En una curva, la que lleva el nombre de Niki Lauda, con el adelantamiento de Oscar Piastri sobre Charles Leclerc (Ferrari), McLaren logró el objetivo de posicionar a sus autos en los dos primeros puestos de la carrera. En 20 giros, la escudería de Woking desactivó de raíz una posible batalla entre el piloto australiano y Lando Norris, que marcaba el pulso y finalmente se impuso como ganador del Gran Premio de Austria.
El llamado desde el box para ensayar con el británico la primera detención para el recambio de neumáticos anuló el espectáculo que se desarrollaba en la pista, pero aseguró un resultado que ratifica el poderío del modelo MCL39: cuarto 1-2 de la temporada y octava victoria en el calendario para una escuadra que lidera con amplio margen en el Mundial de Constructores, y que opera para que sus dos espadas tengan una libertad controlada para pulsear por los éxitos. La estrategia sutil que aplicó el comando que dirige el ingeniero Andrea Stella desde el muro contentó a la cúpula de McLaren y dejó sin argumentos para encender un reclamo a Norris y a Piastri.
El campeonato está destinado a convertirse en un duelo entre los pilotos de McLaren, que además de enseñar superioridad descubren en los enredos de los rivales ayudas para entreverarse en una pelea mano a mano. El error de Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) aniquiló cualquier esperanza de Max Verstappen (Red Bull Racing) de remontar desde el séptimo puesto: el joven italiano frenó tardísimo, el auto bloqueó los neumáticos y atropelló al tetracampeón del mundo. El abandono de ambos y los múltiples pedidos de disculpas del rookie, el corolario de la desafortunada maniobra.
Un escenario favorable se presentaba en el Red Bull Ring para McLaren, sin la estrella del equipo local –RBR es de origen austríaco, pero con sede en Milton Keynes- en la puja, con Mercedes cumpliendo con el pronóstico de su jefe Toto Wolff, de que en Spielberg no tendrían el protagonismo que las Flechas de Plata marcaron dos semanas atrás en Canadá, donde George Russell cantó victoria y Antonelli firmó su primer podio en la F.1; Ferrari ofreció un salto cualitativo con las mejores técnicas que se estrenaron, pero insuficientes para ensombrecer a McLaren: Leclerc y Lewis Hamilton finalizaron tercero y cuarto, respectivamente, pero la Scuderia no puso en riesgo la victoria de los autos de Woking. El panorama abría la ventana para que Norris y Piastri desataran un nuevo reto y lo hicieron hasta que les marcaron los límites.
El antecedente fresco del incidente en Montreal, con Norris golpeando el auto de Piastri, quedó agendado en el muro. El británico admitió el error, pidió disculpas, pero quienes lideran observaron que las alarmas se encendieron. Con el australiano lanzando ataques –logró establecer una maniobra de sobrepaso, pero el británico recuperó la posición-, la acción de estirar la frenada en la Curva 4 que ejecutó Piastri a centímetros estuvo de hacer explotar todo.
McLaren activó el protocolo con la primera detención en boxes de Norris y dio libertad durante tres vueltas para que su compañero de garaje girara con aire limpio y enseñara si podía lograr una ventaja que lo dejara en la cabeza de la carrera, después de su detención en los pits. Cuando los dos cumplieron con la consigna, Norris tenía una ventaja de casi seis segundos, que resultaría indescontable al final del día.
El resumen del Gran Premio de Austria
“El doblete es lo que queríamos. Fue una carrera dura, con mucho calor, pero con un resultado excelente para el equipo. Un gran premio divertido, pero también estresante. Espero que todos lo hayan disfrutado, aunque dentro del auto fue duro: cuando Oscar estaba con DRS, que aquí lo tienes durante mucho tiempo, es difícil”, apuntó Norris, a quien su ingeniero de carreras Will Joseph en varias oportunidades le remarcó la necesidad de establecer una diferencia de más de un segundo para desactivar la chance de DRS.
Norris gestionó neumáticos y ritmo, aunque en el final su compañero y primer adversario en la pulseada por el título extremó los recursos para intentar un asalto. Piastri tomó rédito de los rezagados para conseguir DRS extras, pero también lidió con algunas maniobras que comprometieron el ataque, como la encerrona de Franco Colapinto (Alpine), que enzarzado en la batalla con Yuki Tsunoda (RBR) dejó sin pista al australiano y recibió una penalización de cinco segundos.
La historia señala que McLaren es un equipo que ofrece libertades para que sus pilotos decidan las posiciones en la pista. Los duelos entre Ayrton Senna y Alain Prost o entre Hamilton y Fernando Alonso, dos ejemplos contundentes de cuatro campeones que engrandecieron a la F.1 con sus espectáculos. Los tiempos cambiaron, también las reglas y el show, que desanda un nuevo boom atrayendo público, ahora es de libertades controladas en Woking: los jefes no dudaron en practicar una sutil estrategia cuando observaron que sus espadas empezaban a sacar las primeras chispas.
Norris, que el sábado con una vuelta de fantasía marcó la pole, no cometió errores y tuvo como recompensa el respeto del muro para imponerse y derretir la frialdad de Piastri. El británico recortó a 15 puntos la distancia en el campeonato, lo que asegura nuevas batallas en el futuro, bajo las nuevas reglas que impone McLaren.
En una curva, la que lleva el nombre de Niki Lauda, con el adelantamiento de Oscar Piastri sobre Charles Leclerc (Ferrari), McLaren logró el objetivo de posicionar a sus autos en los dos primeros puestos de la carrera. En 20 giros, la escudería de Woking desactivó de raíz una posible batalla entre el piloto australiano y Lando Norris, que marcaba el pulso y finalmente se impuso como ganador del Gran Premio de Austria.
El llamado desde el box para ensayar con el británico la primera detención para el recambio de neumáticos anuló el espectáculo que se desarrollaba en la pista, pero aseguró un resultado que ratifica el poderío del modelo MCL39: cuarto 1-2 de la temporada y octava victoria en el calendario para una escuadra que lidera con amplio margen en el Mundial de Constructores, y que opera para que sus dos espadas tengan una libertad controlada para pulsear por los éxitos. La estrategia sutil que aplicó el comando que dirige el ingeniero Andrea Stella desde el muro contentó a la cúpula de McLaren y dejó sin argumentos para encender un reclamo a Norris y a Piastri.
El campeonato está destinado a convertirse en un duelo entre los pilotos de McLaren, que además de enseñar superioridad descubren en los enredos de los rivales ayudas para entreverarse en una pelea mano a mano. El error de Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) aniquiló cualquier esperanza de Max Verstappen (Red Bull Racing) de remontar desde el séptimo puesto: el joven italiano frenó tardísimo, el auto bloqueó los neumáticos y atropelló al tetracampeón del mundo. El abandono de ambos y los múltiples pedidos de disculpas del rookie, el corolario de la desafortunada maniobra.
Un escenario favorable se presentaba en el Red Bull Ring para McLaren, sin la estrella del equipo local –RBR es de origen austríaco, pero con sede en Milton Keynes- en la puja, con Mercedes cumpliendo con el pronóstico de su jefe Toto Wolff, de que en Spielberg no tendrían el protagonismo que las Flechas de Plata marcaron dos semanas atrás en Canadá, donde George Russell cantó victoria y Antonelli firmó su primer podio en la F.1; Ferrari ofreció un salto cualitativo con las mejores técnicas que se estrenaron, pero insuficientes para ensombrecer a McLaren: Leclerc y Lewis Hamilton finalizaron tercero y cuarto, respectivamente, pero la Scuderia no puso en riesgo la victoria de los autos de Woking. El panorama abría la ventana para que Norris y Piastri desataran un nuevo reto y lo hicieron hasta que les marcaron los límites.
El antecedente fresco del incidente en Montreal, con Norris golpeando el auto de Piastri, quedó agendado en el muro. El británico admitió el error, pidió disculpas, pero quienes lideran observaron que las alarmas se encendieron. Con el australiano lanzando ataques –logró establecer una maniobra de sobrepaso, pero el británico recuperó la posición-, la acción de estirar la frenada en la Curva 4 que ejecutó Piastri a centímetros estuvo de hacer explotar todo.
McLaren activó el protocolo con la primera detención en boxes de Norris y dio libertad durante tres vueltas para que su compañero de garaje girara con aire limpio y enseñara si podía lograr una ventaja que lo dejara en la cabeza de la carrera, después de su detención en los pits. Cuando los dos cumplieron con la consigna, Norris tenía una ventaja de casi seis segundos, que resultaría indescontable al final del día.
El resumen del Gran Premio de Austria
“El doblete es lo que queríamos. Fue una carrera dura, con mucho calor, pero con un resultado excelente para el equipo. Un gran premio divertido, pero también estresante. Espero que todos lo hayan disfrutado, aunque dentro del auto fue duro: cuando Oscar estaba con DRS, que aquí lo tienes durante mucho tiempo, es difícil”, apuntó Norris, a quien su ingeniero de carreras Will Joseph en varias oportunidades le remarcó la necesidad de establecer una diferencia de más de un segundo para desactivar la chance de DRS.
Norris gestionó neumáticos y ritmo, aunque en el final su compañero y primer adversario en la pulseada por el título extremó los recursos para intentar un asalto. Piastri tomó rédito de los rezagados para conseguir DRS extras, pero también lidió con algunas maniobras que comprometieron el ataque, como la encerrona de Franco Colapinto (Alpine), que enzarzado en la batalla con Yuki Tsunoda (RBR) dejó sin pista al australiano y recibió una penalización de cinco segundos.
La historia señala que McLaren es un equipo que ofrece libertades para que sus pilotos decidan las posiciones en la pista. Los duelos entre Ayrton Senna y Alain Prost o entre Hamilton y Fernando Alonso, dos ejemplos contundentes de cuatro campeones que engrandecieron a la F.1 con sus espectáculos. Los tiempos cambiaron, también las reglas y el show, que desanda un nuevo boom atrayendo público, ahora es de libertades controladas en Woking: los jefes no dudaron en practicar una sutil estrategia cuando observaron que sus espadas empezaban a sacar las primeras chispas.
Norris, que el sábado con una vuelta de fantasía marcó la pole, no cometió errores y tuvo como recompensa el respeto del muro para imponerse y derretir la frialdad de Piastri. El británico recortó a 15 puntos la distancia en el campeonato, lo que asegura nuevas batallas en el futuro, bajo las nuevas reglas que impone McLaren.
Con una orden, después de una maniobra temeraria de Oscar Piastri, el equipo desactivó la pulseada entre el australiano y el ganador Lando Norris en el GP de Austria Read More