Rocío Marengo y Eduardo Fort: seis años de amor a escondidas y la lucha detrás de la búsqueda de un bebé deseado

“Yo me caso”. Fue la primera frase que Eduardo Fort le dijo a su amigo después de haber conocido a Rocío Marengo, en febrero de 2014. Lo hizo mientras cruzaba la calle, segundos después de salir del restaurante del barrio de Las Cañitas en el que se habían encontrado de casualidad.

El empresario estaba recién separado y había salido a comer con su círculo íntimo. La actriz, por su parte, estaba con los suyos. El diálogo comenzó de mesa a mesa, mientras cada uno disfrutaba de la noche de verano al aire libre. Cuando él vio la oportunidad, la invitó a tomar un café. Ella aceptó. Y así comenzaron a escribir la historia de amor que ya lleva once años y medio.

Se enamoraron, se acompañaron, formaron una pareja sólida. Y decidieron mantenerla dentro de un extremo bajo perfil. Si bien sus amigos y familiares estaban al tanto y compartían su día a día, ella -al ser una figura pública- eligió esconder el nombre de su amor durante seis años. En ese tiempo, en cada entrevista que le hacían, contaba que su corazón tenía dueño pero que quería cuidar su relación y no exponerla.

A él tampoco le gustaban los flashes. Por caso, jamás se mostró públicamente al lado de su hermano mediático, el recordado Ricardo Fort. Eduardo trabajaba en la fábrica familiar y no tenía intenciones, al menos por ese entonces, de que su nombre se colara en las noticias de espectáculos.

Además, se acababa de separar de la madre de sus hijos, Karina Antoniali, motivo por el cual quería afrontar tranquilo el proceso de divorcio y reorganizar su vida como padre separado. En este contexto, consideró que no era el momento de blanquear un nuevo vínculo.

Rocío Marengo estuvo a su lado y lo acompañó en aquel proceso, y mientras tanto seguía trabajando en los medios. Ella estuvo de acuerdo en mantenerlo dentro de su privacidad. En su caso, por temor a que minimizaran su talento y su carrera. Es que la empresa FelFort pagaba por publicidad en varios de los programas en los que participaba la actriz, y ella pensó que si su relación salía a la luz, habría quienes dirían que ese era el verdadero motivo de su contratación. “Además, no necesitábamos hacerlo público. Esa es la realidad”, sintetizó Rocío recientemente en un medio chileno en el que se refirió a su historia de amor luego de anunciar su embarazo.

“Fue un flechazo inmediato”, recordó sobre aquella noche en que vio por primera vez al empresario. “Sabía que con él iba a tener todo. No sabía que me iba a costar tanto, pero lo logramos”, agregó sobre la búsqueda de su bebé.

Seis años después de mantener la relación oculta de la opinión pública, la pareja decidió dejar de ocultarse. “Se fue dando de a poquito, y de manera maravillosa”, describió Rocío sobre el blanqueo. Fue en junio de 2019 cuando, durante una entrevista en el programa de Verónica Lozano en Telefe, habló por primera vez de su pareja con nombre y apellido. “Él me acompañó en momentos de mi carrera, como cuando hice la tapa de Playboy, me apoyó. O cuando entré a un reality. A él no fue lo que más le gustó, pero se la bancó. A veces nos tomábamos nuestro tiempo porque él no estaba de acuerdo y yo me mantenía firme en el trabajo. Sí, estoy de novia con Edu Fort, que es perfil bajo”. Y celebró lo que habían construido en ese tiempo: “Es un familión que me divierte. Edu me dio un lugar divino, sus hijos, sobrinos, me incluyeron. Siempre me hicieron una más. Tuve suerte con los hijastros”.

Pelea, descargo y escándalo mediático

Dos años después, en septiembre de 2021, llegó la primera crisis mediática. Si bien la actriz contó que ya habían tenido distanciamientos porque el empresario elegía perfil bajo al lado del que ella mantenía por su rol artístico, fue un escándalo que ocupó las primeras planas por ese entonces.

Marengo participaba de ShowMatch y una noche, tras una pelea telefónica con su pareja porque no fue a apoyarla al certamen, decidió expresar sus sentimientos en vivo y exponer el trasfondo de su crisis marital. “Hace ocho años que estoy en pareja y estoy colapsada de estar remando en dulce de leche tratando de salvar una relación. No es capaz de acompañarme. Se hace el que me apoya y estoy harta. Re podrida”, dijo Marengo frente al micrófono, sorprendiendo a todos.

“Ocho años bancándome a la ex, que me salió a putear en todos lados, a tratarme de prostituta. No es capaz de venir a bancarme. ¿Qué le da, vergüenza? Me mintió: me dijo que hasta que no tuviera la vacuna no iba a venir. Se fue a Estados Unidos un mes, a rascarse las pelotas, a ponerse la vacuna y no es capaz de venir. Eduardo Fort, hacete cargo de que tenés una novia. ¿No querés venir? Chau, flaco. Estoy hasta acá”, continuó la actriz, visiblemente enojada y gesticulando con su mano en la frente.

Aquel descargo marcó un antes y un después en la relación que pendió de un hilo y que a Rocío le valió una pelea con el clan Fort. Por caso, algunos integrantes aseguraron públicamente que ya no era bienvenida en la familia, que había hecho un “circo mediático” del cual ellos no estaban acostumbrados.

Aunque el tiempo puso las cosas en su lugar y, al igual que en oportunidades anteriores que no habían sido públicas, el amor fue más fuerte: Rocío y Eduardo se reconciliaron apostando a la relación que habían construido. Ella, en tanto, pidió que nadie se involucrara, que había sido una discusión de pareja.

Un deseo y una lucha que duró años

Después de aquella pelea pública, Rocío expresó sus deseos de ser madre, un proyecto en conjunto con Fort. “Tengo ganas de ser mamá. Yo puedo ser mamá con Eduardo o sin Eduardo. Tengo muchas opciones. Más allá de ser mamá, quiero tener una familia. Yo no quiero casarme, no necesito un papel que me ate a él. Yo lo elijo todos los días”, dijo en su momento para ratificarsu mayor deseo y el amor hacia su pareja.

Los años siguientes fueron de tratamientos, decepciones, ilusiones. Volver a empezar y no bajar los brazos. Rocío y Eduardo siguieron haciendo todo lo que estaba a su alcance para agrandar la familia como tanto deseaban.

Hasta que, después de años de búsqueda, de lucha y de espera, llegó la buena nueva: Rocío Marengo está embarazada y espera su primer hijo con Eduardo Fort, que ya es padre de Macarena, Angie y Pietro.

“Sí, se nos agranda la familia. Bebit@, te buscamos mucho, mucho, mucho. Estamos tan, pero tan felices. Ya te amamos. Gracias, gracias, gracias a todos los que fueron parte de este camino”, escribió la actriz en su cuenta de Instagram junto a una foto con su pareja y la ecografía. Allí, le habló a su casi millón de seguidores y describió que el camino fue “largo y muy difícil pero con un final maravilloso”. “Todo valió la pena. Todo pasó porque tenía que pasar”, agregó.

“Tenés una familia enorme que estalla de felicidad. Tus hermanos, tíos, primos, tu abuela Kuky Kuky (que teje y mira tutoriales para hacerte el mejor saquito) y los amigos de la familia, que te esperan con mucha alegría. Te vimos en la eco y ya se te ve movediz@ y simpatic@. Las ganas de verte y estar con vos abrazadita. Bebit@, te esperamos con mucho amor”, concluyó la actriz, que recibió el apoyo y las felicitaciones de muchos colegas del ambiente.

Marta Fort, hija de Ricardo y sobrina de Eduardo y Rocío, fue una de las primeras en felicitar a sus tíos. Lo hizo a través de sus redes sociales. “Felicitaciones a los futuros papás por esta noticia tan esperada. Solo vos y yo sabemos cuánto lo querías -le dijo a Rocío-. Y por fin se puede decir. Esperando con ansias al nuevo integrante de la familia”, escribió la joven.

La respuesta de Rocío no tardó en llegar. Y fue cargada de emoción: “Sobri de mi corazón, si hay alguien que me bancó en todas fuiste vos. Gracias, gracias, gracias. Te amo, te mandamos un beso, tu primit@ y yo”.

Rocío tiene fecha probable de parto para el 15 de enero de 2026 y ya comenzó a comprar ropa para su bebé. Si bien todavía no saben si será mujer o varón, tampoco lograron ponerse de acuerdo en la elección del nombre. Al fin y al cabo, todavía tienen tiempo para decidirlo.

“Estamos en un gran momento como pareja, como familia. Siento que todo lo que sembré, hoy lo estoy cosechando. Fue un tiempo invertido y una energía que valió la pena. No puedo creer que esté fluyendo todo”, se sinceró Rocío Marengo en las últimas horas sobre su gran presente.

“Yo me caso”. Fue la primera frase que Eduardo Fort le dijo a su amigo después de haber conocido a Rocío Marengo, en febrero de 2014. Lo hizo mientras cruzaba la calle, segundos después de salir del restaurante del barrio de Las Cañitas en el que se habían encontrado de casualidad.

El empresario estaba recién separado y había salido a comer con su círculo íntimo. La actriz, por su parte, estaba con los suyos. El diálogo comenzó de mesa a mesa, mientras cada uno disfrutaba de la noche de verano al aire libre. Cuando él vio la oportunidad, la invitó a tomar un café. Ella aceptó. Y así comenzaron a escribir la historia de amor que ya lleva once años y medio.

Se enamoraron, se acompañaron, formaron una pareja sólida. Y decidieron mantenerla dentro de un extremo bajo perfil. Si bien sus amigos y familiares estaban al tanto y compartían su día a día, ella -al ser una figura pública- eligió esconder el nombre de su amor durante seis años. En ese tiempo, en cada entrevista que le hacían, contaba que su corazón tenía dueño pero que quería cuidar su relación y no exponerla.

A él tampoco le gustaban los flashes. Por caso, jamás se mostró públicamente al lado de su hermano mediático, el recordado Ricardo Fort. Eduardo trabajaba en la fábrica familiar y no tenía intenciones, al menos por ese entonces, de que su nombre se colara en las noticias de espectáculos.

Además, se acababa de separar de la madre de sus hijos, Karina Antoniali, motivo por el cual quería afrontar tranquilo el proceso de divorcio y reorganizar su vida como padre separado. En este contexto, consideró que no era el momento de blanquear un nuevo vínculo.

Rocío Marengo estuvo a su lado y lo acompañó en aquel proceso, y mientras tanto seguía trabajando en los medios. Ella estuvo de acuerdo en mantenerlo dentro de su privacidad. En su caso, por temor a que minimizaran su talento y su carrera. Es que la empresa FelFort pagaba por publicidad en varios de los programas en los que participaba la actriz, y ella pensó que si su relación salía a la luz, habría quienes dirían que ese era el verdadero motivo de su contratación. “Además, no necesitábamos hacerlo público. Esa es la realidad”, sintetizó Rocío recientemente en un medio chileno en el que se refirió a su historia de amor luego de anunciar su embarazo.

“Fue un flechazo inmediato”, recordó sobre aquella noche en que vio por primera vez al empresario. “Sabía que con él iba a tener todo. No sabía que me iba a costar tanto, pero lo logramos”, agregó sobre la búsqueda de su bebé.

Seis años después de mantener la relación oculta de la opinión pública, la pareja decidió dejar de ocultarse. “Se fue dando de a poquito, y de manera maravillosa”, describió Rocío sobre el blanqueo. Fue en junio de 2019 cuando, durante una entrevista en el programa de Verónica Lozano en Telefe, habló por primera vez de su pareja con nombre y apellido. “Él me acompañó en momentos de mi carrera, como cuando hice la tapa de Playboy, me apoyó. O cuando entré a un reality. A él no fue lo que más le gustó, pero se la bancó. A veces nos tomábamos nuestro tiempo porque él no estaba de acuerdo y yo me mantenía firme en el trabajo. Sí, estoy de novia con Edu Fort, que es perfil bajo”. Y celebró lo que habían construido en ese tiempo: “Es un familión que me divierte. Edu me dio un lugar divino, sus hijos, sobrinos, me incluyeron. Siempre me hicieron una más. Tuve suerte con los hijastros”.

Pelea, descargo y escándalo mediático

Dos años después, en septiembre de 2021, llegó la primera crisis mediática. Si bien la actriz contó que ya habían tenido distanciamientos porque el empresario elegía perfil bajo al lado del que ella mantenía por su rol artístico, fue un escándalo que ocupó las primeras planas por ese entonces.

Marengo participaba de ShowMatch y una noche, tras una pelea telefónica con su pareja porque no fue a apoyarla al certamen, decidió expresar sus sentimientos en vivo y exponer el trasfondo de su crisis marital. “Hace ocho años que estoy en pareja y estoy colapsada de estar remando en dulce de leche tratando de salvar una relación. No es capaz de acompañarme. Se hace el que me apoya y estoy harta. Re podrida”, dijo Marengo frente al micrófono, sorprendiendo a todos.

“Ocho años bancándome a la ex, que me salió a putear en todos lados, a tratarme de prostituta. No es capaz de venir a bancarme. ¿Qué le da, vergüenza? Me mintió: me dijo que hasta que no tuviera la vacuna no iba a venir. Se fue a Estados Unidos un mes, a rascarse las pelotas, a ponerse la vacuna y no es capaz de venir. Eduardo Fort, hacete cargo de que tenés una novia. ¿No querés venir? Chau, flaco. Estoy hasta acá”, continuó la actriz, visiblemente enojada y gesticulando con su mano en la frente.

Aquel descargo marcó un antes y un después en la relación que pendió de un hilo y que a Rocío le valió una pelea con el clan Fort. Por caso, algunos integrantes aseguraron públicamente que ya no era bienvenida en la familia, que había hecho un “circo mediático” del cual ellos no estaban acostumbrados.

Aunque el tiempo puso las cosas en su lugar y, al igual que en oportunidades anteriores que no habían sido públicas, el amor fue más fuerte: Rocío y Eduardo se reconciliaron apostando a la relación que habían construido. Ella, en tanto, pidió que nadie se involucrara, que había sido una discusión de pareja.

Un deseo y una lucha que duró años

Después de aquella pelea pública, Rocío expresó sus deseos de ser madre, un proyecto en conjunto con Fort. “Tengo ganas de ser mamá. Yo puedo ser mamá con Eduardo o sin Eduardo. Tengo muchas opciones. Más allá de ser mamá, quiero tener una familia. Yo no quiero casarme, no necesito un papel que me ate a él. Yo lo elijo todos los días”, dijo en su momento para ratificarsu mayor deseo y el amor hacia su pareja.

Los años siguientes fueron de tratamientos, decepciones, ilusiones. Volver a empezar y no bajar los brazos. Rocío y Eduardo siguieron haciendo todo lo que estaba a su alcance para agrandar la familia como tanto deseaban.

Hasta que, después de años de búsqueda, de lucha y de espera, llegó la buena nueva: Rocío Marengo está embarazada y espera su primer hijo con Eduardo Fort, que ya es padre de Macarena, Angie y Pietro.

“Sí, se nos agranda la familia. Bebit@, te buscamos mucho, mucho, mucho. Estamos tan, pero tan felices. Ya te amamos. Gracias, gracias, gracias a todos los que fueron parte de este camino”, escribió la actriz en su cuenta de Instagram junto a una foto con su pareja y la ecografía. Allí, le habló a su casi millón de seguidores y describió que el camino fue “largo y muy difícil pero con un final maravilloso”. “Todo valió la pena. Todo pasó porque tenía que pasar”, agregó.

“Tenés una familia enorme que estalla de felicidad. Tus hermanos, tíos, primos, tu abuela Kuky Kuky (que teje y mira tutoriales para hacerte el mejor saquito) y los amigos de la familia, que te esperan con mucha alegría. Te vimos en la eco y ya se te ve movediz@ y simpatic@. Las ganas de verte y estar con vos abrazadita. Bebit@, te esperamos con mucho amor”, concluyó la actriz, que recibió el apoyo y las felicitaciones de muchos colegas del ambiente.

Marta Fort, hija de Ricardo y sobrina de Eduardo y Rocío, fue una de las primeras en felicitar a sus tíos. Lo hizo a través de sus redes sociales. “Felicitaciones a los futuros papás por esta noticia tan esperada. Solo vos y yo sabemos cuánto lo querías -le dijo a Rocío-. Y por fin se puede decir. Esperando con ansias al nuevo integrante de la familia”, escribió la joven.

La respuesta de Rocío no tardó en llegar. Y fue cargada de emoción: “Sobri de mi corazón, si hay alguien que me bancó en todas fuiste vos. Gracias, gracias, gracias. Te amo, te mandamos un beso, tu primit@ y yo”.

Rocío tiene fecha probable de parto para el 15 de enero de 2026 y ya comenzó a comprar ropa para su bebé. Si bien todavía no saben si será mujer o varón, tampoco lograron ponerse de acuerdo en la elección del nombre. Al fin y al cabo, todavía tienen tiempo para decidirlo.

“Estamos en un gran momento como pareja, como familia. Siento que todo lo que sembré, hoy lo estoy cosechando. Fue un tiempo invertido y una energía que valió la pena. No puedo creer que esté fluyendo todo”, se sinceró Rocío Marengo en las últimas horas sobre su gran presente.

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