Ya sea que te parezcan adorables, feas o simplemente raras, probablemente hayas oído hablar de las muñecas peludas que se convirtieron en una sensación mundial: Labubu.
Nacida como un monstruo, esta criatura con aspecto de elfo, del fabricante chino de juguetes Pop Mart, se convirtió en una compra viral. Y no le faltan celebridades que la defiendan: Rihanna, Dua Lipa, Kim Kardashian y Lisa de Blackpink, por ejemplo.
Pero no solo famosos, la gente está igual de obsesionada: desde Shanghái hasta Londres, las largas colas para hacerse con la muñeca acapararon titulares, llegando incluso a peleas. “Percibís una gran sensación de éxito cuando logras conseguir una entre la competencia tan feroz”, dice Fiona Zhang, una fan declarada.
La fascinación mundial por Labubu casi triplicó las ganancias de Pop Mart en el último año y, según algunos, incluso ha revitalizado el poder blando chino, que se vio afectado por la pandemia y una relación tensa con Occidente. Entonces, ¿cómo llegamos hasta aquí?
¿Qué es exactamente Labubu?
Incluso quienes conocen la respuesta no están del todo seguros de poder explicar esta locura. Labubu es a la vez un personaje ficticio y una marca. La palabra en sí no significa nada. Es el nombre de un personaje de la serie de juguetes The Monsters (Los monstruos), creada por el artista hongkonés Kasing Lung.
Las caras de vinilo están unidas a cuerpos de peluche y tienen un aspecto característico: orejas puntiagudas, ojos grandes y una sonrisa traviesa que muestra exactamente nueve dientes. Una Internet curiosa, pero dividida, parece no poder decidir si son adorables o extraños.
Según el sitio web oficial de su distribuidor, Labubu es “bondadosa y siempre está dispuesta a ayudar, pero a menudo, sin querer, consigue lo contrario”. Las muñecas Labubu aparecieron en varias series de Los monstruos, como Gran energía, Siéntate, Exciting Macaron y Enamórate.
La marca Labubu también cuenta con otros personajes de su universo, que inspiraron sus propias muñecas populares, como la líder de la tribu, Zimomo, su novio Tycoco y su amiga Mokoko. Para el ojo inexperto, algunas de estas muñecas son difíciles de distinguir. Los entendidos lo sabrán, pero la fama de Labubu sin duda se extendió, y otros ejemplares de la familia también han volado de las estanterías.
¿Quién vende Labubu?
Una parte importante de las ventas de Pop Mart se basaban en las llamadas cajas sorpresa, donde los clientes solo descubren lo que han comprado al abrir el paquete. Más tarde se unirían a Kasing Lung para explotar los derechos de Labubu.
Eso ocurrió en 2019, casi una década después de que el empresario Wang Ning abriera Pop Mart en Pekín como una tienda de artículos varios, similar a una tienda de “todo a un dólar”. Cuando las cajas sorpresa se convirtieron en un éxito, Pop Mart lanzó la primera serie en 2016, vendiendo muñecas Molly: figuras infantiles creadas por el artista hongkonés Kenny Wong.
Pero, fueron las ventas de Labubu las que impulsaron el crecimiento de Pop Mart, y en diciembre de 2020 comenzó a vender acciones en la Bolsa de Hong Kong. Estas acciones se dispararon más del 500% en el último año.
Pop Mart se convirtió en un importante minorista. Opera más de 2000 máquinas expendedoras, o “roboshops”, en todo el mundo. Y ahora se pueden comprar muñecas Labubu en tiendas, físicas o virtuales, en más de 30 países, desde Estados Unidos y Reino Unido hasta Australia y Singapur, aunque muchas de ellas suspendieron sus ventas recientemente debido a la abrumadora demanda.
¿Cómo se globalizó Labubu?
Las ventas desde fuera de China continental contribuyeron a casi el 40% de sus ingresos totales en 2024. Como muestra de la popularidad de las Labubu, las autoridades aduaneras chinas anunciaron esta semana la incautación de más de 70.000 muñecas falsas en los últimos días. Sin embargo, la demanda no aumentó de la noche a la mañana. De hecho, a estas criaturas elfas les llevó varios años popularizarse.
Antes de que el mundo descubriera Labubu, su fama se limitaba a China. Empezaron a triunfar justo cuando el país emergía de la pandemia a finales de 2022, según Ashley Dudarenok, fundadora de la firma de investigación ChoZan, especializada en China. “Después de la pandemia, mucha gente en China sintió la necesidad de escapar emocionalmente… y Labubu era un personaje encantador, pero caótico”, afirma. “Encarnaba ese antiperfeccionismo”. La Internet china, enorme y competitiva, genera muchas tendencias virales que no se globalizan. Pero esta sí lo hizo y su popularidad se extendió rápidamente al Sudeste Asiático.
Fiona, que vive en Canadá, dice que oyó hablar de Labubu por primera vez gracias a unos amigos filipinos en 2023. Fue entonces cuando empezó a comprarlos. Dice que le parecen bonitos, pero su creciente popularidad es un gran atractivo: “Cuanto más popular se vuelve, más lo quiero. Mi esposo no entiende por qué yo, con 30 y tantos años, estoy tan obsesionada con algo así, como si me importara el color”.
También ayuda que sea asequible. Aunque la creciente demanda disparó los precios en el mercado de segunda mano, Fiona afirma que el precio original, que oscilaba entre US$18 y US$50 para la mayoría de las muñecas Labubu, era “aceptable” para la mayoría de sus conocidos. “Eso es prácticamente lo que costaría un accesorio para bolso hoy en día; la mayoría de la gente podría permitírselo”, afirma.
La popularidad de Labubu se disparó en abril de 2024, cuando la superestrella tailandesa del K-pop Lisa empezó a publicar fotos en Instagram con varias muñecas Labubu. Posteriormente, otras celebridades mundiales convirtieron las muñecas en un fenómeno internacional ese año. La cantante Rihanna fue fotografiada con un juguete de Labubu enganchado a su bolso Louis Vuitton en febrero. La influencer Kim Kardashian compartió su colección de 10 muñecas Labubu con sus seguidores de Instagram en abril. Y en mayo, el excapitán de la selección inglesa de fútbol David Beckham también publicó en Instagram una foto de un Labubu que le regaló su hija.
Ahora las muñecas son omnipresentes, vistas con frecuencia no solo en línea, sino también en amigos, colegas o transeúntes.
¿Qué hay detrás de la obsesión por Labubu?
En pocas palabras, no lo sabemos. Como la mayoría de las tendencias virales, el atractivo de Labubu es difícil de explicar: es resultado de la sincronización, el gusto y la aleatoriedad de internet.
Pekín está ciertamente satisfecho con el resultado. La agencia estatal de noticias Xinhua apunta que Labubu “muestra el atractivo de la creatividad, la calidad y la cultura chinas en un idioma que todo el mundo puede entender”, a la vez que ofrece a todos la oportunidad de ver la “China moderna”.
Xinhua ofrece otros ejemplos que demuestran que la propiedad intelectual cultural china se está globalizando: el videojuego Black Myth: Wukong y la exitosa película de animación Nezha.
Algunos analistas parecen sorprendidos de que las empresas chinas —desde fabricantes de vehículos eléctricos y desarrolladores de inteligencia artificial hasta minoristas— tengan tanto éxito a pesar de la inquietud occidental ante las ambiciones de Pekín. “BYD, DeepSeek, todas estas empresas tienen algo muy interesante en común, incluyendo Labubu”, le dijo a la BBC Chris Pereira, fundador y director ejecutivo de la consultora iMpact. “Son tan buenas que a nadie le importa que sean de China. No se pueden ignorar”.
Mientras tanto, Labubu sigue ganando seguidores en redes sociales, con millones de personas viendo a sus nuevos propietarios abrir su preciada compra. Uno de los vídeos más populares, publicado en diciembre, muestra a curiosos miembros del personal de seguridad de un aeropuerto estadounidense apiñados alrededor de la caja de Labubu sin abrir de un viajero para averiguar qué muñeca lleva dentro.
Ese elemento sorpresa es una gran parte del atractivo, afirma Desmond Tan, coleccionista veterano, mientras recorre un Pop Mart de Singapur agitando vigorosamente las cajas ciegas antes de decidir cuál comprar. Es una imagen habitual en Pop Mart. Desmond colecciona personajes “perseguidores”, ediciones especiales de las diversas series de juguetes de Pop Mart, entre ellas Labubu.
En promedio, Desmond dice que encuentra un perseguidor en una de cada 10 cajas que compra. Es una buena tasa de éxito, afirma, en comparación con la probabilidad típica: una entre 100. “Poder conseguir el perseguidor agitando la caja, aprendiendo a sentir la diferencia…”, le produce una profunda satisfacción. “¡Si lo consigo en uno o dos intentos, me siento muy feliz!”.
Ya sea que te parezcan adorables, feas o simplemente raras, probablemente hayas oído hablar de las muñecas peludas que se convirtieron en una sensación mundial: Labubu.
Nacida como un monstruo, esta criatura con aspecto de elfo, del fabricante chino de juguetes Pop Mart, se convirtió en una compra viral. Y no le faltan celebridades que la defiendan: Rihanna, Dua Lipa, Kim Kardashian y Lisa de Blackpink, por ejemplo.
Pero no solo famosos, la gente está igual de obsesionada: desde Shanghái hasta Londres, las largas colas para hacerse con la muñeca acapararon titulares, llegando incluso a peleas. “Percibís una gran sensación de éxito cuando logras conseguir una entre la competencia tan feroz”, dice Fiona Zhang, una fan declarada.
La fascinación mundial por Labubu casi triplicó las ganancias de Pop Mart en el último año y, según algunos, incluso ha revitalizado el poder blando chino, que se vio afectado por la pandemia y una relación tensa con Occidente. Entonces, ¿cómo llegamos hasta aquí?
¿Qué es exactamente Labubu?
Incluso quienes conocen la respuesta no están del todo seguros de poder explicar esta locura. Labubu es a la vez un personaje ficticio y una marca. La palabra en sí no significa nada. Es el nombre de un personaje de la serie de juguetes The Monsters (Los monstruos), creada por el artista hongkonés Kasing Lung.
Las caras de vinilo están unidas a cuerpos de peluche y tienen un aspecto característico: orejas puntiagudas, ojos grandes y una sonrisa traviesa que muestra exactamente nueve dientes. Una Internet curiosa, pero dividida, parece no poder decidir si son adorables o extraños.
Según el sitio web oficial de su distribuidor, Labubu es “bondadosa y siempre está dispuesta a ayudar, pero a menudo, sin querer, consigue lo contrario”. Las muñecas Labubu aparecieron en varias series de Los monstruos, como Gran energía, Siéntate, Exciting Macaron y Enamórate.
La marca Labubu también cuenta con otros personajes de su universo, que inspiraron sus propias muñecas populares, como la líder de la tribu, Zimomo, su novio Tycoco y su amiga Mokoko. Para el ojo inexperto, algunas de estas muñecas son difíciles de distinguir. Los entendidos lo sabrán, pero la fama de Labubu sin duda se extendió, y otros ejemplares de la familia también han volado de las estanterías.
¿Quién vende Labubu?
Una parte importante de las ventas de Pop Mart se basaban en las llamadas cajas sorpresa, donde los clientes solo descubren lo que han comprado al abrir el paquete. Más tarde se unirían a Kasing Lung para explotar los derechos de Labubu.
Eso ocurrió en 2019, casi una década después de que el empresario Wang Ning abriera Pop Mart en Pekín como una tienda de artículos varios, similar a una tienda de “todo a un dólar”. Cuando las cajas sorpresa se convirtieron en un éxito, Pop Mart lanzó la primera serie en 2016, vendiendo muñecas Molly: figuras infantiles creadas por el artista hongkonés Kenny Wong.
Pero, fueron las ventas de Labubu las que impulsaron el crecimiento de Pop Mart, y en diciembre de 2020 comenzó a vender acciones en la Bolsa de Hong Kong. Estas acciones se dispararon más del 500% en el último año.
Pop Mart se convirtió en un importante minorista. Opera más de 2000 máquinas expendedoras, o “roboshops”, en todo el mundo. Y ahora se pueden comprar muñecas Labubu en tiendas, físicas o virtuales, en más de 30 países, desde Estados Unidos y Reino Unido hasta Australia y Singapur, aunque muchas de ellas suspendieron sus ventas recientemente debido a la abrumadora demanda.
¿Cómo se globalizó Labubu?
Las ventas desde fuera de China continental contribuyeron a casi el 40% de sus ingresos totales en 2024. Como muestra de la popularidad de las Labubu, las autoridades aduaneras chinas anunciaron esta semana la incautación de más de 70.000 muñecas falsas en los últimos días. Sin embargo, la demanda no aumentó de la noche a la mañana. De hecho, a estas criaturas elfas les llevó varios años popularizarse.
Antes de que el mundo descubriera Labubu, su fama se limitaba a China. Empezaron a triunfar justo cuando el país emergía de la pandemia a finales de 2022, según Ashley Dudarenok, fundadora de la firma de investigación ChoZan, especializada en China. “Después de la pandemia, mucha gente en China sintió la necesidad de escapar emocionalmente… y Labubu era un personaje encantador, pero caótico”, afirma. “Encarnaba ese antiperfeccionismo”. La Internet china, enorme y competitiva, genera muchas tendencias virales que no se globalizan. Pero esta sí lo hizo y su popularidad se extendió rápidamente al Sudeste Asiático.
Fiona, que vive en Canadá, dice que oyó hablar de Labubu por primera vez gracias a unos amigos filipinos en 2023. Fue entonces cuando empezó a comprarlos. Dice que le parecen bonitos, pero su creciente popularidad es un gran atractivo: “Cuanto más popular se vuelve, más lo quiero. Mi esposo no entiende por qué yo, con 30 y tantos años, estoy tan obsesionada con algo así, como si me importara el color”.
También ayuda que sea asequible. Aunque la creciente demanda disparó los precios en el mercado de segunda mano, Fiona afirma que el precio original, que oscilaba entre US$18 y US$50 para la mayoría de las muñecas Labubu, era “aceptable” para la mayoría de sus conocidos. “Eso es prácticamente lo que costaría un accesorio para bolso hoy en día; la mayoría de la gente podría permitírselo”, afirma.
La popularidad de Labubu se disparó en abril de 2024, cuando la superestrella tailandesa del K-pop Lisa empezó a publicar fotos en Instagram con varias muñecas Labubu. Posteriormente, otras celebridades mundiales convirtieron las muñecas en un fenómeno internacional ese año. La cantante Rihanna fue fotografiada con un juguete de Labubu enganchado a su bolso Louis Vuitton en febrero. La influencer Kim Kardashian compartió su colección de 10 muñecas Labubu con sus seguidores de Instagram en abril. Y en mayo, el excapitán de la selección inglesa de fútbol David Beckham también publicó en Instagram una foto de un Labubu que le regaló su hija.
Ahora las muñecas son omnipresentes, vistas con frecuencia no solo en línea, sino también en amigos, colegas o transeúntes.
¿Qué hay detrás de la obsesión por Labubu?
En pocas palabras, no lo sabemos. Como la mayoría de las tendencias virales, el atractivo de Labubu es difícil de explicar: es resultado de la sincronización, el gusto y la aleatoriedad de internet.
Pekín está ciertamente satisfecho con el resultado. La agencia estatal de noticias Xinhua apunta que Labubu “muestra el atractivo de la creatividad, la calidad y la cultura chinas en un idioma que todo el mundo puede entender”, a la vez que ofrece a todos la oportunidad de ver la “China moderna”.
Xinhua ofrece otros ejemplos que demuestran que la propiedad intelectual cultural china se está globalizando: el videojuego Black Myth: Wukong y la exitosa película de animación Nezha.
Algunos analistas parecen sorprendidos de que las empresas chinas —desde fabricantes de vehículos eléctricos y desarrolladores de inteligencia artificial hasta minoristas— tengan tanto éxito a pesar de la inquietud occidental ante las ambiciones de Pekín. “BYD, DeepSeek, todas estas empresas tienen algo muy interesante en común, incluyendo Labubu”, le dijo a la BBC Chris Pereira, fundador y director ejecutivo de la consultora iMpact. “Son tan buenas que a nadie le importa que sean de China. No se pueden ignorar”.
Mientras tanto, Labubu sigue ganando seguidores en redes sociales, con millones de personas viendo a sus nuevos propietarios abrir su preciada compra. Uno de los vídeos más populares, publicado en diciembre, muestra a curiosos miembros del personal de seguridad de un aeropuerto estadounidense apiñados alrededor de la caja de Labubu sin abrir de un viajero para averiguar qué muñeca lleva dentro.
Ese elemento sorpresa es una gran parte del atractivo, afirma Desmond Tan, coleccionista veterano, mientras recorre un Pop Mart de Singapur agitando vigorosamente las cajas ciegas antes de decidir cuál comprar. Es una imagen habitual en Pop Mart. Desmond colecciona personajes “perseguidores”, ediciones especiales de las diversas series de juguetes de Pop Mart, entre ellas Labubu.
En promedio, Desmond dice que encuentra un perseguidor en una de cada 10 cajas que compra. Es una buena tasa de éxito, afirma, en comparación con la probabilidad típica: una entre 100. “Poder conseguir el perseguidor agitando la caja, aprendiendo a sentir la diferencia…”, le produce una profunda satisfacción. “¡Si lo consigo en uno o dos intentos, me siento muy feliz!”.
Creadas por el fabricante de juguetes Pop Mart, son criaturas con aspecto de elfo que se convirtieron en un verdadero furor en el último tiempo Read More