ingresos promedio mensuales en el hogar llega a $1.120.600 (o US$964). En tanto, el 19% representa directamente los pobres (D2 o E), a los que les entran $585.800 (US$504) todos los meses, estimó el documento.
“Tras meses de mejora, los indicadores empiezan a encender sus primeras luces amarillas”, dice el trabajo en su conclusión. “Luego de más de un año de recesión, en 2025 la economía retoma un período de crecimiento que toma impulso en el primer trimestre, que se desacelera hacia el segundo trimestre, impactando en el humor de los consumidores”, completó el panorama de Moiguer.
“¿Qué esconden los promedios?”, se preguntó el trabajo del economista. “Una recuperación económica que no llega a todos y que profundiza las desigualdades del presente entre los distintos estratos sociales”, concluyó. “Los patrones y comportamientos de consumo comienzan a ser diferenciados para los diferentes segmentos de la pirámide. Mientras los segmentos medio bajos y bajos, se muestran más restrictivos y con dificultades para afrontar gastos básicos del hogar, los segmentos medio altos y altos expanden sus consumos en dólares (atesoramiento, viajes, compras en el exterior)”, afirmó.
“Como resultado, los indicadores de ventas del consumo masivo permanecen estancados, mientras que bienes de consumo importado, bienes durables y el turismo emisivo se expanden fuertemente”, señaló.
La baja de inflación
El informe privado recalca la fuerte desaceleración de la inflación desde el 25,5% de diciembre de 2023 al 1,5% de mayo de 2025. Durante ese mes, el Indec midió la inflación más baja en los últimos cinco años. Sin embargo, con datos de CAME, Moiguer estima que el consumo empieza a ver agotada la tendencia de recuperación que mostraba en diciembre. “Alimentos y bebidas impulsan el freno en la expansión del consumo”, escribió el profesor de la UBA, San Andrés y Di Tella.
CAME mostró en mayo pasado el primer dato interanual desde noviembre de 2024 con caída (-2,9%) de ventas. Alimentos y bebidas bajó 7,6%. También bajaron Calzado y marroquinería (-0,5%), Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-2,6%) y Textil e indumentaria (-1,6%). Por otra parte, mejoraron Farmacia (+1,5%) y Perfumería (+5,2%). Se mantuvo estable (0%) Bazar y decoración.
“¿Cuál de las siguientes palabras describe mejor para vos la situación económica actual que vive el país?“, preguntó el informe. La mayoría (un 43%) mencionó las palabras ”Bonanza + esperanza + estabilidad + crecimiento” en el segundo trimestre de este año. Son cinco puntos menos que en el primer trimestre. Por otra parte, un 26% habló de “Recesión + inestabilidad + crisis”. Fueron cuatro puntos más que hace tres meses, según registró el documento de Moiguer.
“¿Qué probabilidad consideras que existe de que haya una crisis económica importante en los próximos meses?”, consultó también. Sólo el 36% ve cerca esa opción. En el primer semestre de 2023, era 70%. En primero de este año, en tanto, llegaba a un 31%.
Para la mayoría de los argentinos, los ingresos se perciben por debajo de la inflación. Eso creía el 60% en el primer trimestre de este año. En el segundo así lo sentía un 61%. Hace un año, en el primer trimestre de 2024 era 71%. Pero si se segmenta por clase social, esa mirada empeora: se puede observar que mientras para entre el 49% y 55% de la clase media el ingreso está retrasado frente a los precios, entre 61% y 69% de la clase baja tiene esa misma percepción.
Por eso, para Moiguer, la recuperación de la economía -basada en un dólar estable o “barato”, según algunos, y el acceso al crédito- genera un consumo dicotómico que afecta de manera diferente a los segmentos de la pirámide. La clase alta y media alta siente una mejora del consumo, mientras que la clase media baja y baja percibe lo contrario.
De esta manera, el estudio explica el crecimiento de los patentamientos de autos (94%), el turismo emisivo (80%), las escrituras de inmuebles (61%), la importación de bienes de consumo (60%), las ventas minoristas (19%), la nafta premium (18%) y las ventas del Hot Sale (9%) frente a caídas de las ventas de nafta súper (-1%), la comercialización mayorista (-3,9%), las ventas en supermercados de cadena (-6%), y las de bebidas sin alcohol (-9,3%).
“Dolarizados” y “pesificados”
“Mientras los segmentos medios bajos tienen dificultades para afrontar gastos, los segmentos medios altos expanden su consumo en dólares”, estimó el documento. Por caso, el 64% de la categoría D -los más pobres- dice no llegar a fin de mes. Casi el 40% de la clase media vulnerable tampoco lo hace. El 45% de los más pobres dice que resigna gastos para llegar a fin de mes. Lo mismo que el 31% de los vulnerables de la clase media. Del otro lado, casi la mitad (48%) de la clase media alta dice comprar dólares, mientras el 24% viaja al exterior.
“Mientras para un segmento se impulsa los viajes y el consumo fuera, para otro segmento es necesario intentar anabolizar con promos y descuentos”, graficó el trabajo de la consultora especializada.
Así, la clase alta aprovecha el “dólar barato” y el crecimiento de sus ingresos en moneda dura para expandir su consumo. La clase media, en tanto, con “sueldos atrasados frente a la inflación”, ve que su consumo está determinado por los aumentos de las tarifas de los servicios públicos (o sea, depende del ingreso disponible en el hogar). Por último, la clase baja, con sueldos “atrasados”, pero con Asignación Universal por Hijo (AUH) por arriba de los precios, ve que la desaceleración de la inflación será el driver para sostener su poder adquisitivo.
Luego del plan de estabilización, bajó la espuma de la inflación. Desde entonces, quienes siguen de cerca qué pasa en cada clase social argentina, empezaron a hallar indicios de una renovada batalla con ganadores y perdedores claros entre los consumidores, que tiene como trasfondo el combo de un debate sobre si hay o no un dólar “barato”, la situación de los ingresos, un país caro y el acceso al crédito.
Es el escenario que reseña un completo informe de este mes sobre Social Mood de Moiguer Consultora de Estrategia, que dirige el economista y profesor en varias universidades Fernando Moiguer y que se tituló “La Argentina ‘pesificada’ versus la Argentina ‘dolarizada’”.
El documento además actualiza la posición que tienen los argentinos en la clásica pirámide social y define -con base en ingresos- quiénes son de clase alta, media (el aspiracional de la mayoría) y baja hoy en el país.
La estructura social de segundo trimestre define a la clase alta (el 6% de la población) como aquellos hogares que tienen ingresos promedio $20.500.000 (US$17.000). La clase media alta (todavía dentro del ABC1) ganan mensualmente $9.105.000 (US$7836).
La clase media (C2 y C3) son el 44% de los argentinos. La clase media típica (C2, el 18% de la población) vive en un hogar con un promedio de ingresos de $3.122.836 (o US$2687), según identificó el trabajo de la consultora Moiguer. La clase media baja (C3 o el 26%), en tanto, tiene una entrada mensual de $1.564.000 (US$1346).
Por último, el 50% de los argentinos pertenece a la clase baja. Allí está la clase media vulnerable (el 31%; el D1), cuyos ingresos promedio mensuales en el hogar llega a $1.120.600 (o US$964). En tanto, el 19% representa directamente los pobres (D2 o E), a los que les entran $585.800 (US$504) todos los meses, estimó el documento.
“Tras meses de mejora, los indicadores empiezan a encender sus primeras luces amarillas”, dice el trabajo en su conclusión. “Luego de más de un año de recesión, en 2025 la economía retoma un período de crecimiento que toma impulso en el primer trimestre, que se desacelera hacia el segundo trimestre, impactando en el humor de los consumidores”, completó el panorama de Moiguer.
“¿Qué esconden los promedios?”, se preguntó el trabajo del economista. “Una recuperación económica que no llega a todos y que profundiza las desigualdades del presente entre los distintos estratos sociales”, concluyó. “Los patrones y comportamientos de consumo comienzan a ser diferenciados para los diferentes segmentos de la pirámide. Mientras los segmentos medio bajos y bajos, se muestran más restrictivos y con dificultades para afrontar gastos básicos del hogar, los segmentos medio altos y altos expanden sus consumos en dólares (atesoramiento, viajes, compras en el exterior)”, afirmó.
“Como resultado, los indicadores de ventas del consumo masivo permanecen estancados, mientras que bienes de consumo importado, bienes durables y el turismo emisivo se expanden fuertemente”, señaló.
La baja de inflación
El informe privado recalca la fuerte desaceleración de la inflación desde el 25,5% de diciembre de 2023 al 1,5% de mayo de 2025. Durante ese mes, el Indec midió la inflación más baja en los últimos cinco años. Sin embargo, con datos de CAME, Moiguer estima que el consumo empieza a ver agotada la tendencia de recuperación que mostraba en diciembre. “Alimentos y bebidas impulsan el freno en la expansión del consumo”, escribió el profesor de la UBA, San Andrés y Di Tella.
CAME mostró en mayo pasado el primer dato interanual desde noviembre de 2024 con caída (-2,9%) de ventas. Alimentos y bebidas bajó 7,6%. También bajaron Calzado y marroquinería (-0,5%), Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción (-2,6%) y Textil e indumentaria (-1,6%). Por otra parte, mejoraron Farmacia (+1,5%) y Perfumería (+5,2%). Se mantuvo estable (0%) Bazar y decoración.
“¿Cuál de las siguientes palabras describe mejor para vos la situación económica actual que vive el país?“, preguntó el informe. La mayoría (un 43%) mencionó las palabras ”Bonanza + esperanza + estabilidad + crecimiento” en el segundo trimestre de este año. Son cinco puntos menos que en el primer trimestre. Por otra parte, un 26% habló de “Recesión + inestabilidad + crisis”. Fueron cuatro puntos más que hace tres meses, según registró el documento de Moiguer.
“¿Qué probabilidad consideras que existe de que haya una crisis económica importante en los próximos meses?”, consultó también. Sólo el 36% ve cerca esa opción. En el primer semestre de 2023, era 70%. En primero de este año, en tanto, llegaba a un 31%.
Para la mayoría de los argentinos, los ingresos se perciben por debajo de la inflación. Eso creía el 60% en el primer trimestre de este año. En el segundo así lo sentía un 61%. Hace un año, en el primer trimestre de 2024 era 71%. Pero si se segmenta por clase social, esa mirada empeora: se puede observar que mientras para entre el 49% y 55% de la clase media el ingreso está retrasado frente a los precios, entre 61% y 69% de la clase baja tiene esa misma percepción.
Por eso, para Moiguer, la recuperación de la economía -basada en un dólar estable o “barato”, según algunos, y el acceso al crédito- genera un consumo dicotómico que afecta de manera diferente a los segmentos de la pirámide. La clase alta y media alta siente una mejora del consumo, mientras que la clase media baja y baja percibe lo contrario.
De esta manera, el estudio explica el crecimiento de los patentamientos de autos (94%), el turismo emisivo (80%), las escrituras de inmuebles (61%), la importación de bienes de consumo (60%), las ventas minoristas (19%), la nafta premium (18%) y las ventas del Hot Sale (9%) frente a caídas de las ventas de nafta súper (-1%), la comercialización mayorista (-3,9%), las ventas en supermercados de cadena (-6%), y las de bebidas sin alcohol (-9,3%).
“Dolarizados” y “pesificados”
“Mientras los segmentos medios bajos tienen dificultades para afrontar gastos, los segmentos medios altos expanden su consumo en dólares”, estimó el documento. Por caso, el 64% de la categoría D -los más pobres- dice no llegar a fin de mes. Casi el 40% de la clase media vulnerable tampoco lo hace. El 45% de los más pobres dice que resigna gastos para llegar a fin de mes. Lo mismo que el 31% de los vulnerables de la clase media. Del otro lado, casi la mitad (48%) de la clase media alta dice comprar dólares, mientras el 24% viaja al exterior.
“Mientras para un segmento se impulsa los viajes y el consumo fuera, para otro segmento es necesario intentar anabolizar con promos y descuentos”, graficó el trabajo de la consultora especializada.
Así, la clase alta aprovecha el “dólar barato” y el crecimiento de sus ingresos en moneda dura para expandir su consumo. La clase media, en tanto, con “sueldos atrasados frente a la inflación”, ve que su consumo está determinado por los aumentos de las tarifas de los servicios públicos (o sea, depende del ingreso disponible en el hogar). Por último, la clase baja, con sueldos “atrasados”, pero con Asignación Universal por Hijo (AUH) por arriba de los precios, ve que la desaceleración de la inflación será el driver para sostener su poder adquisitivo.
Un informe de la consultora Moiguer dio detalles sobre la pirámide social en la Argentina y el impacto que el plan de estabilización oficial tiene en el consumo Read More